Lucia lo conoció el mismo día en que Nicolás, su novio, la llevó a casa de este para presentarla formalmente, ante los padres de él, como su novia.
Llegó la mañana de la partida de Nicolás y tras despedirse de ella y de sus padres partió y regresando Lucía al interior de la casa se topó con Ringo que la miro fijamente pero esta vez ella noto en los ojos del perro intenso y particular brillo.
Lucía rinde y entrega el último bastión de su cuerpo a Ringo.
Nicolás, tal como estaba previsto, regresó a su casa al cuarto día de haber partido. Fue recibido por Lucía con un suave beso en los labios y encontró en ella placidez y tranquilidad a difería con la ansiedad que el esperaba encontrar en su esposa debido a los días que había estado ausente.