El estudio jurídico I: La doma
Tengo que admitir que me tenia atrapado, yo ahí desnudo, con mi palo erecto y chorreante y ella completamente vestida excepto por sus zapatos. Si alguien entraba saldría muy mal de todo el asunto, me había tendido una trampa así que no me quedaba más remedio que aceptar mi derrota e intentar zafarme de esa humillación. Derrumbado caí en el sillón, ya estaba perdido.