La transformación I
Nota del Autor: El siguiente relato es un extracto de un manuscrito encontrado en el hogar de un médico que desapareció en extrañas circunstancias, se recomienda que este no sea leído por menores de edad, personas sensibles, o con problemas psiquiátricos.
Mi nombre es D.C.C. tengo 34 años, soy Psiquiatra hago clases en una prestigiosa Universidad de la Capital y en una de estas clases tuvimos un debate con mis alumnos acerca de las historias y contenidos de ciertas paginas de internet en un principio no le había tomado tanta importancia al asunto hasta que vi una pagina de relatos del tipo snuff (con fotos y algunos videos)demasiado crudos, en ese momento me vino a la mente el recuerdo de un caso que creía olvidado que me marco para siempre por su perversidad, esto ocurrió cuando yo estaba haciendo mi tesis para titularme y me toco investigar la vida de esta persona y tratar de comprender su salvajismo y poco respeto por la vida, y coincidentemente me entere por un amigo cercano que trabaja en el centro donde estaba recluida esta persona que lo van a dar de alta lo que representaría un grave problema para la sociedad, este caso en su momento fue silenciado por la familia del sujeto que eran personas muy importantes y con mucho poder, incluso yo recibí intentos de soborno y amenazas de muerte para silenciarme y al final eso fue lo que paso, este caso quedo oculto para la opinión publica, pero aunque mi vida corra riesgo expondré aquí todo lo que se al respecto.
Aquí estoy ahora que mis ojos lo único que ven es una infinita oscuridad, encerrado entre estas cuatro paredes confinado al olvido hasta la eternidad, quizás lo tenga merecido después de lo que hice, pero era algo inevitable, una sensación se apoderaba de mi y lo sigue haciendo, no podía contenerme, fue un proceso que fue creciendo poco a poco, hasta que se transformo en una horrible y repulsiva obsesión (para las mentes humanas) pero gloriosa y excitante para mi.
En el año 1992 mis padres viajaron a Egipto por negocios y me llevaron con ellos yo congele mis estudios superiores y me fui con ellos, era como un sueño hecho realidad, pirámides, esfinges, la tierra de lo Faraones.
Llegamos a esas tierras llenas de misterio, yo solía recorrer El Cairo mientras mis padres hacia su trabajo.
Un día estaba de visita en la pirámide de Keops, de repente mis pies golpearon un objeto extraño, me agache para ver lo que era, y descubrí algo increíble, era una especie de brazalete con inscripciones que yo no tenia idea lo que significaban.
Llegue al hotel y una sensación extraña se empezó a apoderar de mi, una energía que nunca mas me dejaría, anote las inscripciones en un papel y me dirigí a la biblioteca y consulte un libro sobre egiptología, después de horas de estudio descubrí algo espantoso, en el libro se referían al brazalete que yo encontré como algo terrible, se decia que quien lo llevara consigo aunque solo fuera por unos momentos, llevaría consigo el espíritu de la mas horrenda maldad, que el hombre pudiera imaginar, cosas que en su cordura mental jamás haría.
Pase tres semanas en Egipto y lo que había leído no se apartaba de mi mente, luego regrese a Santiago de chile y mis padres quedaron en el Cairo.
A los pocos días llegaron unos familiares desde el Sur a visitarnos, era una tía y sus dos hijas, les explique que mis padres no se encontraban en Chile y me dijeron que igual se quedarían unos días, es aquí donde mi vida cambia totalmente.
Mi tía era una mujer preciosa muy bien conservada para su edad (40 años) tenia un cuerpo perfecto una silueta que cualquier jovencita desearía tener sus senos eran como unos dulces melones con unos pezones grandes y siempre erectos, su culo era respingón y con forma de una pera y sus piernas era largas y gruesas y su concha se adivinaba apetitosa y muy hinchada lo que me hacia pensar que siempre andaba excitada, mis primas de 20 (Lorena) y 22 (Ximena) años no se quedaban atras (de tal palo tal astilla) eran como diosas perfectamente podrían haber estado en las portadas de la playboy o en un filme xxx, eran realmente preciosas.
Yo no reparaba en halagos y actos de seducción hacia ellas a ellas parecía que les gustaba el juego, en mi mente se empezaron a formar las mas horrendas ideas algo perverso se apoderaba de mi ser, no lo podía evitar, pero en fin para mi era excitante.
El brazalete seguía en mi mano derecha, el día que todo se desencadeno estaba yo en mi pieza y entro mi tía ella vestía un top que hacia ver sus gomas en toda su dimensión, me pregunto de donde había sacado tan extraño y espantoso brazalete, en ese instante la maldad se adueño de mi y di rienda suelta al demonio que se apodero de mi en Egipto.
Seduje a mi tía y la poseí con todas mis fuerzas por todos sus orificios, la folle una y otra vez, ella pedía mas y mas y yo la complacía, mi mente se comenzó a llenar de perversidad, mientras chupaba sus senos un instinto animal se apodero de mi, le mordí una de sus tetas con toda mi fuerza y le arranque un pedazo de carne, la sangre corría a raudales y mi tía gritaba de dolor y me maldecía con todo su odio, su angustia para mi era la gloria máxima ver la sangre y el dolor en su rostro hizo que me corriera como nunca lo había hecho, quería mas sangre.
Me abalance sobre ella y le aplique un golpe que la dejo inconsciente, así me fue mas fácil ejercer mi voluntad sobre ella, mastique su otro seno con toda mi rabia, la sangre corría por mi boca, introduje mis dedos por los orificios que habían dejado mis mordidas, luego fue mi mano la que se introducía por aquella cavidad donde antes habían unos hermosos y suculentos senos, mientras hacia esto yo seguía follándola con todo mi ímpetu, hasta acabar un par de veces mas sobre su cuerpo sangrante.
Temiendo que volvieran mis primas me apresure a terminar con esto, cogí un florero y lo rompí contra la pared, y con mi mano derecha (donde estaba el brazalete) sujete un pedazo de vidrio afilado como un cuchillo, le cercene el cuello a la mujer que antes había sido mi tía.
No resistí la tentación de la sangre y empecé a succionar la sangre que de ella brotaba saciando por un instante mi ira.
Me dirigí lo mas rápido posible al patio de mi casa y comencé a cavar una tumba improvisada, enterré el cuerpo y trate de dejar el menor rastro de mi fechoría.
Al anochecer llegaron mis primas y me preguntaron por su madre, yo les dije que alguien la llamo a su celular y se quedaron de juntar, diciéndome que volvería al otro día, ellas quedaron tranquilas con mi explicación así que se bañaron y fueron a sus dormitorios, yo no podía dormir en mi pieza porque estaba convertida en una sala repugnante, así que me quede en el living, mi lujuria y mi maldad no se aplacaban y quería mas.