Mi nombre verdadero no lo quisiera relatar por ciertos motivos, pero quiero que me conozcan por Aldo.
Para que todos los sepan y nos vayamos conociendo mejor, quiero decirles que soy del Estado de México vivo muy cerca de la capital D.F., tengo 28 años y lo peor del caso es que comparto mi matrimonio con una mujer muy linda, por que lo peor, precisamente por eso les contare este relato.
Mi historia comienza cuando tenía la edad de entre los 19 ó 20 años, como toda la gente normal tenía mis amigos y mis amigas que compartíamos la palomilla del barrio, entre esa palomilla existían dos familias (que eran las que más amigos aportaban a la palomilla) una de las familias tenía como integrantes del grupo a dos hermanas y un primo, hacíamos lo que queríamos con las dos hermanas, las cachondeábamos, no las turnábamos y no las cogíamos, chicas reservadas pero en la privacidad muy cachondas. (eso es otra historia)
Mi primera experiencia con un hombre que no fuera de mi familia y ya a una edad digamos más madura, fue con el primo de estas chicas, él en ese entonces tenía entre unos 17 y 18 años.
Resulta que él era de una familia más o menos acomodada y como hijo único era el consentido de la casa, sus papás trabajaban y por tal motivo vivía prácticamente solo en su casa, siempre contaban con sirvienta, pero nada agradable ellas.
Resulta que nos invitaba a jugar con las novedades de los vídeo juegos, a ver películas por cable, y jugar con lo que fuera.
Uno de esos días que me invitó a su casa, estábamos completamente solos, jugamos un buen tiempo, pero unos días antes como que se nos calentaba la hormona, y fue hasta ese día, jugábamos nintendo, el se acostó en una gran pelota que era como un colchón o una almohada grande, por cualquier cosa forcejeábamos y no poníamos medios cachondos.
Después le ganaba en algo y me subía en él y le daba sus picones como jugando, note que no le importaba que yo le hiciera eso y se lo repetí en varias ocasiones, ya cuando no pude mas y mi pene tuvo una erección, me le subí y le empecé a tallar mi falo en sus nalgas anchas, decidí quedarme y repetirle la acción varias veces, no decía nada, ni siquiera se movía, y fue cuando decidí ponerlo en acción.
Le comencé a tallar por encima de sus pantalones su verga, y sentí como se le ponía dura, después le empecé a dar lamidas en el ido y alrededor del cuello, empecé a tallarle mi verga en su culo y fue cuando se empezó a mover.
Se volteo y nos quedamos viendo uno al otro, sabíamos en el fondo que era algo prohibido pero que lo queríamos hacer, era una excitación diferente, sabíamos que nos gustaba, entonces se me acercó y nos besamos despacio pero después fue lengüetazo tras lengüetazo, nos comíamos a besos, después sin despegar nuestras lenguas nos dirigimos a su cuarto, en ese momento pensé «logre llevarlo hasta donde yo quería» .
Ya en su cuarto nos quitamos la ropa, y sentí algo por todo mi cuerpo que me gustaba, estar desnudos los dos solitos y en una cama, juntamos nuestras pollas y se picaban uno al otro, mientras nuestras lenguas jugaban una a la otra, sentir esos roces en nuestras vergas nos ponía muy cachondos, decidimos acostarnos en la cama y diseñar un gran 69, nos colocamos y fue cuando vi esa rica verga en mis manos, la tome un rato la comencé a mirar, y la describí así, no muy grande ni pequeña justo lo que quería un tan gruesa, era la verga que soñaba para mi, sin notarlo, sentí como mi amigo ya había comenzado a mamar me la verga, pero cuando le puse atención, sentí su lengua rozar toda mi cabeza, sentí la combinación de su lengua húmeda con lo caliente de su boca, era rico.
Me excitó más y me decidí a comerme esa verga, decidí meterla hasta donde más pudiera, quería ahogarme en ella, no pude contenerme más por lo rico que mamaba mi verga y derrame toda mi leche en su boca, después me miro y me pregunto, ¿ya lo hiciste verdad? Le conteste que me gusto mucho como me la mamo, que no pude aguantarme, me contestó –no te preocupes, me gusto sentir los jugos de tu sexo, y saben muy bien.
Sabía que le tenía que corresponder de la misma manera, decidí dejarle de mamar la verga, y me puse en cuatro y le deje a su disposición mi culo, abrí mis nalgas con mis manos y le dije –toma, es todo tuyo, comencé a sentir su verga, llenaba todos mis rincones, sabía que era lo que necesitaba y decidí empujarla yo mismo, algo me llego hasta dentro pero sentí mucho placer, y comenzó a penetrarme una y otra vez, se los juro que fue por mucho tiempo, me cogía como nunca imagine, pero cuando decidí mamársela para probar su leche, escuchamos una voz que llamaba desde abajo, y como jet nos movimos para cambiarnos, era su prima que se acercaba, decidí meterme al baño y cambiarme de ropa ahí.
Después cuando salí, vi su cara como de sorprendida, pero me valió, ya lo había disfrutado.
La verdad no sé si se dio cuenta su prima, pero ese día me metieron la verga de la manera más rica y excitante, desde ese día no me volvió a coger, tuvimos encuentro pero no lo mismo, solo cachondeamos, después el se casó y yo también y jamás he vuelto a sentir lo mismo, y así termina mi historia…
Últimamente he sentido la necesidad de tener algo que me llene atrás y de sentir una gran verga en mi boca, y recuerdo como tuve esa experiencia y se me mete eso a la cabeza.
A pesar de que tengo buenas relaciones con mi esposa, deseo tener el falo de un hombre satisfaciendo mi gran deseo.