Yo tenía muchas ganas de ir ya que Fernando me simpatiza mucho y siento cierta atracción hacia él, que se ha ido acentuando a tal grado que en la fiesta al estar bailando con él, deje que pegara su cuerpo al mío y al sentir su verga dura como por reflejo le acariciaba desde el hombro hasta el cuello y en respuesta Fernando me apretaba un poco más.
El jueves comimos en un restaurante por la avenida Revolución, ahí me dijo que no entendía muy bien como era posible que Alberto me compartiera y también me preguntó que si él sabía que nos habíamos citado. Yo le dije que me compartía por que era suya, porque los dos lo disfrutábamos y porque nos queríamos mucho.
Cuando Alberto mi marido, llegó esa noche, yo estaba satisfecha, Fernando me había hecho gozar lo suficiente. Pero el hecho de que Alberto llevara la botella de cava y el vestido y además de que me dijera que esa noche nos divertiríamos, me puso otra vez caliente y de buen humor, el sexo me gusta mucho, pero me siento mejor cuando esta él.