Las películas que los domingos a la tarde pueden verse en TV, aún por cable, no son para el Oscar, ni para el León de Oro, pero el cable también tiene otros canales codificados, son más caros, pero la programación es mejor – todos lo sabemos – así que con unos pesitos más yo me aseguro un poco más de nivel, claro, entre los codificados está el 42 y Venus.
Segunda de tres partes... hasta el momento
Mi obsesión por mi hermana mayor me lleva a un encuentro con mis otras hermanas. Soy un depravado.
Ya estando en mi cuarto oí unos ruidos raros que provenían de la cocina, y cuál no sería mi sorpresa al acercarme y ver a mi madre hincada con dos enormes penes entre sus manos, ¡¡¡estaba masturbando a dos albañiles!!!
Llegué a creer que lo que pasó con Javier no me había afectado, pero allí estaba yo, una madre deseando a su hijo por ser justamente eso, su hijo. Diana una buena madre.
De como una sobrina pasó a ser algo más.
Lo tuve merecido por ser una calienta-pollas. Días de escuela.
No conocía muy bien a mi estilista hasta esa noche. Que me corten el pelo otra vez.
La protagonista fue a coger con Lee Shaoran dejando a las otras niñas solas, pero ellas gozaron a su manera.
Cuando tenía 18 me quedé huérfana de madre, así que mi padre tenía que decidir o llevarme con él de viaje y realizar una vida no muy conveniente para una chica, o la otra alternativa era ir a vivir con mi abuela paterna, que era igual de arisca que su hijo o la peor de todas ir a un colegio interno en Londres; al final eligió la última, ya que parecía la que más me convendría a futuro, eso pensó mi padre en ese momento, aunque no sabía lo que realmente experimentaría en aquel lugar y las consecuencias que acarrearía.