Llamaron al puerta y Rosa fue a abrir. Era el fontanero y venia con un ayudante.
El señor de 65 años me empezó a preguntar por mi edad y cuando le dije que tenia 24 años me dijo que una nieta suya tenia esa edad y comenzó a hablarme de su nieta.
Cogí su flácido pene y me lo metí en la boca, lamiendo y succionando para no dejar ni un solo grumo.
Aquí estoy otra vez, después del parón veraniego, a contaros las múltiples aventuras sexuales que durante la temporada me han ocurrido.
Él me volvió a agarrar los pechos y me besaba en el cuello. Comencé a ir más rápido y me vino el primer orgasmo.
En un campamento en Granada pruebo por primera vez dos pollas grandes al mismo tiempo.
Siempre me había gustado imaginarme de gogo y ahora en la despedida de soltero tenía la oportunidad.