Anita con el español en un baño
En el sexo se cuidaba mucho pero cuando se dejaba llevar por el ambiente y la química, podía terminar en cualquier lado con cualquier tipo. Era una noche de esas, era un momento de esos y no iba a parar.
Yo vivo en una ciudad muy grande en los Estados Unidos, soy sudamericana pero vivo acá desde hace más de 10 años. Estudio diseño y trabajé una temporada en una empresa que relaté en «Horas Extras». Continuo estudiando y pasándolo bien cada fin de semana. Les había contado que tengo 22 años, soy delgada, rubia de cabello corto y buenas piernas. La verdad soy muy morbosa pero no vulgar, simplemente me gusta imaginarme en situaciones sexuales al límite. De hecho he vivido varias de esas y una es la que les voy a relatar.
Esta ciudad es muy movida, hay muchos latinos y eso hace que haya calor sexual fuerte. En el sexo me cuido mucho pero cuando me dejo llevar por la atmósfera o por una química extraña puedo terminar en cualquier lado con cualquier tipo. Sólo me ha pasado un par de veces y ha sido tremendamente excitante. Salí con varios compañeros y amigas de la universidad a dar una ronda de bares y discoteca. Estábamos bastante movidos esa noche pues las party estaban a todo poder. Yo estaba con un primo de un amigo. Lo conocí esa noche. El tipo era español y estaba bastante loco por mí. Era un descarado impresionante y desde el principio no dejó de molestarme diciéndome que estaba «muy buena», «que la ropa”, “que no sé qué»… Yo que me lo estaba pasando muy bien con todos, dejaba que molestara y le daba motivos para que siguiera, sonriéndole coqueta y dejando que me tocara cuando bailábamos. Pasada la media noche, con muchos tragos encima Machín (Así le decían al español) intentó besarme pero no le dejé, de pronto me dijo que «le gustaría mucho saber cómo serían mis gemidos si me penetraba él». Lo miré muy mal y de inmediato lo hice a un lado. Pero esa frase empezó a moverse en mí como si fuera un virus de hardsex pues mi corazón latía rápido y en mi cabeza aprecian flashes de Machin y yo en una juerga tenaz. Caminaba hacía el baño y él intentaba alcanzarme. Intentaba disculparse, claro sin dejar de decir «que con ese culo que más puede uno pensar» y cosas así. Yo mientras estaba casi mareada sin dejar de imaginarme estando con él. Simplemente hubo algo en el ambiente algo que no sé qué es, pero que hace que mi vientre desee muchas cosas dentro de él. Machín me alcanzó y pude ver sus ojos negros y su pecho marcado por el sudor en su camiseta, estaba excitada sólo con mi imaginación y las palabras de Machín.
No crean que soy una cualquiera, sólo la atmósfera y el momento hacen que haga cosas realmente increíbles, sexualmente hablando… Cuando llegué a la puerta de los baños, vi que no había nadie en el de las chicas y me quedé allí parada. Esa noche llevaba un vestido enterizo cortito plateado y sandalias de taco alto también plateadas. Me quedé allí de pie y él se me abalanzó lanzándome dentro del baño. Yo no decía nada. Me llevó hasta uno de los cubículos y comenzamos a besarnos. Él me tocaba por todas partes levantó mi vestido y metió un dedo en mí. Luego soltó mi vestido y sacó mis senos me subió sobre el tanque del wáter hizo a un lado mi tanga. Sacó su pene y lo metió entero. Yo estaba totalmente mojada y entro entero. Comenzó a meter y sacar su verga mientras yo no paraba de gemir. Me agarraba de los senos, de las piernas y me estaba taladrando fuertemente. Era una sensación súper excitante. Yo me agarraba de sus brazos mientras sus manos apretaban mi trasero o mis senos y empujaba fuerte. No paraba de hablar diciendo vulgaridades (Como todos los españoles a la hora del hardsex). Me metía los dedos en la boca y yo los chupaba al tiempo que gemía y gemía sin importarme nada más que sentir la cabeza de esa inmensa verga española en mi cuerpecito. Algunas veces miraba hacia abajo y podía ver como entraba y salía un pene realmente grande de mi vagina pequeña. Cada vez parecía crecer esa polla dentro de mí. Machín me dijo que estaba por terminar pero que no lo quería hacer todavía. Yo lo detuve. El sacó su miembro me senté en la taza y empecé a chuparlo. Era delicioso sentir esa verga en mi boca. Era muy grande pero cabía en mí. La masturbaba y lamía. Él me tocaba la cabeza y no paraba de insultarme. A veces lo miraba sin dejar de sacar y meter esa polla en mi boca.
Llegó el momento y lo chupé con rapidez al tiempo que lo masturbaba hasta que se corrió en mi boca. Luego tomó su polla y la empezó a halar lanzando más semen en mi rostro. Seguí chupándolo hasta dejarlo limpio. Machín no se lo creía. Yo tampoco pero era una noche de esas, era un momento de esos y no iba a parar. Eso ya lo sabía. Le pregunte qué era lo que más le gustaba de mí. Él me dijo que tenía un culo de ensueño, las tetas que siempre quiso apretar y la boca para llenar de semen. Machín era muy vulgar (No voy a repetir su palabra aquí) pero todo ese vocabulario no hacía más que excitarme. Entonces le dije. «¿Queréis seguir?». Él me pregunta «En otro lado?”. Yo lo niego con la cabeza y vuelvo a meter su polla en mi boca. Él se sonríe y vuelve a concentrarse en mi mamada que hace que la verga del español se ponga a punto enseguida. Me puse de pie dándole la espalda. Él me decía que yo era una puta fantástica. No se demoró y me penetro así. Yo de pie y el detrás esta vez no duro mucho pues él estaba totalmente excitado.
Comenzó a meterlo y sacarlo fuerte como si me quisiera castigar. Me tomaba de los senos y de las caderas para meterlo más y más fuerte. «Sois una puta cierto?» Me decía y yo le contestaba que sí que lo era y que lo sería esa noche. Él seguía metiéndolo hasta que exploto dentro.
Me dijo algo que me encendió de nuevo: «Sois la más puta de todas las gringas que he conocido, seguro que ganarías millones si yo te administrara». Yo me quede mirándolo y excitada le dije: «Si es así entonces demuéstralo… voy a ser tu puta durante 30 minutos» le dije que hiciera lo que quisiera conmigo. Entonces él se levantó se acomodó su ropa y me dijo que no saliera del cubículo, entonces salió, buscó a varios tipos a los que les pidió dinero por estar tirar un polvo conmigo en el baño. Pronto tenía varios clientes que hicieron fila mientras se hacían los que bailaban para no armar escándalo con los de la disco.
Entró el primero que dijo que quería que se la chupara. Así lo hice hasta que se corrió en mi rostro, luego entro un hombre enorme muy fuerte que quería que lo cabalgara. Él se sentó en la taza mientras lo cabalgaba dándole la espalda mientras subía y baja sobre su enorme pene. Este se corrió muy rápido pues quería sentir esa verga hasta dentro y lo hice a gran velocidad. Luego el tercero un chico alto que tenía una verga delgada pero larguísima. Me puso en cuatro sobre el sucio piso del baño y me penetro como a una perra. Mientras este lo hacía llegó otro que me hizo chuparla. Luego cambiaron de posiciones. Pronto el baño estaba colmado de hombres que miraban como me lo hacían los demás. Cada segundo cambiaba de vergas en mis agujeros y de hombres en el lugar. Tenía el cuerpo cubierto de semen cuando la media hora pasó. Machín me ayudo a arreglar. Me dio parte del dinero y salimos de la disco.
Lo vi un par de veces más donde tuvimos sexo fuerte, pero no ocurrió más lo del baño. Eso sólo fue esa noche porque lo deseaba así, sólo por eso. Así soy yo. Me ha pasado que me han ofrecido esta vida y la otra por una noche de sexo y lo he rechazado. No sé qué es pero si el ambiente y la química son perfectas, simplemente no puedo parar.