Una nueva compañera de trabajo llega a mi oficina, y por su condición de ciega, empezamos a tener más afinidad con ella y su hermosa madre.
Después de estar con Elsa su hija me pide si puedo ayudarla a arreglar su casa, pero la recompensa por hacerlo fue mejor de lo que imaginaba.
Por fin llegó el día en que pudimos estar a solas con la madre de Mariela, y además me hizo una propuesta para que todos podamos estar felices.