Últimos relatos eróticos:

Por fin tres

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Fuimos a una discoteca, nos tomamos unos tragos, bailamos, bueno nos dieron las tres de la madrugada, y mi amigo ya con unos tragos de mas, me dijo que tenia sueño y me pidió favor de ir a dejar a su novia y a la amiga, que el se retiraba a su casa.

¡No se puede marcar tanto!

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Cuando acabó la visita fuimos juntos al hotel. A su habitación. Mientras estábamos sentados a la mesa y le explicaba sus dudas recorría su cuerpo con mi vista y cada vez me empalmaba más. Entonces para tomar no sé que nota se levantó hacia delante de tal manera que me presentó su culo delante de mi boca. Allí tenía su culo, redondo, dentro de ese pantalón que le marcaba todo.

Juanita, mi hermanita…

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Mis caricias se hicieron más ardientes… mi propia fogosidad era evidente… continué besando sus senos, su vientre, hasta que llegué a sus labios vaginales… forcé su fisura con mi lengua, tocando su clítoris… ella movió sus caderas hacia atrás temblando… dejo caer la ducha teléfono...

Crónicas desde Lesbos V

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Nos cuenta que a Pamela se la topó Francisca en el Instituto cuando daba su examen de rol dramático interpretando a Marguerite Gautier en La Dama de las Camelias. Así que en ningún modo era desconocida para ellos. Francisca quedó muy impresionada con su actuación. En cuanto al guión, este básicamente trata sobre dos chicas que despiertan simultáneamente en dos puntos distintos de un mismo laberinto.

Una sociedad diferente

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Las confesiones de mi compañera de trabajo me incito a escribir nuevamente sobre el tema sabiendo que no me podré apartar totalmente de mis vivencias, Moira tiene 24 años un cuerpo hermoso, 1,70 de altura, caderas bien formadas, senos normales, una cara tipo "Nefertiti", llena de vida y misterio, en dos años de trabajo, nunca me dio problema alguno sobre sus tareas, su necesidad de contar su vida, sus cosas, me acerco nuevamente a mi vida sexual, que tanto quiero esconder en el trabajo.

El mejor amanecer

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Yo me estaba dejando hacer, pero decidí empezar a hacer contigo lo mismo, no protestaste, simplemente empezaste a dejarte hacer, empezaste a dejarte llevar, me dejaste que empezara a quitarte la poca ropa que llevabas puesta.

Seducido… por mi hija

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Quiero yacer contigo papá, quiero que seas mi primer hombre, has sido siempre mi primer amor, ahora necesito que seas mío totalmente, quiero se tuya papá, inclinó su cabeza y me beso como una mujer besa a su amante adorado, sentí sus pezones en mi pecho y mis manos se aferraron a su cintura estrecha, no había vuelta atrás, estábamos por consumar otro pecado atávico y familiar, un incesto ...

Mi tía Mariela

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Dos horas y varios whiskies más tarde, la charla seguía aún en punto muerto. Y si bien yo escuchaba, mi cabeza trataba de desviarse a otras cosas. Pensaba que hacía calor en mi casa, pero que mi tía no se había quitado su impermeable. Y si no se lo quitaba, no podría ver sus torneadas piernas ni sus pechitos.

Buscando pruebas contra mi mujer I

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Entonces el primer disparo emergió de la punta de su verga pero en vez de aterrizar donde era previsto fue a dar contra la blusa de mi mujer y conectó un primer hilo entre su busto hasta terminar sobre su falda obscura. Ella se quedó un momento sin actuar buscando algún kleenex o papel con que limpiarse.

Las preguntas de mi primita

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Lancé un chillido sofocado y jadeante cuando su legua separó los labios de mi estrecha vulva, me incliné sobre su vientre plano, besé su pubis terso y pulcro y mi lengua comenzó a derivar como portada por una corriente, hacía sus labios vaginales albos y regordetes, Mildred alzó su pelvis cuando mi boca se cerró sobre su minúsculo clítoris, pasé mis manos por debajo de su culo y abrí su vulva a mi lengua invasora, mis manos y mis dedos se habían centrado a juguetear con su ano, ella incrementaba sus gemidos y la rotación de sus flacas caderas de niña.

Mi sobrina Antonella

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Me fui a mi dormitorio y corrí las cortinas, quería estar en penumbras y relajarme, el torbellino en mi cabeza me turbaba, estaba siendo atraída por mi sobrina y eso no podía ser, debo controlar mis impulsos, pero mi calentura era tanta que agarré mi dildo que había dejado bajo la almohada y encendiéndolo rápidamente lo empecé a refregar por la hendedura mojada de mi almejita, muy luego estaba con mis piernas abiertas y metiéndome mi juguetito hasta el fondo y lanzando chillidos de placer cuando mi orgasmo me hizo convulsionar y girarme a uno y otro lado, mis ojos estaban cerrados y la imagen del chocho de mi sobrina me daba vuelta bajo mis parpados, cuando los abrí, Antonella estaba atónita en las sombras de mí habitación ante mí.

Los aseos de la estación de ferrocarril

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Mis ojos se fueron a aquella manguera que le colgaba al viejo, y no daba apartado la vista de aquello que mostraba el viejo sin pudor alguno. Cuando pude, levanté la vista mirando al viejo a la cara. Ven, me decía haciendo señas con la cabeza, yo que estaba medio hipnotizado con la visión de aquella polla, no reaccionaba. El viejo insistía, me hacía señas con la cabeza para que fuese, pero yo seguía sin poder dar un paso. Anda ven dijo de pronto, saliendo del aseo y acercándose a donde yo simulaba que estaba meando. Me sujetó por la muñeca tirando de mi brazo para que agarrara su verga y fuese para el aseo con él. Yo me dejé llevar y de pronto ya me encontraba dentro de aquel aseo con el viejo.

Más que una fantasía

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Me acerque a ella, aun se percibía el aroma de su sexo y su cuerpo estaba caliente. Cuando me dio aquel beso en el cual claramente pude aún distinguir la esencia de aquel otro macho que había estado entre sus labios.

Experiencias muy liberales

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Por supuesto que me acosté con muchas mujeres, pero en la mayoría de los casos, no hay nada muy llamativo para contar de eso, mas bien lo tradicional, algún que otro orto, alguna que otra tirada de goma, lo mas raro que me paso fue cogerme a una mina, y sin que se entere cogerme a la hermana...

Pisa el acelerador VII

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El efecto combinado de todo su peso sobre mi bota, de esa mano fuertemente asida a mi nuca, de su proximidad a mi, de sus labios en mi oreja, insultando y amenazando con gran chulería y esa rodilla huesuda frotándome sin ningún reparo en la entrepierna me había producido dos orgasmos de película que había recreado en casa logrando unas pajas gloriosas.).

María la mucama

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Siempre que iba a casa de mi abuelo había mucha gente, y la chica se notaba muy esquiva a mis insinuaciones, siempre se escondía en su cuarto y se encerraba, entonces dejé pasar el tiempo más o menos seis meses y dejé de ir donde mi abuelo, y las cosas empezaron a cambiar me miraba pícaramente

Un nuevo goce

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Cuando entré en esa casa-consultorio jamás pensé que el regordete calvo que me aplicaría esas nuevas técnicas de masajes me haría gozar como lo hizo.

Algo más que secretaria

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Como el expreso, no es momento de dejar ningún trabajo, a los 26 años me encontraba en otra ciudad, trabajando con compañeros nuevos, jefe nuevo y una actitud personal que me intrigaba, mis hormonas estaban lo más parecida que en esa edad donde todo es sexo, tema tabú para muchos considero que por suerte que siempre pensé en el sexo como un entretenimiento en espera de esa química esperada pero siempre ausente.

La madura que me volvía loco en la playa nudista

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Hacia tiempo que iba a esta playa nudista de la capital tinerfeña, solo para ver a una mujer de aproximadamente 45 años, muy bien de cuerpo, unas tetas blancas (se notaba que hacia poco que empezó a hacer nudismo) grandes y muy bien puesta para su edad, con unos pezones rosaditos, culo firme, chocho depiladito haciendo un triangulo con pelos.

Mi juguete predilecto

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Una amiga mía llega a usar gruesas pijas de goma en sus encuentros sexuales. Otra, que es bisexual, disfruta cogiendo tanto con hombres como con mujeres y con estas últimas disfruta el montarla provista con una pija que no se arruga y está siempre parada.

Masajista como pocas

3,30 (4 votos)
Cuando me tocó el turno me hizo pasar y dijo que me desvistiera totalmente y me cubriera las partes íntimas con una toalla que tenía sobre la camilla. Me indicó ello y se retiró de la habitación para regresar una vez que yo le dijera que estaba listo.

La sorpresa de mamá I

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Fuimos al velorio, después al sepelio, fue ahí donde después de un año volví a ver a mi tía, una mujer de 34 años un poco mas baja que mamá, pero tan deseable como ella, en fin, la depresión de Marina duro casi un mes después del sepelio de doña Mary.

Más que agradecida

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Todavía gimiendo me dio un beso en la boca y me agradeció casi sollozando lo que le había hecho. Dijo que nunca había gozado así con una mujer y que a su esposa le daba asco chupársela y desde que era joven que no le habían dado una mamadita tan buena como esta

Resultó ser mi mejor amante

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Gabriel se sonrió y volvió a besarme en los labios. Entonces lo monté y, cuidadosamente, me preparé para la penetración. Guié la verga hasta la entrada de mi vagina y con un movimiento leve de descenso, logré que entrara la punta.

Puta pendejera

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Cuando nos dirigimos a la habitación ese hombre me miraba el culo de una manera, mi amante se aprovecho de eso, y me empezó a pasar su mano descaradamente en él además tiraba de mi tanga hacia arriba, cuyo efectos provocaron volver a mojarme como antes que entráramos al motel.

Mi vida sexual I: La madre de Susy

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Al otro día mi madre me dijo que le hubiera quitado la ropa ya que se durmió con todo y zapatos toda la noche, ya que mi madre tuvo que llegar hasta temprano ya que la tía esta en los últimos días, creían que posiblemente los dolores llegaran de noche y no habría quien la cuidara mientras iban por la partera, ese permiso fue muy agradable para mi.

Ana, mi cuñada

4,30 (3 votos)
Estando en una ciudad costera con mi novia y mi cuñada asistimos a una de esas típicas veladas de noches de hotel que suelen ser tan cutres, en ésta la estrella invitada era un hipnotizador de tres al cuarto, que pidió voluntarios para su show y les durmió para que hiciesen el ridículo un rato.

Encuentro con Juanito en Chile

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Se acercó y me besó en los labios. Cuando pasó la mano por mis tetas bien de frente, no como si fuera una caricia casual, lógicamente tiene que haber sentido la dureza de mis pezones, pero siguió de largo para luego volver.
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