Milagros y su nuera son emputecidas por el huésped que vive en casa, y todo ante los ojos de su marido y su hijo
Cuando Milagros oyó el ruido de la puerta de su casa al cerrase, se estaba corriendo viva con una lengua en su coño y una polla hasta adentro del culo. De modo que no pudo hacer caso a lo que pasaba. Estaba a cosas más importantes.
Dinu va perfilando planes con sus nuevas zorras. Ellas están enviciadas.