Capítulo 1
- El reencuentro en mi cumpleaños 25
- El reencuentro II
- El reencuentro III
Para dar contexto a los lectores; soy un joven de 25 años con 2 hermanas, una de 27 que vive conmigo, con la cual he convivido toda mi vida y con ella es normal la vida, no me atrae, y luego está mi hermanita menor, ella tiene 21 años recién cumplidos, y nunca ha vivido conmigo, no la veía desde que ella cumplió los 14 años, pasó demasiado tiempo lejos, viviendo con mi papá en otra ciudad, hace poco el día de mi cumpleaños, (el 5 de julio) me contactó por WhatsApp para felicitarme por mi día, nunca imaginé que sería ella la primera en recordar esa fecha tan particular, además de mencionarme que se había mudado a mi ciudad hace varios meses. Mi corazón saltaba de alegría, no lo podía creer, mi hermanita menor estaba muy cerca de mi y podíamos compartir el tiempo que nuestros padres nos robaron por su separación, sin pensarlo dos veces, le dije que me encantaría pasar ese día con ella, en algún centro comercial de la ciudad, y ella accedió de inmediato, me dirigí al lugar de encuentro acordado, eran las 2 de la tarde, un día soleado, todo era perfecto; era hermoso.
Me encontré con ella, y no podía creer lo que mis ojos estaban viendo, una joven muy hermosa, casi tan alta como yo (mido 178), ella perfectamente está encima de los 170cm, de tez blanca como yo, senos preciosos, acordes a su cuerpo, y una nalguita, que no es grande, pero la tiene redondita, muy bien hecha, de inmediato entró un sentimiento extraño, de no estar viendo a mi hermanita, sino a una mujercita muy bonita, todo eso pasó por mi cabeza en cuestión de segundos, nos saludamos, ella me abrazó fuertemente, y fui recíproco con el abrazo, se le notaba la alegría por verme, y evidentemente a mi también, es mi hermanita a la que no veía desde su adolescencia. Pasamos la tarde juntos, almorzando, paseando, se llegaron las 7pm y llegó un momento en el que nos sentamos en una banca y ella estaba sollozando, noté una pequeña lágrima que recorría su bello rostro. -Qué ocurre? Hice algo que te molestó?- Le pregunté. -Es que ya se llegó ese momento de despedirnos- Respondió. -Te prometo que no será la última vez que nos veamos, ahora que sé que vives aquí en la ciudad, estaré encantado de compartir tiempo contigo- estaba tan emocionado en el momento que por algún motivo se me escapó la siguiente frase -disfruté mucho este día, y me tienes completamente enamorado-. Ella me miró con unos ojos diferentes, esa mirada era entre ingenuidad y confusión -Repite eso último- me dijo. En ese momento caí en cuenta del error que había cometido y le respondí -Oh, no quise decir…- comencé a balbucear muy nervioso -No es correcto y somos hermanos, y seguramente tienes novio- continué diciendo y me sudaban las manos de lo nervioso que estaba. Su mirada cambió a una combinación de tristeza y ternura y me dijo -Para serte honesta nunca he tenido novio, nuestro padre me tiene muy aislada de todo, logré conseguir tu número pero mi vida ha sido difícil-.
En ese momento imaginé el escenario que me estaba planteando de lo fea que era su vida y si nunca había tenido novio, eso significaba… Y me atreví a hacerle esa pregunta -Entonces si no has tenido novio, tu eres…- me interrumpió -Virgen? Sí, nunca he tenido contacto sexual de ningún tipo- su mirada cambió a la de una chica avergonzada -Sé que estoy muy grande y que si soy virgen a esta edad probablemente nunca se fijen en mi y tengo que volver a «esa horrible casa» viviendo con nuestro padre, socializar para mi es prácticamente imposible- Respondió. Su teléfono empezó a sonar, era nuestro padre llamándola, ella contestó, luego de colgar la llamada su carita de ángel se tornó preocupada -Papá me dice que saldrá a beber con sus amigos y que si no llego en 15 minutos, me las arregle para entrar y no traje llaves- Era imposible que llegara en ese tiempo, su casa quedaba a mas de 50 minutos en coche del sitio donde estábamos.
En mi mente, era la oportunidad perfecta, los dioses, nuestro padre, y las estrellas se estaban alineando para servírmela en bandeja de plata y le dije -Quédate en mi casa hoy, aprovechas para saludar a nuestra hermana mayor y mañana temprano te llevo a tu casa y…- me interrumpió -Vamos a tu casa, pero no quiero volver a la mía- respondió. Asentí, fuimos a cenar aprovechando el centro comercial y nos dirigimos a mi casa, yo esperaba que mi otra hermana, con la que vivo, estuviera en casa, al llegar, la casa estaba sola y me había dejado una nota y un regalo de cumpleaños en el comedor «Feliz cumpleaños, pensaba salir contigo pero me surgió algo importante, nos vemos mañana en la tarde», todo se había alineado, mi hermanita menor no podía regresar a su casa, mi hermana mayor se había ido, casa sola, con ese pequeño postrecito. -Mira hermanita, nuestra hermana no estará esta noche- Le mostré la nota, en ese momento eran las 9pm, intenté entrar al cuarto de mi hermana para tomar una pijama suya, y prestársela a mi hermanita menor, pero lo había dejado cerrado con llave.
-No tengo pijamas para prestarte y el cuarto de nuestra hermana está cerrado- le dije, ella respondió -No pasa nada hermanito, puedo dormir en el sofá para no molestarte- la miré, la abracé y le dije -Para mi no eres una molestia o una incomodidad, eres mi hermanita y quiero que te sientas en total libertad de dormir en mi cama, si a ti te incomoda, te dejo el cuarto a ti y yo me vengo para el sofá- Ella respondió -No tengo problema en compartir la cama contigo- la tomé de la mano y la guié a mi cuarto, me aseguré de cerrar la puerta y ella me preguntó -Te incomoda si me quito la ropa para dormir contigo?-. El solo hecho de que me preguntara algo así, comenzó a despertar mi erección -Para nada duerme como mas cómoda te sientas- respondí. Ella comenzó a desvestirse y luego de haberse quitado el Jean y su blusa quedó en calzones y brasier, en ese momento dejé de disimular y la miraba de arriba a abajo, amaba ver lo redondas que tenía sus nalguitas y esos preciosos senos firmes que encajaban perfecto en su brasier.
Yo también me estaba desvistiendo y estaba en bóxer buscando mi pijama y ella me dijo -nunca he dormido con sostén puesto, me permites dormir sin nada puesto en mi pecho?- Me volteé para mirarla frente a frente y con esa pregunta, mi erección se hizo aún más notoria de lo que ya era.
Continuará…