Casada pero solitaria
Esta relación es de la vida real me sucedió hace algún tiempo, hoy después de mucho tiempo de meditarlo he decidido narrarle el inicio de una lujuriosa relación con una mujer unos años mayor yo, casada, solitaria, con ganas de vivir y sobre todo deseosa de ser amada. Susana es una mujer casada, hace unos cinco años, no tiene hijos y su esposo es un ejecutivo de ventas de una gran compañía y viaja mucho por lo que poco tiempo le dedica, Susana mide 175 cm de alto, piel morena, cabello castaño, delgado y largo, le llega a los hombros, largas y bellas piernas, senos grandes y redondos y una buena cola, aunque un poco feíta de cara, la conocí por casualidad, ella era amiga de una de mis hermanas.
Yo estudiaba cuando la conocí, fue un fin de semana que estaba en la casa descansando y estudiando, cuando Susana apareció, nos saludamos y no más, aunque era una mujer mayor que yo me parecía atractiva y aunque mi hermana no me decía nada, para mi ella tenía tantos amantes como amigos, tenía no solo un cuerpo lujurioso sino un olor a sexo, y como su esposo no permanecía en casa, ella debía satisfacer sus propios placeres, mientras su esposo no estaba.
Lo cierto es que uno de los siguientes fines de semana que yo estaba en casa, me la volví a encontrar, fue a preguntar por mi hermana, pero esta no estaba, así que hablamos un rato me pregunto por mis estudios y me dijo que le encantaba el juicio de hombre que era, luego me dijo que tenía una reunión con unos amigos y como mi hermana no estaba, quería saber si yo podía acompañarla, yo le dije que no sabía bailar, pero me encantaría acompañarla, cuadramos todo, yo debía pasar por su casa a eso de las 10:00 pm. Yo estaba ansioso, pues ella me excitaba, pues aunque era una mujer casada y madura, estaba muy bien conservada, mucho mejor que algunas jovencitas, y aparte de eso a mí siempre me han encantado las mujeres maduras, así que me dirigí a su casa con todos los pensamientos de morbo puestos en ella, cuando llegue a su casa, timbre y ella se demoró un poco en abrir, pensé que su esposo estaba en la ciudad y estaba con ella, tal vez haciendo el amor, volví a timbrar y esta vez abrió casi de inmediato, la puerta se abrió y una voz me invito a seguir, yo seguí y se cerró la puerta, tras de la cual estaba Susana, tenía una pequeña toalla que apenas tapaba su cuerpo, ¡QUE TETAS Y QUE CULO QUE CUERPO!
Pensé, ella se disculpó por la demora ya que se estaba bañando, yo no quitaba mis ojos de sus tetas y mi verga ya estaba babosa, como yo tenía unos pantaloncillos largos mi verga quedaba libre por lo que fue evidente lo excitado que estaba pues se notaba el bulto, el cual ella miro y contemplo sin ningún reparo, yo me sonroje y de inmediato me senté en el sofá de la sala, ella volvió a entrar al baño a terminar de bañarse, dejando abierta la puerta, yo estaba paralizado contemplando su cuerpo, ella se estaba bañando con la puerta abierta, contemple su cuerpo sus tetas estaban bien cuidadas, su vagina cuidadosamente depilada y su piel era totalmente bronceada, volvió a salir del baño y apenas me dijo ¡OH QUE PENA NO ME ACORDABA QUE ESTABAS AQUÍ!, Usualmente quien espera a que me duche para salir siempre es tu hermana, yo tan solo atine a decir no tranquila, luego entro en su habitación y esta vez con la puesta entre abierta se vistió frente al espejo, se secó su cuerpo de una manera que parecía que se estuviera acariciando, todo lo hacía suavemente, yo tan solo miraba el reflejo del espejo, el cual parecía que estuviera allí colocado de manera que desde la sala se pudieran ver como Susana se vestía, lo digo porque por él se veía casi toda su habitación, con tan solo moverse un poco según donde ella estuviera.
Cuando termino de secar su cuerpo, empezó a aplicarse cremas por todo su cuerpo de una manera suave y sensual, luego abrió uno de sus cajones donde creo que lo único que había eran calzones, se probó y midió unos cinco calzones, todos de encaje y de todos los colores, todos le quedaban bien, hasta que por fin se decidió por unos diminutos calzones blancos de encaje, que dejaban ver sin mayor esfuerzo su pubis, parecía que no tuviese ropa interior como más tarde comprobé, luego busco una falda que le llegaba un poco más arriba de las rodillas, pero con una gran apertura al lado, se colocó una blusa un poco trasparente, se maquillo un poco y salió a la sala, donde yo ya me había hecho la paja por lo menos unas dos veces, no me pude aguantar todo lo que había visto, además ella era una mujer casada y yo conocía a su esposo, aunque quisiera, había algo en mí que no me dejaba comérmela, porque esa era la palabra, tenía muchas ganas de comérmela, chupar sus grandes tetas, hacerme la rusa con ellas, chuparle y comerme su vagina, pero en el momento no podía. Al salir ella me miro y me dijo que si estaba cansado, que si ya tenía sueño, yo me repuse de inmediato y negué su apreciación, me levante de la silla y me dirigí al baño debía limpiarme los pajasos que me había hecho en su nombre, me limpie y salimos, llegamos a la reunión donde al parecer ya la estaban esperando, me presento con sus amigos, a los cuales no les caí muy bien, ya que hacían todo lo posible por hacerme sentir mal, hablaban y se reían de cosas que yo no entendía, todo para tratar que yo me fuera de la reunión, Susana por su parte no había hecho otra cosa que bailar, tomar cócteles y hablar con todos los de la reunión, a eso de las dos de la mañana, yo ya estaba aburrido, me quería ir, así que empecé a buscar a Susana por toda la fiesta, cuando la vi hablaba con un hombre, el cual estaba tratando de acariciarla, manosearla, yo me detuve, pensé que era su amante tratando de seducirla, pero ella siempre le quitaba la mano al tipo, ya sea de las piernas o de sus hombros, de repente ella levanto la mirada y me vio, así que yo me dirigí hacia ella, no me dejo decir nada, tan solo me miro y dijo nos vamos Juan, se levantó de la silla y salió conmigo hacia nuestras casas.
Una vez en casa, me agradeció haberla salvado de aquel tipo en la reunión, y me dijo que era uno de sus pretendientes, fue entonces cuando me empezó a contar de su vida, ella estaba un poco mareada, tal vez por exceso de cócteles, me contó de cómo desde niña siempre quiso tener un hombre que le diera todo lo que ella deseara, y que ya lo tenía, pero a pesar de que su esposo le daba todo lo que ella le pedía él era un egoísta solo pensaba en dinero, no le importaba ella, sus deseos y placeres. ¡Cómo será me dijo¡ una vez le dije que me sentía sola en casa que me hacía falta su compañía, salir y hacer el amor cuando él no estaba, así que me compro un vibrador, imbécil dijo ella, como si con el pudiera sentir el calor de un hombre, lamer su sudor, chupar su verga, besar sus labios, tragar su semen, eso es lo que deseo de un hombre me dijo.
Yo por mi parte no sabía que decir, su blusa se había desabotonado un poco y dejaba ver sus senos, yo tragaba saliva, luego se levantó de mi lado y sirvió una copa sentándose frente a mí, cruzo su pierna y pude ver ya no por medio del espejo sino que de frente su pubis, enseguida clave mi mirada sobre su vagina, no disimule nada, ella por su parte se dio cuenta y en vez de cerrar sus piernas, las abrió más, yo levante la mirada y ella me estaba mirando, la quieres me dijo, yo moví mi cabeza, entonces tienes que ganártela dijo ella. Que debo hacer pregunte. Nada dijo ella, y se levantó, yo me levante la mire a los ojos y me acerque a ella, la tome por la cintura y empecé a besar sus carnoso labios, ella correspondió y me apretó fuertemente contra ella, nos empezamos a besar apasionadamente, yo tome con mis manos su culo y lo estrujaba, luego lentamente quite botón a botón su camisa y luego su brasier, quedando al descubierto sus grandes tetas, las lamí, chupe, mordí y estruje, tome su pezón y lo retorcía suavemente, esto le hacía gemir, así que jugué un buen rato con su pezón y creo que allí llego su primer orgasmo, luego le quite su falda y la tumbe sobre la alfombra, allí con mi boca quite sus diminutas tangas y lamí su gloriosa vagina, estaba saladita, sus labios rosados expedían el olor del sexo lamí y chupe toda su vagina desde sus jugosos labios, hasta sus clítoris, luego bese su entrepiernas, bajando hasta chupar los dedos de sus pies, ella solo se dejaba amar, y no paraba de gemir, así bese todo su cuerpo, luego le introduje mi verga en su vagina, la cual era amplían y estaba dispuesta para que la penetrara, cosa que hice lentamente, mientras jugaba con mis dedos con su culito, donde introducía suavemente mi dedo pulgar, una vez que le metí mi verga dentro de su vagina, ella empezó a contraer sus músculos vaginales, apretaba y soltaba lentamente mi verga dentro de ella, que delicia, entonces no pude aguantar más, voy a terminar le dije, termina sobre mi dijo, saque mi verga, ella me la chupo un poco y termine allí en su cara, sobre ella, descansamos un poco y seguimos haciendo el amor durante toda la noche. Así estuvimos haciendo el amor durante toda la madrugada, como a las seis de la mañana me vestí y salí para mi casa, Esa madrugada empezó una relación que duro algún tiempo y que dejo varias historias.