Alicia se paso chillando y rogando durante todo el tiempo que la aguja fue clavándose en su cuerpo. Fueron casi tres centímetros de aguja los que fueron enterrados en su pecho.
No aguantaban a su jefa, y se lo iban a demostrar.
Era el tercer día en la isla... hoy la tocaba iniciarse a ella.
Luz acerca su mano enguantada al pecho derecho de Diana y ahueca este levantando más su pezón y la pinza que todavía lleva fijada. Entonces tira un poco de la pinza sin quitarla pero de pronto vuelve a estirar esta vez mas fuerte que quita la pinza y estira el pezón al máximo.
En ese momento la follaba vaginalmente con su polla y analmente con dos dedos. Sara al sentir la penetración de los dedos del líder dio una sacudida tragándose todo el pene del otro hombre que le provocó una arcada. Los dos hombres rieron.
Elisabeth regreso a la casa de invitados. Era tarde y la habitación estaba silenciosa. Este ultimo acto y lo pasado durante la noche la habían dejado turbada y decidió darse un baño caliente. Estaba tumbada, con los ojos cerrados, permitiendo que el agua le relajase. El agua caliente sobre su piel termina por relajarla a fondo y distraídamente se lleva la mano hasta su pecho
No creo que eso le guste pero no puede hacer nada. Renuevo mis caricias y la beso por todo el cuerpo buscando ciertas partes. Un dedo comienza a penetrarla por su mojada vagina y después le sigue otro más. Mientras tanto el dedo pulgar retoma las caricias a su clítoris. Después de unos minutos ya no puede más y tiene otro orgasmo.
Pongo las dos palmas abiertas sobre su estómago todavía tapado por el picardías y están van acariciando su cuerpo sobre la tela. Encuentran un pequeño lazo de tela que cierra el picardías y con los dientes consigo desatarlo.