Real y a distancias
Me he preguntado muchas veces si los relatos reales lo son, este lo es, absolutamente real.
El caso es que mi mujer y yo habíamos discutido muy seriamente, tan seriamente que nos habíamos separado y la separación duraba ya varios meses.
Durante este tiempo nos vimos varias veces y poco a poco las diferencias quedaron olvidadas, aunque no nos decidimos a volver a vivir juntos hasta que pasó lo que pasó.
Ambos somos aficionados a chatear, e incluso utilizamos programas de videoconferencia para charlar con amigos en distintas partes del mundo.
Aquel día mi mujer quería hablar con una compañera de trabajo que, a la sazón, estaba desplazada en un país latinoamericano y no conseguía hablar desde mi ex-casa.
Me llamó por teléfono para ver si podía acercarse a mi piso y utilizar mi ordenador para mantener la conversación con su compañera. Le dije que si, además ¿por qué negarlo? Me apetecía verla.
En una media hora se presento en mi casa, vestida como siempre, con sus vaqueros, su camisa … y ese pelo que me gusta tanto …
No es muy alta, 1,60 pero tiene un cuerpo bien proporcionado de donde no hay que quitar ni poner, y que nadie piense que lo digo por que es mi mujer.
Conectó con su compañera y yo me marche de la habitación para dejarlas hablar tranquilas, como a los diez minutos asome la cabeza para ofrecerla una copa que acepto encantada y me invito a pasar:
Acabo de colgar, ¿podemos ver un par de «sites» que tenia curiosidad por visitar?
Claro, adelante, ¿puedo quedarme?
Si, hombre, claro que si tráete una silla.
Al instante estábamos sentados frente al ordenador con un par de copas, navegando sin advertir que el programa de videoconferencia seguía conectado …
No se el tiempo que transcurrió pero de pronto saltó la típica ventanita de llamada entrante de video (los que usáis estos programas la conocéis perfectamente) con un mensaje que nos hizo reír en principio: «pareja cachonda busca igual» o algo parecido …
Nos miramos risueños y con una sonrisa entre picara y divertida y esperando un NOOOOO le pregunté si aceptábamos la llamada, la verdad es que me sorprendió su respuesta:
Venga, acepta, a lo mejor solo quieren contarnos chistes – dijo riendo.
Evidentemente no eran chistes, no le veíamos la cara, en la pantalla se dibujó el torso desnudo de una chica con los pechos cubiertos con unas manos de hombre, inmediatamente desplacé la cámara para que no enfocara a nuestra cara, y solo mostrara de cuello para abajo, juntos los dos.
Enseguida se abrió la ventana de conversación y apareció un mensaje: «¿veis lo que hace mi novio?». «Si», escribió mi mujer como respuesta
¿Os gusta?
Si, – respondió de nuevo-
¿Y vosotros no hacéis nada?
Por ahora miramos, – contestó –
Ok
En la imagen podíamos apreciar las caricias que la chica recibía, y como las manos de su novio recorrían sus senos y tironeaban de sus pezones…
Al menos yo me estaba estaba excitando con lo que veía y a mirar a mi mujer vi que se había puesto muy seria.
No pude evitar mirar hacia su pecho y observe que sus pezones habían empezado a crecer debajo de la camisa.
Levantándome conecte los altavoces y escuchamos entonces perfectamente el sonido que llegaba: jadeos y gemidos entrecortados …
Mientras ajustaba el volumen de los altavoces me gire ligeramente para preguntar a mi mujer si oía bien, y ella aprovechó el momento para poner su mano en mi vientre, justo donde terminaba mi erección, visible debajo del pantalón
En la pantalla nuestra imagen reflejaba mi bajo tórax, su mano sobre él y su pecho derecho, en la ventana de nuestros «amigos» la chica se había girado y tenia entre sus manos él pené del hombre.
Vi que mi mujer no apartaba los ojos del monitor.
Fui a sentarme de nuevo, pero ella me lo impidió con sus manos, situándose frente a mí, de perfil a la cámara.
Me miro a los ojos preguntándome con la mirada si quería continuar. Creo que no hubo ninguna duda en mi respuesta por que empezó a desabrochar mi pantalón.
Mientras miraba como la chica masajeaba el miembro de su novio.
Sentí las manos de mi mujer bajando mi pantalón.
Tironeó de mis bóxer hacia abajo y dejo al descubierto mi pene, que apareció inmediatamente en el monitor.
Podía ver a mi mujer que seguía también lo que ocurría en la pantalla, tanto en nuestro vídeo como en el de la otra pareja.
Las caricias que empezó a prodigarme en mi pené hicieron que se endureciera enseguida y entonces ella empezó a bajar su cabeza hacia el…
Mi mano tapo su cara para que no apareciera a en pantalla mientras ella empezaba a besarme la punta de mi miembro.
No pude evitar un gemido y un estremecimiento en todo el cuerpo.
Parecía que la otra pareja tenia envidia, la chica empezó a chupar el pené de su pareja mientras el sujetaba su cabeza y también tapaba su cara.
Pronto sentí que no aguantaría mucho la situación, si no le daba un giro al asunto, así que me aleje de la boca de mi mujer, y me arrodille frente a ella, empecé a desabrochar su camisa, mientras ella se ocupaba de orientar la cámara de nuevo.
Tal como la colocó no sabría decir que resultaba más excitante: nuestra imagen en el monitor, la mamada de la otra pareja o el sujetador de mi chica que apenas alcanzaba a sujetar sus pezones erizados.
Mis manos pronto alcanzaron su espalda para soltar la presilla de su ropa interior y empecé a morder sus pezones provocando en ella gemidos cada vez más fuertes.
Entonces un gritito a través de los altavoces me hizo mirar hacia la pantalla: Vi que el otro hombre había metido su cabeza entre las piernas de su hembra y que ella se retorcía de placer, ahora ya sin cuidado por que su cara apareciera en la pantalla, vi perfectamente como apretaba los labios por las caricias de su compañero.
No iba a ser menos, pero yo lo tenia mas complicado, empecé a pelear con el vaquero de mi mujer, pero la ayuda de ella vino a facilitarme las cosas, en unos segundos su sexo solo estaba tapado por una breve braga que no me costo nada apartar para empezar a chupar su ya mojada entrepierna.
Ahora no podía ver que hacían los otros pero los sonidos eran casi tan excitantes como las imágenes.
A veces no sabia muy bien que chica gritaba o gemía, sus voces se confundían en mis oídos medio tapados por las piernas de mi mujer, que, además, las apretaba contra mi cara mientras arqueaba su cuerpo buscando mas y más mi lengua.
Sentí que ella se acercaba al orgasmo, pero yo no estaba dispuesto a que fuera así.
Me retire mientras seguía acariciando su clítoris con un dedo y tirando de su cintura hice que se pusiera en pie, un beso largo con nuestras lenguas fundidas mientras acariciaba su espalda y sus nalgas sirvió de excusa para girar lentamente y sentarme yo en su silla.
Ahora ella estaba de pie frente a mí, en la perfecta postura para hundir mi lengua entre sus piernas mientras apretaba con mis manos sus nalgas.
Con el rabillo del ojo vi la imagen de nuestros antagonistas: No habían aguantado mas y él la penetraba desde atrás mientras ella se apoyaba en algo que no podía distinguir.
En nuestra imagen mi mujer se acariciaba los senos con sus manos …
Mi mujer estaba chorreando, y yo estaba desando el siguiente paso, sentado como estaba la gire y la senté sobre mí, su espalda contra mi pecho, de ese modo me fue muy fácil empezar a acariciar sus pechos con una mano y con la otra masajear su clítoris.
Ella movió de nuevo la cámara colocándola de tal modo que ahora enfocaba directamente hacia su vientre, la imagen era deliciosa: mi pené entre sus piernas una de mis manos en su pecho y la otra recorriendo lentamente su vagina.
Cuando ella se levantó ligeramente fue para conducir mi miembro hacia su interior, apuntó hacia su entrada y se sentó bruscamente. La penetración fue profunda, muy profunda y arranco un grito de los dos al unísono.
De esa manera podíamos vernos perfectamente a nosotros mismos y a la otra pareja que había cambiado ligeramente su postura: podíamos ver el bamboleo de los pechos de ella ante las embestidas de su pareja, los gritos de ambos seguían llegando claramente por los altavoces y mi mujer empezó a moverse…
Cómo se movía!! Arriba, abajo, a veces en circulo, pero sin permitir que mi pené escapara de su sexo: mis dedos continuaban acariciándola y la tensión de sus músculos me indicaba que el fin estaba cerca …
Ella alcanzó el orgasmo unos instantes antes que yo.
Cuando aflojo la fuerza de sus movimientos y descargo su peso sobre mí, con un ultimo envite alcance el mío, intenso, duradero…
Los feroces movimientos de unos segundos antes se convirtieron en un suave bamboleo…
Los otros continuaban y nosotros seguíamos disfrutando de su imagen mientras continuábamos con ligeros movimientos y caricias.
Por sus gritos y movimientos espasmódicos adivinamos que ellos estaban también llegando al final, que no tardó en producirse… unos instantes mas tarde llego un texto a nuestro monitor: «¿nos cambiamos direcciones de correo?».
No les hemos escrito y no he recibido nada suyo.
Es posible que nos encontremos de nuevo… Pero como siempre esa será otra historia y debe ser contada en otra ocasión.