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Azul II

Azul II

El sol que entraba por la ventana, consiguió que al final Elisabeth se despertase.

Se levantó perezosamente.

Su cama olía a sudor y sexo.

Durante la noche sus sueños habían sido muy eróticos y la cama había absorbido parte de ellos.

Se levanto, desayuno y mando las sábanas a lavar.

Salió a nadar un rato. Luego se acercó hasta el embarcadero.

En él había atracado el barco en el cual llegaron. Ayer, pensó. Se acercó por el muelle hasta él.

Cuando estuvo cerca pudo oír claramente como la mujer que era la capitana gritaba a alguien.

-” He dicho que limpiaseis la cubierta. Que la quería reluciente. Kate, Amanda era vuestro trabajo. Hacerlo ahora o sufriréis mi ira. Ya. Empezar.”

Elisabeth se acerco un poco más hasta que pudo ver como dos chicas limpiaban solo con un pantaloncito puesto la cubierta. No vio a la capitana, y suponiendo que estaba dentro, dio la vuelta y se alejo.

Elisabeth paso el día entre la playa y la casa de invitados. Sobre las cinco de la tarde se puso una túnica bastante corta y de color azul cielo.

Luego se dirigió a la casa grande. No entro por la puerta principal sino que fue directamente a la parte donde estaba la piscina.

En la piscina, tumbada al sol y totalmente desnuda estaba Melissa.

Elisabeth no pudo reprimir echar una mirada hacia el sexo totalmente depilado de Melissa. Ayer había visto como se lo depilaban pero ahora lo podía observar de cerca.

-” Hola Elisabeth. Te gusta mi nuevo look. A Ricardo le encanta verme desnuda, para poder observar mi depilado sexo. Yo nunca me lo había depilado entero aunque en verano me lo retocaba para que no me molestase al bikini.”

En ese momento y antes que Elisabeth pudiese responder apareció una sirvienta trayendo una bandeja con limonada.

-” Les apetece a las señoritas limonada fresca, o cualquier otra cosa.”

-” Yo tomaré un vaso de limonada.” Contestó Elisabeth.
-” Yo quisiera una coca cola.”

La sirvienta sirvió la limonada a Elisabeth y al poco rato regresó con una coca cola para Melissa.

En ese momento Elisabeth está contestando a Melissa que ella tampoco había pensado depilarse el sexo pero que a Melissa le quedaba bien.

Siguieron charlando de lo que paso ayer y lo que podría pasar.

Llegó la señora Penélope y saludo a las dos. Las invito a unirse con el resto en el salón. Melissa se levantó de la tumbona donde estaba y solo se puso un pareo sobre sus caderas y una blusa atada en la cintura.

Siguieron a la señora Penélope hasta el salón.

En el ya estaban sentados Diana, Luis, Vicky y Ricardo. Ricardo hizo señas a Melissa para que se sentase con en él en un sofá de dos plazas.

Melissa se sentó con Ricardo mientras Elisabeth y la señora Penélope ocupaban los sitios que quedaban libres.

En esta ocasión en medio del salón y todos los invitados orientados hacia ella, había una gran televisión.

En un momento dado se encendió y todas las voces se acallaron y las miradas se dirigieron hacia ella.

La televisión enseñaba la imagen de una habitación vacía.

De pronto apareció Sara envuelta en una toalla y secándose el pelo con otra. Se oyeron dos golpes sobre una puerta y entro en la habitación Juan.

Sara se quedó un poco perpleja ya que no había tenido tiempo ni de dar permiso ni de denegarlo; aunque Juan no espero tampoco el permiso.

-” Buenas tardes, Sara”

Sara saludo a Juan. Aunque esperaba la visita ya que Juan le había comentado que él sería el encargado de su iniciación y que pasaría esta tarde por su habitación Sara creía que sería más tarde. Juan se acercó a Sara y la beso.

Mientras lo hacía desató el nudo de la toalla y esta cayó al suelo dejando a Sara desnuda, ante la mirada de Juan y por la televisión del resto.

-” Yo no soy como mi amigo Ricardo, te aviso. Solo me preocupa mi propio placer y no me importa si la persona a la que me follo obtiene o no placer. Te follare como, cuando y donde quiera. Estés o no preparada.”

-” Pero…..” empezó a decir Sara.

-” No quiero oírte. Ahora desnúdame y comete mi polla. En cuanto este preparado te follare, así que si quieres tocarte mientras me la comes tu misma.”

Sara no sabía muy bien que hacer, pero la mirada que le echo Juan no le dejaba muchas salidas.

Se acerca a Juan y con cuidado lo desnuda.

El pene de Juan estaba flácido cuando Sara se arrodilla y comienza a lamerlo.

Mientras su boca y una de sus manos se dedican al pene de Juan la otra empieza a tocar y acariciar sus grandes pechos.

Eran unos pechos inmensos. A todos los chicos con los que había tenido relación le habían encantado esos pechos.

Cuando su mano había excitado suficiente sus marrones pezones esta bajo hasta su sexo.

-” Comete también mis pelotas y trágate todo mi pene.”

Sara beso y sorbió las pelotas de Juan, mientras sus dedos separaban sus labios vaginales buscando su clítoris.

Cuando dejo las pelotas y se metió el pene entero en la boca sus dedos tocaban su clítoris. El pene de Juan no era demasiado grande y Sara a sus 26 años había tenido sexo oral suficientes veces para saberlo.

Todo esto era observado por los invitados en la televisión.

Cuando Juan dejo caer la toalla que tapaba el cuerpo de Sara todos pudieron observar los inmensos pechos.

Ricardo comentó en voz alta que eran grandiosos y con estos zooms se ven todavía más inmensos. Melissa bajo la mirada hacia sus propios pechos, que comparados con los de Sara eran enanos.

Ricardo noto esa mirada y acerco sus labios a los de Melissa dándole un beso. Sus lenguas se buscaron mientras las manos de Ricardo metían mano a los pechos y el sexo de Melissa, a través de la blusa anudada y del pareo que dejaba muy descubierto el sexo depilado.

Esto hizo que Melissa se sintiese bien y se excitase.

La cámara ofrecía ahora primeros planos del sexo de Sara.

Unos gruesos labios vaginales que gracias al zoom parecían inmensos, mientras los dedos de Sara los apartaban para poder llegar más fácilmente a su clítoris.

Juan levanto un poco más a Sara y le puso su pene entre los inmensos pechos de esta y Sara tuvo que sacarse la mano de su entrepierna para con las dos encerrar el pene de Juan entre sus pechos y con ellos masturbarlo.

-” Ponte a cuatro patas. Es hora que te folle.” Se oyó decir a Juan.

Sara se puso a cuatro patas sobre la cama y Juan de una sola embestida le metió todo su pene.

Luego empezó a bombear rápidamente buscando su propio y único placer. Sara siguió tocándose el sexo, intentando también darse placer a sí misma. Juan pasó un dedo por los labios de Sara y esta lo chupo.

Cuando Juan lo sacó de los labios lo llevó directamente al culo de Sara y sin pensárselo se lo metió.

Esto no lo esperaba Sara que solo una vez había intentado tener sexo anal con uno de los hombres con los que salía pero le dolió tanto que tuvieron de dejarlo.

Juan siguió follandola sin dejar de sacar y meter su dedo en el culo de Sara y de pronto le dijo:

-” Este culo creo que es virgen, aunque esta noche dejara de serlo. Será follado esta noche.”

A Sara esta idea no le gusto mucho pero no podía hacer nada para evitarlo. En ese momento Juan estaba a punto de correrse.

Le saco el pene y lo enterró en medio de los pechos de Sara para que ella misma acabase con ellos de masturbarlo.

Sara lo hizo así y chorros de semen fueron a caer sobre su cara y sobretodo sobre sus pechos.

Después Sara limpio el pene de Juan y este se vistió y sin decir nada mas salió de la habitación.

La televisión no se apagó y los invitados pudieron ver como del cajón de la cómoda Sara cogía un consolador que ella misma enterraba en su sexo y comenzaba a masturbarse con él.

Al final dando un largo gemido Sara se corrió. Se levantó y volvió a desaparecer de la visión por la misma puerta por donde había salido.

Mientras esto pasaba Melissa ya tenía abierta la blusa y el pareo estaba sobre el suelo.

Lamía el pene de Ricardo, mientras el resto se levantaba y salía.

En ese momento Melissa se subía sobre Ricardo y ella misma se penetraba con su pene.

Una hora después todos se reunieron de nuevo en el anfiteatro.

Sobre la tarima había una cama con sábanas negras, un baño y otros objetos.

Aparecieron Sara y Juan seguidos de dos sirvientas. Eran gemelas, casi idénticas aunque una era un poco más alta que la otra.

Las dos vestían igual, un vestido corto y negro.

Desnudaron a Sara quitándole el albornoz negro que era lo único que llevaba.

Sara miró directamente hacia el anfiteatro pero las luces que iluminaban la tarima no le deja ver nada.

-” Bueno Sara, te dije que esta noche tu culo dejaría de ser virgen y eso se cumplirá. Pero no seré yo quien lo haga, serán Ana y Maribel quien harán los honores.”

Ana, una de las gemelas, indico a Sara que se acercase a la cama. La tumbo sobre ella y comenzó a besarle las manos.

Luego siguió lamiendo y besando todo el cuerpo buscando excitar a Sara.

Cuando consiguió que Sara estuviese caliente y de su coño saliesen un montón de fluidos, empapo con ellos un dedo y se lo metió a Sara por el culo.

Muy lentamente, eso sí pero suficiente para que dijese a Maribel. Ya esta lista.

Ana acompañó a Sara a la bañera y las dos se introdujeron en la bañera.

Ana coloca a Sara a cuatro patas dándole el culo hacia ella y cogiendo las manos de Sara las coloca sobre sus nalgas. Entonces le ordena que ella misma separar sus nalgas. Maribel coloca un cojín delante de Sara para que pueda descansar su cuerpo sobre él y así pueda poner la espalda recta sin necesitar las manos. Ana cogió la ducha y dirigió chorros de agua templada hacia el culo de Sara.

Mientras el agua caía sobre el culo de Sara, ana se puso una manopla de tela de toalla y empezó a frotar el culo de Sara. En un momento, estas caricias con la manopla fueron sustituidas por la lengua de Ana que introduciéndose todo lo que podía en su culo, intentando con esto relajar el esfínter de Sara.

El esfínter de Sara no estaba muy abierto todavía, cuando la lengua de Ana fue sustituida por su dedo lleno de crema. Ana metía y sacaba este dedo. Sara emitía pequeños gemidos entre placer y dolor en cada entrada del dedo de Ana en su culo.

En un de estos gemidos, Sara observa como Maribel se acerca a ella con un consolador muy estrecho pero bastante largo de color negro.

Maribel besa el consolador y luego se lo pasa por sus labios. En un momento dado se lo acerca a los labios de Sara y acaricia estos con él.

-” Te recomiendo que lo ensalives bien, ya que será esto lo que te voy a introducir por tu virginal y estrecho culo.” Señaló Maribel.

Luego se lo metió en la boca a Sara. El consolador era negro pero una copia bastante buena de un pene humano.

Era largo y estrecho pero tenía marcados todos las venas. Maribel comenzó a meterlo y sacarlo de la boca de Sara, como si la follase. Sara no podía impedirlo ya que sus manos seguían abriendo sus nalgas. De vez en cuando Maribel dejaba el consolador un rato dentro de la boca de Sara, que en ese momento Sara aprovechaba para con la lengua lamerlo y así ensalivarlo lo máximo.

Ana seguía introduciéndole el dedo en el culo, pero además ahora con la otra mano comenzaba estimularle el clítoris, muy caliente del ultimo orgasmo. Luego le metió otro dedo en el culo para ensancharlo más. Cuando Ana considero que ya estaba suficientemente abierto se lo dijo a Maribel.

Esta se quitó el vestido que llevaba, sacó el consolador de la boca de Sara y lo coloco en un arnés que ella misma se ajustó alrededor de la cintura dispuesta a penetrar a Sara. Se metió en la bañera.

Ana había salido de la bañera y se colocó delante de Sara, abrió sus piernas dejando ver su sexo y cogiendo la cabeza de Sara la enterró en su entrepierna. Sara solo podía hacer una cosa si no quería ahogarse, era lamer el sexo de Ana. Por lo tanto empezó a hacerlo.

Cuando estaba haciéndolo noto como Maribel colocaba la punta del consolador en su esfínter y la penetraba un poco.

Sara no noto dolor, ya que Ana había hecho un buen trabajo y su esfínter estaba un poco abierto, pero levantó un poco la cabeza del sexo de Ana y le pidió que fuese delicada.

Maribel empujo de nuevo, y esta vez un quejido salió de los labios de Sara pero rápidamente fue acallado cuando Ana volvió a enterrar la cabeza de Sara entre sus piernas.

Maribel retiro unos centímetros el consolador del culo de Sara, para que fuese acostumbrándose a él y aliviar un poco a Sara. Maribel cogió una mano de Sara y la llevó a su clítoris para que fuese Sara misma la que se excitase mientras ella la penetraba.

Después volvió a meter un poco mas el consolador pero esta vez cuando paro no lo saco ni un centímetro dejándolo donde estaba para que el esfínter se ensanchara.

-” Te gusta verdad Sara.”- le dijo Maribel.

Sara iba a contestar que le molestaba un poco, pero Ana viendo sus intenciones le puso las manos en la cabeza y no le dejó levantarla.

Maribel le enterró todo el consolador en el culo de Sara y empezó a meterlo y sacarlo con movimientos pélvicos, primero poco a poco para después penetrarla del todo cada vez más rápido.

Sara seguía tocándose el clítoris y tuvo un orgasmo que a nadie paso inadvertido. Maribel no dejo de meter y sacar el consolador de su culo.

Poco después Ana emitió un largo gemido y se corrió en la boca de Sara cansada de su orgasmo tuvo que hacer un esfuerzo extra para poder sorber todos los jugos que salían de Ana, ya que esta no le dejaba levantar la cabeza.

Cuando el orgasmo de Ana disminuyó, levanto su cabeza y le dio un profundo beso, pudiendo disfrutar de sus propios jugos.

Maribel siguió follando a Sara hasta que esta tuvo su segundo orgasmo.

En ese momento saco el consolador del culo y la penetro hasta el fondo en el coño. Siguió entonces follandola vaginalmente hasta que consiguió que se corriese por tercera vez entonces se detuvo y salió de Sara.

Esto había excitado a Ricardo que cabalgaba a Melissa y le decía que le encantaría penetrarla por su precioso culo. Luis sé corría de nuevo en la boca de la misma sirvienta que ayer, mientras Diana y Elisabeth se acariciaban ellas mismas.

En cuanto Maribel saco el consolador de Sara, la señora Penélope se levanto y invito a todos los presentes a cenar, eso si no había prisa. Poco a poco fueron reuniéndose todos en el comedor para una cena fría.

Cuando cenaron en vez de volver al anfiteatro se dirigieron hacia el salón. Juan que había cenado con ellos, también les acompaño. Se encendió el televisor y poco después aparecían Sara, Maribel y Ana.

Sara bestia una falda corta y negra que le quedaba muy apretada y casi deja ver su culo y sexo de lo corta que era.

Para rematar llevaba unos zapatos de tacón con una blusa roja sin sujetador.

La blusa era un par de tallas más pequeña que la que Sara usaba normalmente cosa que hacía que sus inmensos pechos quedasen muy marcados.

-” Viste como una verdadera puta y así se comportara.” -Dijo Juan a los invitados.

Sara y Maribel salieron del ángulo de la cámara. Este pronto se abrió dejando ver una negrura alrededor de Sara. De pronto se oyeron voces:

-” Mirar a esa putita blanca. ¿Creéis que querrá caña?.”
-” Si no quisiese que hace aquí sola, en medio de la nada y vestida así.”
-” Bueno acerquémonos a comprobarlo.”

Dentro de la zona iluminada aparecieron tres hombres jóvenes de color.

-” Cojones que tetas mas grandes tiene. Y el culo no se queda atrás.”

Sara no sabía qué hacer, le entró el pánico y empezó a correr en dirección contraria a la que traían los hombres.

Los hombres eran más rápidos que ella y pronto la cogieron, ya que los zapatos de tacón tampoco ayudaban mucho a Sara.

En cuanto la cogieron seis pares de manos empezaron a sobarla.

-” Dejarme por favor.” – Chillaba Sara.

-” Creo que no lo vamos a hacer. Nos serás útil. No hay nadie por aquí así que tendremos sexo contigo, sin pagar, todo el que nosotros queramos y si te portas bien con nosotros puede que luego te dejemos marchar. Si no conozco un amigo que tiene un puticlub y seguro que una chica como tu le iría de perlas.”- Contesto uno de los hombres a los gritos de Sara.

-” Una buena actuación, ¿no creéis?. Claro que para que esto ocurriese Maribel le ha puesto a Sara no sé que sustancias llevaba pero que hace que a Sara le pueda entrar el pánico en cualquier momento. – Explico Juan al resto.

-” Llevarla al rincón. Creo que había visto un colchón en el suelo y si tengo que follarla, lo haré lo más cómodo posible.”

Entre los otros dos levantaron a Sara del suelo de donde ella misma se había tirado en un intento mas de escapar.

Sin dejar de sobarla la llevaron hasta un colchón que había en un rincón y la depositaron allí.

El que era el líder se acercó a Sara y de un tirón rompió la blusa que llevaba dejando al descubierto sus pechos.

Los cogió con ambas manos, sin hacer caso de las suplicas de Sara, los meció, acaricio y estrujo todo lo que quiso.

-” Son inmensos tenéis razón. No me caben en las manos y yo tengo unas manos bastante grandes. Disfrutaremos de lo lindo. Terminar de desnudarla vosotros mientras yo me quito la ropa.”

Solo se oía el ummmm de los otros cuando quitándole el resto de la ropa a Sara y sobandola y metiendole mano la dejaron desnuda.

El líder apareció desnudo. Sara pudo ver su pene y el pánico volvió a ella. Era inmenso y solo estaba en reposo. Si la penetraba con eso la desgarraría. Volvió a intentar escapar pero en esta ocasión el líder se sentó sobre sus pechos.

-” Donde vas putita. ¿ No me digas que mi pene te ha asustado? Si ahora esta flácido pero espera un rato y veras como una vez este duro y te penetre pensaras de otra manera.

Además mis amigos tienen unos penes igual de grandes que el mío, así que podrás disfrutar como una verdadera puta. Ahora quiero que uses tus manos, boca y tetas para que mi polla crezca y se ponga dura. Ojo con hacerle algo o no saldrás viva de aquí.”

Sara se relajo un poco. No tenía más alternativa si quería salir viva de aquí. Noto como los otros dos le soltaban las manos. Poco a poco acercó sus manos al inmenso pene negro y comenzó a acariciarlo.

Sintió como iba creciendo en sus manos, en sus pechos; hasta que alcanzó los 25 cm de largo y un diámetro verdaderamente grande.

El resto ya se había desnudado y sus manos volvieron a rebuscar en el cuerpo de Sara, especialmente en su culo y sexo.

El líder se levantó y cogiendo a Sara la puso a cuatro patas y la fue penetrando vaginalmente con su inmenso pene.

Sara ya estaba un poco excitada por los tocamientos que los otros dos le habían hecho, pero no suficiente para este inmenso pene. Gemía y se retorcía. Los gemidos fueron acallados cuando uno de los hombres le puso su pene en la boca para que lo chupase.

El líder y el otro hombre disfrutaban plenamente de Sara tanto vaginalmente como bucalmente, mientras de vez en cuando hacían comentarios sobre las cualidades de Sara. El líder en un determinado momento, le metió dos dedos en su coño.

Una vez estuvieron mojados, traslado estos hasta la abertura del culo de Sara y se los metió.

En ese momento la follaba vaginalmente con su polla y analmente con dos dedos. Sara al sentir la penetración de los dedos del líder dio una sacudida tragándose todo el pene del otro hombre que le provocó una arcada. Los dos hombres rieron.

-” Será mejor que saques tu polla de la boca de esta putita. Si con solo dos dedos ha dado esta sacudida cuando la penetre puede que te la muerda y eso no creo que te gustase.” – Le dijo el líder al hombre.

-” Espera un poco. Esta putita lo hace también que estoy a punto de correrme. Ahhh….”

De pronto la boca de Sara fue inundada por el semen del hombre. En cuanto termino de correrse en la boca de Sara, el líder acomodo la inmensa cabeza de su pene en el esfínter de Sara y la penetro analmente.

La enorme cabeza abría poco a poco el culo de Sara mientras esta gritaba que era demasiado grande y la desgarraría.

Cuando llegó a la mitad más o menos, el resto lo metió de dos únicos golpes.

Una vez enterrada entera, la dejo un poco dentro sin moverse y luego empezó la sacarla y meterla, haciendo que Sara fuera convirtiendo el dolor de la penetración en placer.

Cuando el líder se corrió dentro del culo de Sara inundándolo de semen, el tercer hombre se tumbo debajo de Sara, con la polla tiesa y le ordeno que ella misma se penetrase.

Sara ya estaba bastante excitada y ella misma se inmoló el pene en su vagina. Luego el otro hombre que ya había recobrado la excitación la penetro analmente.

Visto esto el líder decidió que si era penetrada por dos lados que le limpiase la polla y así tendría todos sus agujeros llenos.

En el salón Melissa y Ricardo se habían ido a su habitación en la cual pusieron la televisión para seguir los acontecimientos mientras se preparaban para poder penetrar a Melissa analmente. Luis también desapareció. Solo se quedaron Diana y Elisabeth, acompañados de la señora Penélope y Juan.

Pudieron observar todo el espectáculo. Los tres hombres fueron rotándose todo el rato, siendo Sara penetrada por dos veces como mínimo por cada hombre en cada agujero. Sara había ido acostumbrándose a los inmensos penes y al final disfrutaba mucho.

-” Como una buena puta, al final disfruta.” – Dijo Juan cuando salió del salón dando por finalizada la iniciación de Sara.

Finalmente los tres hombres salieron de la vista de la cámara dejando a Sara abierta por todos sus agujeros, dolorida, agotada y con su cuerpo lleno de semen.

Continuará

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