Capítulo 2

Capítulos de la serie:

Usado como la putita de mi mejor amigo II

Esta historia también sucedió con mi amigo Esteban.

Como les conté en mi historia pasada «usado como la putita de mi mejor amigo», Esteban, a los 17 años (igual que yo), era un chico muy desarrollado mientras que yo me había tardado un poco en desarrollar.

A pesar de tener la misma edad mi cuerpo parecía el de un niño comparado al de él.

Habíamos empezado una extraña relación en la que, ante el mundo éramos dos chicos normales y amigos pero de vez en cuando el me utilizaba para desahogarse toda su lujuria de adolescente usándome como su putita personal.

Sucedió que en unas vacaciones un primo de él de Estados Unidos vino a temporar a su casa.

Se llamaba Derek y a sus 16 años era un chico muy desarrollado. Medía ya como 1.85, cabello rubio y ojos claros.

Esteban, por su cuenta era como de 1.75, moreno, muy buen cuerpo y algún vello en su pecho.

Yo en ese tiempo aun tenia unos 1.68 de estatura, piel trigueña, cuerpo muy liviano y prácticamente nada de vello en el cuerpo, con excepción de un fino vello púbico que comenzaba a salir.

A mi me encantaba el cuerpo de Esteban y n nuestra extraña relación era común que el hiciera gala de su físico ante mi lo cual me excitaba de sobremanera.

Sin embargo solo teníamos contacto sexual cuando el lo deseaba.

Ya teníamos más de un mes de que no sucedía nada, en parte porque su primo estaba aquí y en parte porque tenía una novia que, si bien no le daba todo, le distraía.

Pero yo sabía que tarde o temprano no iba a aguantar las ganas y me iba a dar una follada como las que sabía darme.

Con lo que no conté fue que lo que pasó una noche que me invitó a dormir a su casa para salir a una fiesta como solíamos hacerlo.

Al llegar lo encontré en su cuarto platicando con su primo y jugando video juegos.

Los saludé y me presentó a su primo.

Este me veía de una manera extraña y me parecía que había entre ellos algo que de lo que no me había enterado.

Transcurrió la tarde en video juegos y charla de deportes que a mi no me interesaban mucho.

Entonces pasó la charla al tema del sexo, Esteban nos contó como su novia no le dejaba hacer nada más que tocarle las tetas por encima del sostén y que eso lo frustraba mucho.

Derek por su parte nos contó como el nunca había tenido más experiencia que quitarle el sosten a una chica y mamarle los pechos.

Yo por mi parte no tenia nada que contar excepto lo que teníamos en secreto con Esteban y no era algo que iba a contar abiertamente.

La conversación luego varió y Esteban la condujo hacia el tamaño que una verga debería de tener (uno de sus temas favoritos para poder compararse con la mía).

El aseguró que la tenía más grande que nosotros dos, yo sabía que era cierto y no objeté en nada.

Derek sin embargo dijo que no estaba tan seguro de que fuera más grande que la suya.

Mi amigo pareció tomarlo como un reto y le dijo que concursaran para ver quien la tenía más grande.

Con esto Esteban se sacó su miembro del pantalón corto en que se guardaba y este quedó expuesto a nuestros ojos.

Su polla se encontraba semi erecta por lo que no alcanzaba su total esplendor.

Yo ya la conocía bien pero nunca dejaba de excitarme el verla.

Era morena y gruesa con una cabeza un tanto más oscura, la acompañaban una oscura pelusa negra y un par de huevos grandes como pelotas de golf.

Con mano diestra comenzó a estimularla hasta que comenzó a crecer rápidamente alanzando los 18 cm de su esplendor.

Derek no parecía impresionado y dijo, en su acento norteamericano, que creía que podía superarlo.

Yo ya estaba excitado por el juego y mi propia polla comenzaba a erguirse en mis pantalones.

Entonces el gringo sacó de sus pantalones su miembro.

Este era de piel blanca y circuncisa, grueso y voluptuoso aun en su estado de reposo.

Su cabeza era rozada y bastante gorda pero lo que más me llamaba la atención era su vello claro, casi rubio que rodeaba toda su pelvis y subía en un tentador caminito dorado hasta su estómago hundiéndose en su ombligo.

Con un poco de estímulo comenzó a crecer y en efecto alcanzó un tamaño muy parecido al de su primo, era difícil distinguir cual era el mayor. Yo sugerí traer una regla y lo hice.

Aprovechando la oportunidad me autodesigne el juez y coloque la regla alternativamente junto a sus pollas mientras ellos la acomodaban para ver la medida.

Al final resultó que la de Derek era medio cm más larga pero la de Esteban era un tanto más gruesa aunque no por mucho.

Hacía calor y Esteban dijo que se iba a quitar toda la ropa y al instante se desnudó frente a nosotros quedando expuesto su magnífico cuerpo. Derek hizo lo mismo y se quedaron platicando en pelotas un rato.

Yo no estaba muy cómodo con aquello, sabía que mi cuerpo se vería muy pequeño y frágil comparado a los suyos y me sentiría un poco extraño. Aun así, todo esto me excitaba un poco.

Me invitaron a que hiciera lo mismo y yo me quite la camisa para complacerlos.

Entonces Esteban me dijo que porque no me quitaba todo, que estabamos en confianza. Yo dije que no y el me contestó que no fuera tímido que de por si no tenia nada que no hubieran visto antes.

Y como yo seguía negándome juguetonamente hizo como si me quería quitar los pantalones cortos.

Como yo puse resistencia poco a poco se degradó en un forcejeo. Derek pronto se unió y no pude contra los dos.

El estar así luchando con estos dos muchachos corpulentos y desnudos me terminó de excitar.

Sentía penes y vellos rozar por doquiera, y sus olores me penetraban la nariz poniéndome a mil.

Al final Derek me sujetó por los brazos con firmemente y Esteban me quito la ropa de un tirón dejándome desnudo igual que ellos.

A pesar de que estaba totalmente erecto, mi verguita no alcanzaba aún los 10 cm y tenía muy poco vello alrededor.

Entonces me soltaron y yo acabe de quitarme los zapatos ya que estaba desnudo. Así nos quedamos platicando un rato.

Yo podía ver como ellos se veían sospechosamente y de nuevo tuve la sensación de que había algo entre ellos de lo que yo no estaba tanto.

Unos momentos despues de la conmoción Esteban me dijo que ni me imaginara que no me iban a cobrar mi penitencia.

Yo estaba cansado y además tenia curiosidad de ver cual era la penitencia así que dijo que estaba bien.

Entonces platicaron entre si y Esteban se me acercó con la camisa de su primo en manos y me dijo que me incara.

Lo hice y el vendó mis ojos con ella. El olor a testosterona en la camisa me acelero el pulso y sentí que mi verguita se erguía todo lo que podía. Entonces mi amigo me dijo.

-«Esta es tu penitencia: ahora que has medido nuestras vergas vas a adivinar cual es la de quien cuando te las pongamos en la boca!»

Sentí que el corazón se me aceleró. La idea de imaginarlos a los dos de pie ente mi metiendo sus poyotas en mi boca casi hizo que me corriera allí mismo. –»vas a tener un minuto para mamar cada una y luego tenés que adivinar cual era de quien!»

Yo sonreí y esperé. Pude alcanzar a oír que mi amigo le decía a su primo –»ves que no hay nada , si a este cabroncito le gusta hacer de puta!» lo cual me excito mas.

Unos momentos después sentí unas manos firmes en mi cabeza y una polla húmeda en mis labios.

Yo ya conocía la polla de mi amigo bien, pero como nunca había mamado otra no sabía si iba a poder distinguirla solo por tacto.

La probé con mis labios al principio y pude definir un glande voluminoso con una gotita de líquido en la apertura la cual probé con mi lengua.

Al dueño de la polla pareció excitarle esto pues esta convulsionó de placer. Iba a tomarla con mis manos pero otras manos más fuertes me las retuvieron en señal de que solo usara mi boca para reconocer.

Obediente me metí aquel glande en la boca.

Era delicioso y potente.

Pasé mi lengua por su borde tratando de reconocer pero no hallaba nada que me delatara que era la de mi amigo.

Entonces decidí probar midiéndola a ver si podía distinguir la leve diferencia de largo que tenia aquellos magníficos penes.

Pase mis labios a lo largo de la tranque que tenía enfrente hasta que una espesa mata de vello hizo cosquillas en mi nariz.

Bajé a los huevos y encontré que estaban duros y dispuestos a eyacular su cargamento en cualquier momento.

Los lamí y me los introduje en la boca degustándolos. Aún no podía saber de quien se trataba pero estaba disfrutándolo de maravilla.

Entonces sentí una conmoción de cuerpos sobre mi y otras manos giraron mi cabeza la cual se encontró de golpe con otra polla caliente en mi mejilla.

Esto lo tome como indicación de que tenía que probar la otra en ese momento.

Como no hablaban no podía ubicar quien era quien pero empece obedientemente a explorar esta nueva pola.

Comencé introduciendo mi glande en la boca y succionándolo mientras lo acunaba en mi lengua.

El dueño de la polla gustó tanto de esto que sentí sus manos empujar mi cabeza hacia su cuerpo con firmeza y lentitud.

Yo obedecí tragando cuanto pude.

Pero en ese momento me percaté de que la leve diferencia en el grosor de la polla que ya antes me había tragado además de una leve curvatura que la de mi amigo no tenía: era Derek.

Entonces me pude imaginar a mi mismo de rodillas ante aquel gringo de cuerpo grande delicioso engullendo su sabroso salchichón.

Subí y bajé de su polla tratando de tragarla toda pero llegaba un punto en que ella no podía.

El, por su parte parecía estar disfrutando de la mamada que le daba de igual manera que yo al hacercela.

Por un momento logre sacar la tranca de mi boca y dije triunfal: «esta es la de Derek!» y me quité la camisa para comprobar que era cierto.

-«Ves»-dijo Esteban a su primo «que mi putita reconoce la verga de su macho!» Todos reímos y les pregunté que que querían que hiciéramos ahora.

En respuesta Derek me jaló del brazo hacia el y me dijo en inglés «Ven para que pequeña puta!» me estrujó contra su cuerpo y me besó.

Mi cabeza quedaba a la altura casi de su pecho con una leve pelusa rubia. Su lengua entraba bruscamente en mi boca y sus brazos fuertes estrujaban mi cuerpo contra el suyo.

Sus huevos peludos rozaban mi erección y su polla blanca y palpitante quemaba mi vientre.

El estaba como desquiciado y se frotaba contra mi cuerpo como queriéndome follar. Entonces sentí los dedos de Esteban untándome de vaselina el culo y me dijo.

-«Hoy si te vamos a pisar entre dos putita!».

Después de lubricarme sentí como se puso detrás de mi con su tranca empalmada entre mis nalguitas lampiñas.

Yo creo que mi falta de vello corporal los excitaba aun más puesto que contrastaba con sus cuerpos masculinos y velludos.

Mientras mi amigo se masturbaba pasando su pene entre mis nalgas yo conseguí un poco de la vaselina y comencé a masturbar a Derek.

Su paya era deliciosamente grande, tanto que debía tomarla con ambas manos para poder masturbarla mejor.

A la vez lamía y chupeteaba sus pezones duros en su pecho velloso.

El peso y la fuerza con que ambos se frotaban contra mi era tal que sentí por un momento que me iban a destripar así que logre escabullirme de entre ellos y me pasé a la cama.

Antes de que pudiera decir nada Esteban me puso de cuatro patas y puso su rico pene en la entrada de mi ano, Entonces me preguntó.

-«Lista para que te follemos putita!» yo asentí con la cabeza y el sin pensarlo comenzó a introducir su miembro lentamente en mi ano.

El ya tenía práctica en cogerme por lo que sabía como hacer para que no me doliera tanto.

Aun así era algo doloroso. Cuando finalmente sentí su par de huevos tocar mis nalgas respiré un momento tratando de relajar mi ano para que no doliera.

-«Que te parece como te tengo bien ensartada!» me dijo con tono burlón y sosteniéndome firmemente por las caderas. Esteban comenzó a moverse adentro y afuera causándome un delicioso dolor.

No tardó en agarrar un ritmo muy acelerado y sentía como sus huevos aplaudían contra mis nalgas dándole deliciosos placer.

Estaba tan excitado que no tardó en llenarme de su ardiente semen mientras gemía de placer. Al terminar retiró su arma de mi trasero y sentí como rebalsaba de su semen tibio y sabroso.

No tarde en darme cuanta cuando Derek me tomó diciéndome que quería que me sentara sobre su polla mientras el estaba acostado.

Nunca había hecho eso pero como ya estaba tan excitado dije que lo iba a intentar. Esteban dijo a Derek que le iba a ayudar sosteniéndome para mientras me sentaba .

El se arrecostó cómodamente y yo me hinqué poniendo mis rodillas junto a sus caderas.

Por un momento su enorme lanza quedó entre mis piernas y junto a mi modesta erección.

Solo su glande era casi del tamaño del saco de mis bolas y ambos sonreímos al ver esto.

Entonces me levanté sobre mis rodillas y acomodé su pija en la entrada de mi culito.

Como ya Esteban lo había dilatado y lubricado con su deliciosa corrida, estaba listo para lo que venía.

-«Vamos pequeña puta latina» me decía en su acento norteamericano «Quiero verte sentada y llorando en mi vergota!» Sus palabras me humillaban y a la vez me hacían acelerarme.

Entonces lentamente comencé a descender sobre su polla. Me dolió mucho y creo que se notó en mi expresión y me detuve un momento.

Sentía como aquella polla iba abriéndose paso dentro de mi en un ángulo que nunca antes había experimentado. Un pequeño gemido de dolor se me escapo. Y pude ver como Derek sonreía. «Vamos pequeña puta latina trágatela toda, quiero verte clavada hasta el fondo en mi verga» me decía en inglés.

Alentado por sus palabras logré llegar hasta la mitad.

Mis piernas temblaban y a el eso le parecía encantar: ver como su placer era para mi dolor. Pero que dolor tan sabroso! mientras Esteban solo miraba desde un sillón que había en una esquina.

De nuevo comencé a bajar más a lo largo de aquel mástil y cuando menos lo supe mis bolas estaban apoyadas en la mata de vellos dorados que rodeaba su sexo.

Lo había logrado pero le dije que no podía más y que por favor me la sacara pues me dolía mucho tener una verga tan grande dentro de mi.

El me dijo que esperara un poco que quería mecerse un momento y sentí como su potente cadera empezó a levantarme rítmicamente.

Se sentía como que iba sobre un enorme caballo y no era del todo desagradable pero ya quería que me la sacara .

-«Eso es putita!» me estaba diciendo cuando no pude más y de golpe me levante de rodillas dejando que su tranca saliera de mis entrañas. Sentí un gran alivio, casi orgásmico al sentir como sus 19 cm se resbalaban hacia afuera de mi.

-«No!»- le dije –»no puedo más, lo siento es muy grande!»

-«Esta bien»- dijo el riendo-«pero entonces mámamela hasta que me riegue porque ya casi me vengo» me dijo en tono amigable

Obediente comencé a acariciarle sus hermosos genitales con mi boca y lengua mientras el permanecía acostado boca arriba.

Su tranca parecía una torre la cual yo sobaba y lamía como una verdadera puta.

Cuando estaba a punto de correrse yo puse mi cara de frente a su agujero y abrí la boca pues estaba ansioso de probar su semen.

El se sentó y masturbándose comenzó a salpicar mi cara diciéndome –»Toma putita, esto es lo que querías verdad, trágatelo todo no quiero que dejes ni una gota de mi semen!

Lamelo todo. Yo tenía ya toda la cara salpicada de su semen pero hice mi mejor esfuerzo para logras tragarme hasta la última gota.

Después lamí su pene y sus bolas asegurándome de dejarlo limpio como el quería.

Mientras todo esto sucedía Esteban se había estado masturbando y estaba listo para venirse de nuevo y me dijo desde su asiento: -«Rápido vení que me quiero venir en tu boca puta!»

Yo, habiendo terminado de limpiar de sus propios jugos los exquisitos genitales del gringo acudí a mi amigo y me trague de inmediato su polla y la succione lenta y profundamente como sabía que a el le gustaba que lo hiciera.

No tardé en sentir como su miembro comenzaba a convulsionar y su dulce jugo inundaba en oleadas mi boca.

Lo trague todo hasta que ya no salió más. El me acarició la cabeza como diciendo –»buena putita!» y descansó un rato.

Después de esto ellos cayeron dormidos del agotamiento y yo me fui a la ducha donde me masturbé pensando en todo lo que me habían hecho esa tarde.

Por la noche salimos de fiesta y todo transcurrió con normalidad.

Continúa la serie