A mi sugar lady la conocí cuando conocí a su madre, mi ex pareja, la cual era una mujer atractiva, pero Constanza, su hija y la que sería mi sugar lady y madre de un hijo mío, era una diosa. Le miraba el culo sabroso que tenía, sus tetas eran una maravilla, cada día fantaseaba más con hacerle el amor.
Un día se accidentó, estuvo postrada, inmóvil y como aún era menor sólo me limitaba a tocarla, su vagina era suave, rosada, cuantas ganas tenía de abrir sus piernas y penetrarla, pero no, solo maquinaba su mente para hacerla mía.
Traté de aguantar, pero aún era menor cuando la hice mujer, en su propia cama la desnudé, vi su cuerpo casi infantil, besé su rosada vagina, se me ponía cada vez más dura al oírla gemir tímidamente.
No me guardé nada, me devoré su conchita, clitoris y labios, fue una delicia. Nunca olvidaré su Carita la primera vez que la abrí de piernas y se lo metí, bombeando su vagina rebotaban sus tetas mientras gemía fuerte, fue hermoso.
Desde chica desarrolló un culto sabroso, enorme, así que esa primera vez la puse en cuatro que contemplar ese culito mientras penetraba salvajemente su estrecha vagina, me encanta a ver su culo golpear mi abdomen mientras se lo metía, le dejé el culo rojo de tanto nalguearla.
Lamentablemente me cuidé con ella, se embarazó joven tiempo después. La verdad es que me encantaba dejarle la concha llena de semen, me gustaba ver como su vagina escurría mi semen.
A su mamá le inventó que se embarazo por que la volaron, quizá no está tan lejos de la realidad ya que al principió tuve que manipularla pero fueron años del sexto más exquisito con esa perra.