Rosa III: Elena
Su cabello era negro azabache, le llegaba a la altura de los hombros, y enmarcaba una cara de belleza latina de ojos también negros y grandes, que le daban a su mirada un aire de ingenuidad que contrastaba con la malicia que su sonrisa pícara transmitía desde esa boca grande y sensual de labios carnosos tan de moda en los últimos años.