Era una mañana de invierno cuando estaba en clase, note como vibraba mi móvil en el pantalón de mis vaqueros.
Esperé a tener un descanso para poder mirar el mensaje, era de un amigo 14 años mayor que yo, tenia el día libre en el trabajo, y necesitaba hablar con alguien.
No me lo pensé dos veces, cuando cogí mis cosas y me subí al auto bus destino a su casa.
Llegue a su casa, y llame a la puerta con algo de temor, era la primera vez que iba a verle sola a su casa, sin el resto de mis amigos. Se me hacia extraño.
Abrió la puerta vestido tan solo con su calzoncillo, y cara de dormido. Le pregunté si le había despertado, y me hizo un gesto para q me pusiera cómoda y me sentase en el sofá.
Me quite el abrigo y me senté en el sofá un poco nerviosa. En seguida vino mi amigo algo nervioso y se sentó a mi lado. Yo le miraba un poco preocupada hasta q le pregunte:
– ¿Qué te pasa? ¿estas bien?
No obtuve ninguna respuesta. Tan solo le vi levantarse y dirigirse a una habitación. Su silencio me puso aun mas nerviosa, y decidí seguirle hasta la habitación. Todo estaba oscuro, me costaba ver lo que tenia delante.
Entré en la habitación y oí tras de mi como se cerraba la puerta, me asuste y aun estaba mas nerviosa.
De repente le noté detrás de mi, besándome el cuello, el lóbulo y acariciándome el pelo, no hice ningún movimiento para que dejase de hacerlo, sus manos me desabrochaban lentamente la camisa, acariciándome los senos por encima del sujetador, se colocó delante mía, a besármelos, mientras con su mano quitaba con nerviosismo mi pantalón.
Me dejó completamente desnuda, y excitada, durante un rato no notaba sus caricias ni le oía por ninguna parte, mi excitación aumentaba por momentos, de repente noté algo duro por mis piernas, era su pene, estaba totalmente erecto, empezamos a besarnos mientras el acariciaba mi coñito húmedo, pude notar como mi beso le provocó una gran excitación al notar mi piercing en la lengua, y con sus manos me cogió de los hombros para que bajase a chupársela.
No puse resistencia, pues yo deseaba lamérsela muy despacito, y así lo hice. Jugué con mi pendiente en su puntita, mordisqueándosela suavemente, mientras le oía omitir gemidos.
Me cogió con fuerza del brazo tumbándome en la cama, para chuparme el coñito, lo hacia muy deprisa y muy hondo, se notaba su excitación por todo su cuerpo.
Subió hasta mi boca a recibir otro beso largo y excitante, mientras notaba su pene colarse en mi interior.
Se movía despacito, mis manos bajaron a su culo notando como se movía, cada vez con mas fuerza, provocando en mi una excitación que nunca antes había sentido, me agarraba de los hombros tirando de mi hacia abajo en cada movimiento, y subía su ritmo, notando en mi un orgasmo largo e intenso.
Sin dejarme descansar me giró con fuerza tumbándome en la cama metiéndola en mi coñito húmedo, se me escapaban gritos de placer, mientras metía uno de sus dedos en mi culito, seguidamente metió otro mas, y otro, contando hasta tres.
No dejaba de meterme su gran pene con mucha fuerza, cambiando de mi coñito a mi culito.
Se agarraba fuertemente a mis pechos. Yo tuve mi segundo orgasmo, aun mejor que el primero, y note su semen caliente dentro de mi culito.
Así estuvimos durante todo el día, probando mil y un juegos, dándonos mil y una caricias, mil y un besos, y….. mil y un orgasmos (no tantos pero queda bien eh? 😉 )