¿Seré lesbiana?
La tarde se prestaba para charlar, las tres somos chicas de hacer el amor, como se dice en la jerga, de frente con todas las de la ley.
La que debutó mas tarde fui yo, que lo hice casi al cumplir quince años, manteniendo relaciones desde ese entonces sin caer en la ninfomanía pero con el gusto de probar de todas las maneras posibles esas vergas de todos los tamaños, de jefes, cadetes, profesores, novios, cuñados…
Amorina lo había hecho a los catorce y también estaba viviendo esto del placer del sexo sin muchos tapujos y Clara la más recatada mantenía un perfil bajo, no se dejaba ver mucho con hombres pero ella tenia su amante en casa, su hermano la satisfacía desde los trece, juntos eran una productora completa de sexo en todas las formas, si bien ahora tenia novio, seguía con las andanzas incestuosas, solo preguntándole por el hermano, los celos se le notaban en la cara, lo que es claro que las tres eramos putas, ahora con 20 años , experimentadas putas.
Fue Clara quién primero beso a Amorina, tomándole los pechos, parecía un macho en celo, no tardamos mucho de estar las tres desnudas en su habitación, nadie vendría por el fin de semana ¿ porque no jugar un poco? cuando saco los consoladores , creía que eran vergas de verdad por la plasticidad, su textura.
Las caricias mutuas nos fueron calentando, desde el pacto lesbico, nunca había continuado con esto, fue Clara que comento más tarde que desde ese momento sintió la necesidad de hacerlo entre mujeres, porque es más dulce suave, ninguna de nosotras intentaba ser el macho dominante, eso llevo a juegos de entre y saca y chupar las vaginas , calmadamente, nada brusco, poco a poco fui gozando, las caricias la introducción de los consoladores, el juego de las bolitas en mi culo, era sin dudas un acto de lesbianismo, lo que me intrigaba! como gozaba! besar a mis amigas, chuparle esas hermosas y paradas tetas y las caricias que recibía.
Al acabar con el consolador en las manos de Clara mientras ella chupaba la vagina de Amorina y yo la besaba en sus labios, hacían de nosotras un trío muy particular, las tres éramos putas y hoy éramos tortilleras a tiempo completo y disfrutábamos serlo.
Clara se introdujo un consolador doble (penetra en ambas vaginas) yo me puse sobre ella a cabalgar como si fuese mi macho, pero ambas no besábamos y estrujábamos y chupabamos nuestras tetas hasta acabar.
Al terminar me dedique a introducirle un consolador a Amorina, despacio mientras Clara la besaba, fue algo gratificante de que acabara, pidiendo que no se lo sacara nunca, gimiendo por más y más.
Introducirse el consolador que en la mano sostenía Amorina, fue otro hito importante, mis flujos caían sobre mis entrepiernas mientras la besaba con mi lengua , lo más profundo posible su boca abierta, cada momento me parecía entender a Clara, estábamos gozando , esto de ser tortilleras, lesbianas, otra manera de ser putas, ahora entre nosotras.
Nos fuimos a duchar, todas llevamos nuestros consoladores, al enjabonarnos gozamos cada una de las caricias que dábamos y recibíamos, éramos mujeres en busca de sexo y esto era un sexo especial diferente, pero nosotras lo agiornamos , las veces que entraron y salieron de nuestros orificios esas vergas plásticas, fueron muchas, pero creo que a igual que mis amigas, gozamos cada roce tanto de ellos como de nuestras manos en los cuerpos desnudos bajo el agua tibia, extrañamos una mamada a los penes erectos de nuestros amantes, pero la reemplazamos con los 69 entre nosotras en nuestros clítoris y vaginas, con nuestras lenguas introducidas al goce del sexo oral.
La que quedaba fuera del juego introducía un consolador en el culo que más le placía y las bolitas que sacaba poco a poco, produciendo un goce hermoso.
Parece aburrido contar un trío lesbico, pero les puedo asegurar que toda esa noche nos divertimos mucho, jugando entre nosotras y sintiendo nuestros cuerpos con caricias suaves y dulces, que me han hecho pensar en Clara para pasar un buen rato, mucho más que en mi novio o amante disponible.