Iniciaré contando que me traslade a un nuevo municipio, en el momento de tomar un apartamento en arriendo, necesitaba salir a comprar un bombillo, por lo tanto saqué mi motocicleta y me fui en busca de él.
Era un municipio más bien pequeño, mientras buscaba el sitio, pasé por un lugar que parecía una ferretería, me baje de la moto y un señor moreno de unos 50 años se me quedó viendo, me saludo muy normal, me preguntó que estaba buscando, yo le dije que un bombillo y me indico una tienda a unas dos cuadras, mientras le explicaba, me pregunto que si yo era nuevo allí, por lo que yo afirme.
Seguido a eso me preguntó que en donde me había ido a vivir ya que él estaba arrendando habitaciones amobladas en su casa, intercambiamos un par de palabras y me dijo, si quiere anote mi número, me escribe y cuando quiera puede ir a ver las habitaciones.
Él en ningún momento me insinuó nada, pero yo note algo extraño en él.
En la noche pensé en escribirle para indagar sobre las habitaciones y para curiosear sobre el señor, a ver si mis sospechas estaban acertadas.
Lo salude por WhatsApp informándole que era yo el de aquella tarde, el me saludo y me dijo que cuando quisiera fuera a ver las habitaciones y me las recomendaba mucho.
Todo transcurría dentro de la normalidad hasta que me dijo que si no era a ver las habitaciones, que pasara qué me invitaba una cerveza. En ese momento se me aumentaron las sospechas de que él quería otra cosa pero en mi caso, no me gusta ir sin saber que me darán o que gustos tiene esa persona.
Yo me negué a ir inventando excusas, pero él fue muy insistente hasta el punto en que yo le dije que que me daría él si yo llegase a ir, a lo que él tampoco se atrevía a responderme pues yo le hablaba seriamente.
Es así que en la cuarta vez, vuelvo y le pregunto que que me daría y el ya arriesgándose me dice: «verga verga verga es que le voy a dar, mucha verga».
Quedé pensando en lo curiosa que es esta vida, al pasarme esa clase de cosas. Sin embargo le dije que yo quería ver lo que tanto me decía que me daría.
A lo que me envía una foto de su verga negra grande. (Y yo que, si bien no aguanto mucho, tengo muchas fantasías, entre esas comerme una verga grande y rica) Le dije que aceptaba y que si iría.
Me puse ropa y salí para la casa de él tipo, llegué me hizo pasar, me pregunto que si me había gustado lo que me había enviado, yo afirme que si y nos fuimos a su habitación.
Allí él se acostó en el borde de la cama, y yo procedí a arrodillarme a mamar esa verga grande, gruesa y negra qué el tenía. Para que imaginen el tamaño, yo la agarraba con dos manos y aun le sobraba toda la cabeza. Así estuve mamando esa verga unos 5 minutos, hasta que él me puso acostado en la cama me lubrico el culo y empezó a intentar meterme la verga lentamente y poco a poco fui sintiendo ese trozo de verga rica dentro de mi y aunque me dolió un poco, sentía muy rico mientras con su verga me abría el culo.
Yo no creía que me estuviera comiendo esa verga tan grande y él me follaba suavemente. Se notaba que no quería correrse por que lo hacía despacio y a mi me gustaba. Ese hombre me dio rica verga por unos 10 minutos y seguido a eso procedió a darme semen en el culo demasiado rico.
Me levanté sin decir palabras, me puse mi ropa y me fui. No había llegado a la casa cuando tenía mensajes preguntándome si me había gustado. Yo no podía creer lo perra que había sido. Sin embargo quería comerme esa verga otra vez, ya que nunca había tenido en mis manos una verga así de rica.
Espero les haya gustado el relato, es una historia real y fue buena la experiencia.