Tácticas de guerra, el padre y el hijo

En esta ocasión abro un pequeño paréntesis a mi historia para hacerles saber lo que para mi, ha sido una experiencia de lo mas erótica que he tenido, y ha sido justamente con mi papá, espero lo lleguen a poner en practica con su pareja si les gusta, y me hagan saber que les pareció la experiencia o haciéndome saber sus opiniones y sugerencias, después de todo, no siempre la penetración o el sexo oral es lo único que puede dar mas placer.

Fue un sábado por la tarde, eran aproximadamente las 5:00 de la tarde, yo me encontraba en mi cuarto haciendo los deberes de la escuela, hacia calor, y bueno, después de todo lo que había sucedió en la casa, no es raro vernos desnudos paseando por las habitaciones, después de todo solo vivimos nosotros y muy poca gente visita la casa, los trabajadores y peones tienen una sección aparte, el caso es que escuche el motor de la camioneta de mi Papa que regresaba de la faena. Así es que baje a recibirlo. Al entrar por el zaguán me eche a sus brazos y nos besamos.

-Hola, como estuvo tu día?- pregunte- bien, algo pesado pero bien. Y tu que has hecho? Que tal la escuela?- me pregunto con una sonrisa en sus labios a lo que respondí con un simple- bien, gracias.

Dimos unos pasos hacia la sala, le pedí que se sentara para que descansara un momento. Llegamos a un sofá muy cómodo cerca de una ventana por donde entraba la luz del atardecer, yo me acurruque junto a el y el me paso el brazo por detrás de la espalda. Levante un poco mi cara para alcanzar sus labios y besarnos, me gusta sentir su bigote sobre mi labio inferior haciéndome un suave cosquilleo por mi nariz.

Mi cuerpo comenzó a estremecerse cuando el metió su lengua y comenzó a hacer suaves giros dentro de mi boca, buscando mi lengua, entrelazándola, lo cual me éxito y se reflejo inmediatamente en mi verga que se disparo a su máximo.

La mano que tenia libre se deslizo por mi oído bajando por mi mentón, siguiendo por mi cuello y descendiendo aun mas por mi pecho; el beso seguía, no quería que terminara. Nuestras respiraciones comenzaron a agitarse, mis manos aprisionaron su cabeza por la nuca para que no se separara, los labios se rozaban, las lenguas chocaban. Mis manos bajaron a su pecho y buscaron los botones de la camisa, los cuales cedieron a los suaves movimientos de mis dedos, uno por uno.

Los gemidos comenzaron a escaparse, mientras le quitaba la camisa, para ese momento me encontraba sentado sobre el. El movió su cabeza para besar de una forma tan tierna mis pezones que sentía explotar, primero los apretó con los labios y después pasaba su lengua por el rededor, muy suave y lentamente, yo gemí muy levemente aprobando sus actos. Mi falo se encontró con un vientre abundante de espeso vello negro, que se enredaba y podía sentir como hormigueaba en mi glande que para ese momento ya estaba bastante hinchado y rojo, al contacto con los pelos del estomago de mi padre, a lo que se me ocurrió restregarle mi pito muy despacito, al mismo compás que el llevaba mamándome las tetas y sus manos rodeaban mis nalgas.

Era como el ritmo que un jinete lleva cuando monta un cuaco a trote lento. No puedo describir con palabras lo que sentía en ese momento, estaba probando el paraíso, me sentía aturdido….. tanto que no me di cuenta cuando se quito los vaqueros azules que llevaba puestos, cuando lo note ya sentía la dureza de su fierro en mi espalda, y así mismo notaba como su falo expulsaba abundante liquido lubricador. Mis manos buscaron desaforadas sus tetillas entre la maleza de vellos. Estaban duritos, los apreté muy suave y el gimió. Nos besamos otra vez.

Después el hizo que me incorporara y me coloco de espaldas a el, pensé que querría metérmelo por el culo ya, pero salí de mi error cuando me pidió que me sentara al borde de sus rodillas y volví a sentir su dura verga en mi espalda, me pidió que me inclinara un poco y lo hice dejando colgar mi miembro por entre sus rodillas, de pronto el cerro un poco mas sus piernas y aprisiono mi palo entre ellas, claro sin hacerme daño alguno, al contrario la presión que sus piernas fuertes y llenas de pelos hicieron en mi tranca, me lleno de placer y casi me corro en ese momento.

Que vas a hacer?- pregunte intrigado.

Shhhhh, que yo se lo que hago, déjame y disfruta, unta un poco de saliva en tu pene y entre mis piernas. – y así lo hice.

Paso sus manos por debajo de mis nalgas, las separo un poco y acomodo su polla entre ellas, de forma horizontal y las soltó un poco para hacer presión en su falo. Sin soltarme las nalgas comenzó a dirigirme en un movimiento de suave y baja muy despacio y de la forma en la que estábamos yo lo masturbaba a el con mis nalgas y el a mi con sus piernas como si me las follara.

No pude evitar gemir del placer que me estaba dando, y cuando volví un poco la cabeza para verle, note que también el lo disfrutaba, su mirada estaba perdida, excitadísimo, sentía como su vergota abría paso entre mis nalgas, y las llenaba de liquido lubricante que babeaba de su cabezota roja formando hilos destellantes. El movimiento fue subiendo de intensidad y con ello el placer, como había aprendido el vaivén sus manos capturaron mis pezones y comenzó a halarlos provocándome el orgasmo mas espeluznante de mi vida, exhale fuertemente y me corrí, fue glorioso, genial, llene todas sus piernas de leche, fueron 5 chorros deliciosos.

Pero papa aun seguía con su palo tieso, libero mi miembro y me pidió que me pusiera de pie frente a el, me separo un poco las piernas e introdujo su hierro candente entre ellas, inmediatamente lo aprisione, y el comenzó a follarme (literalmente) las piernas, su falo es tan grande que el glande de su pene salía por detrás mío, además rozaban mis testículos por debajo por lo que me empalme de nuevo, en unos minutos mi erección era tan potente como la de hace unos instantes, el me apretó fuertemente contra su peludo cuerpo y yo me aferré a el, nos fundimos en un abrazo y en un beso mientras sacaba y metía su verga por entre mis piernas, ahhhhhhh, sus envestidas eran furiosas y dentro de mi agradecía que no fuera mi culo, ya que muy probablemente me habría partido por mitad. – Ohhhhh que rico, así mi chiquito, asi, déjame follarte, uyyyy que caliente estas- sus palabras giraban en mi mente, me emborrachaban de placer, además sentía delicioso mi verga contra su torso de macho, – ahhhh si así, papito, que rico, ahhh, me vas hace venir otra ves, ahhhhhhhhhggg- no podía creerlo, me había corrido otra ves, un poco menos fuerte que la primera ves, pero aun así llegue a mojar bastante el pecho de papa, mi semen se mezclo con nuestro sudor, el seguía su embestida de lo mas furioso, me hacia gritar de placer y eso que no había penetración anal.

No había duda, es todo un semental. Bruscamente se detuvo y me hizo girar y me pidió que me pusiera detrás de el, me hizo pasar mis brazos por debajo de sus peludas axilas, me hizo juntar las manos como cuando haces oración pero hacia abajo, escupió entre ellas y las coloco entre su polla, la cual estaba gorda, mas de lo normal, cargada de leche, bien dura, entonces entendí que mis manos simulaban una especie de panocha o a lo mejor la raja de un ano.

Y reanudo sus movimientos de vaivén, era una variante de la masturbación que yo no había visto antes…… para aumentar su placer, comencé a morder muy suavemente su cuello, también lo lamía, de arriba abajo, el por su parte, se pellizcaba las tetillas, las retorcía; sus nalgas chocaban con mis huevos, el gritaba literalmente de placer, de no ser porque mi abuelo había ido al pueblo, seguramente lo habría escuchado (jejeje). Metía y sacaba su palo entre mis manos, así estuvo por 5 minutos y cuando sintió que se corría, me pidió que se la mamara para no desperdiciar su néctar.

Así lo hice, me coloque frente a su picha y el se termino de masturbar, jamás había visto tal cantidad de leche, no te exagero mi querido lector cuando te digo que su venida duro un par de minutos, mi boca prácticamente se inundo de su semen, y otra parte quedo regada por mi cara y pecho. Fue BRUTAL.