Me levanté y fui a mi neceser, ahí tenía un bote de aceite para bebés que siempre llevo conmigo, es un buen lubricante. Me acerqué a la cama con el bote y lo dejé junto al huevo sobre la mesilla.
El muchacho que habitaba entre mis piernas empezó a engordar y crecer, hasta tal punto que pedía salir a la luz. Sin despegar los ojos de la diosa, saqué al muchacho a la luz del sol y lo blandí ante la diosa con suma paciencia. Cada vez me excitaba más
Ahora la lengua de Ángel la estaba llevando nuevamente a ese mismo estado, solo que ahora ella también podía participar. Chupaba la polla con ansias, con ganas de recibir su premio,
Segunda cita real con la hermosa Elen hembra voluptuosa de (25 años) yo de 52, soy la fruta prohibida y a ella le encanta descubrir y desarrollar su sexualidad, con quien quizá tiene la edad de su padre, pero la mira con ojos de lujuria y deseo.
Esas palabras me encendieron y estiré mi mano para asir su dura polla, pero él me paró, me quitó la mano y la llevó sobre mi cabeza. Aquí, putita, mantén las manos ahí, no las muevas o tendré que dejarte así. Obediente me agarré las manos y las mantuve sobre mi cabeza.
Mi mano incansable repasaba esos labios vaginales totalmente húmedos. Recorría esos pliegues con lentitud, extrayendo gemidos de la boca de Monique, que ahora ya meneaba mi polla arriba y abajo. Los dos nos mirábamos y nos besábamos al ritmo de nuestras manos.
Cuando le clavé mi polla en lo más hondo, Mariela salió disparada y quedó tumbada jadeando sobre la cama. Me duele el coño cabrón y el culo. Tú lo pediste.
Ese meneo suave sobre mi polla que me proporcionaba la morena hacía que mi excitación creciera al máximo. Bajé mi mano buscando las bragas de la rubia, pero para mi sorpresa, no tenía. Metí dos de mis dedos en su coño y los meneé con rapidez. La rubia gemía y movía sus piernas
De esta te has librado, cabronazo. Yo reí ladino, ¿Qué más hubiera querido, que llenar su boquita con mi espuma? Entramos al bar y tomamos unos refrescos, con unas banderillas. Volvimos al auto y fuimos directos hasta casa.
Espero que me regales una buena ración de tu leche. Volvió a su labor excelsa, donde mi polla era tratada como el mejor de los manjares. Subió con su lengua serpenteando por mi tallo, llegó a mi capullo, rebañó las gotitas que se habían escapado y me llevó de nuevo a su garganta.
La muchacha acompañó a Ángel hasta el cuarto y le enseñó las cortinas. Ángel se puso manos a la obra, sin dejar de fijarse que ese pijama al trasluz era totalmente transparente. Claramente pudo observar su coñito y sus pechos. La chica pensando que no se vería nada, había bajado sus brazos
Ángel cerró la puerta del hostal poniendo un cartel donde se leía un número de teléfono, por si querían acceder al hostal. Se encaminó hacia el bar, preparó el whisky y una botellita de agua y procedió a subir a la habitación trescientos trece.
Mientras Isabella calentaba la cena trajinando en la cocina, Ángel se acercó a ella, se colocó a su espalda y le acarició los pezones con dulzura, rozando la yema de sus dedos por su cima, consiguiendo que se pusieran bien duros. Isabella gimió a la vez que él, acercándose a su oído, le dijo.
Coloqué con mimo las almohadas en la cama, tumbando a la loba sobre su cintura encima de ellas, esto le hacía tener el sexo más alto, la verdad es que ya no era un chaval y necesitaba todos los trucos, para ayudarme en la penetración. Asiéndola por las caderas, la fui penetrando muy lentamente
Marta se estaba volviendo loca, esa lengua y ese dedo la tenían loca al borde de un gran orgasmo que le llegó sin remisión, explotó en el centro de su sexo y le llevó a pegar con todas sus fuerzas su cabeza a la boca de Pablo
El verano azotaba con su sofocante calor, pero no era tan caliente como el universo de perversión y lujuria que habían creado Claudia y Manuel y que estaba a punto de hacerse más grande... y más frágil.
Siguiendo mi camino por los maduros, me cogi a uno, muy rico y era el papá de una amiga. Mi nombre es Alicia, tengo 24 años pero esta historia sucedió a los 21 años.
Bajé hasta su culo, para desde ahí ascender hasta tocar su clítoris con la punta de mi lengua, mientras recogía el maná en mi ascensión. Esa mujer era una fuente que sabía a hembra. Sus manos apretaban mi cabeza contra su sexo a la vez que movía con furia sus caderas contra mi boca.
Despertó dolorido, muy dolorido, tenía innumerables cortes en el rostro y le dolían todos sus huesos. El hombro y la pierna derecha le dolían en extremo y su mano apenas la podía mover. Se tomó unos minutos para rememorar cómo había llegado ahí, ¿por qué estaba así?
Claudia a sus 18, castigada en casa de su abuela, encuentra en la provocación a Manuel de 55, su pasatiempo favorito. Sin darse cuenta, la traviesa jovencita caerá presa de su propio juego. ¿Hasta dónde llegará esta caliente chica? El deseo y lo prohibido se entrelazan en un verano que cambiará todo
Muchas gracias por acercarme, igual te he jodido la noche. No mujer, no, ya uno no tiene edad para que nadie le joda la noche, te lo hubiese dicho. ¿tu, qué tal lo has pasado? Bien, pero ya me aburría, había más anzuelos que en una piscifactoría y no tenía ganas de líos, al menos ahí no.
Estaba deseando tocar esos pechos, comerme esos pezones y atravesar ese culo que me pajeaba deliciosamente. ¿A qué te dedicas? - me preguntó
Soy asesor financiero y corredor de bolsa.
La prueba le llegó rápido cuando Victoria llevó su mano hasta la polla de él y la apretó con ganas. Victoria abrió la boca al notar el grosor de esa polla. Que si bien, no era muy larga, si era muy gruesa.
La chica acercó sus labios, una vez más se sentía sumamente nerviosa, con lentitud y obedeciendo las indicaciones de Eduardo poco a poco comenzó una mamada, su primera mamada...
AAAhhhhhh, déjeme don Lucas...uuuuyyyy....por favor gemía ella sólo cerró sus ojos y su respiración se agitaba, oleadas de placer se sucedían en su cuerpo,don Lucas viejo zorro en estas cuestiones sabia que la chica no aguantaría con tantas sensaciones placenteras y que solo era cuestión de tiempo
Acostando a lo largo le indico que pusiera su culito sobre su cara, ella entendió de una vez que el quería lamer de nuevo su conchita mientras ella seguía mamando su verga, así comenzaron un 69...
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