Relatos eroticos maduros

Relatos de sexo con maduros, maduras, viejos, abuelos y abuelas y personas mayores.

96 relatos

Oriana, de lo virtual a lo real

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Esta es la historia que ha marcado buena parte de mi vida y de mis convicciones. Quienes se hayan comunicado conmigo entenderán mi postura respecto de los intercambios. Oriana es tan real como la propia historia

Siento cosas por mi abuelo III

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No se como confesarle mis deseos a mi abuelo, yo tengo 18 y el 73, pero más allá de la edad, mi miedo es que el no sienta lo mismo que yo y perderlo para siempre o almenos esa relación que tenemos uno con el otro.

Sexo con hombre maduro

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Hola hoy les contaré la historia donde tuve sexo con un hombre de 54 años ya algo maduro a cambio de que me diera mis gustos.

Un desconocido en el transporte público

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Regresando a casa en transporte público un desconocido que subió en una de las paradas se paró al lado del asiento que yo ocupaba y su pene quedó a la altura de mis ojos. Me baje con el y fuimos a su casa y tener el mejor sexo

Aventuras por el mundo. Fatma

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Raudo el entrevistador, pasó su dedo pulgar entre los labios de Fatma para recoger esa gota y llevarla a su boca. Fatma exhaló un gemido casi imperceptible, abriendo sus ojos desmesuradamente. El fino sujetador de raso negro marcó con descaro los gruesos y largos pezones de Fatma.

La madura de la playa

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No la dejé terminar y volví a descargar con fuerza sobre ella. Ahora no dijo nada, simplemente se sujetó con fuerza a mis piernas. Tres azotes más terminaron con esa tanda, mientras mi mano se introducía en su húmedo coño, pude apreciar mis dedos marcados en ese blanco culo.

Paseo en metro

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Sin terminar de quitarme la ropa, me posicioné entre sus piernas y empecé a lamer, ese aún húmedo coño. Abrí sus labios vaginales con mis dedos y me dediqué a su coño por entero. Lo lamía sin prisa de arriba abajo, hasta que me quede a vivir en su clítoris. Los gemidos de la muchacha cada vez eran m

Me la meten entre varios estando embarazada

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Algunos de ustedes habrán leído uno de mis Relatos donde luego de varias orgias salí embarazada lógicamente sin saber quién era el papa. En esta ocasión, les voy a relatar como, en otra reunión, igual me la metieron entre 12 viejos pervertidos, pero ahora estando embarazada.

El encuentro

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El la sentó en una silla y apartándose de ella un momento, buscó algo en algún sitio. Cuando lo encontró volvió hacia ella y poniéndola las manos a la espalda, ató sus muñecas con unas esposas.

El nuevo Ángel XIX

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Le di la vuelta a la silla y le ordené poner las manos tras el respaldo. Azoté sus pechos hasta tornarlos de un bonito color carmesí. Macarena gemía y me miraba con los ojos saltones. Su sexo destilaba jugos, pues brillaba como una estrella. Alba permanecía callada y sentada en su silla. Acerqué mi

El nuevo Ángel XVIII

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Ángel, necesito que me follés, perdona si te incomodo, sé que ya no soy la mujer que era, pero de verdad lo necesito. Me levanté y la besé tiernamente, ella también se levantó y me llevó a su habitación. Ahí la desnudé y ella me desnudó, agarró con fuerza mi polla y se puso de rodillas.

En el bus

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Me subió la falda y me empezó a manosear el viejo sádico ese

Eloísa, esa muchacha que cambió mi vida. Integro

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Fermín diligente se subió a la mesa, abrió mis piernas dejándome justo sobre la boca de la mujer, escupió en mi culo y lentamente me fue penetrando. La imparable lengua de la mujer hizo la penetración mucho más placentera. Fermín entraba en mi lentamente, saboreando cada milímetro de mi culo

El nuevo Ángel XVII

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Pon tus pechos en la camilla y abre las piernas. Al oír esto, volví a mojarme entera, ¡qué hombre, qué voz! Hice lo que me dijo, pensando que sería el primero en hacerme mujer.
maduros

Eloísa, esa muchacha que cambió mi vida

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¿Me ayudarás a afeitarlo?, me excita esa idea. No tengas dudas. Eloísa me acercó mi neceser, donde estaba mi cuchilla y mi espuma de afeitar. Se sentó sobre la silla del salón, colocó una toalla bajo su sexo y acercó su sexo al borde de la silla.

El nuevo Ángel XVI

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Finalmente, volvió a mi entrada y entró lento muy lento. Creí morir y me deshice en flujo. Noté esa potente polla abrir mis carnes rozando contra mis paredes y llenándome entera. Algo le hizo parar, paró, salió un poco y volvió a entrar, así estuvo un buen rato, volviéndome loca, matándome de placer
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