Chateaba buscando amigos I
Hola mi nombre es Alfonso y vivo en una ciudad llamada Torreón, en México, y soy asiduo lector de esta selecta pagina de relatos, tanto que la tengo marcada dentro de mis favoritos.
Pero bueno no escribí para decir esto sino para compartir con ustedes esta gran aventura que inicio hace algunas semanas y parece un sueño hecho realidad.
Parecerá mentira, pero a mis 32 años había tenido pocas relaciones sexuales, mucho por el temor a un contagio pero también porque las personas con las que me había relacionado antes lo único que buscaban era un acoston rápido y ya.
Y en realidad no es que me moleste pero yo ando, mejor dicho estaba buscando algo más “formal”.
Esta historia inicia un día viernes por la tarde mientras chateaba en una sala buscando amigos con quien platicar y de repente él contesta a mi solicitud de amigos de mi ciudad, platicamos por espacio de dos horas durante las cuales fuimos contándonos muchas cosas, entre ellas miedos, necesidades, expectativas y por fin quedamos de vernos al día siguiente (sábado) en una cafetería por el centro.
Yo estaba nervioso, ya que no sabia si iría o no, si seria como dijo, y no me importaba mucho la apariencia, sino si seria agradable y amable como se presento durante las dos horas que estuvimos en el chat, sin embargo cuando llego y se presento mis temores desaparecieron del todo, ya que cuando nos sentamos y empezamos a platicar de nuevo volvió a ser la misma persona educada y atenta.
Ese sábado platicamos hasta que nos pidieron que pagáramos la cuenta ya que iban a cerrar, no lo podía creer, habíamos estado hablando de mil cosas por cerca de 6 horas y no nos habíamos cansado, en fin, pagamos la cuenta y Ricardo me dijo que si quería ir a tomar algo.
Yo le respondí que si, ya que lo que menos quería era separarme de su presencia, de esos ojos que se clavaban en los míos y buscaban entrar en lo mas profundo de mí.
Bueno nos fuimos a un bar que estaba cerca y nos sentamos a platicar, y no sé si fue el ambiente, las bebidas o su forma de ser, pero dentro de mí empezó a crecer la imperiosa necesidad de perderme en la humedad de sus sensuales labios.
En un momento dado de la platica su mano y la mía se cruzaron y yo la tome fuertemente como dándole a entender que necesitaba de su contacto.
Como a las 2 de la mañana le dije que me daba pena pero que tenia que retirarme porque al día siguiente tenia un compromiso temprano, el cómo todo un hombre me dijo que estaba bien, me acompaño a mi auto y como la calle estaba desierta me aprisiono junto al carro y me tomo de la cara dándome un beso corto pero húmedo en a boca lo que provoco un estremecimiento de mi parte y no por el temor de ser sorprendidos, sino por la emoción que sentí al tener un contacto con el.
Luego de ese breve instante nos separamos, no sin quedarme yo con las ganas de darle otro beso.
El día siguiente a medio día sonó el teléfono de la casa y era él, no puedo negar que el corazón brinco de alegría, y me sentí tonto, parecía yo una colegiala con su primer amor, pero creo que eso era lo que me estaba pasando, me estaba empezando a enamorar. Ricardo me pregunto:
¿Cómo has dormido chiquito?
Y dirán ustedes que son simples palabras pero para mí eran algo mas, le conteste que bien, y quedamos para ir al cine por la tarde. Fue una tarde maravillosa ya que aprovechamos la oscuridad del cine para tomarnos de la mano y al salir nos fuimos en su coche, había pasado por mí, y durante el trayecto nos dimos un par de besos.
Cuando llegamos a la casa le pregunte si quería pasar un rato a tomar un café y me contesto que si, pasamos y le prepare un café y nos sentamos en el sofá a platicar, durante la platica yo fui acomodándome de tal manera que termine recargando mi espalda en su pecho y con las piernas sobre el sofá, en un momento dado que dejamos de platicar el me inclino la cabeza hacia atrás y nos dimos un beso que empezó con el roce de labios pero que poco fue aumentando de intensidad hasta que sentí esa delicia de lengua que jugaba dentro de mi boca, no pude evitar y le empecé a dar suaves mordidas en los labios y a succionar la lengua.
Mientras nuestras manos no estaban quietas y recorrían temblorosas por la emoción el cuerpo del otro por encima de la ropa, fueron momentos de muchísima pasión y ternura.
Luego de calarnos un poco se despidió de mí, y créanme que fue algo difícil, ya que yo ya no quería que se fuera, pero también sabia que él al igual que yo quería que la intimidad llegara poco a poco.
Toda la semana siguiente se fue en llamadas telefónicas al trabajo, notas de cariño en el auto o en el e-mail y una visita rápida a mi casa para vernos.
El viernes salimos a cenar y a bailar y al regresar a la casa, en su coche nos dimos una sesión de besos y caricias de campeonato, tanto que los cristales del coche se empañaron, y la verdad no pude evitar poner mi mano encima de su entrepierna, la cual ya estaba con un promisorio pene erguido.
Lo estuve acariciando por encima de la tela hasta que terminó en su ropa interior, la verdad es que me apenó un poco sin embargo él agradeció las caricias con un beso donde casi me come.
Así termino una deliciosa velada no sin antes pedirme que nos viéramos el día siguiente, yo le conteste entusiasmado que si, y que lo esperaba en la casa en la noche, para que cenáramos ahí.
Durante parte de la tarde del sábado me dedique con esmero a preparar la cena, vino, comida velas, en fin todo lo necesario para una velada romántica con el hombre al que quería conquistar.
Luego de tener todo dispuesto para la cena, me metí a bañar dándome un relajante baño de burbujas para relajar la tensión de que todo saliera bien y que lo disfrutáramos.
Después del baño inconscientemente busque la ropa interior más sexy que tenia, no soy tv pero en ocasiones me gusta ponerme lencería, inclusive cuando no voy ni a salir ni a recibir visitas uso lencería y un kimono para andar en la casa, la verdad es excitante, pero bueno, luego de escoger una tanguita de encaje y de hilo dental de color negro, me dispuse a ponerme un pantalón y una camisa.
Por fin, todo estuvo listo y a las 8 en punto llego con un pequeño obsequio que hizo que me sintiera halagado, un arreglo floral y una botella de vino blanco, ya que la cena era en base de pescado.
Bueno después de un beso de bienvenida, nos sentamos otra vez en la sala a tomar un aperitivo, el cual él preparó, y cabe decir que durante todo el tiempo me hizo sentir como una fémina, ya que solicito a todo atendía cualquier necesidad.
Después de cenar y al compás de la música suave que había para ambientar me tomo entre sus brazos y empezamos a bailar suavemente, mi cabeza recargada en la parte alta de su pecho y parte del hombro ya que gracias a Dios es mas alto que yo, y sus brazos rodeaban mi cintura, nos dejamos llevar por lo que nuestros corazones y emociones pedían, de tal forma que en cierto momento levante la cabeza y empezamos un beso sensacional que nos llevaría a fundirnos en un abrazo cerrado.
Luego de no sé cuanto tiempo de estar saboreando esa boca llena de sensualidad nos separamos y clavamos nuestras miradas el uno en el otro y no hubo necesidad de decir mas, simplemente lo tome de la mano y nos fuimos a la recamara donde al llegar él me cargo en sus brazos mientras volvíamos a entregarnos a un beso frenético y me deposito suavemente en la cama, ahí donde lentamente fue besando mis ojos, las mejillas el cuello, y fue desnudándome despacio, bajando y besando mis tetillas que estaban mas que excitadas, y no las abandono hasta que las dejo humedecidas de tanto beso y lamida, de ahí bajo poco a poco recorriendo mi estomago con la punta de la lengua y donde se entretuvo en introducirla en el botoncito de mi ombligo, yo estaba al borde del desmayo, nadie, ningún hombre me había tratado como el lo estaba haciendo, luego se levanto momentáneamente para quitarme los pantalones, calcetines y zapatos y cuando vio la tanga que tenia puesta, me dijo estas hermoso amor, quiero que esta ocasión sea especial y que siempre la recuerdes, luego tomo mis pies y beso y lamió cada uno de mis dedos, no lo podía creer, el me estaba excitando de tal manera…
Ya que él me había quitado la ropa yo quise corresponder y me puse de rodillas en la cama y el parado a un lado, le fui quitando la camisa, mientras mi boca iba y venia por su torso velludo, me encanto la sensación de cosquilleo que provocaban sus vellos en mi lengua y nariz, posteriormente baje y desabroche cinturón y pantalón, el cual cayo por gravedad mostrándome una trusa que ocultaba parte de su delicioso pene, y digo parte porque la cabeza sobresalía por la parte de arriba del elástico.
Ahí aproveche para acostarlo en la cama y descalzarlo, y subir por sus piernas acariciándolo con la lengua y con mis manos hasta que llegue a su entrepierna, ahí baje su trusa y su exquisito miembro se levanto hacia el techo mostrando toda su fuerza y poder.
Claro que en ese momento lo voltee a ver y sus ojos reflejaban la pasión y el deseo, y entendiendo lo que él quería lo tome de la base y poco a poco lo fui introduciendo a mi boca, esos 19 cm fueron entrando y no pare hasta sentir como sus bellos tocaban la punta de mi nariz, en ese momento escuche un suspiro ahogado de mi amor diciéndome: Así chiquito así, que rico lo acaricias con tu boca, luego, lo fui sacando para empezar a lamerlo desde la cabeza que ya empezaba a soltar liquido preseminal, el cual recogí con la punta de la lengua y lo paladee, su sabor me supo delicioso, mientras tanto su mano acariciaba lentamente mis nalgas y se entretenía en pasa un dedo por toda la rajita.
Así estuve saboreando ese delicioso y poderoso pene durante 15 minutos durante los cuales, me lo metí varias veces en la boca, lamí sus testículos y se la masturbe, hasta que me dijo amor quiero hacer un 69.
Nos acomodamos y empezamos a besarnos mutuamente, yo seguía concentrado en su miembro y él en el mío aunque sus manos fueron a parar a mi ano, donde empezaron a jugar con él, que respondía haciendo pucheros, y de repente, guau, sentí su lengua posarse en el cual se fue abriendo a este húmedo poseedor.
Las sensaciones que empezaron a correr por mi columna me tenían al borde de un orgasmo y eso que no me estaba tocando.
No es necesario decir que al poco tiempo empecé a sentir como su pene se empezó a poner más rígido, indicando que estaba a punto de venirse, y él mientras seguía lamiendo mi ano me indico que siguiera, lo cual me pareció estupendo, ya que no quería parar, y precisamente quería recibir todo su liquido vital en mi boquita, y vaya si así sucedió, fueron varios disparos los que hizo, lo que provoco que casi me ahogara por la cantidad de semen que expulso.
Luego de que termino de venirse nos acomodamos y nos dimos un beso donde pudimos mezclar su semen con saliva y el sabor de mi ano. Así abrazados como estábamos, me recosté en su pecho y el paso su brazo por mi espalda, y al mismo tiempo los dos expresamos un Te Amo.
Estuvimos abrazados acariciando nuestros cuerpos por espacio de una media hora encontrando nuestras zonas erógenas hasta que su pene volvió a ponerse en condiciones para seguir, entonces lo volví a tomar con la boca y estuve lamiéndolo para humedecerlo, así fue que en un momento le dije:
Por favor amor, hazme tuyo quiero que entres en mi y disfrutar mutuamente.
El que en todo momento me había complacido, se levanto, me acomodo boca arriba y separo mis piernas y empezó una deliciosa sesión de lamidas en mi ano, que bueno ya estaba bastante lubricado y distendido, sin embargo me hizo elevar mi excitación todavía mas, luego puso mis piernas en sus hombros y apunto su cabeza a mi centro de placer y diciéndome:
Amor relájate y no tengas miedo, voy a entrar poco a poco para no lastimarte…
Sin embargo a mí en estos momentos no me importaba que lo hiciera despacio, me importaba que lo hiciera ya, así que se lo dije, pero de todos modos él fue entrando poco a poco, y la verdad la sensación al momento de ir penetrándome fue deliciosa, en eso se detuvo cuando tendría la mitad de su pene dentro de mí y me tomo de las manos diciéndome, te amo siento delicioso, como me aprietas, con esto, yo no pude contener la emoción y el deseo de sentirlo todo dentro y empuje mi cuerpo hacia el lo que provoco que entrara del todo
Aggg, que rico papi, así te siento dentro de mí, me has llenado le dije al momento que veía en su cara la expresión de la pasión y el deseo, y él sentirme deseado ha sido la experiencia más vigorizante, créanme.
Poco a poco fue moviéndose para sentirnos mutuamente, mientras mi esfínter empezaba a apretarlo para no dejarlo salir, y así empezamos a movernos cada vez mas aprisa, hasta que de repente salió de mí, lo cual aproveche para ponerme en cuatro y ofrecerle una mayor penetración, lo cual lo enloqueció montándose y entrando en mi de un solo golpe, provocando un grito de placer de mi parte.
De verdad no podía creer lo que estaba sucediendo, por fin había encontrado a un hombre en toda la extensión de la palabra, tierno, fuerte, pasional a quien no le importaba entregarse a la pasión y al amor.
En esta posición los dos estábamos obteniendo mucho placer, lo cual nos llevo a alcanzar un orgasmo gigantesco y simultaneo, tanto que sentía como llenaba mi interior de esa crema de amor, y así dentro de mí caímos rendidos él encima de mí, y quedamos respirando agitadamente mientras sentía como su pene, ahora mío iba saliendo poco a poco, entonces me di la vuelta y me lo lleve a la boca para dejarlo limpio de su semen.
Nos acomodamos otra vez en la cama y sudorosos nos abrazamos y nos dormimos no sin antes decirnos lo mucho que nos amábamos y lo increíble que había sido la entrega.
Por la mañana me levante temprano y sin hacer ruido fui a la cocina a prepararle el desayuno a mi hombre, y llevárselo a la cama, cuando termine regrese a la recamara él seguía dormido y no pude resistir la tentación de contemplar su atractivo cuerpo, el cual olía a macho en celo, lo que provoco en mi el deseo de volver a acariciarlo con la boca, lo cual hice y el empezó a despertar y a gemir diciendo: así amor, así, sigue, me encanta que me despiertes así, luego de un rato de estar así, volvió a tener un orgasmo en mi boca el cual yo trague con amor y glotonería, y después de esa sesión de amor, le di de desayunar, nos bañamos, aprovechando para acariciarnos y volver a hacerlo en la regadera, luego nos vestimos y salimos a caminar por las calles de la ciudad, donde aprovechábamos cualquier momento en que no hubiera nadie para besarnos, lo cual mantuvo mi excitación y deseo en todo lo alto.
Así ha pasado todo este tiempo en el que convivimos, que han sido muchas veces, pero no tantas como yo quisiera ya que él tiene un impedimento, es casado y esto es lo único que me hace sufrir un poco.