La chica del yoga.

Yo era un adulto de mediana edad y me recuperaba de una pulmonía que me había hecho enfermar de manera algo grave.

Acostumbraba salir a correr todos los días ya que había heredado una complexión física de esas que es muy fácil ganar peso y hacer barriga así que por vanidad quizás intentaba en lo más posible mantenerme en forma claro sin exagerar solo lo necesario.

Bien durante la recuperación subí algo de peso y de inmediato al sentirme bien quise retomar mi rutina de correr lo cual me fue imposible ya que el aire se terminaba muy pronto y me costaba mucho recuperarme.

Para no perderme mucho contando detalles después de muchas recomendaciones asistir a una clase de yoga para ejercitar mi respiración y fortalecer mis pulmones.

Nunca fui muy amante de esta práctica pero estaba dispuesto a probar si eso me ayudaba para poder recuperar mi rutina de correr sin dificultad para respirar.

El primer día habíamos unas 10 personas en el lugar yo había conseguido el tapete y la ropa cómoda que se me había recomendado.

El primero en entrar fue un joven de no más de unos 25 años el cual nos guió para realizar algunos estiramientos de calentamiento.

Una vez que el término entró una chica tan joven con un cuerpo pequeño de no más de 1.60 tan delgada que vaya daba un aspecto de un cuerpo frágil, con una cabellera pelirroja peinada con trenzas a los lados de su cabeza y una expresión muy caricaturesca en su rostro.

Se presentó como Zue obviamente un seudónimo artístico, también nos dijo una especie de introducción a la cultura del yoga, la espiritualidad y alineamiento de los chacras y demás cosas por el estilo.

Se notaba que para ella era más que una simple práctica o rutina era más bien su estilo de vida, un estilo con el que yo me sentía especialmente desconectado y algo incómodo más que nada por que en su mayoría era practicado por gente mucho más joven que yo.

Debo reconocer que las poses que nos mostró aún siendo de principiantes me costaron mucho trabajo y al igual que al correr me costó mantener la respiración a un buen ritmo.

Me preparaba para retirarme recogiendo mis cosas ya con la sala casi vacía cuando escuché un hola detrás de mi.

—Pude notar que te costó mucho la terapia de hoy—

Me decía la joven con un timbre de vos delgado suave a la vez.

Le comenté lo que me había pasado hace unos meses y el porqué yo había buscado una solución alterna para ayudarme.

—Te puedo ofrecer una sesión personalizada sin costo me gusta ayudar a las personas—

Le agradecí y ella me llevó a otra sala para sesiones privadas, en el lapso del corto viaje y aún mientras entrábamos a la sala la joven me seguía hablando de chacras y alineaciones y demás cosas que la verdad no terminaba de entender.

La sala era pequeña y por completo acojinada, había que entrar sin calzado alguno para no dañar el piso, además había muchos cojines de diferentes tamaños por toda la sala, regados alrededor de un pequeño círculo al centro de la misma.

La iluminación era tenue y había un sonido ambiental de instrumentos de arpas y violines.

Zue movió algunos cojines para hacer espacio y me indicó dónde ponerme de pie con mis piernas ligeramente abiertas y mis brazos extendidos, ella se paró detrás de mi y pegó su cuerpo al mío abrazándome rodeado mi torso con sus brazos.

—Inhala y levanta tus brazos quiero escuchar a tus pulmones—

Realice la acción varias veces y la joven en ningún momento se despegó de mi cuerpo con su cabeza recargada en mi espalda.

—Casi no escucho te incomodaria quitarte tu playera—

Cruce mis brazos para sacarme mi playera y cuando la tela se aparto de mi vista ella ya estaba frente mi.

De nuevo me pido estirar mis brazos y de nuevo me abrazo pegando su cuerpo al mío y solo entonces me di cuenta de la diferencia de estatura ya que su cabeza apenas me llegaba por debajo de mi pecho.

Sus manos comenzaron a dar masaje en mi espalda mientras seguía respirando.

—Tu respiración es fuerte pero sin pasión, tu alma está herida—

En un movimiento rápido se inclinó sobre mi y puso sus manos en mis piernas empujándolas hasta que quedaron en una posición de alineamiento según ella.

Me pidió que siguiera respirando pero ella comenzó a darme masaje en mis piernas desde mis rodillas hasta casi mi entrepierna lo cual me tomo por sorpresa y me hizo dar un sobresalto.

—Esta bien solo intento desbloquear tu cuerpo transmitiendo mi energía hacia ti—

Otra cosa que no había retomado después de enfermar fue una vida sexual activa y el problema era básicamente el mismo me faltaba el aire cuando más intenso quería hacer el encuentro.

La calidez de su cuerpo y su aliento sobre mi piel sumado a que ella emitía leves gemidos cada vez que se apretaba a mi cuerpo estaban logrando cierta excitación en mi.

Antes de darme cuenta un bulto comenzó a crecer sin que pudiera hacer nada por evitarlo, intenté moverme un poco para ocultar y ser discreto pero apenas intente moverme ella me sujeto de mis caderas al tiempo que me pedia no romper la pose.

Al tiempo que hizo esto ella alzó su mirada y fue inevitable que viera mi erección.

—Lo siento sabes quizás sea mejor dejarlo asi—

—Esta bien solo es tu cuerpo expresando los deseos que tu reprimes—

Me dijo ella sin dejar de dar su masaje

—Te puedo ayudar con tu problema sexual si deseas—

—Que dices tendrás la mitad de años que yo—

Zue puso sus manos sobre mi bulto sobando para que este creciera más.

—Si soy joven pero ya no tanto—

Diciendo esto ella bajó mi short y comenzó a m@sturbarme con sus manos con movimientos lentos pero muy constantes hasta que logró provocarme una erección como la que hacía tiempo no lograba por mi mismo.

—Sigues dudando de mi tecnica—

Me dijo ella con sus grandes ojos brillantes a punto de meter mi p€n€ en su boca.

—Esta bien me queda claro que sabes lo que haces—

Complacida por mi palabras se llevó mi glande a sus labios y le dio un par de besos y chupetones leves tocando mi glande con la punta de su lengua excitande mucho.

Poco a poco lo llevo dentro de su boca siempre con movimientos lentos y succionando muy fuerte.

Yo sentía como un fuego se encendía en mi estómago que me ponía muy excitado y me provocaba la idea de empujar mi duro miembro hasta su garganta.

—Vamos no te limites deja que tu cuerpo obtenga lo que busca—

Como poseído la tome por la base de sus trenzas y empuje mi pelvis con violencia pudiendo sentir como mi p€n€ le abría su garganta y le provocaba fuertes arcadas las cuales ella resistía bastante bien.

Me detuve cuando la escuché toser después de un par de minutos de empujarlo dentro de su boca.

Zue se quitó su pequeño sostén deportivo y se limpió con el el exceso de saliva y preseminal que le habían escurrido por cuello desde su boca.

Sus s€nos eran pequeños muy pequeños pero suaves y deliciosos además de unos pezones que ya duros eran un manjar al chuparlos con fuerza.

Me di cuenta de ello pues ella gemía y suspiraba muy profundo mientras se los aplastaba con mi lengua y los mordía ligeramente.

Apenas retrocedió un par de pasos para despojarse de su pequeño short y me dio un par de segundos para contemplar su cuerpo desnudo.

Un cuerpo pequeño y esbelto pero de piernas y cintura muy definidas así como una piel pálida que le hacía sobresalir rosados p€zones e igual de rosada v@gina.

Dio entonces un gran salto apenas dándome tiempo para sujetarla de sus muslos mientras ella me rodeaba con sus brazos a tiempo para juntar nuestros labios y besarnos con mucha pasión y lujuria.

La cargue sin mucho esfuerzo hasta hacerla quedar entre mi cuerpo y la pared y aprovechando este movimiento para de un solo empujón entrar en su calida y humeda v@gin@.

Zue dejó escapar un largo grito de placer y enterró sus dedos en mis hombros.

—Ahhh sii más profundo mas—

Una y otra ves la empujé contra la pared penetrando duramente entrando y saliendo de ella con fuerza.

Su flexibilidad me sorprendió ya que doblaba sus piernas a punto de tocar sus hombros con sus pies permitiendo penetrarla muy profundo.

Senti las contracciones en su cuerpo al mismo tiempo que ella se aferró a mis hombros dejando salir un húmedo orgasmo.

—Aun tienes más lo se —

Me dijo ella entre respiraciones cortadas

Nos arrodillamos entre caricias y besos y una vez en el acojinado piso ella se puso en cuatro ofreciendo su intimidad esta vez con vista trasera.

La tome de sus caderas y poseído por una lujuria que hacía mucho no sentía comencé de nuevo a penetrarla empujando con mucha fuerza y azotando sus nalgas con mis manos hasta dejarlas rojas.

—Que rico que rico me azotas ay!!—

La tome de sus brazos y tire de ella con fuerza haciendo flotar su flexible cuerpo mientras la seguía penetrando.

La solté sin aviso previo y ella cayó sobre algunos cojines, sin darle tiempo la gire de costado y de nuevo separe sus piernas haciendo que su rodilla tocara su pecho y la penetre en esa posición de nuevo con fuerza abriendo los pliegues de su pequeña v@gin@ motivado por sus gemidos y gritos hasta que sentí que estaba por eyacular.

Saque mi p€n€ y me acerque para correrme sobre su cuerpo, una gran corrida sobre sus pequeños s€nos y otra más sobre su cara empapando sus ojos y sus labios.

Después de un tiempo para tomar aliento me puse mis ropas mientras ella seguía recostada en el piso con una sonrisa y aún con restos de mi semen en su cuerpo.

—Te juro pequeña que no volveré a burlarme de tus métodos—

Abrí la puerta para salir de allí cuando escuché como ella se incorporaba un poco.

—Volverás para otra sesión—

Preguntó ella

—Me regresaste a la vida hermosa te lo debo—

Salí del edificio sintiendo de nuevo ese vigor y ese fuego que crei haber perdido.

No sé que me hizo esa joven pero estaba dispuesto a regresar.