El encuentro
CHARLINES
Él había alquilado un apartamento cerca de su casa.
Ella estaba nerviosa, a sus años se había enrollado por internet con un tío aún mayor que ella, no sabía nada de él, más que lo que habían hablado por el Twitter. Alguna vez se habían visto por videoconferencia, pero ahí terminaba todo su conocimiento.
Ella estaba nerviosa, le acababa de llamar y le había dicho que se encontraba en su localidad y que quería verla. Un nerviosismo, mezcla de temor y excitación se apoderó de ella. Mientras caminaba hacia la casa su cabeza no paraba de dar vueltas ¿qué le haría? ¿Sería un degenerado? ¿Se aprovecharía de ella?
Siguió caminando hacia la casa y su cabeza no paraba de hablar y hablar. Tenía las bragas empapadas de la excitación y un nudo en el estómago por culpa de su temor. Llegó al portal y tardó unos minutos en pulsar el botón del piso.
Lo pulsó y le abrieron sin decir nada. Subió al piso señalado, donde en la puerta había un antifaz y una nota.
Póntelo y llama.
¿Póntelo? Joder, iba a entrar sin ver nada sin saber quién había dentro.
Estaba a punto de salir corriendo, cuando una cascada inundó su coño, estaba muy muy excitada.
Se puso el antifaz y tanteó en busca del llamador. Llamó una sola vez y en un breve tiempo la puerta se abrió.
Una mano acarició su rostro y cogió su mano para guiarla dentro del piso. Escuchó cerrarse la puerta y caminó siguiendo los pasos que le acercaban a una amplia habitación, al menos esa impresión tenía ella.
El hombre la besó en los labios sin decir nada, puso sus manos en sus hombros y la dijo.
- ¿nerviosa, excitada, asustada?
- sí, sí todo a la vez. ¿Puedo ver?
- no, verás como me lo agradeces.
El empezó a soltar los botones de su blusa, lentamente mientras acariciaba su piel. Pasó sus manos por sus costados y deslizó la blusa hasta quitarla de su cuerpo. Sus manos bajaron por su costado hasta la parte de atrás de su espalda, para desabrochar el botón de la falda, que dejó caer al suelo.
Ella llevaba un conjunto precioso de encaje completamente blanco, que dejaba adivinar su cuerpo.
El, la rodeó y acarició su cuerpo desde atrás pasando las yemas de sus dedos por sus caderas, para avanzar por su tripa y subir a sus pechos, que dibujó muy lentamente con las yemas de sus dedos.
Ella se estremecía de placer, el estar ciega hacía que sintiese con mayor intensidad sus caricias.
Recorriendo la tira del sujetador hasta su espalda, lo desabrochó y lo dejó caer al suelo.
Acarició sus pechos y sus pezones muy dulcemente y muy lentamente. Los pezones se le pusieron muy duros rápidamente y un suspiro se escapó de su boca, dejando está entreabierta.
El la sentó en una silla y apartándose de ella un momento, buscó algo en algún sitio. Cuando lo encontró volvió hacia ella y poniéndola las manos a la espalda, ató sus muñecas con unas esposas.
- ¿Estás bien? Si quieres parar, me dices
- No, no, estoy bien.
Ella estaba muy excitada y esto no había empezado aún.
El empezó a besar su cuello, bajó por él y se adentró por el canal que sus pechos le ofrecían.
Rodeó un pecho y lamió su pezón, lo succionó, lo mordió y pasó al otro haciendo lo mismo, mientras su mano pellizcaba el primer pezón. Un gemido salió de la boca de ella. El siguió chupando y mordiendo sus pezones a la vez que bajaba su mano en busca del sexo caliente.
Ella se retorció en sus ataduras al sentir el tacto de la mano encima de su tanga y la piel se le erizó, a la vez que sus pezones se ponían duros como una piedra.
El seguía chupando el pezón, mientras su mano acariciaba su sexo muy lentamente.
Ella se contorsionaba como las ramas de un árbol un día de aire, quería que la chupase, que sorbiera su sexo y la hiciese explotar.
No tenía prisa, mientras su mano jugaba con el elástico de la tanga, sus dientes apretaban ese pezón y la hacían gemir, produciéndole un dolor placentero. Deslizó su tanga lentamente por sus piernas, hasta sacarla por sus pies. La dejó en la mesilla e hizo ascender su mano por el interior de sus muslos, hasta llegar a su sexo. Su mano solo acariciaba y no paraba de hacerlo mientras él juntaba sus bocas, en un beso apasionado y húmedo.
Ella no paraba de retorcerse y gemir, mientras las caricias de sus manos la estaban llevando al éxtasis sin haber entrado en ella y sin tocarla, en sus partes más sensibles. Pasó su dedo entre sus labios vaginales notando la humedad que los sobrepasaba.
Ella gemía cada vez más fuerte y se retorcía intentando que él la penetrara con sus dedos. Pero él impertérrito, seguía acariciando su sexo. El tener los ojos tapados le hacía sentir mil veces más, todo lo que le pasaba.
Él se levantó y cogiendo su polla la pasó por sus labios vaginales provocando un suspiro de placer. Apuntó a su cueva y muy lentamente fue entrando en ella.
Ella abrió la boca para coger aire y de su boca salieron unas palabras.
- siiiiiii, caaaabroooon, huuuuuummm, siiiiiiii
El entró muy lento, para volver a salir muy lento. A la tercera vez ella enroscó sus piernas a la espalda de él y se corrió como en su vida, moviendo las caderas para darse más fuerte, más ímpetu, más placer.
Él esperó mientras su coño le apretaba la polla, esperando que las contracciones pararan. Entonces, cuando estás pararon, empezó un fuerte mete y saca que sacó los gritos escondidos en las gargantas de ambos.
- ¿Así asiii te gustaaaaa. ¿¿¿¿Quieres que te rompa el coño, eso quieres?????
- Siii rompemeeee, siiiii. Más fuerteeeee.
Y dándola la vuelta la puso en cuatro sobre la cama aún con sus manos atadas.
Agarrando sus caderas la dio tan fuerte que terminaron en un mismo orgasmo, cuando él introdujo su polla hasta el fondo de su coño.
- Siiiiii hummmmm siiiiii, cabrooon me has destrozado…….
Él aún sentía sus contracciones apretando su polla. Se acercó a su oreja y la dijo con voz fuerte.
- Tranquila, esto no ha hecho más que empezar.
Soltó sus manos y la acercó a una silla, ahí la sentó y ató sus muñecas a los tobillos. La postura era bastante incómoda, pero ella la aguantó estoicamente.
Él le acercó la polla a la boca y ella la abrió para intentar tragarse lo más posible de esa polla, poco a poco. Aún estaba un poco flácida, pero se apreciaba su grosor. Empezó a retorcer su lengua sobre el frenillo y a chupar el capullo lentamente. La postura no la dejaba moverse muy libremente.
Un zumbido empezó a sonar cerca de sus oídos. Algo que vibraba se deslizó por su cuerpo hasta llegar a su coñito, ahí entró con facilidad dado lo encharcado que tenía su sexo. Algo frío se posó en sus labios.
- Chupa.
Y lo chupó, era algo metálico, lo chupó y chupó hasta dejarlo lleno de babas. Entonces él lo acercó a su culito y poco a poco fue metiendo el plug, dentro de ese precioso culo. Ahora notaba con más fuerza las vibraciones y sentía su coño más estrecho. Él se separó de ella, sus pasos no se alejaron mucho y un ruido de revoltijo anunció que buscaba algo. Los aparatitos la estaban matando y un cosquilleo le empezaba a llegar hasta su coño.
Algo rozó su cuerpo a la altura de sus pezones y bajó y subió por su cuerpo. Bajaba a su coño y volvía a subir. Durante un rato esta caricia la excitó a la vez que tenía un orgasmo con los juguetitos. Tras esto, notó como unas gotas de flujo bajaban por sus piernas. Ese artilugio que subía y bajaba por su cuerpo, tenía un tacto agradable, posiblemente era cuero. Un golpe seco se estrelló contra su abultada vulva y un grito salió de su boca. No se lo esperaba. La fusta volvió a recorrer su cuerpo y otra vez descargó sobre su sexo. Eran golpes secos que producían el dolor justo que mezclado con el placer se convertía en éxtasis.
El siguió con su juego hasta que ella empezó a temblar encima de la silla, la gran cantidad de orgasmos y sobre todo su intensidad la habían hecho empezar a temblar y perder la conciencia y la noción del tiempo. Ella temblaba y de su sexo manaba abundante flujo, fruto de los continuos orgasmos que los aparatos y los golpes la producían. Él la soltó y la recostó en la cama, abrazándola para que sintiese su protección. Ella poco a poco dejó de temblar y se durmió profundamente.
El sol lucía en lo alto cuando ella abrió los ojos. Él estaba a su lado y tenía la polla bien tiesa, no se lo pensó dos veces y la atrapó con su boca, empezando a subir y bajar su cabeza. Se movía con brío y con rapidez metiéndose la polla hasta la garganta, lo que le producía algunas arcadas. Él agarró su cabeza y la sujetó con la polla dentro de la garganta durante unos segundos. Esto la excitó sobremanera, pero apartó las manos de su cabeza y le dijo.
- Ahora me toca a mí.
Y siguió con su follada de boca aprovechando lo que él le había enseñado. Cada vez el líquido preseminal era más abundante y la tensión de su cuerpo avisaba de que estaba pronto a correrse. Separó la boca de la polla y se montó sobre él. Se acercó la polla al coño y se dejó caer de golpe. Ambos gimieron al sentir sus sexos unidos. Ella empezó a subir y bajar despacio, aumentando paulatinamente la velocidad de sus envites. Él acariciaba sus pechos y apretaba sus pezones, lo que hacía que ella estuviese próxima al orgasmo. Él bajó sus manos a las caderas de ella y alzándola un poco, empezó un fuerte mete saca que terminó con ella sobre su pecho comiéndole la boca.
- Joder tío qué bueno, hummmm que corrida más buena me he pegado, te he dejado empapado entero, que bien, que rico.
Y continuó meciéndose sobre esa aún tiesa polla, lo hacía despacio mientras él le apretaba con fuerza los pezones. Ahora ella no le quitó la mano. Levantó sus manos al cielo y empezó un incesante balanceó, adelante y detrás que junto con el dolor de sus pezones la llevó a un prolongado orgasmo que terminó con sus bocas pegadas.
Muy bajito decía.
- sí, sí, joder que rico, joder
Rodaron sobre sus cuerpos y terminaron abrazados, él aún con una buena erección y ella respirando fuerte recostada a su lado. El buscó su culito y lo ensalivó lentamente, fue metiendo un dedo para luego empezar a meterlo y sacarlo muy lentamente. Ella gemía de placer y empezó a mover su culito. El aprovechó para meter otro dedo y abrirlo dentro de su culito para así dilatarlo. Moviendo el cuello ella buscó su boca.
- ¿Me vas a romper el culito?
- Eso pretendo, sí.
Y un tercer dedo entró en su culo. Cuando consideró que aquello ya estaba suficientemente abierto, ensalivó bien con su lengua el ahora dilatado agujerito y apuntando el capullo al orificio, fue metiendo su polla muy lentamente, muy suave. parando y empujando hasta tenerla toda dentro. Ahí empezó un mete y saca muy lento que sacaba suspiros de ella.
Ella volvió la cabeza y le dijo.
- Dame fuerte, si, dame muy fuerte.
Estas palabras lo alentaron y subiendo un poco las piernas de ella, buscó una postura que le facilitara una penetración más dura.
- Siiiiii, hummmmm asiiiiii, siiiii, más fueeeeerteee, maaaasss, siiiiiiiii.
Sujetó con fuerza sus caderas la metió la polla hasta el fondo y tirando de sus propias caderas la atrajo hacia él, corriéndose dentro de su culo, a la vez que una fuente manaba de su coñito.
- Siiiiii siiiiiiii siiiiii ahhhhhhh
- Siiiiiiii, hummmmmm yaaaaaa. Joooodeeeer, quueeee buuueeenooooo
Ella cayó en la cama y él cayó detrás de ella con su polla aún metida dentro.
- no se te ocurra sacarla.
- no lo haré.
Con el tiempo la polla fue perdiendo rigidez y se salió del culito muy lentamente.
Ella dio un pequeño respingo y suspiró al notarse vacía.
- Al final valió la pena arriesgarse. Menuda follada me has pegado
- Tú tampoco lo has hecho nada mal
Icharlines54@gmail.com