La fiesta del gitano
Ese viernes después de trabajar cargando 2 camiones de pescado fresco con el gitano, a las 4 de la tarde ya estaba comiendo en casa. Ya me había duchado por lo que después de comer, me tumbé en el sofá a dormir. Estuve durmiendo hasta las 20:30 que fue cuando me levanté, fui al servicio a asearme, y luego de volverme a duchar, me vestí para ir a la cervecería donde había quedado con el gitano.
Cuando entré en la cervecería, iban dar las 10 de la noche, que era a la hora que había quedado con el gitano para ir a la fiesta a la que me había invitado.
Allí estaba sentado en una de las mesas largas, junto a los colegas, muchos de los cuales irían también a la dichosa fiesta. Pedí una cerveza, y el gitano me hizo sitio para que me sentara junto a él. Ven payo, siéntate aquí conmigo, dijo el gitano haciéndome sitio en el banco que estaba sentado.
Tomamos por lo menos 6 cañas de cerveza, ya que cada vez que uno pedía una caña de cerveza, se servía una ronda para todos. Al final se hizo un escote, pagando todos a medias lo que se había consumido.
Antes de marcharnos a eso de las 12 de la noche, fui a los aseos para soltar parte del liquido que había bebido. Al igual que fui yo, también vino el gitano.
Allí estando meando, me dijo el gitano que yo iba con él, y Luis el banana en la furgoneta.
La fiesta era en el ayuntamiento de Culleredo, era prácticamente en medio del monte; aún hoy no sé si sabría ir yo solo. Solo recuerdo que la casa era una especie de chabola; fin de semana le llamaban; había una especie de bar, donde además de toda clase de bebidas, había también para comer (tortilla y empanada). Había mesas fuera de la casa, y una zona cubierta con lonas o algo similar; algo así como si se tratara de una carpa; allí no había mesa alguna, pero había una especie de estante, donde se podía apoyar los vasos.
Cuando llegamos ya cerca de la una de la madrugada, ya había bastante gente, seríamos alrededor de una treintena de personas, la mayoría éramos hombres, aunque había un grupo de chavalas; luego supe que era un grupo de lesbianas, y el resto o eran gay o simples curiosos con ganas de follarse algún culito. Había música como si de un Pub se tratara, y los porros de hachís, marihuana, y otras sustancias, corrían libremente.
El grupo en el que me encontraba yo y el gitano, sería un grupo de unas 12 personas, las había de todas las edades, aunque yo era de los más jóvenes, había uno en nuestro grupo que no llegaba a los 20 años, luego había otro de más o menos mi edad, luego otros que como el gitano ya estaban cerca de la treintena, y al menos uno que ya no creo que cumpliera los 40, estaba más cerca de los 50 que de los 40, si es que no pasaba ya de los 50.
Poco a poco la fiesta se fue animando, y ya empezaba a haber trasiego de gente que iba para afuera, otros iban a la carpa, que, aunque estaba fuera, esta, se encontraba algo más separada de la casa, y no había luz, solo la poca luz que entraba del reflejo de la luna.
El primero en salir de nuestro grupo fue el chaval más jovencito, que marchó junto al más viejo. Ahí fue cuando ya me percaté de que iba aquella fiesta. Aunque ya sospechaba por lo que iba viendo, pero aquello ya me lo confirmó. Justo después de salir el jovencito y el más viejo, se fueron otros 2 de nuestro grupo.
El gitano ya llevaba tiempo metiéndome mano; cada vez de forma más descarada, y yo le dejaba hacer.
Cuando terminó de fumar el porro que estaba fumando, se levantó y me agarró del brazo llevándome con él. Ven conmigo me dijo cogiendo el baso del cubalibre que estaba bebiendo. Yo hice lo mismo, y agarrando mi baso, fui con él.
Salimos para fuera de la casa, llevándome él del brazo hacia aquella especie de carpa. Cuando llegamos ya vimos que había más gente, aunque apenas se veía. Solo cuando llevábamos un rato allí dentro, se podía distinguir un poco a la otra gente. Allí fue donde pude ver como el jovencito y el más viejo de nuestro grupo estaban los 2 juntos. El viejo tenía la polla de fuera, y el jovencito le mamaba la polla. Hacia allí me llevó el gitano, y apoyando los vasos en aquella especie de estantería, empezó el gitano a sacarme la ropa. Primero me sacó la camiseta que llevaba puesta, y mientras me lamía y mordisqueaba los pezones, me iba desabrochando el cinturón, luego fue desabrochándome el pantalón, hasta que este se cayó por su propio peso a la altura de mis tobillos. Mientras tanto yo dejaba que el gitano me fuera desnudando, veía como ya a otros les estaban dando por el culo. El viejo de nuestro grupo ya estaba desnudando al jovencito, y prácticamente ya lo tenía en pelota picada. Se le podía ver que el jovencito tenía un buen rabo, y estaba totalmente empalmado, el viejo lo estaba comiendo por todas partes, y el jovencito gemía sin parar. Al igual que hice yo, cuando el gitano empezó a morderme el cuello y bajarme el slip, dejándolo que cayese por mis piernas, hasta llegar junto a mi pantalón, el cual lo tenía a la altura de los tobillos.
Me tuve que abrazar al gitano, ya que las piernas me empezaban a temblar cuando el gitano empezó a morderme el cuello mientras me terminaba de sacar el slip y empezaba a meterme mano por todas partes. El muy cabrón sabía cómo hacerme gemir y que temblara de gusto, mordía y chupaba mi cuello, y sus manos iban recorriendo todo mi cuerpo; me sobaba la polla y huevos, siguiendo después de haberme descapullado la polla hacia mis pezones, retorciéndolos y pellizcándolos hasta hacerme gritar de placer.
Payo, ve quitándome el pantalón y sácame la polla que te quiero follar, me susurró al oído el gitano. Y eso hice, empecé a aflojarle el cinturón, luego bajé la cremallera del pantalón, y soltándole el botón por el que se sujetaba, se lo bajé, viendo que no traía los gallumbos puestos. Nada más bajarle el pantalón, la hermosa y larga polla del gitano, saltó quedando liberada mostrándose totalmente erguida e hinchada. La agarré con mis manos, empezando a acariciarla mientras la iba descapullando. El gitano dio un gemido cuando le agarre la polla con mis manos acariciándola, y empezó a morderme los labios y meterme la lengua en mi boca, mientras jadeaba y me susurraba al oído, ¡ohhh payo! ¡ooohhh que gusto! Te voy a dar por el culo y preñarte hasta dejarte embarazado, payo. Hoy te voy a hacer un churumbel payo, hoy te voy a meter la polla hasta las orejas.
El gitano poniéndome las manos sobre los hombros, me fue empujando hasta dejarme a la altura de su polla, metiéndola en mi boca.
¡Ohhh que gusto payo! ¡ooohhh que gusto! Chúpala payo, así, así, ¡ooohhh que gusto!
Yo chupaba y lamía aquella larga verga, mientras acariciaba y sobaba los huevos del gitano. Agarré con la mano la larga polla, y metiendo mi lengua por la piel del prepucio, lamía y chupaba el glande, haciéndole dar gemidos al gitano. Esté tiraba de mis pelos y dejaba que yo jugara con mi lengua metiéndola por la piel del prepucio, mientras el gitano me decía, hijo de puta que bien la chupas payo, ¡ooohhh que lengua tienes cabrón!
Después de un buen rato chupando y lamiéndole la polla al gitano, me hizo poner de pie, nos sacamos la ropa que nos faltaba, quedando en pelota picada.
Cuando me dio la vuelta para darme por el culo, vimos como el viejo de nuestro grupo, estaba dándole por el culo al jovencito. Lo tenía totalmente empalado en su polla, gritaba y gemía como una perrita en celo el jovencito.
Estaba apoyado con las manos en el estante donde teníamos los vasos, y lo tenía totalmente en pelotas, al igual que estábamos el gitano y yo. Se veía como entraba y salía la polla del viejo en aquel culito joven y tierno, el chaval tenía los ojos cerrados y no paraba de gemir, veíamos como estaba empalmado a más no poder, y como la polla se bamboleaba al ritmo de las envestidas que le daba el viejo.
El gitano me puso igual que estaba el jovencito, y prácticamente pegado a él. Me hizo abrir las piernas mientras tiraba de mis caderas hacia él, y colocando su polla en la entrada a mi ano, fue empujando su polla hasta que el glande traspasó mi esfínter. Entonces de un movimiento de pelvis, me enterró todo su instrumento en lo más hondo de mi culo. ¡Ohhh! ¡ooohhh! Lancé un fuerte grito y gemido cuando me enterró la polla el gitano, haciendo que el jovencito que le daban por el culo girara la cabeza hacia mí, viendo como me empezaban a dar por el culo al igual que le estaban dando a él. Echó una mano acariciándome el brazo, y al girar yo la cabeza hacia él, llevó mi brazo hacia él, y girándose hacia mí, hizo que yo me girara, quedando los 2 de frente, apoyándonos el uno en el otro, mientras nuestras parejas nos daban por el culo.
El jovencito llevó su boca hacia la mía, y mientras nos seguían dando por el culo a ambos, empezó a morderme el labio inferior, hasta que consiguió meterme la lengua en la boca y saborearla mientras éramos follados.
Dios que caliente estaba el cabrón del chaval, me comía la boca con unas ganas y lujuria mientras nos daban por el culo, que casi me hace correr de gusto. Después de comerme la boca y morderme los labios dejándolos hinchados y enrojecidos a más no poder, pasó a morderme el cuello, haciéndome temblar como si fuera una marioneta, ¡dios! El hijo de puta me iba hacer correr sin tocarme la polla, entre la polla del gitano que me taladraba el culo sin parar y la boca de aquel chaval, mordiéndome el cuello, me estaban haciendo delirar de gusto. ¡Ohhh! ¡ooohhh! Gritaba y gemía mientras mis piernas temblaban como si estuviera bailando, mientras me agarraba a aquel jovencito al que el viejo tenía empalado en su polla. En un momento pude agarrarle la polla con mi mano, y mientras seguían dándonos por el culo, yo le meneaba la polla y acariciaba los huevos. Fue en ese momento que el gitano clavándome la polla más a fondo, empezó a gritar que se corría. Ya payo, ya, ya, ¡ooohhhh! Me corro, me corro, me corro payo, ¡ooohhh! Gritaba el gitano llenándome el culo con su leche.
Cuando terminó de eyacular dejándome todo su semen en lo más hondo de mis entrañas el gitano, dejando que su polla fuera saliendo poco a poco de mi culo, me iba mordiendo la nuca y hombro, mientras me susurraba lo bueno que estaba y lo que me iba a follar toda la noche.
Antes de que saliera la polla del gitano de mi culo, me agache metiéndome el pedazo de rabo de aquel chaval en la boca, empezando a darle una mamada de polla, mientras el viejo terminaba de darle por el culo.
El jovencito me agarraba por los pelos mientras yo le comía la polla, y el viejo le empezaba a llenar el culo de leche. ¡Ohhh! ¡ooohhh! Gritaba el chaval mientras estaba siendo sodomizado y preñado con el semen del viejo.
Cuando terminó el viejo de correrse dentro de aquel tierno y joven culito, el chaval sacándome la polla de la boca, me levantó, y dándome la vuelta, me hizo que me apoyara al gitano, me sujetó por las caderas, y de un empellón, clavó toda su polla en mi culo.
¡Ohhh! Suspiré al notar la polla del jovencito dentro de mi culo y como empezaba a culearme sin compasión alguna. Dios que salido y caliente estaba el muy cabrón, me tuve que agarrar fuertemente al gitano, y mientras me culeaba a toda velocidad, yo le mordía el hombro al gitano y gemía del gusto que estaba sintiendo.
Mientras tanto el viejo ya totalmente vestido, cogió los vasos yendo a buscar otras bebidas mientras el jovencito descargaba en mi culo todo su semen.
Aun me estuvo dando por el culo unos cuantos minutos, hasta que explotó dentro mía.
¡Ohhh! Me corro, me corro, ¡ooohhh! Gritaba el chaval eyaculando dentro mía.
Era la segunda corrida de la noche con la que me preñaban el culo, y no iba ser la última ya que, ayudando al viejo a traer las bebidas, venía el banana y otro más del grupo, al que no conocía. Traían una cara de deseo y lujuria que se veía que estaban deseando follarnos al jovencito y a mí. El empalme que traían era más que evidente, pero menos mal que nos dieron una tregua y al menos pudimos beber aquellas copas antes de que nos volvieran a encular.
Así en pelotas como estábamos, tanto el jovencito, el gitano y yo, estuvimos bebiendo allí de pie las copas a la vez que fumábamos y charlábamos un poco, bueno más que charlar, el gitano nos metía mano todo lo que podía, al igual que los otros, hasta que no aguantaron más, y haciéndonos poner a cuatro patas en el suelo aquel que era de hierba, y mirándonos el jovencito y yo de frente uno a otro, nos montaron a los 2 a la vez. El banana me montó a mí, y el otro colega del gitano montó al chaval.
Dios que morbo ver como montaban al jovencito, a la vez que notaba como me enculaba la enorme polla del banana. Era una polla larga y más gruesa que la del gitano y algo curvada, pero no tuvo ningún problema para empalarme en aquella verga, todavía tenía el culo abierto y lleno de semen de las 2 pollas que aquella noche ya me habían dado por el culo, el gitano y el chaval al que también se lo estaban follando. Nos tenían a 4 patas sobre el césped de aquella especie de carpa, y uno enfrente al otro. Tan cerca estábamos que podíamos saborear nuestras bocas mientras nos montaban con aquellas vergas.
Y eso hacíamos mientras nos daban por el culo, nos saboreábamos con nuestras lenguas. Teníamos los labios hinchados y enrojecidos de tanto chuparnos y morrearnos nuestras respectivas bocas. Pero eso tuvimos que dejarlo ya que habíamos creado una expectación que hizo que tuviéramos espectadores viendo como estábamos siendo montados y enculados. Así que no tardaron en aparecer 2 pollas delante de nuestras caras, esperando por ser chupadas por nosotros.
Abrimos la boca tragando cada uno una de aquellas vergas empezando a mamar mientras nos seguían dando por el culo.
Yo como pude me sujeté a las piernas del que me clavaba su polla en la boca, y acariciándole los huevos, iba chupándole la polla mientras el banana seguía dándome por el culo.
No tardó mucho en empezar a correrse en mi boca el que me había metido su verga en ella, dando un grito de placer, empezó a correrse dentro de mi boca, ¡ooohhh! Me corro maricón, ¡ooohhh!
Traga mi leche, traga maricón, trágatela toda, ¡ooohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba el hijo de puta mientras me llenaba la boca con su semen.
Tragué todo lo que pude, pero aun salieron restos de su corrida por la comisura de mis labios, cayendo al césped donde nos tenían a 4 patas dando por el culo y follándome la boca, tanto a mí, como al chaval.
Cuando ya le tenía la polla limpia y reluciente al que me había metido la polla en la boca, empezó a clavarme más a fondo su verga el Banana. Su corrida era eminente, y eso sucedió, clavándome sus dedos en mis caderas y metiéndome su banana en lo más profundo de mi culo, empezó a gritar que se corría. ¡Ohhh me corro! Me corro, me corro, gritaba empezando a eyacular dentro mía, regando mis entrañas con su leche.
Mientras terminaba de eyacular dentro de mi culo el banana, el pedazo de hijo de puta que se había corrido en mi boca, empezó a mearme mientras le chupaba y limpiaba la polla. El muy hijo de puta me soltó la meada en la boca, sin apenas tener oportunidad de sacarme la polla. Tuve que tragarme parte de la meada, y el resto me bañó la cara con sus meos.
Cuando el banana terminó de darme por el culo, levantándose del césped, me ayudó a incorporarme, poniéndome yo también de pie. Me apoyé a la especie de estantería donde dejábamos las bebidas, empezando a buscar mi ropa. Me agaché a recogerla y usar el slip para limpiarme la cara de los meos que aquel hijo de puta me había soltado en la boca y parte de la cara. Me sequé lo que pude con el slip y luego empecé a vestirme siendo ayudado por el gitano.
Espera payo que te ayudo, me decía el gitano. Vio la cara que tenía y me dijo, no te ha molado que te mearan ¿verdad?
No, le contesté, eso no me ha gustado le dije terminando de vestirme y guardarme el slip en el bolsillo del pantalón.
Tranquilo que ya no volverá a pasar. Espera aquí que voy a buscar algo para beber, payo me dijo el gitano. Toma le dije sacando dinero para que pagara las bebidas. Bueno, estas las pagas tú, las próximas las pagó yo.
Quedé allí viendo como todavía estaban dándole por el culo al chaval, y le eyaculaban en la cara mientras él abría la boca tratando de que le cayera algo del semen en la boca.
Cuando el gitano llegó con la bebida, ya habían terminado de darle por el culo al chaval, y este se limpiaba para vestirse al igual que lo había hecho yo. El gitano había traído 5 copas, una para el banana, otra para el que había dado por el culo al chaval, otra para él, y las otras 2, una para el chaval y la otra para mí. Los otros que allí estaban, si querían beber, tendrían que ir a por ellas. No llegaba el dinero para más, dijo el gitano, además no se qué bebéis les dijo.
Los 5 agarrando nuestras copas, salimos de aquella especie de carpa, yendo a sentarnos en las mesas que había fuera. Se nos juntó cuando ya estábamos sentados el más viejo del grupo, y el que primero había dado por el culo al jovencito. Había traído además de su bebida, un plato con tortilla y otro con empanada, esto es para comer todos, dijo poniendo los platos sobre la mesa.
Comimos lo que el viejo había traído y bebimos aquellas copas y aún bebimos 3 copas más allí sentados. Por supuesto también corría la marihuana y porros de hachís. Ya iban ser las 6 de la madrugada, y pocos quedábamos allí, por supuesto la mayoría colocados, al menos yo, tenía un colocón de los que hacen época. Vamos que en aquellos momentos podían hacer de mí lo que quisieran, que no tenía fuerzas para oponerme a nada.
Ya hacía rato que el gitano me metía mano por todas partes, morreaba la boca, me mordía los labios y cuello, haciéndome gemir y calentándome a más no poder. Por otra parte, al jovencito ya lo habían despelotado hacía tiempo, y se lo habían follado allí sentado. Primero volvió a darle por el culo el viejo haciéndolo sentarse a horcajadas sobre él, y ahora el que le estaba dando por el culo, era el banana.
Viendo aquel espectáculo, el gitano fue quitándome la ropa a mí. Fue poco a poco desvistiéndome mientras me iba metiendo mano, y una vez me tuvo en pelotas de nuevo, se levantó llevándome de nuevo hacia la carpa. Al llegar allí me tumbó sobre el césped, y después de despelotarse él, me levantó las piernas llevando mis rodillas hacia mi pecho, de esta manera mi culito quedó totalmente expuesto para ser perforado por su polla. Pegó la punta de su polla en la entrada a mi ano, y a la vez que se recostaba sobre mí, me iba enterrando su verga en el culo.
¡Ohhh! Gemí al notar entrar la polla del gitano, ¡ooohhh! Volví a gemir cuando noté toda su polla dentro mía. Ya me tenía ensartado de nuevo en su polla el gitano. Notaba sus huevos pegados a mi ano, y como el gitano impulsaba su pelvis clavándome su verga en lo más profundo de mis entrañas.
¡Ohhh payo! ¡ooohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba el gitano mientras me culeaba clavándome su estaca en mi culito. Se escuchaban nuestros jadeos y gemidos, y el sonido de la polla del gitano entrando en mi culo, chof, chof chof chof, y otra vez ese chof, chof chof chof, de la polla del gitano entrando y saliendo de mi culo.
Yo abría mis ojos como platos cada vez que la polla del gitano entraba en mi culo, rozándome la próstata y llegando hasta el tope de mi culito. Notaba los huevos como me golpeaban la entrada a mi ano, y aquel roce que la polla le daba a mi próstata. Me estaba haciendo delirar de gusto el muy cabrón del gitano.
¡Ohhh payo! Gritaba el gitano, te voy a dejar preñado, te voy a hacer un churumbel, ¡ooohhh payo que gusto! ¡ooohhh que gusto!
Estando así siendo follado por el gitano, hizo aparición el chaval completamente en pelotas. Se acercó a nosotros, y arrodillándose junto a mi cabeza, llevó su hermosa polla que estaba empalmada a tope, a mi boca, colocó la punta de su verga en mis labios, y llevando sus manos a mis pezones que estaban duros y excitados a tope, empezó a retorcérmelos y tirar de ellos mientras su verga intentaba entrar en mi boca.
Saqué la lengua saboreando la punta de aquella hermosa polla que se apoyaba en mis labios, y al sentir como pellizcaba el jovencito mis pezones, abrí la boca para gritar y gemir, dejándole paso en mi boca a su rica y sabrosa polla.
Aquella visión hizo que el gitano se excitara más, y bombeándome más rápido su polla en mis entrañas, empezó a eyacular dentro de mí.
¡Ohhh payo! Me corro, me corro, gritaba ensartándome más a fondo su polla en mi culo. ¡Ohhh payo Que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba derramando todo su semen en mis entrañas.
Cuando terminó de soltar todo su cargamento de leche dentro de mi culito el gitano, dejando su polla dentro de mi culo y mirando como el chaval me pellizcaba y retorcía los pezones, mientras yo le chupaba la sabrosa verga, agarró mi polla empezando a menearla, cosa que vio el jovencito, y antes de que empezara a correrme, el chaval llevó su boca a mi polla mientras era meneada por el gitano. Nada más notar aquellos jóvenes labios sobre mi polla, esta explotó en una gran eyaculación. Solté 6 trallazos de esperma, los cuales fueron a parar a la joven boca del chaval. Este saboreo y degusto mi semen, terminando por tragarse toda mi leche.
Yo no podía más, el cuerpo me temblaba de tanto gusto que estaba sintiendo, no tenía ni fuerzas para chupar la joven polla que tenía en mi boca, cuando el jovencito, después de tragarse mi semen y dejar de chuparme la polla, agarró su polla con la mano, empezando a meneársela, hasta que empezó a correrse sobre mis labios.
Abrí la boca todo lo que pude, y lamiendo y chupándole el glande fui tragándome todo aquel néctar que se derramaba sobre mi boca.
El chaval agarraba mi cabeza metiéndome la polla en la boca, y gimiendo de placer terminó de eyacular sobre mi boca. ¡Ohhh! ¡ooohhh! Gemía mientras yo succionaba su sabrosa verga, dejándosela limpia y reluciente.
Una vez recuperamos el aliento y nos dimos repuesto, nos levantamos, y vistiéndose el gitano, nos fuimos a donde estaban sentados los demás. Recogimos la ropa el chaval y yo, nos vestimos, y después de beber lo que nos quedaba de las copas y haber fumado un cigarrillo, decidimos dar por finalizada aquella fiesta.
Ya iban ser las 7 de la mañana, por lo que nos marchamos a dormir. El gitano, el chaval y yo, nos fuimos con el banana, los demás se repartieron por los otros vehículos. Al jovencito y a mí, nos dejaron en la plaza de la estación de ferrocarril, y después de despedirnos ambos nos fuimos cada uno para su casa. Ambos íbamos bien pero que bien chingados. Llevábamos el culo abierto y repleto de semen. Aquella noche, nos habían dejado bien preñados de leche.