El profesor Xavier, sospechando que algo extraño ocurría en la isla de Genosha debido a las desapariciones de algunos mutantes residentes en la misma, envía a Rogue a investigar, encontrándose para su sorpresa que Siniestro tenía un laboratorio secreto donde tenía prisioneros a los mutantes desaparecidos, con los que realizaba experimentos genéticos con una máquina, la cual lanzaba un extraño rayo que alteraba su estructura genética, afectando sus poderes mutantes.

Rogue llama a los Hombres X, mientras ella trata de liberar a los mutantes prisioneros, pero es capturada por los secuaces de Siniestro, quienes por órdenes del mismo, la colocan en la máquina para someterla al experimento.

Justo antes de que este activara la máquina, los rayos de Cíclope (quien había llegado junto con los demás del equipo en el Ave Negra), golpean a Siniestro dejándolo mal herido. En ese instante, Gambito aprovecha para tratar de liberar a su amada Rogue y no se percata que la máquina aún apunta hacia ella. Durante la batalla, Cíclope lanza otro rayo que golpea accidentalmente los controles de la máquina, alterando su funcionamiento y activándola, por lo que lanza su rayo sobre la pareja que aún se encontraban frente a la máquina. La descarga solo dura unos segundos dejando a ambos inconscientes, por lo que sus compañeros tuvieron que auxiliarlos, así que durante la confusión Siniestro y sus hombres escaparon en una nave.

Horas después, en la Mansión-X, los mutantes raptados se han recuperado gracias a los conocimientos genéticos de Bestia. Rogue y Gambito vuelven en sí luego de varias horas y para su sorpresa, ninguno había sufrido alguna alteración en sus poderes, a lo que Hank se mostró indignado y con la sola explicación de que la máquina no funcionó debido a la ráfaga que Cíclope le lanzó por accidente.

Pero eso no era cierto, la máquina si había funcionado mas no de igual forma que en los casos anteriores, sino que ambos perdían sus poderes mutantes solo cuando sus cuerpos estaban en contacto físico, pero ellos no lo sabían aún.

Días después de ese incidente, Rogue se daba un chapuzón en la piscina (con un bikini que no dejaba casi nada a la imaginación), sin percatarse que Gambito la observaba desde lejos, hacía tiempo que estaba coqueteándole pero ella siempre lo esquivaba haciéndose la difícil, porque no quería entablar una relación sentimental con él por temor a lastimarlo con sus poderes, pero eso no le importada, estaba decidido a conquistarla, pues sus encantos le habían causado un gran impacto y al verla en la piscina con ese bikini tan sexy, no podía evitar mirar embelesado su cuerpo voluptuoso.

Sin poder resistirlo más, se le acercó para molestarla con sus piropos atrevidos, pero ella solo se dignó enviarlo al infierno y que se largara a molestar a otra parte, que no tenía tiempo para escuchar sus sandeces, pero Remy no estaba dispuesto a rendirse tan fácilmente en su intento por conquistarla así que le dijo:

– ¿Porque eres tan difícil chere?…, ¿te cuesta tanto admitir que te agrado?

– ¡¿Que me agradas?!…, ¡¿de dónde sacaste esa estúpida idea cajun?! – pregunto molesta.

– De tus acciones…, siempre me ignoras cuando te digo algo…, pero sin embargo te molestas si miro a otras chicas.

– ¡Pues te equivocas!…., ¡me molesta que pienses que todas las chicas se mueren por estar contigo…, cuando solo eres una rata de pantano! – contesto, para luego alejarse de la piscina enojada por su comentario.

Remy la vio alejarse sonriente por su reacción, estaba seguro que sentía algo por él pero no lo quería admitir, la verdad es que no se equivocaba pues Rogue estaba perdidamente enamorada de él, pero se negaba a demostrárselo por su incapacidad de tocar a las personas…., tenía miedo de lastimarlo a él y a sí misma.

El pequeño choque entre ellos paso sin contratiempos, pero ninguno de los dos sospechaba que sus poderes habían sufrido una ¨pequeña¨ variación, hasta que en una batalla ocurrió un incidente que les haría descubrir la primera pista hacia la verdad.

Gambito junto a otros Hombres X incluyendo Rogue, luchaban contra Juggernaut, este en uno de sus ataques golpeo a Gambito dejándolo inconsciente y luego lo arrojo lejos cayendo en un lago cercano. 

Rogue fue la única del equipo que se percató que él estaba inconsciente al caer al agua así que pensó que se ahogaría si no lo rescataba pronto. Voló hasta donde había caído y se sumergió en el agua buscándolo hasta encontrarlo, logro sacarlo pero se dio cuenta que no respiraba, había tragado mucha agua así que desesperada le practico R.C.P. (Resucitación Cardio Pulmonar), logrando con éxito que volviera a la vida. 

Una vez vencido Juggernaut el equipo se reunió de nuevo en la Mansión-X pero en el camino Rogue iba pensativa, hasta ese entonces se había dado cuenta de que al darle a Gambito respiración boca a boca, lo había tocado, pero ni él ni ella tuvieron consecuencias por ese acto.

Lo curioso fue que no se lo había dicho a nadie, pues al parecer ninguno se dio cuenta de lo sucedido, como estaban tan ocupados luchando con Juggernaut no se habían percatado de lo cerca que estuvo Remy de morir y como él había quedado inconsciente no recordaba muy bien lo sucedido, por lo que pensó que Rogue lo había sacado del agua a tiempo. 

A partir de ese momento, el hecho de haber tocado a Gambito sin afectarle lleno su cabeza de interrogantes, se preguntaba si había perdido sus poderes de absorción por lo sucedido en Genosha, o si fue una reacción involuntaria en su gen mutante por la desesperación que tuvo por salvarlo. La posibilidad de que pudiera tocar a alguien sin lastimarlo de alguna manera creaba ilusiones en ella, por lo que decidió salir de dudas de una buena vez, para no seguirse atormentando, así que durante una misión con el resto del equipo en donde debían rescatar a Storm del ¨Centro de Control Mutante¨ tuvo la ¨necesidad¨ de tocar a uno de los guardias que custodiaban el lugar, dejándolo inconsciente, descubriendo para su desgracia de esta manera que aún tenía esos poderes.

Desilusionada, pensó en olvidarlo todo para no sufrir más, así que pasaron los días sin que se diera cuenta de la verdad, hasta que en un combate simulado en el ¨Salón del Peligro¨, toco accidentalmente con las manos descubiertas a Gambito y para su sorpresa no sucedió nada.

– ¡Gambito! – grito – ¡Te toque y no te paso nada!

– ¿Que dices? – pregunto Remy, extrañado por su comentario pues este ni se había percatado de lo que había hecho.

– ¡¿No te fijaste?!…, ¡acabo de tocarte y no absorbí tus poderes! – respondió exaltada.

– ¿Estas segura de lo que dices?…, ¿no te habrás confundido?

– Si no me crees, míralo tú mismo. – respondió, mientras le tocaba el rostro levemente con sus manos descubiertas sin afectarle.

– ¡Mon Diu!…. ¡Lo veo y no lo creo!…. ¡Tenías razón chere! – respondió Gambito, sorprendido por el hecho.

– Entonces….. ¡Lo que pasó el otro día no fue una casualidad!…, ¡si sucedió! – añadió Rogue, confundiendo a Gambito con sus palabras.

– ¿Lo que pasó el otro día?…, ¿a qué te refieres?

Pensó que ese no era un buen lugar para decírselo, así que le dijo que mejor hablaran en el jardín de la Mansión donde podrían estar en privado, una vez ahí, le contó el incidente ocurrido en el lago y al terminar Remy expreso molesto:

– ¡Sabia que algo había pasado ese día!…, ¿Por qué no me dijiste nada en ese momento?

– Lo siento…, no sé lo que estaba pensando…., creí que como nadie se había dado cuenta, no tendría mucha importancia. – contesto arrepentida.

– Esta bien chere…, eso es lo de menos ahora…, pero dime, ¿estás diciéndome que ahora puedes tocar a alguien sin afectarle? – pregunto intrigado.

– No lo creo, ya que no hace mucho toque a alguien y lo deje inconsciente, así que por lo visto sigo con esos poderes. 

– Entonces, ¿cómo explicas lo que sucedió?

– No lo sé, pareciera ser que tú tienes algo que ver con eso, ¿no le paso nada a tus poderes con lo que nos sucedió en Genosha?

– No…, mis poderes siguen siendo los mismos…, mira. – respondió Gambito, mostrándole una carta cinéticamente cargada.

– Además, si nos hubiera pasado algo, ¿no crees que Hank habría encontrado algo en nosotros? – añadió.

– Si…., creo que tienes razón. – dijo ella, mostrándose extrañada.

Remy sujeto su mano descubierta para comprobar si en realidad no absorbía sus poderes y como en las demás ocasiones, no sucedía nada por lo que sugirió:

– ¿Y tú súper fuerza aún la tienes, chere?

– Si…, observa. – Y le mostró una roca que quería destrozar en la mano, pero para su asombro no pudo, e intrigada, soltó a Gambito inconscientemente y fue en ese momento cuando pudo destrozar la roca en mil pedazos. Al hacer esto se dio cuenta de que ella había perdido sus poderes cuando toco a Gambito, pero que al soltarlo sus poderes se habían restablecido. Pensó en la relación que había y lo asocio con el incidente que tuvieron en Genosha, pues era el único momento en que los dos fueron expuestos a un experimento genético. 

– ¿Que pasa Rogue? ¿Te sucede algo extraño? – pregunto Remy, indignado por su reacción.

– Me parece que pierdo mis poderes cuando nos tocamos…, creo que ambos tenemos que ver con este fenómeno. – respondió.

– ¿Ambos?, ¿Pero cómo?

– Quizás el incidente en Genosha sea el causante de este fenómeno. – dijo, acertando en la razón sin saber. 

– Si es así ¿crees que a mí también me haya afectado, chere?

– Tal vez.., ¿pierdes tus poderes cuando nos tocamos? – pregunto Rogue. 

– No lo sé…, juntemos nuestras manos a ver qué pasa. – sugirió Remy.

Así lo hicieron y probaron sus poderes mutantes, comprobando ambos que estos habían desaparecido.

– ¡Tenias razón Rogue!….., ¡los dos perdemos nuestras habilidades mutantes al juntar nuestras manos! – expreso Gambito asombrado.

Se soltaron de las manos y probaron nuevamente, percatándose de que estos habían regresado.

Repitieron la operación varias veces, hasta comprobar que sus poderes desaparecían sólo si ambos tenían contacto físico.

– Esto es un caso único diría yo…, somos lo que se podría decir…. un par de almas gemelas. – expreso Gambito, bromeando.

Rogue sonrío por su comentario, pero de pronto ambos se miraron fijamente, por lo que asustada decidió apartarse de él diciendo:

– ¡¡Demonios!!…, ¡de todos los chicos guapos que hay en la tierra con los que me podía pasar esto, me tenía que tocar una rata como tú!

– Me ofendes querida…., ¿te soy tan desagradable acaso? – pregunto divertido.

– ¡¿¿Desagradable??!…, ¡eres la última persona con la que querría estar cerca!

– ¿Estas segura, chere? – expreso Gambito, de forma insinuante.

– Por supuesto que lo estoy…, ¿crees que miento?

– No finjas indiferencia conmigo niña…, se lo que anhelas de mi…, lo que te morías porque te hiciera… y que gracias a este hecho, por fin podré realizártelo. – expreso Remy, sugestiva y descaradamente.

– ¿Lo que anhelo de ti?… ¡¿a qué te refieres idiota?!

– Me refiero… a hacerte el amor, chere.

– ¡¿Que me hicieras el amor?!…, ¡no sueñes cajun, ni aunque fueras el último hombre sobre la tierra! – respondió, rechazando su idea.

– Tal vez cambies de parecer dentro de poco. – añadió Remy, mientras la sujetaba por la cintura para atraerla a la fuerza. 

– ¿Qué piensas hacer?…, no te atrevas a… – trato de decir pero no pudo terminar la frase, ya que Gambito la beso apasionadamente a pesar de que quiso empujarlo pero no pudo, pues era más fuerte que ella en ese instante ya que había perdido sus poderes debido al contacto de sus labios, forcejeo un poco para que la soltara, pero pronto desistió en su intento, pues la caricia no le pareció en nada desagradable, hasta comenzó a disfrutarla y a corresponderle de igual manera…., siempre soñó que Remy la besara de esa forma…, suave y románticamente.

La situación fue tan ardiente que Gambito quiso acariciar su trasero, por lo que deslizó sus manos suavemente desde su cintura para llegar hasta él. Al darse cuenta de lo que intentaba hacer, Rogue suspendió el beso y se apartó bruscamente, diciendo:

– ¡¿Que intentas hacer, idiota?!

– Perdóname si me propase querida….., me deje llevar por la emoción. – dijo Remy, disculpándose.

– Pues contrólate, porque no pienso tener ninguna relación contigo.

– ¿Por qué te niegas a aceptarlo Rogue?

– ¿Aceptar que?

– Que me amas…. y que me deseas tanto como yo a ti.

– ¡No digas estupideces Gambito! – contestó molesta – ¡¿Crees que por que las chicas con las que sales en tus escapadas nocturnas mueren por estar contigo, yo también lo haría?!… ¡Pues te equivocas!

Comprendió que no debía presionarla demasiado así que le dijo :

– De acuerdo…, dejaremos esto así por ahora…, pero cuando cambies de parecer y te decidas, no dudes en buscarme chere…, y así haremos el amor incontables veces, volviendo realidad… tus más anheladas fantasías.

Y diciendo esto se dispuso a alejarse, no sin antes decirle:

– Por mi parte nadie sabrá lo que nos sucede, Rogue…., si quieres contarle a alguien, es tu decisión.

Dicho esto se alejó sonriendo maliciosamente, sin darle tiempo para que le contestara por su comentario atrevido, dejándola muy molesta y diciéndose a sí misma:

– ¿Quién se cree que es?… ¿El amante más grande del planeta?… ¿Piensa que todas las mujeres se mueren por estar con él?…. ¡Rata asquerosa!

Pero lo cierto era que las palabras de Remy habían causado un efecto sobre ella, el cual comenzaría a notar esa misma noche.

Mientras se duchaba en la regadera, refrescándose un poco para luego irse a la cama, pensaba en todo lo que había acontecido en el día, no sabía si debía contarle o no su problema a Hank para que la ayudara, aunque no le causaba ningún mal pues no afectaba su vida diaria, sus poderes se veían afectados al contacto con Gambito…. y al pensar en él… recordó todo lo que había sucedido.

– ¿Por qué habrán en el mundo imbéciles como ese?….. ¡Hasta se atrevió a besarme a la fuerza!… aunque…, mmm…, sus besos no están nada mal. – dijo, recordando aquella dulce caricia.

Cuando pensaba en todo lo que ocurrió en ese momento (en la forma como la había besado, como sus manos recorrían su espalda para tocar su trasero y la proximidad de su cuerpo al de ella), repentinamente se empezó a excitar y mientras se enjabonaba, recorrió su cuerpo de manera sensual acariciando sus grandes senos y su bien torneado culo, a la vez que jugueteaba por momentos en su sexo.

Al salir de la ducha se miró al espejo y recordó las últimas palabras que le había dicho.

– ¨……haremos el amor incontables veces, volviendo realidad… tus más anheladas fantasías¨. 

Sacudió su cabeza para despejar la mente y dijo:

– ¿En qué estoy pensando?…. Parece que esa rata me dejo imaginando cosas.

Se fue a dormir sin darle importancia al asunto, pero su subconsciente no la dejó en paz y terminó soñando que Gambito la hacía suya bajo múltiples posiciones sexuales, haciéndole el amor incansablemente a pesar de haber tenido varios orgasmos. 

A la mañana siguiente, Rogue reflejaba en su rostro una relajación inexplicable, recordó el sueño que había tenido y pensó que tal vez esa relajación se debía a que había tenido un orgasmo mientras dormía. Sintió el impulso de deslizar sus dedos entre su ropa interior para masturbarse mientras recordaba como en aquel sueño Remy la poseía incansablemente. Se éxito tanto, que rápidamente alcanzo el clímax, quedando luego tumbada sobre la cama pensando en la locura que acababa de hacer y sintiendo un poco de vergüenza por ello, se dispuso a ducharse. 

Esa mañana, se preguntaba a sí misma:

¿Seria Remy capaz de hacerme todo eso?… No…, no creo…, es solo un hablador…., solo dice tonterías…., pero… ¿Y si fuera capaz de hacerlo?… ¡¡Dios!!… ¡¿Que me pasa?!… ¡Creo que lo estoy deseando!…. ¡¡No puede ser!!

En efecto, Rogue pensaba en él constantemente, en el fondo quería que le hiciera realidad todas esas cosas que había soñado, pero no quería admitirlo, así que trataba de concentrarse en otras cosas para olvidar esa idea pero le fue imposible, en su mente solo había un deseo que trataba de borrar inútilmente…, el de hacer el amor con Gambito.

Durante el resto del día esa idea fue convirtiéndose poco a poco en una obsesión que la torturaba, tanto que inexplicablemente ¨olvido¨ mencionarle a alguien sobre su ¨problema¨, como queriendo también guardar el secreto inconscientemente. Trato por todos los medios de no encontrarse con Gambito, pues presentía que perdería el control sobre sí misma y que haría algo que la avergonzaría (temía desnudarse ante él y suplicarle que la hiciera suya).

Pero pese a sus esfuerzos, no lo logró ya que al atardecer el profesor Xavier convocó a todo el equipo en el salón de reuniones para informarles que partiría a la isla Muir, en una misión secreta en compañía de los Hombres X, y que alguien debía quedarse cuidando la Mansión, hasta el día de mañana.

Rogue se ofreció de voluntaria, pues no se sentía bien como para acompañarlos en la misión, (aparte de que no quería estar cerca de Gambito). Remy al ver la situación, decidió aprovecharla ya que si se quedaba él también, tendrían la casa sola para ellos dos, así que invento una excusa para no ir con ellos diciendo que tenía que ir a New Orleans a atender un asunto personal, lo cual todos creyeron inclusive Rogue que pensó que lo tendría lejos por un tiempo, causándole un poco de tristeza.

Cuando el Ave Negra partió a la isla Muir con sus ocupantes, Remy comenzó sus insinuaciones y coqueteos hacia ella, tratando de seducirla.

– Al fin estamos solos chere, sin nadie que nos interrumpa.

– ¿N-No tenías que irte, cajun? – pregunto nerviosa.

– Mentí…, lo dije porque quería quedarme contigo, mon amour.

– ¡De modo que todo fue una mentira!…, ¡eres un descarado Gambito! – expreso enojada, pues sabía muy bien cuáles eran sus intenciones y esto no le convenía en lo absoluto, porque solos en la mansión, con ella deseándolo con locura, lo más seguro es que terminaría acostándose con él (lo cual en el fondo se moría de ganas por hacer).

– Note que no le dijiste a nadie nuestro ¨problema¨ querida…., me alegro…., porque así será más emocionante lo que haremos. – comento Gambito, asumiendo que tendrían su ¨momento¨ esa noche.

– ¡No comiences con tus estupideces otra vez!… ¿No vez que el profesor me dejo a cargo?… Tengo que vigilar que todo esté en orden. – contestó, buscando cualquier pretexto para quitárselo de encima.

– No tienes que hacer eso chere…., programe la computadora para que vigilara la casa por nosotros…, así que ahora tenemos todo el tiempo del mundo para ¨relajarnos¨ mutuamente. – dijo acorralándola contra la pared, mientras le rodeaba la cintura con sus brazos lentamente.

– ¿Q-Que haces?

– Ya te lo dije querida… ¨relajarnos¨. – contestó cínicamente mientras acercaba sus labios a los de ella.

– ¡No!…. Suéltame Gamb… – no pudo continuar, debido al beso que le dio el cual sello sus labios.

Rogue se resistió al principio, pero después dejo que la besara libremente, por lo que Remy pensó que podía continuar y procedió a acariciarle nuevamente su espalda, queriendo llegar a su trasero. Al sentir sus caricias, deseó intensamente que le hiciera el amor y por unos segundos, dejo que la acariciaría sin oponer resistencia, pero repentinamente la cordura llego a su mente y lo aparto de si, dándole una sonora bofetada que le quito toda la inspiración a Gambito.

– ¡¿¿Qué haces??!… ¡¿Pensé que te estaba gustando lo que hacía?! – reclamó, visiblemente enojado por lo que hizo.

– ¿Piensas que por que te deje besarme, iba a dejarte hacer lo que quisieras? – le contestó, fingiendo enojo.

– ¡No finjas que no te gusto! – exclamo – Si claramente sentí como correspondías al beso que te daba…, y hasta te dejaste acariciar por mí.

– B-Bueno… si…., es verdad…, deje que me besaras pero eso no significaba que podías continuar. – contesto nerviosa.

Gambito, ofuscado de tanto rechazo y molesto por la bofetada que le había dado, se rindió en su lucha por seducirla y le dijo:

– Esta bien…., veo que me equivoque en pensar que me amabas y que me ¨deseabas tanto¨ como yo a ti…, se cuándo rendirme.

Se apartó de ella retrocediendo lentamente, dejando a Rogue un tanto confundida, al parecer no esperaba que reaccionara de esa manera por su desplante, en el fondo quería que insistiera en su intento por seducirla pues estaba segura que terminaría cayendo, pero sus rechazos terminaron por colmar su paciencia con ella.

– No te molestare más…, aunque debo confesarte que me has desilusionado Rogue, tenía pensado esta noche amarte con desenfreno hasta el amanecer…, pero ni modo. – agregó, decepcionado.

Y se alejó dándole la espalda, no sin antes decirle algo descarado, quizás con la intención de causarle celos o solo para molestarla:

– En vista de que no estas interesada en mí, saldré esta noche a buscar una de mis ¨chicas¨, para hacerle a ella lo que pensaba hacer contigo. 

El comentario surtió efecto en ella, pues al escuchar esto sintió rabia y celos, ya que conociendo a Gambito, estaba segura de que lo haría y la idea de que se fuera con ¨otra¨ a buscar sexo, porque ella lo había rechazado, no le gusto para nada y estuvo a punto de decirle que estaba equivocado, que ella si lo estaba deseando y que estaba dispuesta a hacer el amor con él esa noche, pero pudo más su orgullo y solo se resignó a mirarlo mientras se alejaba.

Entre tanto, Gambito se dirigió a su habitación visiblemente enojado por sus rechazos, pues estaba seguro de que esa sería su ¨gran noche¨ ya que a pesar de ser un mujeriego seductor, estaba muy enamorado de Rogue y siempre anheló hacerla suya, por lo que se decía :

– ¡¡Demonios!!… ¡Y yo que le tenía una ganas!…, si me busco a otra para desahogarme, no sería lo mismo…., ¡la quiero a ella!…., ¡solo a ella!

Entre tanto Rogue, quién se había quedado sola con sus pensamientos, se preguntaba a sí misma que hacer con ese torbellino de emociones que sentía. Ella, que decía no sentir nada por Remy como esas chicas con las que solía ligar en las discotecas, terminó deseándolo igual o más que ellas, pues estaba perdidamente enamorada de él.

Y la idea de que se pudiera concretar una relación entre ambos, esa noche en la Mansión, solos, sin que nadie lo supiera y sin riesgo de que sus poderes lo afectasen a él, la estaba volviendo loca…., luchaba por renegarse a ese deseo, esa obsesión, no quería admitir que Gambito tenía razón en lo que decía…, de que ella también lo deseaba… y que anhelaba en su interior que le hiciera realidad todas esas fantasías con las que había soñado.

Pensó que tal vez esa obsesión se debía a que su cuerpo necesitaba sentir un buen orgasmo y creyó que si se masturbaba con su vibrador (el cual resultaba ser un verdadero consolador para ella), perdería ese apetito sexual que tenía.

Fue a su habitación, buscó el mismo el cual escondía en un cajón de su cómoda, se desnudó, se tiró a la cama y comenzó a metérselo en su sexo mientras repetía constantemente, imaginándose que él la penetraba : 

– ¡Vamos!…, ¡sí!…, ¡sigue así cariño!…, ¡dámelo todo Remy!…, ¡más!…, ¡¡Oh!!.

Se excitó tanto que consiguió el orgasmo rápidamente, pero a pesar de eso, su idea obsesiva no se había borrado de su mente, peor aún, tuvo la ansiedad de besarlo…, acariciarle todo el cuerpo… y ¡hasta de mamarle el huevo para saborear su semen!…, pero esto no lo reemplazaba ningún vibrador, por lo que comenzó a sentirse insatisfecha.

Acaricio su cuerpo desnudo mientras se imaginaba que le hacia todo eso y la obsesión fue aumentando más y más hasta que decididamente dijo:

– ¡Ya no resisto más!…. ¡Iré por él!….. ¡Para que me haga suya!

Se puso una bata para cubrirse y salió de su habitación a buscarlo, supuso que estaría en la de él preparándose para salir a cumplir lo que le había dicho y al llegar a la puerta del mismo se percató que estaba abierta, lo que aprovecho para entrar sigilosamente. Escuchó la llave de la regadera abierta, así que pensó que estaba duchándose. Se acercó al baño el cual para su fortuna estaba abierto y pudo observar tras la puerta de vidrio semi transparente de la ducha, la silueta del cuerpo desnudo de Gambito. En ese instante, si algo de cordura quedaba en la mente de Rogue, desapareció totalmente convirtiéndose en una mujer con unas ganas inmensas de hacer el amor. Se despojó de su bata y sin más preámbulos entro a la ducha, sorprendiéndolo con un beso apasionado y dijo:

– Tenías razón Remy…., te amo y te deseo con locura…., puedes hacer conmigo lo que quieras…, soy tuya ahora.

A lo que él respondió, maravillado por su desnudez:

– ¡¡Mon Diu chere!!…, ¡¡eres… bellísima!!

El abrazo con suavidad, mientras la besaba románticamente, ella se entretuvo recorriendo con sus manos el cuerpo musculoso de Remy hasta llegar a sus nalgas y apretarlas con goce.

– Me has sorprendido Rogue, no te creí capaz de una sorpresa así…., pero me encantó. – dijo Gambito, al suspender su beso.

– Vayamos a mi cama…, ahí estaremos más cómodos. – agregó.

Salieron de la ducha y se secaron mutuamente, entre caricias y besos, para luego dirigirse a la cama, en la que se tumbaron, quedando él encima de ella.

Comenzó a besarla con pasión, mientras acariciaba su trasero, luego descendió lentamente por su cuello dando pequeños lengüetazos y besos, hasta llegar a sus enormes senos que ya tenían los pezones duros y parados.

– Tienes unos senos hermosos, Rogue…, siempre anhele besarlos. – dijo Gambito emocionado, mientras procedía a mamarlos con vehemencia.

– Pues ahora…., son tuyos Remy…., ¡Oh! 

Gambito chupaba sus senos mientras que una de sus manos acariciaba con mucho tacto su sexo, el cual estaba semi depilado y húmedo.

Permaneció haciendo esta operación durante unos minutos, hasta que decidió bajar con su lengua lamiendo desde el ombligo, abdomen, pubis, hasta llegar a su vagina, para dedicarse a juguetear con su clítoris, usando la lengua, produciendo en ella el primer orgasmo de la noche.

– ¡¡Oh!!…, ¡qué bien usas tu lengua querido!…, ¡sí que sabes lo que haces!…, ¡eres un gran amante Remy! – suspiraba Rogue, mientras Gambito seguía lamiéndole el sexo y acariciando sus senos. 

Permanecieron un rato así, hasta que ella dijo:

– Quiero corresponderte a tan dulce caricia…, dándote una mamada en el huevo, querido.

– ¡Pensé que nunca me lo pedirías, Rogue! – exclamó con alegría.

Y sin más, se acomodó ofreciéndole su pene que estaba semi erecto, ya que Gambito era un hombre que se controlaba muy bien y a pesar de todo lo que le había hecho a Rogue, no estaba demasiado excitado. Fue entonces cuando pudo percatarse que era un hombre bien dotado, pues tenía un miembro de gran tamaño, a pesar de que no estaba completamente erecto.

– ¡¡Dios!!…. ¡¡Que grande eres Remy!! – exclamo, sorprendida.

– Aún no has visto nada chere…., si logras ponerlo firme con tu boca, te sorprenderás.

– No exageres Gambito. – dijo ella, creyendo que alardeaba.

– No lo hago…, haz la prueba y verás.

Rogue no le creyó y comenzó a mamar su pene…, casi no lograba introducirlo en su boca…, subía y bajaba pausadamente causando un efecto de vacío en la misma, produciéndole un placer inmenso el cual reflejaba con suspiros y gemidos que alcanzaban a escapárseles.

– ¡OH!…, ¡oui chere!…., ¡sigue así y harás que acabe pronto!

– No sería…, mmmss…, mala idea. – respondió, mientras chupaba.

Al cabo de un rato haciéndole esto, su pene empezó a tomar firmeza y grosor, suspendió todo para contemplar las proporciones que había adquirido y exclamo sorprendida:

– ¡¡Oh Dios mío!!…, ¡¡tenías razón!!… ¡¡Eres enorme!!…, ¡es más grande que el vibrador que tengo! 

Al oírle decir eso, Gambito preguntó:

– ¿Tienes un vibrador, chere?

– Si…, eso y mis dedos me han servido de ¨consuelo¨ en mis momentos de ansiedad. – respondió apenada.

– No te sientas avergonzada querida, todos nos hacemos una ¨autorelajación¨ de vez en cuando. – respondió reconfortándola.

– Para ti es fácil decirlo, puedes hacer el amor cuando quieras con alguna de tus ¨conquistas¨. – contesto reprochándolo.

– Te equivocas Rogue, aunque no lo creas yo también lo he hecho.

– ¡¿Tu?!…, ¡¿Remy Lebeau el seductor de chicas, necesito masturbarse alguna vez?! – exclamo sorprendida.

– Si querida…, cada vez que pensaba en ti…, deseándote…, sintiendo la necesidad de amarte…, de hacerte mía. – respondió mientras la atraía para besarla románticamente.

Rogue no sabía si creerle o no, Gambito tenía la reputación de ser un mentiroso y podía estarla engañando, pero al instante en que la beso, creyó ciegamente en sus palabras.

Permanecieron durante unos segundos fundidos en ese beso, luego separaron sus labios y Remy le pregunto:

– Ahora volviendo a lo nuestro…., ¿alguna vez has tenido sexo con un hombre chere?

– Nunca…, lo más cerca que he estado de una relación fue el beso que me dio Cody cuando joven, el cual casi lo hizo perder su vida.

– Pero sin embargo has tenido relaciones con tu vibrador ¿no?

– Por incontables veces, me sirvió de consuelo en mis noches de soledad.

Gambito sonrío por su respuesta, ella no tenía idea de lo que le esperaba, no se había percatado por lo excitante del momento que su primera vez con él sería dolorosa, pues como se masturbaba con un vibrador creyó que ya no era virgen y que por lo tanto no sufriría. Pero estaba equivocada y con un miembro como ese, el sufrimiento seria el doble así que le dijo sugestivamente:

– Chere…., ¿sabes que si hacemos el amor, la experiencia que tendrás no será nada parecida a lo que has vivido con esa cosa?

– Por supuesto…, eso no tiene orgasmos…, ni tu cuerpo varonil para acariciarlo. – contestó con picardía y sensualidad, ingenuamente.

– Desde ese punto de vista, estas en lo cierto querida…, pero a lo que me refiero es que te escuche decir que mi pene es más grande que tu vibrador, ¿sabes lo que eso significa?

Fue en ese momento que ella se percató de lo que estaba hablando, y poniendo cara de preocupación dijo temerosa:

– ¿Que me va a doler?

– Eso me temo mon coeur…, para el tamaño de mi pene tú sigues siendo virgen…. y voy a tener el privilegio de hacerte mujer. – respondió esbozando una sonrisa.

Rogue estaba asustada y mostró el típico nerviosismo de una chica que va a tener su primera vez, él percibió esta reacción en ella por lo que para tranquilizarla le dijo: 

– Tranquila mon amour, solo te dolerá al principio…, es normal durante la primera vez…, pero prometo hacerlo lo más despacio posible…, confía en mí.

La beso tiernamente, despejando sus temores por lo que iba a suceder, luego le susurró al oído:

– Es mejor que te acuestes, abras las piernas y me dejes el resto a mí…, será más gratificante…, te lo aseguro.

Estaba asustada, pero decidió obedecerlo dócilmente, pues confiaba en su experiencia como amante, debía saber lo que hacía (ya que hasta el momento había logrado hacerla sentir increíble) por lo que se recostó, abrió las piernas y esperó. Gambito se le acomodo encima, coloco los brazos de ella alrededor de su cuello, colocó su pene en el orificio vaginal, la miro y dijo:

– Cierra los ojos… y si necesitas gritar hazlo, que no hay nadie en la Mansión que nos pueda escuchar.

Al oír esto se asustó aún más, así que cerro sus ojos y se preparó para lo peor.

Gambito comenzó a penetrarla suave y delicadamente, para no causarle mucho dolor, empujo sin retroceder, pero haciendo pausas para no lastimarla demasiado. Rogue sintió como su miembro se abría paso poco a poco en su interior, provocándole un agudo dolor el cual aumentaba a medida que se lo iba metiendo más y más.

– ¡¡Oh Dios!!… ¡¡Remy por favor, detente!!…, ¡¡me estas lastimando!!

– ¡Ya falta poco niña!…, ¡solo un poco! – exclamó Gambito, quién gozaba ese momento ya que siempre soñó con hacerla mujer.

Cuando por fin logro metérselo del todo, la pobre de Rogue tenía los ojos aguados debido al sufrimiento que estaba pasando. Él, queriéndola consolar le dijo:

– Tranquila chere…, ya pasó lo peor…, ahora lo disfrutarás…, te lo prometo.

Permanecieron así por unos segundos dejando que se acostumbrara al dolor y a la presencia de su pene dentro de ella.

Luego dándole un beso, comenzó su faena muy despacio primero, para luego ir incrementando la fuerza de penetración, cuando notaba menos estrecho su sexo. A todo esto, Rogue poco a poco dejaba de sentir dolor, para sentir un placer que iba aumentando a medida que Gambito la poseía con más fuerza.

Se detuvo por un instante, sólo para cambiar de posición, la sujeto de la cintura y se volteo sobre la cama, quedando él abajo y ella encima, todo esto sin sacar su miembro de ella, en esta posición Rogue tendría el control de todo. 

Remy se entretuvo mamando sus pechos que subían y bajaban con el vaivén de sus movimientos, mientras acariciaba su trasero con las manos. Ambos disfrutaban en esta posición, pero curiosamente, la que gozaba mas era ella, quien ya no sentía dolor, sino un placer inmenso.

– ¡¡Oh, Remy!!…, ¡¡Te quiero, dulzura!!…, ¡¡eres maravilloso!!…, ¡¡se siente divino!!…., ¡¡¡TE AMO, TE AMO, TE AMOOOO!!! – gritaba.

– ¡No sabes cuantas veces te soñé mía, mon amour!

– ¡Y yo a ti, cariño!

Estuvieron haciendo esto por un buen rato hasta que ambos se sintieron llegar al clímax y dijeron:

– ¡¡Remy!!…., ¡¡ya lo siento venir!!

– ¡Yo también, chere! – respondió, justo cuando Rogue gemía mostrando signos de tener un orgasmo, entonces Gambito no se pudo controlar más y termino acabando dentro de ella.

Descargo tal cantidad de esperma, que le lleno el sexo a Rogue, ella se dio cuenta de eso y bajo la mirada para ver algo sorprendente. El semen salía de su sexo escurriendo entre los bordes del mismo y su pene el cual aún permanecía adentro, mezclándose con los fluidos que emanaban de ella.

– ¡¡Santo cielo!!… ¡¡Eres increíble Gambito!!… ¡¡Pareces un potro!! – exclamó sorprendida.

– Olvide decirte que mis acabadas son abundantes chere… y potentes. – dijo orgullosamente.

– ¡¡¡Wao!!!…, ¡¡me has impresionado Remy!!…, ¡¡nunca imagine que fueras tan sorprendente!!

– Es mi don ¨especial¨, querida…. el de poder satisfacer a una mujer. – alegó seguro.

– Pues sí que lo sabes usar…., he quedado muy satisfecha…., nunca olvidare lo que hicimos esta noche.

– ¿Y quién dijo que hemos terminado querida?…, si apenas estamos comenzando. – dijo sorprendiéndola.

– ¡¿Que apenas estamos comenzando?!…, ¡¿acaso quieres más?

– Por supuesto…, te dije que podía satisfacer a una mujer fácilmente y pienso hacer el amor contigo hasta saciarte.

– Mentiroso…, solo tratas de impresionarme más…, apuesto a que no lograrías ni 2 orgasmos en mi después de todo lo que acabamos de hacer. – dijo Rogue, retándolo.

– ¿Quieres apostar? – pregunto insinuante, esbozando una sonrisa maliciosa.

– Si logras hacerlo…, estoy dispuesta a hacer lo que quieras Remy. – respondió sensualmente, haciéndole una propuesta.

– ¿Estas segura de lo que dices, chere?

– Por supuesto que lo estoy…, ¿o tienes miedo de quedar en ridículo cajun? – respondió divertida.

– Solo preguntaba querida…, para que no te arrepientas de tus palabras después. – expreso maliciosamente mientras comenzaba a besarla, acariciando su cuerpo delicadamente. 

Rogue pensaba que alardeaba, pero quería seguir estando con él, así que se dejó hacer todo lo que quisiera, gozando cada caricia que le daba…, rogando en el fondo de su ser que Remy la llevara al éxtasis una y otra vez. 

Al poco rato Gambito se calentó nuevamente y arrodillándose sobre la cama la monto sobre su pene colocándola frente a él, para poseerla lentamente, era una posición gratificante para ambos ya que podían besarse intensamente mientras lo hacían.

– Mmm…, lo estás haciendo bien querido, creo que me harás perder la apuesta después de todo. – expreso, mostrándose excitada.

– Eso ni lo dudes querida. 

Luego le dijo que se levantara de la cama y se colocara de pie inclinada con las manos apoyadas sobre el borde de la misma, abriendo las piernas. Cuando lo hizo Remy penetro su sexo lentamente, mientras levantaba una de sus piernas para facilitarle aún más el trabajo.

Después de un rato haciéndolo en esta posición, le dijo que se volteara y se le abrazara al cuello, mientras la ponía en volandas, sosteniéndola por los muslos con ambas manos, para cogérsela en el aire con penetraciones leves.

– ¡Oh Remy!…, ¡se siente divino!…, ¡me estas matando del gusto, querido! – exclamó extasiada.

– ¿Te gusta chere?… ¿quieres sentir el éxtasis ahora? – pregunto divertido.

– ¡¡Si cariño!hazme llegar al cielo, por favor!!… ¡¡¡Oh!!! – grito, sintiéndose venir.

Al oír esto, Gambito decidió aumentar la fuerza de sus penetraciones, llevándola al éxtasis total, el cual notó por la cantidad de fluido que emanaban de su sexo.

Remy suspendió sus movimientos para decirle burlonamente:

– Espero que no estés satisfecha querida…, esto aún no termina.

La cambio de postura, bajándola a la cama donde se recostaron de lado (él detrás de ella), luego levanto una de sus pierna y comenzó a hacerla suya nuevamente. 

– ¡Oh!…, ¡sí que eres bueno en esto Gambito!…., ¡ahora entiendo por qué eres tan codiciado entre las chicas! – susurro en su oído.

– Tú no te quedas atrás Rogue…., eres mejor de lo que esperaba en la cama. 

– ¿Te parece?…., ¿crees que soy buena amante? – pregunto alabada.

– Más que buena chere…., yo diría excelente.

Al oírle decir tan hermosas palabras, quiso recompensarlo de una manera gratificante, así que le dijo:

– ¿Te gustaría que te lo mamara hasta hacerte acabar en mi boca, Gambito?

– Me encantaría…. ¿pero serias capaz? – dijo, emocionado por su proposición.

– ¿Quieres verlo?…. Te lo demostrare.

Y sin más se acomodó para chupar su miembro, incluso hasta los huevos de una manera increíble.

Mientras lo hacía, Gambito observaba maravillado su labor y por momentos, inclinaba la cabeza hacía atrás, cerrando los ojos por el placer experimentado.

– ¡Oh sí!…, ¡lo haces bien!…, ¡muy bien, Rogue!…, ¿Seguro que no has hecho esto antes?… Pareces una experta haciéndolo. – comentó extasiado.

Dejo de mamárselo para acercarse a él y darle un beso apasionado, en el que juguetearon sus lenguas, para luego decirle con voz sensual:

– Eres el primer hombre en mi vida, Remy…., pero como ya te dije antes, tenía un vibrador…., y las películas para adultos enseñan mucho. 

Dicho esto, volvió a su labor anterior satisfecha de la reacción que habían causado sus palabras en él, pues lo dejo con la boca abierta e incapaz de pronunciar una palabra por la forma tan sensual en que le respondió. Sabía que lo había puesto al borde del clímax, así que se apresuró a excitarlo aún más, mamándosela de una manera tan magistral, que terminó llevándolo al orgasmo por lo que dijo entrecortadamente :

– P-Prepárate Rogue…., porque aquí… viene.

Y al instante se dejó venir en su boca llenándosela instantáneamente, pero sintió un poco de repugnancia al percibir ese líquido espeso en su garganta por lo que tuvo que sacar el miembro de la misma para dejarlo salir, pero como este seguía expulsando chorros, termino salpicándole el rostro y el cabello.

Después de unos segundos, saboreo el semen que había en su boca y se percató que no estaba tan mal, por lo que poco a poco comenzó a tragar todo el que había en su rostro y manos hasta recogerlo todo. 

Gambito la observaba en su labor emocionado, no podía creer que ella estuviera haciendo algo así, jamás creyó que sería capaz de atreverse a saborear su esperma.

– ¡Me sorprendes Rogue!…, ¡no creí que pudieras hacer algo así! – exclamo Gambito.

– Yo tampoco querido…, pero sentí repentinamente el deseo de probar tu ¨néctar de amor¨. – contestó pícaramente. 

– Y… ¿qué te pareció?…., ¿te gusto?

– Mmm…, no está mal, tiene un sabor agridulce…, delicioso para mí…, ¡me encantó! – respondió satisfecha.

Al oírle decir esto, Gambito pensó que no se molestaría si hacia realidad una fantasía que tuvo con ella, la cual consistía en salpicar su anatomía con semen, así que le dijo:

– Aún no hemos terminado, mon amour…, dije que ganaría la apuesta y pienso lograrlo…, pero lo haré realizando una fantasía contigo.

– ¿De veras?… ¿Qué clase de fantasía? – pregunto intrigada.

– Ya lo veras…. Te aseguro que lo vas a disfrutar. – expreso Remy, para luego besarla profundamente y recostarla sobre la cama.

Comenzó nuevamente la operación de ¨calentamiento¨ que le había practicado al principio, beso sus senos con delicadeza para luego descender lamiendo desde su ombligo, abdomen, pubis, hasta llegar a su sexo, en el que se dedicó a acariciar el clítoris con la lengua y a darle una mamada espectacular.

Después la combino con penetraciones hechas con los dedos, lo cual la excito muchísimo. Su mano libre acariciaba sus senos, en los que por momentos se entretuvo jugando con los pezones, que estaban duros producto de su excitación.

Rogue se mordía los dedos para no gritar del inmenso placer que le estaba produciendo y a pesar de eso, escapaba a decir:

– ¡¡Oh Dios!!…., ¡qué bien lo haces querido!…, ¡sí!…, ¡sigue así!…, ¡más!…, ¡¡AH!! 

Gambito, sintiéndose con las energías suficientes y viendo el grado de excitación que había logrado en ella, dejo lo que hacía para colocarse las piernas de Rogue a la altura de los hombros, luego agarro sus nalgas y la levanto a la altura de su pene para penetrarla suavemente. 

Una vez acoplados, (ella acostada frente a él, con las caderas levantadas y las piernas apoyadas sobre sus hombros, mientras que éste, arrodillado frente a ella, la sujetaba por las nalgas con ambas manos mientras la penetraba) comenzó a cogérsela con penetraciones suaves y profundas, rozando su punto ¨G¨ , estimulándolo al máximo, (ya que esta postura es perfecta para eso) causando en ella una excitación y un placer tremendo, que termino produciéndole un orgasmo tan intenso…, que casi la hizo desmayarse.

– ¡¡Dios!!… ¡Qué maravilla!…. Definitivamente que tu…, mmm…, sí que sabes cómo…, satisfacer a una chica. – alcanzó a decir entre gemidos y suspiros, mientras descendía del clímax experimentado.

Satisfecho de su victoria, Gambito dijo:

– ¿Lo ves chere?…, pensaste que solo alardeaba pero no…, te di dos orgasmos más… como pactaste.

– Es cierto, admito que me equivoque…, ¿pero qué chica podría resistir todo lo que me has hecho, Remy?…, además… ¡esta fantasía tuya es irresistible!

– Te equivocas Rogue, esta no es mi fantasía.

– ¿No?…, ¿entonces cuál es?

– Ahora lo sabrás, pero primero deberás ponerte en cuatro.

– ¡¿Me vas coger por el culo?! – pregunto asustada.

– No…, por ahora. – contestó maliciosamente.

Al oír su respuesta quedo preocupada, pues le dio a entender que pretendía tener sexo anal con ella, pero ni loca lo pensaba hacer. No quería ni imaginarse el dolor que le produciría su enorme miembro rompiéndole el culo, así que pensó que si se lo llegaba a pedir simplemente se negaría rotundamente y listo, pero olvido que había hecho una apuesta en la que haría lo que le pidiera… y ese sería el pago de su derrota.

Creyendo que no debía preocuparse más, se dispuso a cumplir lo que le pidió, se colocó en cuatro recostando su cabeza sobre la cama, arqueando su cuerpo de una manera tal que levanto más su trasero, ofreciéndole un panorama espectacular a Remy.

– ¿Te han dicho que tienes un culo hermoso, Rogue?

– Si…, me lo han dicho…, lo que no entiendo es por qué si es tan hermoso como dicen…, todos quieren rompérmelo. – respondió irónicamente, protestando sobre sus intenciones.

Gambito sonrió por su respuesta, le dio a entender que sospechaba sus intenciones pero nada lo haría cambiar de parecer y humedeciendo los dedos de una mano, comenzó a tocar con los mismos su sexo ría hacerlo realidad…, experimentar esa sensación.

Gambito comenzó a penetrarla despacio primero, para luego aumentar el ritmo de acuerdo a lo que sus manos acariciaban, ya sea los senos que masajeo con delicadeza, o su bien formado trasero en donde se limitó a acariciar sus nalgas y ver como rebotaban contra su pubis con cada embestida que le daba.

No tardaron mucho en llegar al clímax con aquella postura y cuando se sintió venir saco su pene, le dio la orden a Rogue para que se volteara, obedeciendo al instante, apunto su miembro hacia su cuerpo mientras se masturbaba y unos segundos después, exploto sobre su anatomía quedando al final una imagen increíble y excitante… todo el cuerpo y la cara de Rogue cubierto de semen.

Al terminar todo, ella, con mucha delicadeza y sensualidad, recogió con sus dedos todo el semen que pudo de su cuerpo para llevárselo a la boca y tragárselo con sumo deleite. ¡Hasta se chupo los dedos para no desperdiciar ni una sola gota!…., pronto no quedó rastro de semen en su cuerpo.

Gambito observaba deleitado lo que hacía, a la vez que se tomaba un respiro, luego se dejó caer entre sus brazos para besarla románticamente, agradeciéndole de esta manera que le haya cumplido su fantasía, luego…, dijo algo que la desconcertó :

– Ya cumplí mi fantasía contigo querida, te di mi ¨bautizo¨ de amor…., ahora falta que me pagues la deuda pendiente.

– ¿Cual deuda?

– ¿Olvidaste la apuesta chere?…, dijiste que harías lo que quisiera si lograba llevarte al éxtasis dos veces más…. y como te habrás dado cuenta, gane.

Fue entonces que Rogue recordó su pacto con él y temerosa de lo que le pediría como pago pregunto:

– ¿Y qué quieres que haga Gambito?

– Que me des lo más preciado que tienes después de tu virginidad…, ¡tú culo! – especificó, sonriendo maliciosamente.

– ¡¿¿Que??!… ¡¿Estás loco?!…. ¡¿Acaso quieres matarme?! – respondió asustada.

– ¿Matarte?…, si solo quiero cogerte por el culo, chere. – contestó, burlándose.

– ¡¿Y te parece poco lo que piensas hacerme?!… Mi trasero es virgen y tus estas bien dotado…., ¡Me vas a matar Remy! – protestó.

– Tranquila, mon amour…, tengo algo que lo hará menos doloroso para ti. – dijo, mientras buscaba algo entre sus cosas, sacando a relucir una gel lubricante.

– ¡¿Y piensas que usando eso, voy a dejarte romperme el trasero?!… !Te equivocas Gambito¡

– No te dolerá mucho chere…, créeme…, ya la he utilizado antes. 

– ¡¿No me digas que alguna de tus ¨chicas¨ dejó que lo hicieras?!…, ¡debió ser muy valiente o demasiado estúpida para dejarse romper el culo contigo! – dijo asombrada.

– En realidad, he utilizado esta crema para hacer el amor, ya que ninguna ha podido aguantarme al natural como tú lo has hecho…, y solo unas cuantas se han atrevido a tener sexo anal conmigo…, pero lastimosamente ni con la crema puesta me han aguantado hasta el final. – expreso divertido, asustándola más.

– ¡¿Y Pretendes que yo te de mi trasero virgen, sabiendo que otras con ¨experiencia¨ quizás, no te aguantaron?!… ¡Debes estar bromeando Remy! – expresó desconcertada.

– ¿Faltaras a nuestra apuesta entonces?…, me lo debes niña. – exigió Gambito.

Estaba acorralada, debía cumplir su penitencia, Remy le había dado mucho placer, ahora ella tenía que hacer lo que le pidiera…, se lo debía…, pero estaba asustada, tenía miedo de lo dolorosa que resultaría una penetración en su trasero.

– ¿Estás seguro que si usas ese gel, me dolerá menos? – pregunto insegura.

– Por supuesto chere…., confía en mí…., de seguro lo disfrutaras. – respondió Gambito, confiado.

– ¿Que te hace pensar que lo disfrutare? – reprocho.

– ¿Has tenido alguna queja hasta el momento?

Pensó en sus palabras y se dio cuenta que tenía razón, hasta el momento no tuvo ninguna queja por lo que le había hecho, por el contrario, todo le resulto mágico…, increíble. Además, en el fondo de su ser quería hacerlo, pues curiosamente esa también fue una de las fantasías que tuvo en su sueño, así que se armó de valor y dijo: 

– Esta bien Remy…., pagare mi deuda contigo, solo te pido que me lo hagas con cuidado, no quiero que me lastimes demasiado.

– Tranquila…, tu solo relájate y déjame el resto a mí. – respondió sonriendo, contento por su decisión.

Beso sus labios, dándole a ella la seguridad y confianza necesaria para hacerlo, después la volteo colocándola nuevamente en cuatro para sujetar sus nalgas y darle una mamada en el culo sutilmente, luego acaricio delicadamente su sexo con una mano mientras que con la otra separaba levemente sus nalgas para lamerle el ano con deleite.

– Mmm…, ¿Qué haces Remy?…. ¿No querías metérmelo ya? – preguntó Rogue, disfrutando lo que hacía.

– Preparo el área querida…, dándole una mayor sensibilidad al ano…., para que puedas disfrutar mejor lo que haremos. – respondió, entretenido en su trasero.

– ¡Oh!…, ¡qué buena técnica Gambito!…, ¡me estas poniendo muy caliente!…, ¡terminaré deseando que lo hagamos ya! – exclamó ella, mostrando signos de excitación.

Luego de un rato haciéndole esto, Remy tomo el lubricante y con los dedos untó todo su pene (el cual se encontraba erecto), en especial el glande, después lo esparció en el área del ano, en donde se dedicó a juguetear con su dedo medio, introduciéndolo lentamente.

Cuando lo metió todo, empezó a moverlo de atrás hacia adelante rítmicamente, lo cual ella correspondía con movimientos leves de cadera, indicándole así que le estaba gustando.

– Mmm…, que rico se siente…, creo que me está gustando el sexo anal. – dijo ella, sintiéndose excitada.

– ¿Quieres que empecemos ya, chere?

– ¡Si, Remy!…, ¡jódeme el culo ahora! – exclamo Rogue sin saber lo que decía, por lo extasiada que estaba.

Gambito quiso provocarla un poco más, llevarla hasta los límites de un orgasmo, para que así le rogara hacerlo, pues su plan consistía en estimularla lo suficiente para que olvidase sus temores… y lo estaba logrando. Así que en lugar de un dedo le metió dos, procurando ensanchar la entrada para su pene, logrando al final meterle hasta tres dedos (con dificultad), contrayendo así el ano para facilitar la penetración.

Al parecer el plan había tenido éxito, pues llegado a este punto Rogue estaba que no cabía en sí, aparentemente su ano era bastante sensible al tacto y estaba experimentando una sensación indescriptible…, tan excitante que sin poder aguantarlo más, giró su cuerpo hacia atrás y mirándolo a los ojos suplicó:

– ¡Hazlo Remy!… ¡¿Qué esperas?!…., ¡rómpeme el culo ahora! 

Sonrío satisfecho por los resultados de su plan y sin más demoras le acomodo el pene en su orificio anal, introduciéndolo después poco a poco.

Rogue se mordió los dedos para no gritar cuando sintió aquello abriéndose paso en su interior, hasta se le aguaron los ojos por el dolor sufrido. 

Procuro sacar su miembro levemente para untarse más lubricante, con la intensión de facilitar la labor de entrada cuando lo introducía nuevamente.

Al poco rato noto que ella lo estaba disfrutando, pues emitía gemidos de placer con cada penetración suave que le daba. Paulatinamente fue aumentando el ritmo con que se la cogía, a medida que sentía menos estrecho el culo y por los quejidos de placer que emitía.

Por momentos su pene se salía accidentalmente, por lo que decidió sujetarla de ambas manos jalándola hacia él y de esta forma evitaba que se desacoplaran, a la vez que quedaba por completo a su merced (inclinada de rodillas, con sus brazos hacia atrás sujetados por Remy, mientras se la cogía con fuerza). Sin darse cuenta ya le había metido todo su pene, dando como resultado que sus nalgas golpearan contra su pubis, produciendo un sonido y una vista alucinante que pondrían caliente a cualquiera.

Gambito la soltó de las manos pensando descansar unos segundos, pero para su sorpresa, ella continuó la faena moviendo su trasero de atrás hacia adelante, gimiendo como una posesa, alcanzando a decir:

– ¡¡Oh Dios!!…., ¡¡se siente divino!! 

– ¡¿Te gusta mon amour?! – pregunto sorprendido.

– ¡¡Me encanta como se siente, Remy!!… ¡¡Jódeme bien el culo por favor!!

– ¡No puedo creer que hayas dicho eso, Rogue!…., ¡no sabes cuantas veces te soñé diciéndome eso! – confesó Gambito, quien se excito demasiado al escucharla y comenzó a sentir que se venía.

– ¿Te gustaría que me viniera dentro de ti, chere?

– ¡Si cariño!…, ¡quiero sentir tu semen calientito dentro de mí! – exclamó excitada.

Al escuchar su autorización termino acabando en su interior, vaciando toda su carga. Y cuando ella percibió ese jugo caliente dentro de sí, se excito muchísimo, alcanzando el clímax. Al terminar todo, Remy se apartó de su trasero permitiendo que algo de semen le saliera del culo, por lo que Rogue se percató y dijo:

– ¡Oh!… ¡Qué maravilla!… ¡Me has llenado el tanque, tesoro!

Apretó el abdomen levemente y expulsó gran parte de esperma que había en su interior, escurriéndosele por las piernas.

Luego ambos exhaustos y hechos un asco (sudados y con rastros de semen por todas partes), se recostaron mientras se recuperaban del intenso ¨ejercicio¨ que habían tenido.

– ¡Auch!…, me lastimaste un poco, Remy. – dijo, adolorida de su trasero.

– Lamento si lo hice chere…., pero valió la pena, ¿o no?

– ¡Si!…, ¡¡estuvo fenomenal!!…, al principio me dolió, pero después me gustó muchísimo… Debo admitir que eres un hombre excepcional Gambito. – contestó, maravillada.

– ¿Aún crees que soy un mentiroso? – preguntó divertido.

Su mirada hacia él se tornó triste y guardo silencio por un momento, luego se apartó diciendo:

– Por supuesto…, lo eres con todas las que te interesa seducir, para conseguir lo que quieres…. y lo hiciste conmigo ahora.

– ¿Por qué dices eso chere?

– ¿Crees que soy tonta Gambito?…, lo único que deseabas de mi era poseerme y cuando viste la oportunidad la aprovechaste…., ahora que lo conseguiste imagino que estarás satisfecho. – respondió compungida.

– No es cierto Rogue, claro que deseaba hacerte mía desde mucho, pero no pienses que ahora que lo fuiste ya no me interesas.

– Si, como no…, seguro le dices eso a todas.

– Te equivocas de nuevo chere…., a ninguna le pregunte después de hacer el amor si quería ser mi novia.

– ¡¿Me estas pidiendo que sea tu novia?! – dijo, sorprendida por la pregunta.

– Oui, mon coeur.