Serie erótica: Zanahoria

5 capítulos

Conociendo a Zanahoria

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Al mismo tiempo en que volví a la mansión de mi primera juventud estaban viviendo allí sus cuatro esclavos; tres hembras realmente deseables y un macho de color (regalo de un amigo, a mi padre nunca le gustaron los hombres). Estaban confundidos sin su maestro y me recibieron como su sustituto. De esto hace ya dos años.

Bienvenida Zanahoria

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El timbre sonó y Alf (más mayordomo que esclavo, tampoco me hacen ninguna gracia los hombres, aunque para alguna visita, para jugar con mis esclavas o como esclavo de Venus cumple con su papel) abrió la puerta. Era Jeff, un viejo amigo de papa y nuestro ginecólogo. Como amigo nuestro disfrutaba, en sus palabras, nuestro harén.

Entrenando a Zanahoria

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Ella me había enseñado que podía mantenerse excitada (sin correrse) durante períodos de tiempo bastante largos pero en esos instantes no era capaz de controlar su propio cuerpo y Sheena era una experta comedora de coños; todas mis esclavas son capaces de hacer maravillas con sus lenguas.

Casando a Zanahoria

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Y mientras tanto yo hacía mis mayores esfuerzos para atender su juguetón clítoris mientras continuaba follándola. Se corrió como si no lo hubiese hecho nunca antes; quedé sorprendido de cuánto había podido resistir después de aquellas dos semanas...Le robé otro par de orgasmos antes de correrme.

Disfrutando a Zanahoria

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No quiero que todavía se quite su sujetador de seda roja. Una vez más, como todas, me sorprendo con su aspecto de diosa griega, ampulosos y elevados pechos, el ombligo más bello que jamás he visto con un aro dorado perforado, realmente excitante.