Todo inicio el día que mi madre descubrió la infidelidad de mi padre, él se estaba cogiendo a una de sus compañeras de trabajo, mi madre estaba muy decepcionada, pero no se atrevía a reclamarle, ella se casó muy joven y mi padre fue su primer hombre, por lo que no tenía experiencia sexual más que lo probado con mi padre.

Empecé a ver como mi madre empezaba a tomar vino sola por las tardes y a veces en las noches, especialmente los fines de semana cuando mi padre salía de supuestos viajes de negocios, una noche que mi padre no estaba, ella ya se había terminado una botella de vino sola, estaba mareada y llorando, me acerque y le pregunté porqué estaba así, finalmente me terminó confesando que mi padre estaba cogiéndose a otra mujer desde ya hacía buen tiempo, se quebró y entre lágrimas me abrazó, yo le devolví el abrazo muy fuerte, sin ninguna intención sexual, pegamos totalmente nuestros cuerpos mientras ella lloraba, no pude evitar sentir sus tetas bien paradas, sin querer me excite y mi pinga se puso dura, era imposible que ella no lo notara ya que estaba pegada a su cuerpo, nos mantuvimos así un rato, instintivamente yo empecé a hacer movimientos, frotándole el pene sobre su cuerpo, ella no se movía, así en esa posición de pie ambos y abrazados fuertemente, le pregunté si ya había encarado a mi padre, a lo que ella respondió que no, porque dependía económicamente a él y además tenía que mantener la apariencia de la familia, mis abuelos la educaron de una forma muy antigua y machista en donde la mujer debía aguantar todo al hombre, incluyendo infidelidades.

Le di ánimos, ella con sus manos empezó a frotar mi pecho, me agradeció por el ánimo que le daba, yo instintivamente bajé una de mis manos y la pose sobre sus nalgas, empecé a frotarla, ella tampoco dijo nada, hasta que le di una pequeña palmada, al sentirla ella dio un respiro fuerte y se separó de mi cuerpo, dijo que iría a ducharse. Se retiró a su habitación.

A la mañana siguiente en el desayuno hablamos nuevamente del tema, yo le anime a que lo encare, pero ella dijo que no lo haría nunca, estaba resignada a que siempre le fueran infiel, no me pareció justo para ella, incluso en un momento le toque el tema de que le pague con la misma moneda, es decir, que ella se consiga un amante, a lo que ella se empezó a reír y dijo que no sería capaz de eso, yo le dije que sería algo que mi padre se merecería por no respetarla, ella solo se río y siguió con sus cosas.

Después de eso, surgió una gran amistad entre ella y yo, más que madre hijo, nos tratábamos como amigos, ya hasta la tuteaba.

Me empezó a preguntar por mis relaciones, yo en ese momento no tenía novia, pero ya me había jalado a varias compañeras, nuestra confianza llego a tanto que llegué a contarle detalles de mis relaciones sexuales, a lo que terminó confesándome que con mi padre solo había hecho el misionero y que jamás había llegado a un orgasmo, jamás había probado el sexo oral, menos anal.

Le pregunté si alguna vez algún hombre le había hecho alguna propuesta, y me confesó que mi profesor de primaria la estuvo invitando a salir muchas veces, pero ella jamás aceptó, incluso hasta el día de hoy que han pasado años, mantiene cierta amistad con él, y siempre la invita a salir, pero ella jamás lo ha aceptado, aunque me dijo que después de la conversación que tuvimos cuando le dije que se consiga un amante, ella lo estaba pensando, yo le dije que si quisiera hacerlo, estarían a mano con mi padre, ella sonrió, me dijo que le daba miedo que alguien se llegara a enterar, entonces le dije que ya estaba dispuesta a hacerlo, solo ese temor de que alguien se entere la detenía, se quedó pensativa y no me respondió.

Días después me comentó que nuevamente la invitó a salir y ella había aceptado, fueron a tomar a un video pub en otro distrito a donde vivíamos y terminaron besándose, pero ella no se decidió a avanzar más, se sintió muy excitada y quedaron en que para la siguiente salida pasaría todo, ese día abrimos un vino para brindar por los placeres que iba a conocer, empezamos a tomar, mi padre nuevamente estaba fuera de la ciudad y volvería la siguiente semana, nos embriagamos, empezamos a hablar de sexo, ella me dijo que quería probar de todo con su futuro amante, pero que le daba miedo, empezamos a bailar en la sala, algo de bachata y salsa, le estuve enseñando ya que ella no bailaba bien, nuestros cuerpos reaccionaron a tanto roce y con los tragos encima y con tantas historias sexuales y de deseos de ella, terminamos besándonos echados en el sillón largo, no decíamos nada, solo nos dejamos llevar, nos quitamos la ropa ambos hasta que yo quede completamente desnudo y ella solo con su calzón, en ese momento ella tuvo una pequeña reacción, se tapó los pechos con un brazo y se sentó, ¿Que estamos haciendo? preguntó, yo le quite el brazo de los pechos y chupé sus pezones, ella se excito de sobremanera gimiendo y se volvió a echar, con mi mano derecha le arranque el calzón, y empecé a darle su primer sexo oral, ella ya solo se dejaba hacer lo que yo quería, su concha empezó a mojarse todo y minutos después tuvo su primer orgasmo, mientras se estremecía, yo subí y coloque mi pinga en la entrada de su concha, ella me miró y me dijo, solo será esta vez, nunca más volverá a pasar, yo le dije que así será, y la penetre, empezamos nuestro baile sexual, como dos animales apareándose, la penetraba una y otra vez mientras chupaba sus pezones, ella gemía sin ningún reparo hasta que tuvo otro orgasmo, se llenaba de espasmos mientras yo seguía penetrándola hasta que finalmente le dije que la iba a sacar porque no no estábamos cuidando, ella me abrazo con sus piernas y me dijo que termine adentro sin miedo, si salía embarazada le diría que es de mi padre, no sé porque, me encendió mucho eso y empecé a darle con más fuerza hasta que eyacule todo adentro, cuando la llenaba, ella me abrazo más fuerte aun y yo la metía todo lo que podía, ella me decía así, así, préñame toda, hazme un hijo», yo me excitaba aún más hasta que finalmente boté todo. nos quedamos acostados desnudos, conversamos un rato, ella dijo que fue un error y que no volvería a ocurrir, fue cuando le propuse tomarnos toda esa noche y cuando amanezca volveremos a ser madre e hijo y no tocaremos más ese tema.

Ella me miro, me sonrió y me dio un beso, me dijo que sí, que lo haremos toda la noche. Volvimos al tener el segundo round, esta vez la agarre de perrito, ella estaba tan excitada que se movía frenéticamente como toda una experta, cada posición en la que la poseía, ella muy presta a hacerla, sin miedo ni vergüenza.

Después de hacerlo varias veces, ella estaba descansando echada boca abajo, totalmente desnuda, me acerqué por atrás y abrí sus nalgas y le hice un beso negro, seguidamente empecé a jugar con su culito, con mu boca y mis dedos, cuando metí un dedo ella suspiro, pero no dijo nada, ya sabía lo que vendría pronto, cuando estuvo lo suficientemente dilatada, la puse en posición de perrito nuevamente y empecé a penetrarla analmente, ella se puso seria, a medida que la metía, ella solo decía «ahhh, despacio» pero en ningún momento intentó salirse, con paciencia fue empujando hasta que la metí toda, una vez adentro, espere unos segundos y empecé con el mete y saca, la verdad, que rico culo el que tenía ensartado en ese momento, muy apretado, ella no se quejó en ningún momento, puso su cara en las sábanas a su vez que las arañaba hasta que finalmente volví a terminar con todo dentro de sus entrañas, volvimos a caer rendidos en la cama, ella echada boca abajo y yo encima de ella. Esa noche nos amamos hasta el amanecer, con mucha pasión y amor, Nos duchamos y continuamos con nuestras labores.

Después de eso, jamás volvimos a hablar de eso ni a ser confidentes ni contarnos nada, volvimos a ser madre e hijo. Mi cornudo padre siguió con sus aventuras y mi madre parecía ya totalmente desinhibida y dispuesta a iniciar su aventura con mi antiguo profesor. Ese fue el inicio de todo.