Capítulo 1

Siempre tuve la idea fija de ver a mi esposa con otro. Nunca supe bien por qué, pero lo que realmente supe es que la quería ver con otro en la cama.

Se lo dije una noche en la que estaba pasado de copas, más bien cerca de la borrachera, y fue ahí que junte algo de valor y pude decírselo: Me gustaría verte coger con otro, o verte follar con otro, como a vos te gusta decirlo.

Yo soy argentino y ella es española, por eso yo le digo coger y ella follar, mi esposa dice que coger es agarrar o tomar algo. Son las diferencias de lenguaje típicas entre ambos.

Ella apenas si había tomado, o sea que estaba bastante sobria. Recuerdo que mi esposa no lo podía creer, eso que yo le estaba contando era demasiado para ella.

Procesarlo le llevó un tiempo, y si bien nunca lo hizo, finalmente logré que lo acepte, como un gusto mío en el sexo.

Pero seguía sin darme el placer de verla con otro en la cama. Varias veces lo habíamos hablado, y solo una vez, cuando ella estaba con mas de 2 copas de vino encima, logré que finalmente me diga lo que fue una verdadera revelación para mí.

Mientras estábamos tonteando a cerca de un actor musculoso que yo sé que a ella le gusta mucho, le propuse la idea de que se imaginara que una noche, ese actor, ella y yo, estábamos en un departamento de alquiler en otro país, quizás de vacaciones.

Ella no me cortó el juego (como suele hacerlo) y aprovechando que ella no me interrumpía, incluso al verla prestar atención a mis palabras, continué con el relato de mi fantasía, y mientras que le contaba que estábamos los tres en el living del departamento tomando unas copas, la charla comenzó a subir de tono, y en determinado momento éste actor se levantó del sillón invitándola a ella a ir a la habitación a follar.

Entonces le dije que los tres nos dirigimos a la habitación, y mientras él le sacaba la blusa y comenzaba a chuparle las tetas y se entretenía con sus pezones duros, yo me acomodaba en una silla que había junto a la cama, para poder observar todo lo que iba a pasar entre ellos esa gloriosa noche.

Entonces para mi sorpresa, ella me detuvo y me dijo que no continuara, justo cuando yo pensaba que le iba a poder relatar, aunque sea una vez, como ella iba a follar con otro, ella me detuvo, diciéndome que esa no era su noche.

Que para que esa fuera su noche, debería cambiar algunas cosas en ese relato. Obviamente hice silencio y la escuche a ella, para ver como continuaba con el relato.

Y solo me dijo que, en el momento en que su actor favorito la tomaba de la mano, invitándola a ir a follar, yo no podría estar con ellos, porque eso a ella la condicionaría.

Algo frustrado por su comentario, intenté cambiar levemente el relato, diciéndole que mientras ellos dos se iban a la habitación, yo me quedaría en el living tomando algo, y que seguramente más tarde los iría a espiar.

Ella volvió a interrumpirme, diciéndome que no podría verlos. Entonces le dije que no los iría a ver, que solo me conformaría con escucharlos desde lejos.

A lo que ella volvió a interrumpirme una vez más, explicándome que ella nunca podría coger con otro estando yo presente, ni en la misma habitación, ni en la misma casa. Sencillamente ella no podría hacerlo. Así que me dijo que yo no debería estar ni cerca de ellos, porque eso era algo que a ella la condicionaba.

Después de unos segundos de pensar, finalmente le dije que entonces nunca iba a poder cumplir mi fantasía de verla con otro en la cama. A lo que ella solo se limitó a contestar: Exacto.

Debo confesar que mi nivel de frustración para ese momento ya era muy grande, y que lo único bueno era que ella me estaba siguiendo el juego por primera vez, y aunque lo que ella me terminaba de decir no me gustaba en lo más mínimo, lo que podía rescatar de ese momento era que ella se había sincerado conmigo finalmente, y que de alguna manera, me estaba siguiendo el juego con el relato.

Por dentro mío había una voz diciéndome que siga adelante con ese relato, a pesar de la frustración de la noticia recibida, de que nunca la podría ver follar con otro. Así que respiré hondo y continué con el relato, retomando desde el momento en que las cosas se habían puesto calientes, entonces yo me puse el abrigo y me fui de ahí, deseándoles que tengan una buena noche, mientras yo me iba al casino o a cualquier otra parte.

Ella tomó la palabra en ese momento y en un ataque de sincericidio, me confesó que nunca podría estar con otro hombre en la cama, debido a un conflicto de intereses. Ya que yo la quería ver con otro en la cama, y ella jamás podría estar con otro en la cama si yo estaba presente. Incluso redobló su apuesta y me dijo que para que ella folle con otro, debería hacerlo sin que yo sospeche absolutamente nada, porque eso era algo íntimo de ella, y que solo podría hacerse realidad si yo no lo sabía.

Con lo que yo me quedé pensando que si ella alguna vez me era infiel con otro, jamás me lo contaría, y eso me frustró aún más. Lo único que pude sacar en claro de todo eso que ella me estaba contando, es que nunca me enteraría si ella me era infiel, ya sea que nunca lo haga, o que alguna vez lo haga, daba lo mismo, yo nunca lo sabría, y eso terminaba por completo con mi fantasía de verla con otro en la cama, y con mi otra fantasía de saber que estaba follando con otro, aunque yo no los pudiera ver.