Capítulo 2
-Pégueme doña Carmen.
-¿Cómo?.
-Que me pegue… me merezco una buena paliza, además yo pagaré la factura de la cerradura; dijo estas palabras mirando las zapatillas de su jefa , eran nuevas, muy bonitas, de un rojo granate, aterciopelado al tacto, a pesar de que eran de invierno y que hacía frío , las llevaba en chancla con el talón desdoblado como siempre que llegaba a la farmacia.
-Mira Antonia, me gusta que reconozcas tus faltas, y no te preocupes que cuando cerremos al mediodía te daré tu merecido, de eso puedes estar segura, aunque cuando le de el dinero de tu sueldo a tu madre le tendré que decir lo de la cerradura.
Antonia se puso pálida primero y roja después por dos motivos; primero porque la paliza iba a ser a puerta cerrada lo que suponía que la tunda iba a ser dura, muy dura, aunque eso lo suponía , pero lo peor era que se enterara su madre de lo de la puerta, no había caído que ella no disponía ni de una sola peseta para pagar la persiana ya que su madre iba mensualmente a la farmacia a cobrar el sueldo de su hija y de paso preguntaba a la dueña si todo iba bien…
Antonia se tiró literalmente a los pies de su jefa para suplicarle que no se lo dijese a su madre; la única solución que encontraron es que lo pagaría yendo todos los domingos a limpiar y pintar la casa, así pagaría su deuda; Antonia colmó de besos los pies y las zapatillas de su jefa dándole a la vez un millón de gracias .Doña Carmen se sentía en el séptimo cielo viendo la humillación de su empleada , era maravilloso sentir ese pequeño masaje con los labios en sus pies , incluso por encima de sus zapatillas, le subía un cosquilleo desde los pies hasta su entrepierna verdaderamente placentero, miró el reloj y vio con fastidio que aún quedaban dos horas para cerrar y por tanto para castigar a esa desgraciada que tenia echada a sus pies, de la rabia que sintió se quito a su empleada de encima de una patada que hizo que se le fuera la zapatilla a más de dos metros, Antonia fue como una perrita a recogérsela y se la llevó a su jefa dándosela en la mano, ésta acción enervó aun más a la farmacéutica que al recoger su zapatilla no pudo evitar soltar dos enormes zapatillazos en la espalda a la pobre chica que seguía arrodillada.
-Vete para dentro y empieza a limpiar el despacho que ahora iré yo ; le dijo esto con la zapatilla aún en la mano, y cuando se quedó sola la dejó caer al suelo (FLOP), en ese momento entró una de las clientas que le había hecho el comentario a Antonia en la puerta y le dijo:
-Buenos días doña Carmen , no se ande con tonterías con ésta( lo dijo señalando con la barbilla hacia la puerta del despacho) que hoy en día la juventud solo piensa en divertirse, y lo que necesitan es mano dura.
-No se preocupe usted , mire,¿ve ésta? (dijo mirando la zapatilla a la vez que se la sacaba casi entera del pie) pues la va a probar bien probada.
-Hace usted muy bien, yo a mis tres hijas los estoy criando a base de zapatilla, y le digo a usted que no hay otra manera, y no les dejo pasar ni una , raro es el día en que no hay zapatilla para alguna, cuando no para las tres y a veces ración doble, mañana y tarde, ahora mismo sin ir más lejos he tenido que calentar a la pequeña porque se ha calado jugando en la fuente, la he desnudado y la he secado a base de zapatilla, le aseguro yo que a esa se le han quitado las ganas de fuente…
-Pues a ésta (dijo refiriéndose a Antonia) le espera una buena .
-Muy bien que lo veo, no hay derecho a que por un despiste de la niña , tenga que pagar usted cerradura nueva y aguantar el desaguisado que se ha montado, en fin deme una caja de aspirinas.
-Aquí tiene.
-Que le debo?
-Nada, regalo de la casa, y gracias por sus consejos, no estaba segura si hacía bien pegándole a Antonia-dijo Carmen sabiendo de antemano la respuesta de su clienta-
-OHHH ,claro que hace, pero muy requetebién, además si me permite le voy a dar otro consejo, péguele usted ahora mismo, las palizas se dan cuando se merecen y en caliente, sin dejar pasar mucho tiempo , a mí en cuanto me hacen una, me quito la zapatilla y empiezo a sacudirles y siempre sé cuando tengo que terminar, hágame caso.
-Pues me ha convencido, así lo haré, ahora mismo voy a cerrar la farmacia y a darle una tunda a esta mocosa que se va a acordar toda su vida; doña Carmen salió del mostrador con sus flamantes zapatillas nuevas en chancla y acompañó a su clienta hasta la puerta que quedó muy satisfecha de ver como la farmacéutica (una institución en el pueblo) le iba a hacer caso, y además inmediatamente.
-Estoy segura de que no se arrepentirá doña Carmen, y muchas gracias por las aspirinas, bueno, ya me contará..
-Usted y yo tenemos mucho de que hablar, ya le contaré, adiós y gracias.
-Gracias a usted , y a su disposición.
A Carmen le gustó el tono de dureza y casi de sadismo que tenía la clienta con respecto a Antonia, además parecía igual con sus hijas, eso la excitó hasta el punto de cerrar la farmacia antes de tiempo, algo que nunca antes había hecho, pero ahora estaba cerrando la persiana y no había vuelta atrás, estaba muy caliente y le iba pegar una paliza a Antonia que le iba a doler hasta en el cielo de la boca.
Antonia se sobresaltó al oír el ruido de la persiana y salió a ver que ocurría, pero se sorprendió al ver a su jefa que venía con las llaves en la mano y le dijo:
-Ve quitándote la bata que vas a saber lo que es bueno!!!!
Carmen dio una patadita hacia delante y su zapatilla salió arrastrando casi dos metros hasta quedarse junto a la asustadísima Antonia que no reaccionaba, pero cuando su jefa recogió la zapatilla del suelo ya casi se había quitado la bata, sabía por experiencia que a su jefa no le gustaba esperar demasiado cuando estaba con la zapatilla en la mano, así que se encaminó hacia el sofá, se terminó de quitar la bata por el camino y cuando se apoyó en el propio sofá para recibir el castigo, sintió un duro zapatillazo sobre su falda y oyó a su jefa decir:
-¿Quién te ha dicho que te apoyes en el sofá?
-Es que como siempre que me pega me dice que me apoye en el brazo del sofá….
-Pues hoy quiero que te agarres los tobillos con las manos y las piernas bien abiertas, y pobre de ti como te muevas; la pobre Antonia se agachó en medio de la habitación agarrándose los tobillos por los calcetines blancos y las zapatillas que le había regalado su jefa; a Carmen le excitaba ver a su chica con zapatillas, pensaba que en cualquier momento le podría pegar con una de ellas, aunque en realidad siempre le pegaba con las suyas, las de Antonia eran de color verde oscuro y nunca las llevaba en chancla al contrario de su jefa; en esta posición le levantó la falda azul marino y se quedó con el trasero expuesto solo cubierto por las pequeñas bragas; la excitación de Carmen crecía vertiginosamente (la posición de agarrarse por los tobillos la había visto en una revista erótica francesa con la que se había masturbado cientos de veces, pero ahora era real , no era ninguna revista), tragó saliva, y dijo:
-¿Sabes lo que me ha costado la cerradura?
-No doña Carmen, no lo se.
-1150 pesetas.
-Ohhh lo siento mucho, ya sabe que se lo pagaré cuanto antes.
-Te cobraré solo 1000 pesetas, a cien pesetas por domingo, en diez domingos habrás saldado tu deuda.
-Muchas gracias doña Carmen es usted muy buena conmigo( la pobre Antonia ,que si que era realmente buena, decía esto con la manos en los tobillos, la cabeza bocabajo a escasos centímetros del suelo y el culo expuesto a punto de recibir una buena paliza )
-Las otras 150 pesetas las cambiaré por 150 zapatillazos, ¿qué te parece? Antonia tragó saliva porque 150 zapatillazos de su jefa eran muy duros, además en esta nueva e incomoda posición y encima sin moverse no creía que pudiera aguantar, pero no tenía otra elección.
Lo que usted diga doña Carmen.
Pues muy bien , empecemos cuanto antes (se remangó el brazo derecho) PLASS , AH, PLASS AH, PLASS AYY, PLASS AYYY, PLASS ARRGH, PLASS AHHHHHH, PLAS AYYYYYYYYY, PLAS AHGGGG , PLAS AYYYYYYYYY , PLAS AAAAAAHHH, los diez primeros azotes no fueron de calentamiento precisamente, no estuvieron nada mal, le dolieron más de lo previsto, Carmen una pausa para no perderse, del 11 al 30 pasaron relativamente rápidos aunque Antonia no pudo evitar empezar a lloriquear, algo que a su jefa no le gustaba nada, pero no pudo evitar las primeras lágrimas.
¿Ya empezamos con lloriqueos?, no me gusta nada que me llores , ya lo sabes!!(Carmen mentía , le encantaba hacer llorar a la chica, pero le servia de excusa para ser más severa) ahora vas a ver… PLAS AAAAAA, PLAS ARGGGGGGGGHHHHHHHHHH , PLASSSSS ARGGGGH HHHHHHHH, PLASSSS AAAAAAAYY YYYYYYYYYYY YYYYYYYYYYYYYYYY, los azotes del 41 al 50 fuero durísimos, Antonia tuvo que mover una pierna para no perder el equilibrio, su jefa se dio cuenta pero estaba muy excitada como para parar por eso, cuando llevaba 60 azotazos con la zapatilla a la pobre chica las piernas le temblaban como nunca, lloraba a más no poder y estaba segura de que no iba a poder aguantar la paliza, a cada zapatillazo se adelantaba un poco hasta que tocar con la cabeza en el sofá, eso supuso un alivio, pero muy momentáneo, las piernas se le doblaban instintivamente; Antonia aguantaba mucho, su madre le había pegado muchas palizas con la vara, pero al menos podía desfogarse gritando y moviéndose , pero ahora sólo le resonaba en su cabeza el «pobre de ti como te muevas»; antes de alcanzar los 80 zapatillazos Antonia se apoyó con su mano en el sofá, fue instintivo , si no se hubiera apoyado se hubiera caído redonda al suelo PLASSS AYYYYYYYYYYY YYYYYY , PLASSSS ARRGHHHHH HHHHH HHHHHHHH , PLASS AUUUUUGHH HHHHHHHHHHH , PLAS AAYYYYYY YYYYYAY YYYYY YYYYYYYYYY, en la pausa de los 80 zapatillazos doña Carmen estaba realmente exhausta y dijo jadeando:
Ya veo que no me haces caso, y te has movido de tu posición, te va a salvar que tu misma me has pedido el castigo y por eso seré benévola contigo, así que continuaremos en la posición que más te guste a ti, que es apoyada en el sofá,¿ no es cierto cariño?
SNIF lo que usted diga doña Carmen SNIF SNIF ( la pobre Antonia a la que no le salían ni las palabras del cuerpo pensaba que maldita la gracia que la hacia la posición de apoyada en el sofá, no soportaba esa ironía, estaba empezando a odiar de manera desaforada a su jefa, creía que el castigo era injustísimo y encima con recochineo, eso sí que no lo soportaba; le pasaba lo mismo en su casa, una paliza de su madre era dura , pero siempre por una causa justificada, lo que no aguantaba era cuando le pegaba su hermana, alguna vez que su madre no estaba en casa, su hermana mayor tenía licencia para pegarla a ella y a sus hermanos pequeños, y Antonia siempre supo que su hermana buscaba cualquier excusa para darles una paliza, disfrutaba con ello, los llevaba a su habitación los desnudaba de cintura para abajo se sentaba en su cama y sobre sus rodillas les aplicaba una dura tunda con la zapatilla, era indignante y solo sentía impotencia y odio hacia su hermana.
Vamos, ponte en posición. La dueña volvió a subir la falda por encima de la cintura y observó los muslos de un color rojizo escarlata, y eso que lo mas castigado lo tapaba la fina braga de la muchacha PLAS AYY , PLASSSSS ARGHHHHHH , PLASSS AUUUUUUUUU UUUGHHHHHHH, PLAS AYYYYYYYYY YYYYYYYYYYY , PLASS AYYYYY YYYYYYYYYYYY NOOO, PLAS AAAAAAAAAAGGGGGGGGGGGGGGGGG AY POR FAVOR ,PLASSSSSSSSS AYYYYYYYYYYYYYYYYYY , llegaron a los 100 azotes y las piernas de la pobre Antonia seguían rígidas porque pese a estar apoyada en el sofá las piernas debía mantenerlas rectas y el trasero bien levantado, PLASSS , PLASSSSS, PLASSS ,PLASSS, PLASS, PLASS, PLASS , PLASS, PLASS, PLASS, la tunda continuaba implacable las piernas a Antonia se le volvían a doblar , las tenía tan tensas y duras que estaban a punto de partírsele PLAS PLAS PLAS `PLAS PLAS, la azotaina seguía inmisericorde hasta los 120.
¿Quieres dejar de moverte imbécil? Es que no ves que se te baja la falda. Si se te vuelve a caer te bajo las bragas PLAAAAAAAAAAS PLAASSSSSSSSSSS ,AAAAAAAARRRRRRRRRRGG HHHHHHHHHHHHHHHHH este zapatillazo fue brutal, tanto que el cuerpo de la chica se estremeció como un látigo , y se le bajó de nuevo la falda.
Pero es que te estás riendo de mi o qué niñata estúpida?; le dio un empujón que hizo caer como fruta madura a la pobre Antonia al sofá , doña Carmen al ver que no adoptaba la posición(como le gustaba leer en las novelas de disciplina inglesa), encolerizada le dio al menos 25 o 30 zapatillazos por todo el cuerpo, muchos de ellos en la cara , la pobre chica casi lo agradeció porque al menos no le caían en su maltrechísimo trasero, y además pudo mover sus piernas que las tenía absolutamente agarrotadas , se sorprendió al ver como su malvada jefa tiró la zapatilla al suelo, y con hábiles movimientos le quitó la falda y le bajó llas bragas hasta las rodillas, la agarró con violencia de su preciosa cabellera rizada y con un enérgico tirón del cabello la puso de nuevo en posición, es decir apoyada en el brazo del sofá de sky rojo, se agachó a por su zapatilla y le gritó:
¡Voy a seguir por 100 y si te mueves te mato!!!!!!!!!!!!!! PLASSSSSS SSSSSSS Ayyyyyyyyy yyyyyyyyyyyyyyy PLASSSSSS Arghhhhhhhhh hhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh PLASSS Ayyyyyyyy yyyyyyyy no por favor señora PLASSSSSSSS AAAYYYYYYYYY YYYYYYYYYYY era un mar de lágrimas ahora si que la goma amarilla de la suela de la zapatilla roja de doña Carmen se pegaba absolutamente a la piel de la pobre Antonia, cada zapatillazo sonaba como un cañonazo eso sí entremezclado con los alaridos y las súplicas de la empleada; si tuviéramos que ponerle un título a lo que estaba ocurriendo en el despacho contiguo a aquella farmacia sería «El ruido y la furia», fue una paliza descomunal, la farmacéutica se desfogó bien desfogada, no supo cuantos zapatillazos le dio, lo que sí que es cierto es que el trasero de Antonia empezó a sangrar levísimamente, eso si por dos sitios , uno en cada nalga, cuando su jefa se dio cuenta no sólo había sangre en la suela de la zapatilla, sino que se había extendido en forma de chispotazos por todo el despacho, entonces paró y pensó que tenía razón su clienta cuando le dijo que siempre sabría cuando parar, aunque para ser sinceros esta vez se había pasado un poquito…. ¿ continuará?
slipper
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