Mientras me daban por el culo, era enculado otro jovencito
Era uno de esos días que andas más salido que una manada de perras en celo, por lo que esa noche, sabía que iba salir de marcha. bueno digo marcha, por no decir en busca de quién me diera por el culo caliente, y vicioso que tengo.
Y es que, a mi culito, además de vicioso cuando se pone calentito, le gusta comer buenas pollas. Primero busca pollas jóvenes y tiernas, que sean larguitas, y no muy gruesas; más bien tirando a delgadas; pero según van pasando las horas, sino se le calma, el muy putón, le vale cualquier rabo. Todo vale con calmar la calentura.
Por la tarde, ya había hecho alguna excursión por algunos baños públicos que hay en mi ciudad; son mis lugares favoritos, junto a los jardines, o parques públicos, y es que me da mucho morbo, haciéndome subir la adrenalina por las nubes; y como no encontré nada apetecible, decidí salir de noche, a ver si había más suerte.
Después de haber salido del cine, fui tomar algo, pero antes había pasado por los baños públicos que había en la plaza de Pontevedra, no encontrando nada en ese momento. por lo que seguí hasta la zona de pubs, a beber algo, para ir haciendo tiempo.
Ya no quería beber más, así que tomé rumbo hacia los jardines que hay en el centro de mi ciudad; como ya conté en otro relato, son unos jardines tipo mini parque, en el cual hay todo tipo de árboles, estatuas, una fuente donde antiguamente había peces, una cafetería, churrería, biblioteca, y distintas calles; en ellos también hay baños públicos, y en uno de los laterales, hay una especie de camino, el cual está oculto, ya que por un costado están los baños públicos, y por el otro, una espesa arboleda. A este lugar algunos le llamaban urgencias, y no era por otra cosa que, si querías una follada rápida, o una mamadita, este era el sitio adecuado para ir. Estabas al aire libre, y no hacía falta entrar en los baños, que normalmente estos solían estar cerrados.
Cuando entré en dichos jardines, primero fui recorriendo todo el parque, para ver que ambiente había. IVA sin prisas, y fumando un cigarrillo. Había poco ambiente, por lo que no había de momento mucho donde escoger, así que seguimos dando otra vuelta, y esperar que se fuera animando el jardín.
Estando en el paseo, vi entrar a un jovencito, al cual a cierta distancia lo fui siguiendo.
Hizo más o menos como yo, fue recorriendo todo el entorno del jardín, a ver si había lo que buscaba. No estaba nada mal el jovencito en cuestión era guapo, y la edad sería más o menos de la mía.
A la tercera o cuarta vuelta se metió en la zona de urgencias. Como allí no podía verlo, sin entrar en dicha zona, lo que hice fue dar la vuelta, e ir hacia el frente de los baños, donde había una pequeña entrada a esa zona.
Pasé por ahí, pero no pude ver nada, así que decidí vigilar esta pequeña entrada y ver lo que pasaba.
Para no ser visto, anduve hasta la fuente que había, y quedaba detrás de donde estaba, ya que allí se encontraba la estatua de Doña Concepción Arenal.
Dicha estatua es la figura de la misma, sentada en un sillón, con una mesa, y los libros de las leyes. Por detrás del sillón, se puede pasar, ya que hay un pequeño pasillo, entre el sillón y la pared, que va rodeando el monumento.
Justo desde detrás del sillón, se puede ver la parte delantera de los baños públicos, quedando algo oculto de otras miradas, por la pared que va rodeando el monumento.
Era el lugar perfecto para observar, y no llamar la atención. Así que allí me situé.
Tenía una vista perfecta de la zona de urgencias, y la calle que iba por delante de los baños públicos. Empecé a observar, y veía perfectamente al jovencito que iba siguiendo. El mariconcito, se había bajado los pantalones, y con el culito al aire, lo estaba enseñando, haciendo un meneo del mismo muy sensual, mientras con las manos, se iba magreando el pecho, acariciando los huevos, etc.
El mariconcito, estaba salido como lo estaba yo, y el muy putito, debía estar bien calentito, mmm, que bueno estaba el muy maricón. Lo malo es que al parecer los 2 andábamos en busca de lo mismo; una polla que nos enculara bien enculados, y nos apagara aquel fuego que desprendía nuestro culito.
El jovencito, tenía varios hombres que lo estaban observando desde hacía un ratito, y el muy cabroncete, no paraba de excitarlos. Ahora hasta se metía un dedo en el culito, y gemía como una gatita en celo.
Mientras contemplaba el espectáculo, no me di cuenta, y otro joven me estaba visitando.
Se quedó a mi lado, y sacando su polla de fuera, me invitaba a que se la cogiera con la mano.
Tenía una polla bonita, y larga como me gustan a mí. Quizás algo gruesa para mi gusto, pero no estaba nada mal.
Lo miré a la cara, y con la mano, agarré su rica polla, empezando a darle unos ligeros meneos, y acariciarle la misma. Al mirarle la cara, la misma se me hacía conocida, y no sabía de qué se me hacía conocida aquella cara. Hoy al estar escribiendo este relato, me vino al recuerdo de que me era conocida aquella cara, joder mira cuando lo voy a recordar, y todo fue gracias a su polla, que al principio de agarrarla, dudé, por el grosor que tenía, y aunque no era demasiado, para mi gusto, me gustan más delgaditas; pues recordando este detalle, ya recordé quien es el joven en cuestión, y no es otro que el espectador inesperado del baño público que tuve mientras me follaban, para luego encularme él. Pues una vez le empecé a sobar la polla, este joven empezó a desabrochar mi cinturón, bajando el pantalón, junto al slip. Una vez liberó mi polla, dejando mi pantalón y slip por las rodillas, empezó a acariciarme la polla, abrazándome y empezando a morder mi cuello.
¡Joder! Ya empezaba a temblar y gemir de placer, ¡aaahhh! El muy hijo de puta ya había dado con mi punto débil, ¡aaahhh! Eso me ponía cachondísimo, mmm, como me gustaba aquello.
Con mis manos, empecé a desabrochar su pantalón, y bajárselos un poco, para poder meter mano, y acariciar su pecho, mientras notaba el calorcito de su cuerpo y polla pegado a mí.
Él no decía nada, pero se le notaba ansioso, y con cara de lujuria y una leve satisfacción; hoy me doy cuenta de que era porque él sí, seguro me reconoció, y se acordaba de la follada del baño y el espectáculo que le había brindado aquel día.
Cuando se cansó de morderme el cuello, y morrearme bien morreado, empezó a subirme la camisa hasta los hombros, y sacarme la misma. No es que hiciera frío, pero aquel día se me ponía la piel de gallina, y los pezones se me endurecían más.
Con una mano, empezó a acariciar los pezones, mientras con la otra me acariciaba los huevos y cogía mi polla, para menearla suavemente.
Ya tenía yo los pantalones y slip por los tobillos, estaba gimiendo de placer por las caricias que me estaba dando, ¡ooohhh! Me estaba empezando a derretir de gustito.
Empecé a agacharme y meter en mi boca aquel delicioso manjar, que estaba mirando a las estrellas, y no era otra cosa que aquella larga y rica polla, mmm, que sabor más rico, y que olor más agradable desprendía, mmm, estaba deliciosa, y calentita.
Empezaba él a gemir de placer, por aquella mamada que le estaba dando, ¡ooohhh! Soltó él, mientras con sus manos retorcía mis pezones, para seguir agarrando mi cabeza y empujar la misma, para que me llegase su polla hasta lo más profundo de mi garganta.
¡Dios! Aquella polla no me cabía toda en la boca, era tan larga que ya me tocaba la campanilla y me hacía llorar, ufff, mejor chuparle bien la cabeza, y dejarla bien lubricada, para cuando me la vaya a meter en el culo.
Después de chuparle bien la polla, y acariciar sus huevos, empecé a subir por su pecho, y morder sus pezones, mientras me abrazaba a él y colocaba su polla debajo de mis huevos, ¡ooohhh! Que gustito y que calentito estaba el muy maricón.
Que gusto y placer sentía estar abrazado a aquel cuerpo, tan calentito, mmm, que rico sentía aquella polla debajo de mis huevos, rozándome el culo y estarla apretando con mis piernas.
Estando así, me susurró al oído: déjame que te la meta en el culo.
Lo solté y con la ayuda de él, me giré hacia la pared que rodeaba la estatua.
¡La hostia!,, ahora estaba viendo al jovencito en la zona de urgencias, también lo estaba pasando de locura. ¡estaba ensartado por una polla!
Un hombre mayor que nosotros, lo tenía bien ensartado por el culo, con una buena polla, y además le estaba chupando la polla a otro hombre.
¡Joder! Que vista más morbosa y agradable tenía en aquel momento que me iban a ensartar a mí, ¡aaahhh! Suspiré, al recibir aquella polla en mi culo. Me hizo poner derecho, mientras aquella polla se me encajaba en mi culito.
La tenía a tope y el joven seguía empujando, mientras con sus manos, me sujetaba por las caderas.
Tenía su pelvis tocándome el culo y notaba los huevos en la entrada de mi ano, ¡ooohhh ohhh! Como me gustaba estar así ensartado.
Poco a poco fue sacando y metiendo aquella delicia de polla. Mientras yo no dejaba de gemir de placer, ¡ooohhh ohhh! Que sensación más rica y que morbo mirando cómo se follaban al jovencito por delante y por detrás, en la zona de urgencias.
Ya empezaba a encularme a buen ritmo mi joven follador, solo se le oía, ¡aaahhh! ¡aaahhh! Que gusto, ¡aaahhh! Aaahhh que gusto! ¡aaahhh! Cada vez que me la metía a fondo en mi culo.
Yo cada vez ponía mi culito más en pompa, dejando que me entrara mejor, y que me agarrara bien fuerte por mis caderas, ¡ooohhh ohhh! Que delicia, mmm, me estaba haciendo delirar aquella polla cada vez que me la metía. Yo procuraba arrimar mi culito a su pelvis, ya que lo sentía muy calentito, notaba la cabeza de su polla tocar el fondo de mi culito, y aquello me estaba dando un placer que me estaba volviendo loco, ¡ohhh! ¡ooohhh! Fóllame bien fuerte, ¡ooohhh ohhh! Como me gusta, mmm, que gusto.
¡Joder! Aquello era de lo más divino, ¡ooohhh ohhh! El joven follador que me estaba reventando el culito esa noche, no se cansaba de cabalgar mi culo, mmm, que delicioso.
Al jovencito de urgencias, ya lo terminaran de follar y ahora le estaban meneando la polla; no era nada despreciable su tamaño; lo seguían manteniendo bien enculado, cuando se empezó a escuchar al jovencito dar grititos de placer, mientras se veía como su polla empezaba a soltar una gran cantidad de esperma, ¡aaahhh! ¡aaahhh! Gritaba el mariconcito aquel.
Mientras tanto a mí, me seguía dando por el culo el joven aquel, con su larga polla haciéndome gemir como una perra en celo, ¡ohhh! ¡ooohhh! Gemía, mientras mí enculador no paraba de follarme.
¡Joder! Sí que era bien duro mi follador. ya empezaba a soltar por mi polla gotas de semen, que, con el vaivén de la follada, se iban para la pared y la camisa que tenía allí en el suelo.
Ahora si empezaba mi joven enculador, a ir más despacio y daba metidas más profundas y largas, ¡ooohhh ohhh! Suspiraba, mientras soltaba su semen en el fondo de mi culo, ¡ohhh! ¡ooohhh! Me corro, me corro decía él.
Cuando terminó de soltar toda su leche dentro de mi culito, sin sacar su polla de mi culo, dejándola bien metida hasta el fondo, agarrándome fuertemente, apoyó su cabeza en mi espalda, empezando a dar besos por ella. Luego con sus manos agarrar mi polla y huevos, empezando un suave meneo, hasta que me corrí de placer, ¡aaahhh! Ya ya, ¡aaahhh! Ya ya me corro.
¡Dios! Había soltado una gran cantidad de leche, joder vaya corrida más abundante que me hizo soltar el joven follador que aquella noche me había dado por el culo.
Metí un dedo en el culo notando que estaba bien abierto y llenito de leche. Joder que abierto me había dejado el culito aquella verga.
Estaba sudando y recuperando el aliento, al igual que mi follador, cuando lentamente empezamos a vestirnos. El terminó antes y cuando me quise dar cuenta, ya no estaba. Por lo que terminé de vestirme, agarré un cigarrillo, lo encendí y saliendo de allí, empecé a caminar y seguir dando el paseo por el jardín.
Iba andando, notaba el culito bien abierto y mojado por la gran cantidad de semen que terminaban de meterme esa noche, justo detrás del monumento a doña Concepción Arenal.
Joder que abierto y llenito me dejó esa polla, pero el muy vicioso, todavía tenía ganas de más polla.
¡el muy vicioso, quería más!
Ahora sí que me valdría cualquier polla. Si en ese momento aparece el jorobado de Notre Dame (Quasimodo) o cualquier viejo por muy feo que fuese, me daría exactamente igual. Ahora solo quería más polla y más leche. Hasta si me folla un perro me daría lo mismo, solo deseaba polla que me llenara el culo.
En esos momentos es cuando más guarro, caliente y vicioso me encuentro.
Así que después de dar unas cuantas vueltas, sin pensarlo, me metí en urgencias, teniendo la suerte de encontrar una polla dispuesta a encularme de nuevo.
era un hombre de unos 50 años, el cual, no siendo guapo, tampoco era feo, por lo que, sin dudarlo le agarré la polla empezando a menear suavemente la misma, mientras con la otra mano, le cogía los huevos acariciándoselos.
Mientras él, con toda la rapidez que podía, se disponía a soltarme el cinturón y bajarme los pantalones y slip, hasta que los tuve en los tobillos.
Tan pronto me bajó los pantalones y slip, me pidió que me girara. Mientras yo me giraba poniendo las manos en la pared del lateral de los baños públicos, él terminó de soltarse el cinturón y bajar un poco los pantalones; el muy cabrón no llevaba nada más que los pantalones, venía preparado el hijo puta.
Me agarró por las caderas, haciendo que sacara más el culo, y abriera todo lo que los pantalones me permitían las piernas.
Me subió la camisa hasta los hombros y arrimándose a mí, me fue metiendo la polla en mi abierto y chorreante culo.
Ufff, suspiré cuando me entraba aquella polla, ¡aaahhh! Ya la tenía toda dentro, ¡ohhh! ¡ooohhh! Que sensación más rica, notar como me entraba aquella polla en mi caliente culito, mmm, que delicia.
¡Joder maricón! Tienes el culito bien abierto y todo mojadito, seguro que te acaban de dar una buena culeada y te han dejado más caliente de lo que estabas.
Claro que era como él estaba pensando. Haría unos 40 minutos que me habían dado una bonita follada detrás de la estatua de Doña concepción y por supuesto que estaba más caliente y guarro que cuando había empezado. Sino me hubieran dado aquella follada, estoy seguro de que, de principio, esa polla que ahora me estaba perforando el culo, no le hubiera dejado que me follara. Y es que era más gruesa que la anterior, y demasiado gruesa para mi culito. al menos de inicio, luego que ya me abren el culito, me ponen caliente y guarro, me da lo mismo el calibre de la polla, solo quiero que me empalen bien empalado.
La polla que tenía aquel que ahora me estaba dando por el culo, no era grande, sino que era normalita, pero sí era más gruesa de lo normal.
Sentía como aquella polla, me llenaba bien el culo, era como si entrara justa y para donde él se movía, para allí iba mi culo.
Que hijo de puta, que bien me tenía ensartado, ¡ohhh! ¡ooohhh! Suspiraba mientras me culeaba con aquel pedazo de polla.
El muy cabrón era un perro viejo y no tenía prisa, iba lento sacando toda la polla, y volviendo a meterla muy lentamente y hasta el fondo. Mientras con las manos, me daba grandes pellizcos en mis pezones, los retorcía y me pellizcaba con fuerza el hijo de puta, ¡aaahhh! No los aprietes tan fuerte, ¡aaahhh! Le gritaba yo.
Me soltó los pezones, mientras con una mano la pasaba por mi cintura y me arrimaba más a su pelvis, mientras con la otra, me giraba la cara para arrimarla a su boca y empezar a besarme los labios, dar pequeños mordiscos en la oreja e intentar meter la lengua en mi boca.
Como pude acerqué mi boca y abriendo un poco los labios, empecé a saborear su lengua, que no paraba de lamer mis labios.
El no paraba de gemir y hablar, mientras me daba por el culo muy lentamente, mmm, que maricón y puta eres, ¡ooohhh! Que mojadito tienes el culito maricón, ¡aaahhh! Como te voy a abrir el culito esta noche.
¡Dios! Como me estaba follando aquel pedazo de hijo de puta, ¡ooohhh ohhh! Me estaba haciendo delirar de placer, el muy hijo de puta.
Aquella noche había dado con un auténtico y experto follador de putitos. Era perro viejo, el muy hijo puta, ¡aaahhh! Que bien sabía follarte el muy cabrón.
Yo ya volvía a tener la polla morcillona, notaba como empezaba a asomar por la punta de mi polla, unas gotitas de semen, ¡ooohhh ohhh! Que sensación y placer cuando notaba en la punta de mi polla aquellas gotas que empezaban a salir, ¡ooohhh ohhh! Joder, no hacía ni una hora que me había corrido, y ya volvía a estar a punto.
El culo me chorreaba el semen de la follada anterior, notaba lo fácil que entraba la polla de mi nuevo follador. Resbalaba y se deslizaba con toda facilidad, aquella polla dentro de mi culito.
Me seguía sacando y metiendo aquella dura y gruesa polla en mi culo, mientras con su lengua, ya me había saboreado por todas partes de mi cara, y espalda. y sus manos, me habían manoseado y pellizcado, todo lo que a su alcance tenían, ¡aaahhh! Maricón que bueno estás, como me gustas maricón, no paraba de decirme toda la noche, el muy hijo de puta.
Pero que bien follaba, ¡ooohhh ohhh! Ya me tenía delirando de placer, el hijo puta.
Empezó a darme más rápido, de repente dio 4 enculadas más cortas y bien profundas, mientras gritaba, ¡aaahhh! Me corro maricón, me corro, ¡aaahhh! Toma, toma, toma.
Quedó parado, con la polla bien clavada en mi culo, mientras con las manos me abrazaba y besaba por toda la espalda y nuca.
Se mantuvo abrazado a mí, mientras recuperaba el aliento y lentamente se iba recuperando.
Ay, que bueno estás, que culito más rico tienes putito. Me iba diciendo esto sin dejarme de abrazar, y besar la cara y labios, mientras su polla que todavía la tenía dentro de mi culito, se empezaba a desvanecer y se iba saliendo de aquel culito, que estaba todo mojado y embarrado de leche.
Cuando salió su polla de mi culo, notaba como me iba escurriendo el semen de aquellas folladas que me habían dado aquella noche.
El sin dejarme de abrazar, me giró para estar frente a él, y con su boca, después de cansarse de besar y saborear mi lengua, fue bajando con su boca por todo mi cuerpo, hasta llegar a mi polla, que ya estaba más que morcillona, con aquellas gotas de semen que se asomaban por el glande, el muy hijo de puta, se la metió a la boca, empezando a succionarme la cabeza de la polla, mmm, susurraba él, a la vez que metía 2 dedos en mi abierto culo, ¡ufff! Solté yo cuando noté aquellos dedos.
Ahora el hijo de puta, se tragaba toda mi polla, mientras me insertaba 2 dedos en el culo, haciendo que le follara la boca, ¡ooohhh ohhh! Que gusto sentía en mi culito y en la cabeza de mi pollita.
Joder ya no podía más, las piernas se me doblaban y aquel hijo puta, parecía insaciable; me iba dejar bien exprimido, ¡ooohhh ohhh! Ya me corro, ¡ooohhh! Ya me corro, mientras él apretaba más los dedos dentro de mi culo y se metía la polla más adentro.
El muy hijo de puta, se bebió toda mi corrida, dejándome la polla bien limpia y exprimida.
Se puso de pie y me volvió a besar, haciendo que saboreara los restos de mi corrida, para seguido darme a chupar los dedos que me había metido en el culo, mientras me daba aquella mamada.
Después de haberle dejado los dedos bien limpitos, nos vestimos, y fumando un cigarrillo al que él me invitó, salimos de allí; urgencias de los jardines del centro de mi ciudad; y nos encaminamos cada uno para su casa. Yo con el culito bien abierto, repletito de semen, y muy bien follado. Y yo creo que los 2 que me follaron, también quedaron bien satisfechos.