Con la calma que proporciona las vacaciones, me tomé un café, me di otra ducha, y me vestí para salir a comprar y dar una vuelta. Estaba en la puerta de mi casa, cuando sonó el teléfono. Me di la vuelta y lo descolgué.
Él se arrepentía de no haber sabido como retenerla a su lado. Siempre ha sido bastante egoísta en esto de los sentimientos. Pero la verdad es que envidiaba a su marido por tenerla.