Capítulo 10
-Daniela. -Por favor AMO, déjeme sentir sus labios…
No la dejé terminar, llevé mi boca a la suya y la besé con ganas, mientras sentía como Triana, besando mi cuerpo se fue incorporando y unió su boca y su lengua a las nuestras. Las separé a ambas, y mientras Triana se dedicó a lavarme, Daniela fue dejándose caer de mi cuerpo, hasta quedar de rodillas frente a mi polla, y mirándome…
Así terminó el último capítulo…
Esperó mi consentimiento y se llevó mi polla a la boca, sin usar las manos solo su boca su lengua, me hizo la mejor felación de mi vida, me hacía sentir sus dientes, con delicadeza, pero con firmeza, consiguiendo que mi polla reaccionara, que se volviese a empalmar, mientras sentía las manos y la boca de Triana, por el resto de mi cuerpo, tuve que hacer un verdadero esfuerzo para pararlas, porque ni yo quería, pero iba a ser un día largo.
-Salid de la ducha, y de rodillas PERRAS.
Sin poder evitar su cara de desilusión ambas obedecieron, no podía evitar que me siguiera haciendo sonreír el contraste del diminuto cuerpo de Daniela, respecto a las demás, solo me giré sin salirme de la ducha, apuntado a sus caras a su cuerpos, me meé en ellas, aún no lo había hecho desde que me levanté.
Terminé de ducharme, mientras observaba como ninguna de las dos abandonaba su posición, esperando mi próxima orden.
-Ducharos, os espero fuera.
Salí de la ducha, pasando delante de ellas, que hasta que no lo hice, ninguna se movió. Me sequé en la que iba a ser mi nueva habitación cuando estuviese en esa casa, mientras pensaba en los cambios que iba a realizar, para modernizarla un poco. Estaba ya vestido, cuando aparecieron e hicieron su entrada andado como lo que eran, mis perras, hasta postrarse ante mí.
-Vestiros, vamos a salir los tres, vamos a ir de compras, mientras esperamos a la PERRA de tu abuela.
-Daniela. -AMO, no tengo, como le dije anoche, medias, y tampoco pantis abiertos, eso era solo privilegio de su otra esclava -no sabía si al decir otra esclava, se refería a mí o a su antiguo amo-, y solo tengo unas bragas, que son las que uso cuando tengo la regla…
-Ponte pantis, luego lo solucionaremos, no tardéis, os espero abajo.
Las acompañé por las escaleras, quedándose Triana en la segunda planta, por lo que intuí que el dormitorio de Daniela estaba en la planta baja.
-Voy contigo PERRA, quiero ver tu dormitorio.
Atravesamos una cocina enorme, y entramos en una habitación grande, coqueta, limpia y ordenada, con baño propio.
-Daniela. -Esta es mi habitación AMO, no sé si su esclava ya le ha hablado de mí situación, solo la uso desde que murió nuestro amo, antes las dos dormíamos en la habitación de arriba.
-Ya me he dado cuenta que para él las dos erais iguales.
-Daniela. -Salvo en la parte social o cuando estaban sus hijos, para él no existía distinción, hasta las tareas de la casa, la mayor parte del tiempo las compartíamos, solo a partir de saberse enfermo, cada una ocupamos nuestro lugar.
-Me gusta saber eso, luego en la comida lo hablaremos, vístete, te espero en el salón.
Salí de su habitación, y entrando en el salón me encontré a Triana de pie esperándome, vestida con una falda a cuadros, tipo colegiala, y por las rodillas, unas medias negras, los mismos zapatos de tacón de todos esto días, no tenía otros, y una camiseta negra.
-Triana. – ¿Vamos a coger coche AMO?
-No, ya tendremos tiempo de ir a mi oficina en estos días, ahora vamos a desayunar en la calle y a comprar.
Apareció una preciosa Daniela, con un vestido de punto blanco por las rodillas, con el pelo suelto, poco maquillaje, que al igual que a Nani, lo que más le resaltaban eran sus ojos, y unos zapatos con un tacón impresionante de color negro, que hasta a Triana se le escapó un oh. Sin hablar me dirigí al ascensor, usando las llaves que me entregó Daniela, siguiendo las indicaciones de Nina, haciéndome saber que ese juego, era el más completo, pues era el de su antiguo amo. En la calle y al ver que junto al restaurante de la pasada noche, había una cafetería de la Campana, entramos y nos sentamos a desayunar tranquilamente.
-Sin tratamientos Daniela.
Me miró con cara de extrañeza…
-Daniela. -Lo siento, no estoy acostumbrada, AMO, espero que sepa disculparme si no se estar a la altura, jamás se me permitió en ninguna circunstancia tutear a mi amo o a quién estuviese con él.
-Olvídate ya del pasado, a partir de ahora me perteneces, y harás y actuaras solo como tu AMA Olga o yo te digamos.
Agacho la cabeza y asintió.
-Triana. -Es increíble Raúl, si hubieses conocido a mi abuelo, jamás hubieses pensado que era así, era encantador, de hecho más de una vez he oído a mis padres decir que mi abuela lo manejaba como quería, me sigue costando pensar otra cosa…
-Es más normal de lo que piensas, protegía a tu abuela, y en parte no dejaba de ser su padre y tu abuelo, y por lo poco que he visto y oído, a tu abuela la quería con locura, pero ante todo era su esclava.
-Triana. -Será cierto lo que dices, pero me cuesta… -sonó su teléfono-, es mi abuela, me parece que no tiene tu número.
Así era, me dijo que primero llamó a su hija y a su nuera, pero no las pudo localizar, y por eso llamó a Triana, que sin descolgar me lo pasó. Llamaba para decir que había terminado y como ordené, me llamaba. Hablamos un rato y como no tenía que ir a la oficina, quedé con ella al principio de la calle Sierpes. Cómo teníamos tiempo, desayunamos bien y tranquilos, logrando que Daniela se relajara, a lo que ayudó mucho, la forma de ser de Triana, jovial, abierta y muy cariñosa. Al entrar en la calle divisamos a Nina, que ya estaba esperándonos.
-Nina. -Buenos días de nuevo, AMO -no lo dijo muy alto, pero tampoco se preocupó por si la oía alguien-, vamos a gastar, jajajaja.
-Lo primero es lo primero, las tres necesitáis lencería, ¿hay por aquí alguna tienda? ¿o vamos al Corte Inglés?
-Triana. -Para el día a día, aquí al lado está Intimissimi, pero si usted desea algo más exclusivo, tendríamos que ir al Corte Inglés.
-Vamos a entrar, y vemos.
Tenían cosas bonitas, aunque nos costó encontrar medias para Daniela, por lo que casi acabamos con las que tenían, pues nos llevamos los quince pares de medias que tenían de su talla, elegimos también algunas medias para Nina y Triana, y donde más nos gastamos, fue en la lencería para las tres, aunque en el caso de Daniela, solo fueron bragas, gastar en sujetadores para ella era una tontería. La dependienta alucinaba, al ver como las tres me pedían el visto bueno a lo que elegían, a la vez que ellas se partían de risa, pero lo mejor fue ver como Nina y Triana, trataban como una más a Daniela. Nina y Daniela, está solo una bragas, estrenaron allí mismo, un conjunto así como unas medias, pagué y cargados de bolsas salimos de la tienda.
-Nina. -Hacía tiempo que no me divertía tanto AMO, sé que soy una pesada, pero gracias.
-Me alegro, me tienes gratamente sorprendido, luego hablaremos de eso, ahora vamos a comprarle ropa a tu nieta, que se merece unos azotes por tener tan mal gusto, jajajaja.
-Nina. -En eso le ha salido a su padre, que es un soso en todo.
-De tu hijo es otro tema que trataremos, y ahora te toca a ti pagar, que para eso es tu nieta.
-Nina. -Me tenía que haber dejado pagar a mí AMO, lo que está haciendo por nosotras -refiriéndose también a Daniela-, no tiene precio, además de que mi vida ha sido del trabajo a casa y de casa al trabajo, desde que se puso enfermo mi marido, no he tenido vida social.
-Eso ha sido capricho mío, y aunque lo entiendo porque ha sido toda una vida como esclava, teníais que haber vivido.
La conversación la estábamos teniendo mientras Triana y Daniela, iban escogiendo ropa, más bien Daniela, que me demostró que tenía buen gusto y estilo.
-Nina. -Ahora le tengo que dar la razón, y como bien ha dicho, ha sido toda una vida de servir a mi marido, y salvo la parte laboral y porque fue expreso deseo de él, no he sabido avanzar.
– ¿Y Daniela?
-Nina. -Mi marido al enfermar, le dio la oportunidad de ser libre, o de buscarle otro u otros amos, pero no acepto, prefirió quedarse, de hecho él en vida y para que mis hijos no malmetieran, que no digo que lo fuesen a hacer, le dejó la vida resuelta, y aunque no tiene carrera, sí que le dio una educación y los estudios suficientes como para que se pueda valer por sí misma.
-Las cosas van a volver a cómo eran antes, y desde ya, ella es una más, volveréis a ocupar vuestra habitación, pero de eso hablaremos luego, ahora vamos a ver a estas dos, que son capaces de comprar la tienda.
Casi que era cierto, aconsejada por Daniela, se había hecho con varios vestidos, faldas, blusas y camisetas.
-Triana. – ¿Me acompaña a probador AMO?
Lo dijo de una forma natural, y sin importarle que la dependienta la escuchara y se pusiera de todos los colores, pero viendo a lo que iba ascender la factura, no dijo ni pio, al revés, mientras Nani y Daniela seguían viendo ropa, muertas de risa, nos acompañó a los probadores, llevándonos al último, aun estando vacíos, lo que disparó mi perversidad.
-Espérate, quiero tu opinión de cómo le queda la ropa a mi sumisa -se quedó clavada-, no cierres la cortina.
Triana sin dejar de mirarla, dejó caer la falda, esta se giró y cuando pensamos que se iba a ir, lo que hizo, nos hizo sonreír, abriendo una puerta, sacó una especie de biombo, que colocó delante del probador, lo que impedía que si entraba alguien nos viera. La dependienta tendría unos 40 años, no era nada agraciada, pero sí tenía unos pechos enormes, que disimulaba bajo la chaqueta negra del uniforme que llevaba, delgada y casi de 1.80 de alta, rubia y los ojos azules. Triana se probó varias faldas, hasta que le tocó el turno a los vestidos.
-Triana. – ¿Me ayudas?
Con una tranquilidad que me sorprendió, pero con la respiración agitada, sus tetas se movían en demasía, se acercó y haciendo que Triana se diese la vuelta, le puso el vestido, acompañándolo con sus manos a través de su cuerpo, no pasando inadvertido para mí como con suavidad y descaro, le acarició los pechos.
– ¿Te gusta lo que estas tocando?
-Dependienta. -Mucho SEÑOR, tiene usted una sumisa muy guapa.
– ¿Tienes AMO? -por como respondió di por hecho que era sumisa-, ¿o solo te gusta mi sumisa?, puedes seguir tocándola mientras contestas.
-Dependienta. -No, tampoco sé si soy una cosa u otra SEÑOR, -mientras con descaro, amasaba y pellizcaba los duros pezones de Triana-, siempre me ha atraído este mundo, pero soy lesbiana, y cada vez que le he sacado el tema a mi mujer, me ha llamado loca.
-De rodillas y cómele el coño.
Sacó sus manos del vestido y dejándose caer de rodillas, le subió el vestido y llevando su cabeza al coño de Triana, empezó a comérselo por encima de las bragas, hasta que le estorbaron y apartándolas, introdujo su lengua, haciendo que Triana se tuviese que morder una mano para que no se sintieran sus gemidos.
-Córrete PERRA.
Sin dejar de morderse la mano, uso la otra para pegar aún más la cabeza de la dependienta a su coño, hasta que se corrió. Poco a poco fue recuperándose de la corrida, mientras la dependienta, se levantaba con la cara llena de los jugos de Triana, que al verla se lanzó a su boca, a su cara, saboreando sus propios jugos, hasta dejarla al borde del orgasmo, como luego nos reconoció.
-Está bien, vámonos que ya llevamos mucho tiempo y van a sospechar, -acercándome a ella y susurrando-, si quieres seguir explorando tu sumisión -no tenía duda de que era sumisa o eso entendí cuando obedeció sin dudar, mi anterior orden-, llámame cuando salgas.
-Dependienta. -No se preocupe, soy la dueña junto a mi mujer, que menos mal que no está, jajajaja, gracias por su propuesta, pero no me gustan los hombres.
-No he hablado de mí, de todas formas mi sumisa te va a dejar su número, si no la llamas, lo entenderemos, pero sé que lo vas a hacer, arréglate, nos lo llevamos todo, si hay algo que no le esté bien, ya vendremos otro día a descambiarlo.
Las dejé a las dos y salí, viendo a Nina y Daniela, entreteniendo a la otra dependienta, sabían que algo estaba pasando. A los cinco minutos aparecieron ellas, yendo directamente a la caja.
-Nina. -Esto lo pago yo AMO -lo dijo con toda la intención-, que para eso es mi nieta.
Ver la cara de sorpresa de la dependienta al oír a Nina, fue lo mejor del día.
-Triana. -Aquí tienes mi teléfono, puedes invitar a tu mujer también.
Riéndonos los cuatro salimos de la tienda, dejando atrás a una coloridísima y descolocada dependienta.
-Vamos al piso PERRAS.
-Nina. -Vamos muy cargadas AMO, ¿le parece bien que cojamos un taxi?
-No está lejos, y no pesan, y a tu nieta le va a venir bien, jajajaja.
En menos de media hora estábamos entrando por la puerta del piso, dejando las tres caer todas las bolsas para quitarse la ropa. Las tres llevaban tanto la lencería como las medias de color negro, pero no podía quitar la mirada de los pezones de Daniela, porque tiesos como estaban, deberían de medir entre dos o tres centímetros.
-Llama a tu tía o a tu madre, que cuando salgan compren comida y se vengan, diles que cojan solo un coche, de todas formas tu tía lo va a agradecer, lleva la misma ropa que ayer, cuando termines te esperamos arriba.
Cogimos el ascensor y las llevé directamente a la habitación.
-Desde ya, este yo o no, esta será vuestra habitación, así que luego subirás tu ropa aquí, vamos a ver el ropero.
Salimos y como sabía dónde estaba el ropero, había visto por la mañana a Nina, entré, era grande, con mucho espacio, en contra de lo que yo esperaba, las cosas de su marido ya no estaban.
-Aquí hay espacio para tus cosas, la verdad es que hay espacio para toda la familia, jajajaja.
Me acerqué a las perchas y todos los pantalones, leggins y algunas faldas, fueron al suelo, seguidas, tras abrir los cajones, de pantis y calcetines de media, no pudiendo evitar mi cara de sorpresa al ver los zapatos y botas, porque salvo los que tiró la noche pasada, todos eran elegantes y con más o menos tacón muy de mi gusto, las mallas y top, también las dejé…
– ¿Cada cuanto vas al gimnasio?
-Nina. -El gimnasio está aquí AMO, ya le dije que salgo poco, ha sido error mío no enseñarle su casa.
-Triana. – -Entrando en ese momento-, AMO ya he hablado con mi tía, lo van a encargar donde anoche cenamos y lo recogerán cuando lleguen, me ha dicho que lo iba a llamar, por lo mismo que antes me ha comentado, jajajaja, lleva con la misma ropa dos días, pero que ya ira más tarde.
-Luego iremos, primero vamos a organizar todo esto, vamos a la habitación, tengo que castigar a esta PERRA, que se ha corrido sin permiso esta mañana.
A Daniela se le escapó un oh, sabía perfectamente que me refería a ella, y como me comentó más tarde pensaba que había pasado desapercibido para mí.
-Átala, hazlo despacio, quiero que Triana aprenda a hacerlo, de hecho es algo que todas tenéis que aprender.
Con mimo a la vez que con firmeza, la ató, y esta vez le puso entre sus tobillos una barra para separarle las piernas, que cogí del estante y le acerqué.
-Nina. -Ya está AMO, ¿desea que le acerqué algo para el castigo?
-No por ahora estará así un rato, gírala a la cama. Ahora te toca devolverle a tu abuela lo de anoche PERRA.
Nina se tumbó en la cama, con una gran y perversa sonrisa, y al igual que esa noche había hecho su nieta, se abrió de piernas y apartó la braga, no tardando nada en tener en su coño la boca de Triana. Me desnudé, me subí de rodillas a la cama y elevándole el culo, se la metí en un coño brillante, mientras seguía comiéndole el coño a su abuela. Me gustaba su cara de placer, el saber que no podía correrse, los esfuerzos que hacía, algo lógico después de tantos años de abstinencia, ver como acariciaba con amor a su nieta, a la vez que apretaba la cabeza en su coño.
-Como me gusta tu coño PERRA, siempre estrecho, ufffff, voy a preñarte GUARRA, ufffff, podéis correros PERRAS, a la vez u os castigare, ufffffff.
Lo estaban deseando, nunca dos orgasmos fueron tan sincronizados, y demostrándome una vez más lo buena esclava que era, sabiendo que a su nuevo dueño al contrario que al anterior le gusta sentirlas, le gusta que no se repriman al correrse, soltó un gemido de placer que precipito mi corrida en el coño de Triana.
-Nina. -Gracias, gracias AMO, ufffff.
-Límpiame la polla VIEJA, -saliéndome de Triana y dejándome caer junto a ella-, y después su coño.
Incorporándose se metió mi polla en la boca, dejándola reluciente y tras pedirme permiso cogió a su nieta, que aún seguía a cuatro patas, del pelo y tirándola de espaldas a la cama, le limpio su coño, absorbió metiendo su lengua, todo lo que pudo de mi corrida. Llevé mi mirada a Daniela, viendo su cara de deseo y como por sus piernas caían sus jugos de excitación.
-Triana. -Agggggg, ¿puedo volver a corrermeeeee?
-Si.
Cogiendo con todas sus fuerzas la cabeza de su abuela, que casi la ahoga, se corrió en su boca, y si ya de por si la cama estaba sucia de la noche pasada, aun la dejó peor.
-Quiero ver cómo te follas a esa PERRA.
Con una agilidad asombrosa para su edad, se levantó de la cama y cogiendo de uno de los estantes un arnés y el dildo doble más grande…
-Nina. -A esta PUTA si no es de carne, tiene que ser este AMO, o eso es lo que decía mi marido.
Asentí y abrazándome a una temblorosa Triana, observé como bajando las cadenas sin soltarla, la inclinó lo suficiente como para ponerse detrás de ella y frente a nosotros, y de un solo golpe de riñones, la penetró. Daniela no pudo evitar que se le escapara un grito de dolor, más por cómo chocó el dildo con su útero que por su grosor. Triana iba de asombro en asombro, por la cara de que puso al ver como había sido penetrada Daniela.
-Tenéis mi permiso para correros PUTAS.
Algo que las dos hicieron, gimiendo y gritando como lo que eran MIS PERRAS. Me di cuenta de que al igual que esa mañana, los orgasmos de Daniela eran tan fuertes, que se quedaba traspuesta, por lo que cuando se salió Nina de su coño, si no llega a ser por las cadenas hubiese caído al suelo. Nina que actuaba como antes hacía, sin importarle su estado, tiró de ella, hasta dejarla en la posición de inicio.
-Llévala al cepo VIEJA, la quiero ahí, hasta que lleguen las otras dos, y después arreglar esta cama, que está hecha un asco, voy a la ducha.
Tuvo que ayudarle Triana, dejándola como yo quería, manos y cabeza inmovilizadas, y como todo estaba estudiado por su anterior amo, para que quedara a una altura normal, al tener el cepo una altura lógica, los pies de esta, estaban sobre un taburete ancho de madera y separados aún por la barra. Al salir de la ducha, ya habían cambiado la cama y las dos me esperaban de rodillas junto a Daniela, cuando apareció Amparo por la puerta.
-Amparo. -Buenas tardes AMO, mi AMA -me gustó-, me ha dicho que ya está la mesa preparada, solo le hace falta saber para cuantos.
-Para cuatro, te acompaño, mientras estas dos PERRAS se adecentan un poco.
-Triana. – ¿Podemos usar su baño AMO?
-Si, ahora mientras comemos marcaré las nuevas normas.
Bajé solo por el ascensor, mientras Amparo lo hacía por las escaleras, acercándome a una impresionante Olga, y con cariño la besé.
-Te he echado de menos Nena, esta noche vamos a salir solos y luego nos vamos a la casa.
-Olga. -Yo también le he echado de menos -casi con lágrimas-, gracias, estoy en una nube, gracias.
Nos sentamos, mientras Amparo terminó de poner los cubiertos, entrando Nina que se había puesto un conjunto de lencería precioso, acompañado de unos zapatos negros, abiertos por atrás y de un tacón de infarto.
-Nina. -Perdone la tardanza AMO, como habíamos dejado las bolsas abajo, hemos tenido que terminar de vestirnos en la entrada.
En ese momento entro Triana, con un conjunto de seda azul claro y unas medias transparentes con costura trasera, y descalza.
-Triana. -Espero que le guste AMO.
-Ya estamos en la mesa, me encanta, y acabo de caer en que no te hemos comprado zapatos, luego te vienes con tu tía y conmigo.
-Gracias Raúl, ¿crees que me llamara la rubia?
-Jajajaja, no lo dudes, lo hará, pero olvida eso por ahora. Lo que queda de invierno vamos a vivir aquí, mientras vamos a acondicionar la casa de Olga para que abra allí la clínica Triana, y la casa de Amparo.
-Amparo. -Es tu casa Raúl, puedes disponer de ella como quieras.
-Lo sé, y vamos a ir con tranquilidad, lo primero que vas a hacer es encargar tres camas king size, y desmontar el despacho, ahí vamos a pasar tu habitación que compartirás con Nina, y la de invitados pasará a ser de Triana y de Daniela, por lo que si tienes que comprar armarios o algún otro mueble hazlo, y en la grande vamos a montar una mazmorra como la de arriba, pero de eso me encargo yo, conozco quien las hace de calidad.
-Amparo. -En todo eso si no te importa, me puede ayudar Olga, para el diseño tiene buen gusto.
-Por supuesto, y ahora que lo has dicho quiero dejar claro los escalafones, mientras no diga lo contrario, todas os debéis a Olga, no estando ella o yo, tú estarás por encima del resto, mientras Nina y Daniela estarán siempre al servicio de cualquiera, no pudiéndose negar a nada, ya me encargaría yo de castigar o rebajar a quien no obedezca o haga buen uso de su poder.
-Triana. – Te has olvidado de mí Raúl -haciendo una mueca de puchero, lo que nos hizo reír a todos-.
-No me he olvidado de ti, tú solo nos perteneces a tu tía -me gustó como se le iluminaron las caras a las dos-, y por supuesto a mí, quiero preñarte -todas menos ella se sorprendieron de mi palabras-, jajajaja, cambiar esas caras, también lo quiero hacer con mi mujer -se le escapó un oh-, siempre y cuando vosotras queráis, a la única que no le voy a pedir permiso es a Daniela, ella al igual que Nina, no tienen voto alguno, y si no aceptáis no pasa nada, no va a afectar para nada a la relación, así que quiero que lo penséis y me deis una respuesta sincera.
-Triana. -Yo no tengo nada que pensar, soy y seré tuya, mientras me dejes estar a tu lado, y si deseas preñarme, seré la mamá sumisa más feliz de este mundo.
-Olga. -Siempre he pensado en ser madre, y para ser sincera, creo que por miedo a tu negativa, no saqué el tema, pero me acabas de hacer la mujer más feliz del mundo cariño.
-Súbele comida a Daniela, y no la sueltes, seguro que no será la primera vez que lo hagas.
-Nina. -Jajajaja, no, creo que hasta lo echaba de menos, porque yo sí, tengo que enseñarte la casa, te va a gustar.
-Después, ahora ve a darle de comer.
Nosotros terminamos de comer y mientras madre e hija quitaban la mesa, Olga me llevó a una salita muy cómoda, con un sofá enorme y dos sillones aún más cómodos, y una tele enorme.
A los poco minutos aparecieron las tres…
-Sentaros y descansar un rato, o si queréis tomar algo, que os lo sirva Nina.
-Nina. -Perdón AMO, creo que antes debería de enseñarle la casa, creo que es importante.
Me levanté, ya que era tal su insistencia que tenía que ser importante.
-Nina. -Le harán falta las llaves que le dio Daniela.
-Tráelas, las he dejado en la entrada.
No tardó en volver y se dirigió a una puerta que había en la salita, usando el manojo de llaves, elegio una y la abrió.
-Nina. -Este era el despacho de mi marido, aquí nadie podía entrar sin permiso de él, y jamás sin que estuviese presente.
Me quedé alucinado, era un despacho grande, con una mesa de madera enorme, varias sillas muy cómodas, en una esquina una mesa redonda de reuniones, y en la otra un sofá de cuero, el despacho estaba reluciente. Cerrando la puerta, se acercó al mueble que estaba frente a la mesa y usando una de las llaves, lo abrió, apareciendo una enorme y anticuada televisión, que encendió, apareciendo un montón de ventanas divididas, donde se veían la mayoría de las habitaciones, incluidos los baños. Junto a la televisión había un servidor.
-Nina. – -Al ver mi cara de asombro-, por eso tenía interés en enseñarle la casa.
-Me he quedado alucinado, y por lo que estoy viendo está funcionando.
-Nina. -Si, funciona, por expreso deseo de él, lo he mantenido activo, guarda un año, al año si no se guarda en el servidor, se borra, jamás he entrado, sé que hay imágenes guardadas, pero desde que murió jamás lo he tocado, así que solo se podría recuperar un año.
-Por respeto no voy a mirar nada, es más si quieres lo borramos del servidor, eso sí, la pantalla hay que modernizarla, ¿algún secreto más?
-Nina. – Jajajaja, si, esto le va a gustar más -usando otra llave abrió una puerta disimulada tras unas cortinas-, menos cama, hay lo mismo que arriba.
Efectivamente, era una habitación pequeña muy bien equipada.
-Nina. -Mi marido empezó muy joven, viajó mucho, para él lo mismo que para usted, era su forma de ser.
-Por ahora queda entre nosotros, tengo que pensar, vamos a ver el resto.
Con una sonrisa volvimos a salir, viendo la cara de sorpresa de las tres al ver como nuevamente cerraba con llave y seguía con Nina, que me llevo al gimnasio, muy completo, enseñándome también dos baños completos, la seguí a la segunda planta, donde me mostró cuatro habitaciones, todas ellas grandes, con baño dos de las cuales eran la de sus hijos, dimos por terminada la visita.
-Nina. -Se que mi marido estaría de acuerdo en lo que le voy a decir AMO, espero que nos acepte, que sea DUEÑO y SEÑOR de sus dos esclavas y que mientras usted quiera, todo esto es suyo.
-Gracias PERRA, por ahora acepto, y vamos a ir despacio, aún tenemos que hablar de tu hijo, pero lo haremos mañana, ahora mi mujer -se le iluminaba la cara-, tu nieta y yo, nos vamos a ir, aunque en principio Triana volverá aquí a dormir, como la cama es grande os quiero a las cuatro durmiendo allí.
Volvimos a la salita, donde estaban dando fin a sus cafés o tés.
-Vámonos, tenemos que pasar por casa, tenemos que cambiarnos Nena, después iremos a comprar zapatos a Triana, ¿en qué coche os habéis venido?
-En el mío AMO -me gustaba que no bajara la guardia-, para aparcar por aquí es mejor.
-Luego cuando hagamos las compras, acercamos a Triana al hospital y que se traiga el de su madre.
-Amparo. – ¿Qué hacemos con Daniela, AMO?
-Te quedas al mando, es cosa tuya PERRA.
Salimos los tres a la calle, no tardando nada en subirnos al coche, dejé que condujera Triana, que subiéndose la falda, me sonrió y se sentó sobre su culo, me subí atrás, dejando de acompañante a Olga, que actuó igual que su sobrina, necesitaba pensar, ordenar mi mente, mis sentimientos hacía Olga, que eran muchos y buenos, por lo que las dejé a las dos en sus cosas y yo me centré en lo mío. Tardamos quince minutos en llegar, entrando directamente en la cochera, ambas se bajaron y se desnudaron, subiendo los tres a la habitación, donde me desnudé…
-Vamos a la ducha PERRAS.
Solo se descalzaron y entraron, abriendo el grifo de la ducha, esperaron a que yo lo hiciera, dedicándose las dos a lavarme, con mimo, besando cada milímetro de mi piel, bajando poco a poco, consiguiendo que mi polla se volviese a endurecer, se turnaban entre ambas, mezclaban sus salivas con el agua, y…
-Demuéstrale a tu AMA lo que sientes PERRA -mientras me separaba de ellas y salía de la ducha-, hazla disfrutar.
No hubo brusquedad, de rodillas como estaba, empezó a besar su cara, sus mejillas, sus labios, hasta introducir su lengua y mezclarla con la de su amada tía, poco a poco la fue tumbando del todo en el plato de ducha, que por suerte lo permitía, fue deslizando su boca, por su barbilla, su cuello, entreteniéndose en sus bonitos y duros pechos, que besó y lamió con ganas con hambre, sin perder delicadeza, tras un buen rato, pasó su lengua por su barriga, por su ombligo, hasta llegar a un coño necesitado, que al sentir los labios de su sobrina sobre su coño, se corrió, agarrando a su sobrina de la cabeza para intentar introducirla aún más entre sus piernas, no dejándola casi respirar, hasta que se corrió por segunda vez. Semejante obra de arte me tenía excitado, a punto de correrme sin tocarme siquiera, volví a entrar en la ducha, separé a Triana de su tía, y cogiendo con delicadeza a esta última, la levanté y haciendo que se colgara de mi cuello, que rodeara mi cintura con sus piernas, la apoyé en la pared y la penetré, o mejor dicho, se penetró ella misma.
-Agggggg, gracias AMO, ufffff, lo quiero, os quiero, aggg, me corroooooooo.
Ni hablé, pues al sentir como se corría, lo hice también, me vacié en ella. Nos quedamos un rato en esa postura, lo que aprovechó Triana, para comernos a besos, diciéndonos lo que nos quería. Me lavé otra vez y me salí junto a Triana, dejando a una cansada Olga bajo la ducha, me dejé secar y cogiendo del armario un pantalón corto, me senté en la terraza, hasta que tía y sobrina aparecieron desnudas como dos diosas, besándose.
-Jajajaja, ¿me voy a tener que poner celoso?
Se rieron y a la vez se tiraron encima de mí a besarme.
-Vale, pelotas, jajajaja, baja y súbeme el móvil.
Riéndose, se incorporó y dejando a su tía junto a mí, fue a por los móviles, porque cuando volvió, iba leyendo el suyo.
-Triana. – ¿Adivine quien me ha escrito AMO?…
CONTINUARA…
Soy Amo, me encanta la dominación, me gusta tener, someter y humillar a parejas y a quien se quiera iniciar, necesitar un tutor o conocer este estilo de vida.
Mi Skype es ra_ul1967, mi correo ra_ul1967@hotmail.com y mi Telegram @Amo_Leo, hablo y respondo a todo el mundo, siempre que lo haga con respeto.
Nota del autor. Este relato como indique era real, y así ha sido hasta la incorporación de Triana y Nina, que aunque son personajes reales, bajo nombre ficticio, ninguna fue sumisa mía, ni de nadie que yo sepa.