Capítulo 2

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Las chicas del cole y algunos chicos se reían de Angelita, ya que ella nunca llevaba nada de marca. A su madre justo le daba para poder vestirla.

Don Pablo y Angelita se habían hecho muy buenos amigos y Don Pablo ayudaba a la niña en sus tareas escolares, está estaba encantada, pues decía que Don Pablo era un sabio.

Un día haciendo la tarea, a Angelita, se le escapó un puchero.

  • ¿Qué te pasa niña?
  • jooo que ya sé que mamá no tiene dinero, pero mañana los niños se van a reír de mí.
  • ¿Y eso por qué?
  • Por qué este ejercicio hay que hacerlo por internet y yo no tengo nada, ni wifi ni Tablet ni nada.
  • Explícame eso niña, que yo no entiendo de esas cosas.

Angelita, explicó a Don Pablo todas las risas que provocaba a sus amigos que ella fuese tan pobre.

Don Pablo se encorajinó, mandó llamar un taxi y salió con Angelita rumbo a un centro comercial. Por el camino llamó a su amigo Paco, que era director en el colegio más cercano a su casa y le expuso el problema.

Paco le dijo que le diese una semana para ver qué podía hacer, si podría buscar a Angelita un sitio en su colegio. Suponiendo que está quisiera cambiar de colegio. Una vez en el centro comercial, compraron ropa de todas las marcas, zapatos, zapatillas y por supuesto un iPad. Contrató fibra a 600 gigas y le dio una buena propina al chaval para tenerlo enchufado ese mismo día. Angelita estaba exultante hasta se le caía alguna lágrima de contenta que estaba.

Cuando llegó a casa fue corriendo donde su madre y atropelladamente le contó todas las cosas que había comprado y le dijo que iba a tener internet. Ya no tendría que ir antes a los ordenadores del colegio para hacer sus tareas. Gloria miró a Don Pablo, pero este estaba con el instalador del WiFi. En poco más de una hora ya tenía conectado el WiFi y Angelita podía hacer sus deberes con el nuevo iPad.

Gloria se acercó a Don Pablo y dándole un beso en la mejilla, le dijo.

  • ¿Para qué se ha molestado? Es usted un ángel.
  • Era lo menos que podía hacer.

Gloria se fue con su hija y terminaron de configurar el iPad y de hacer los deberes. Mientras gloria hacia la cena Angelita enseñaba a don Pablo cómo navegar por internet. Eso todo era nuevo para él. Tenía un teléfono que le servía para llamar y poco más. Cenaron y Don Pablo le dijo a Angelita que tenía que irse a dormir y no entretenerse con el iPad. Angelita dio un fuerte beso a Don Pablo y se fue a su cuarto con su madre.

Don Pablo aprovechó para ponerse el pijama y su batín y sentarse enfrente del televisor que ahora tenía un sinfín de canales.

Mientras, Gloria acostaba a su hija, dejando que unas lágrimas rodaran por sus mejillas, no se creía la suerte que había tenido con ese hombre y cuanto quería a su hija, que ya no sería la pobre del colegio.

Una vez acostada su hija se quitó toda la ropa y de rodillas llegó hasta las piernas de Don Pablo. Lo miró a los ojos, desabrochó su batín y bajó su pantalón. Con cariño recogió su polla en sus manos la miró, le miro a él a los ojos y acercó la boca a la polla. La rodeó con sus labios y la sorbió dentro de su boca. La metía y sacaba lentamente mientras su lengua la recorría buscando el placer de Don Pablo. Quería darle al hombre una pequeña parte del placer que le daba a ella al ver a su hija feliz. Este acariciaba la cabeza de Gloria mientras subía y bajaba su polla dentro de la boca. Mientras chupaba la polla de Don Pablo, Gloria acariciaba su clítoris, también buscaba su placer. Don Pablo estaba casi al límite, pero no quería correrse aún, por lo que la hizo subir a la butaca, se colocó entre sus piernas y empezó a chuparle el coñito, muy lento y muy suave. Con su lengua repasaba los labios de Gloria, para pasar a meter la lengua dentro de su coñito, revolviendo sus jugos y sorbiendo de ellos. Así estuvo unos minutos, hasta que pasó a succionar su clítoris mientras su lengua lo rodeaba.

Don Pablo agarraba con fuerza los muslos levantados de Gloria mientras su lengua seguía incansable rodeando su clítoris y haciendo que Gloria gimiera y se retorciera de placer. Con un ahogado grito, Gloria se corrió en la boca de Don Pablo mientras la lengua de este recogía todos sus jugos. Don Pablo se irguió llevando su polla al coñito de Gloria. Pasó su punta una y otra vez por ese precioso coñito y finalmente la introdujo dentro de ella. Se bamboleaba mi lento, mientras entraba y salía en ella, llegando al final y martilleando su capullo en el fondo del coñito de Gloria. El coñito se llenó de jugos y Don Pablo aprovechó para sujetar sus caderas y dar unos fuertes empujones dentro del coño de Gloria. Gloria gemía y gritaba con la polla de Don Pablo dentro.

  • Me corro niñaaaaa hummmm me corroooooo
  • No se pareeeee no se pareeeee
  • siiiiii ohhhhh siiiiii jodeeer.

Y así en un mismo suspiro se corrieron ambos. Gloria se dio la vuelta, besó a Don Pablo y se acurrucó en sus brazos

  • Niña, ¿vamos a la cama?

Se levantaron lentamente y tras un largo y húmedo beso, se fueron a la cama

Una vez en la cama se acurrucaron y quedaron dormidos al calorcito de las sábanas.

Don Pablo despertó a eso de las cuatro como casi todos los días y se sorprendió al tener una tremenda erección. Pensó esto hay que aprovecharlo y metió su polla en el húmedo y anhelante coñito de Gloria. Al tener el coñito encharcado, la polla de Don Pablo entró hasta el fondo sin ninguna dificultad. Don Pablo imprimió un lento vaivén a sus penetraciones mientras besaba el cuello de Gloria y pellizcaba sus pezones. Gloria despertó sintiendo como la polla de Don Pablo la llegaba hasta el final de su coño y como rozaba contra las paredes de su coño, provocando un millón de sensaciones en su coño.

El roce de esa polla gorda y venosa la volvía loca y esa cadencia lenta, se la hacía sentir entera. lentamente, sin prisas, la estaba llevando al cielo, su cuerpo fluía y bañaba la polla del hombre.

Cuando Don Pablo apretó con la fuerza justa su pezón izquierdo una corriente traspasó su cuerpo y un orgasmo largo y placentero la inundó.

  • Siiiiiii hummmmm que gustoooo, no se pareeeee. Sigaaaa por favor.

Don Pablo imprimió un poco más de velocidad a sus penetraciones mientras Gloria, bailaba sobre su polla. Se dio la vuelta y se subió sobre esa polla que tanto placer le daba. La sujetó con su mano la apuntó a su coñito y lentamente se la fue clavando hasta las bolas. Gloria empezó un meneo lento que fue subiendo en intensidad hasta prácticamente saltar sobre la polla de Don Pablo. Este ya no podía aguantar mucho más y sujetando a Gloria por las caderas, clavo su polla hasta el fondo lanzando unos potentes chorros que llenaron todo el coñito de Gloria que recostada contra el pecho de Don Pablo terminaba de correrse otra vez.

  • Qué maravilla Don Pablo hummmm, me vuelve usted loca.
  • Loco me tienes tú a mí que me has hecho rejuvenecer unos cuantos años.

Se dieron un beso y abrazados se mantuvieron un poco en la cama, antes de levantarse para empezar un nuevo día.

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