Recordando lo sucedido en mi infancia nos puso bien caliente
Ahora ya estoy por cumplir los 18, todos en casa atareados con los preparativos para mi fiesta. Ya había llegado mucha familia desde unos días antes, nadie se quería perder el festejo.
Como a las 8 de la noche, ya todo mundo estaba medio relajado del ajetreo del día y estábamos charlando entre todos y comiendo algunos bocadillos.
Yo me encontraba afuera en el estacionamiento platicando con mi Papa, mi Tío y mi abuelo. No sé cómo fue y ni a quien se le ocurrió empezar a recordar cuando yo era apenas una niña.
Casi todos los días, como a eso de las 10 de la noche, mi papa se metía a mi cuarto y me metía mano. Recuerdo que a mí me encantaban sus caricias, todo aquello que me hacía y, claro está, pues me dejaba.
Recuerdo que mi papa me encueraba todita, me abrazaba y me acariciaba por todos lados bien rico. Le gustaba pasarme la lengua por mis apenas pequeños botoncitos. Ya bien caliente, me metía los dedos en el sexo y me besaba directo en plena boca, se me repegaba y se frotaba el pene contra mis nalgas hasta que se terminaba dejándome toda embarrada, entonces ya se regresaba a su cuarto.
Como a eso de las 11, era que entraba mi Tío. No se nos espiaba, el caso es que ya llegaba bien caliente. Él también me besaba en la boca al tiempo que me la ponía en las manos para que se la acariciara.
Eso sí que me encantaba. Sentir su pedazo de carne caliente palpitando entre mis manos me super encantaba. El bien que lo sabía, así que me la daba a chupar. Yo me sentía feliz saboreándole el pene. Mi Tío se colocaba de tal manera que mientras yo se la chupaba a el, al mismo tiempo el me chupaba el sexo a mí, haciendo un delicioso 69. Recuerdo que me daba un gusto tremendo hasta que se terminaba en mi boca. A mí eso también me super encantaba. Así que me la tragaba todita. Entonces, ya mi Tío se iba y regresaba a su habitación.
Mas tarde, como a eso de medianoche, le tocaba el turno de visitarme a mi abuelo. Él ya me encontraba totalmente excitada y con ganas. También me acariciaba todita y me besaba en la boca. Pero él ya sabía que yo ya estaba totalmente dispuesta a lo que viniera.
Así que se quitaba los calzones y me hacía que me montara sobre él, frotándome su enorme verga entre mis piernas. Me gustaba sentirla entre mi sexo, sintiendo como poco a poco le iba creciendo y poniéndosele más y más dura.
Cuando mi abuelo se daba cuenta que ya estaba yo toda mojada por mis jugos de lo caliente que me ponía hacer todo eso, entonces, sin más, me acomodaba así sentada sobre su vientre y hacía que yo solita me la fuera metiendo.
Eso sí que era una maravilla. Sentir toda su enorme verga dentro de mí me ponía a mil, me sentía de lo más feliz, yo sentía todo el amor que mi abuelo sentía por mí, así que, para demostrarle mi amor por él, me movía bien rico cabalgando sobre su verga, cosa que a él también le super encantaba.
Se moría de gusto al sentir mi pequeña vagina apretándole su verga. Entonces me daba vuelta, me ponía en cuatro y así, de a perrita, me la dejaba ir todita moviéndose de lo más rápido hasta lograr terminarse dentro de mí.
Entonces, caíamos rendidos sobre la cama, nos quedábamos abrazados al estilo de cucharita, el detrás de mi abrazándome bien rico y con su verga todavía ensartada dentro de mí. Así nos quedábamos dormidos hasta que amanecía, entonces, mi abuelo se apresuraba para irse a su habitación ya muy de madrugada.
Cuando yo ya tenía 14, ya cogía con los tres a todo lo que daba, me hacían como trapo y me dejaban todita desmadejada y bien llena de leche por todos lados. Me encantaba entregarme a todo lo que daba a mis tres machos, claro está que de a uno por uno, cada quien por su lado.
Fue entonces que me fui a estudiar fuera y ahora apenas regresaba justo para cumplir 18.
Estando fuera de casa, ingrese a una especie de Instituto donde te enseñaban las más refinadas artes del sexo, al estilo Kama Sutra.
(Por eso es por lo que ahora cobro lo que cobro por cada encuentro y bien que los vale. Afortunados los que ya probaron las mieles de estar conmigo uwu).
Sobra decir que yo fui una de las alumnas más aplicadas ah jaja.
Así que ahora, a mi regreso, decidí implementar todo lo aprendido en aquel Instituto. Por lo que ahora, ya estoy disponible para lo que gusten.
El caso es que, terminamos de recordar todo lo sucedido en mi infancia, Para entonces ya era de madrugada, la fiesta había terminado, los invitados se habían marchado. Mi mama, mi Tía y mi abuela ya se habían retirado a dormir a sus habitaciones.
Hubo un momento en que los cuatro nos quedamos en silencio, el ambiente se notaba tenso, se respiraba un ambiente de tremenda sensualidad. Todos respirábamos algo agitados, estábamos bien calientes y se notaba.
En eso, todas las miradas se concentraron en mí, como invitándome a tomar una decisión. Note como todos ardían ya de excitación, esos recuerdos nos pusieron a mil a todos.
Cabe decir que yo regrese siendo un delicioso bombón, de lo más apetecible, y ahora, por ese motivo y por los ricos recuerdos que acabábamos de disfrutar, todos ya estaban que se morían por podérselo comer ufff. Aparte que los había dejado en periodo de abstención, pues estaba claro que querían recuperar el tiempo perdido en mi ausencia.
Así que yo tome mi decisión. Sin decir palabra me aleje rumbo a mi habitación, caminando de lo más sensual y moviendo las nalgas de una manera de lo más excitante y sugestivo. No hay hombre que se resista a eso.
Además, al caminar, lentamente me fui despojando de mis prendas, haciendo que, a los hombres, el bulto se les quisiera salírseles del pantalón.
Entre a mi habitación dejando la puerta abierta, en una clara invitación a que entrara todo aquel que quisiera entrar. Y si, los tres hombres quisieron entrar y así lo hicieron detrás de mí.
Yo ya los esperaba totalmente encuerada, de piernas abiertas, frotándome el sexo y mirándolos con una mirada cargada de promesas.
El primero en caer en mis redes fue mi papa, que me abrazaba y me besaba casi con desesperación, con tremendo deseo contenido durante 4 largos años. El me besaba en la boca y yo sin más le agarré su enorme pene, que, claro está, ya lo tenía bien duro y bien parado, así que se lo empecé a frotar bien rico.
Enseguida, mi tío se nos unió enterrando su cara entre mis piernas, y se dispuso a lamer y a chuparme el sexo, bebiéndose mis jugos que ya se desparramaban por detrás de mis nalgas.
Por último, mi abuelo se recostó a un lado mío y me la dio a chupar. Que delicia, él era el que tenía la verga más grande y gruesa de los tres. Así que entre mis tres machos me dieron la bienvenida a casa.
Claro está que yo ya había participado en tríos, pero, definitivamente esta era mi primera vez con tres machos al mismo tiempo. Y, lo mejor de todo, es que los tres eran mis machos favoritos desde la infancia.
Sobra decir la verguiza que me dieron durante toda la noche hasta que amaneció. Me hicieron sándwich entre todos intercambiando posiciones varias veces. Asi que me la dieron por delante y por detrás toditita la noche entera ufff.
Eso fue épico, algo realmente increíble. Nada puede compararse a eso y nada te lo podría explicar realmente en su justa dimensión hasta que lo experimentes tu misma.
Hasta acá llegamos con los recuerdos de mi infancia y un poco más de postre uwu.
Por cierto, en un relato anterior, les dije que me solicitaran los que quisieran ver mis fotos y mis videos. Únicamente se me paso decirles que todo ese Contenido está a la venta para los que gusten. Mil disculpas, pero igual les aseguro que vale la pena, no se lo pueden perder. Besos.
melany19hz@gmail.com