La señora

Me encuentro en una localidad cerca de la costa onubense, nuevamente mi trabajo me obliga a deambular por la geografía española.

De nuevo, una población de aluvión con un alto porcentaje de emigrantes en busca de un futuro mejor que a veces es peor.

La empresa me aloja en un caserón propiedad de una señora de unos cuarenta años que se desvive porque al «señorito» no le falte de nada y se busque un apartamento que le prive de los seiscientos veinticinco euros que le pagan por mi pensión completa.

La verdad es que al principio la idea no me agrado, la posibilidad de vivir con alguien pendiente de mis movimientos no me hacia ninguna gracia, pero cuando la señora me enseño una casita coqueta en la segunda planta, con entrada independiente y ante su cara de angustia y necesidad, acepte.

Pronto descubrí que la decisión había sido la correcta, Adela, la casera, no solo no era una celosa policía de mi intimidad, o tal vez si, sino que facilitaba mis inocentes fechorías.

Hasta el punto de ser mi cómplice cuando se trataba de pasar la noche con alguna de las chicas «ligeras de cascos» del pueblo, dándome cobertura, incluso mintiendo descaradamente a sus parientes justificando tertulias en su casa que en realidad habían sido cálidas y húmedas sesiones de sexo en mi nidito.

Adela vive con su marido Daniel, un hombre que vive por y para el campo, al que apenas veo porque se levanta al alba, llega al atardecer, cena temprano y se va a la cama.

Tienen una hija que estudia en Sevilla.

Adela es la clásica señora teñida de rubia con vetas, de poco mas de 1.65, anchas caderas, culo inmenso y tetas mas que generosas.

Un amigo mío que me ha visitado algún fin de semana la ha catalogado como un polvo de urgencias, para casos de necesidad y abstinencia prolongada.

Como cocinera y ama da casa es genial y su conversación amena, no es un portento cultural pero se muestra abierta y generosa.

Al segundo mes de convivencia, desayunos, cenas y cafés, su complicidad es total, incluso bromea con mis proezas venéreas, comentarios del tipo.

-Vaya ojeras que llevaba la Conchi esta mañana, esa ha dormido poco, quien fuera joven- y cosas por el estilo.

Me sorprende que piense que soy un superman que folla toda la noche, intento explicarle que como cualquier hombre, bien pasada la treintena, las noches buenas no paso de tres polvos, dos por la noche y uno para dar los buenos días y le explico que no todo es mete y saca que hay otras cosas en el sexo, que no todo se reduce a eso.

Ella se extraña y curiosa me pregunta interesada, le cuento cosas sobre el sexo oral, mamadas, cunnilingus y sesenta y nueve, pone cara de incredulidad y de cierta repugnancia pero también de curiosidad.

Entre bromas le pregunto si no le han comido nunca el coño y si no le gustaría saber como se hace, ella pone cara de sorpresa, le aclaro que no le estoy tirando los tejos, que la respeto a ella y su marido pero que le puedo poner alguna peli porno para que lo veo, me dice que no que eso son cochinadas y que no sabe ni programar el vídeo, en plena broma le digo:

-Bueno pues cuando venga la Conchi te dejo abierta la ventana de la terraza ella tiene acceso desde su casa- y miras como es, se ríe con la propuesta y me dice que quizás algún día.

El viernes le suelto em broma que he quedado con Conchi, que haga el favor de darme cobertura y que si sus padres llaman y preguntan por ella que le suelte cualquier excusa de las buenas, de esas que se inventa y que todo el mundo cree, se ríe y me dice:

-¿Dejaras la ventana abierta esta noche?

-Claro, si tu quieres.

Conchi esta en mi habitación, el la chica de la frutería, veintiocho años, bajita y regordeta pero con una piel suave y blanca, muy zorrita en la cama y muy señorita mientras atiende a la clientela en el negocio familiar.

Ya ha pasado la desilusión lógica de saber que no soy el hombre de su vida, que no me casare con ella ni de coña y que sus posibilidades de pillar un buen partido, en lo que a mi respecta son nulas, pero a falta de pan sigue viniendo a mi nidito a que le baje la calentura, que es mucha, cada una o dos semanas.

Conchi es de ese tipo de chicas de pueblo que se curtió mamando pollas y ofreciendo su culo a sus amigotes esperando que llegara el hombre que la vistiera de blanco y de premio se llevara su virgo.

Eligió mal, le regalo el virgo a un bestia con pasta del pueblo que además de mal amante, que le proporciono en desflore frustraste y doloroso, su largo con una polaca dos meses antes de la boda.

De su fatal experiencia le queda cierta aversión al coito vaginal que ella intenta evitar en lo posible con el pretexto de no quedar embarazada.

Sin creer que Adela sea capaz de actuar como voyeur, cosa que por otro lado me excita bastante, dejo la ventana abierta y las cortinas corridas y después de beberme un whisky con Conchi comenzamos nuestra sesión habitual que suele ser desnudarnos, besarnos, magrearnos y en un santiamén Conchi esta mamando polla, es una buena mamadora, de esas que se la mete entera hasta la garganta, te soba las pelotas, te chupa el capullo te lame desde la raíz a la punta y aprieta su boca chupando como si fuera un coñito para que se la folles, aunque me gusta comer coños el suyo no es muy apetecible y ella prefiere masturbarse mientras me la chupa, la verdad es que suelta mucho flujo y huele muy fuerte y como a todo hay que buscarle el lado positivo el caso es que su espeso flujo le lubrica bien el culo y no necesitamos cremas ni leches.

El caso es que Conchi esta chupándome la polla cuando veo que la cortina se mueve y aunque no veo a Adela percibo su presencia, me sitúo de lado a la ventana para que Adela tenga una buena visión de mi polla entrando y saliendo de la boca de Conchi y siento como mi polla se hincha mas de lo que estaba, la sensación de ser espiado por mi casera me excita sobremanera y comienzo a follar la boca de la frutera mientras esta se masturba.

Como no quiero correrme en su boca, me gusta mas hacerlo en su culo, la pongo en cuatro sobre la cama y sin contemplaciones, ella esta habituada, se la voy clavando en el culo hasta las pelotas mientras ella sigue masturbándose como poseída, la culeo, bombeo polla y miro a la ventana, puedo ver parte de la cara de Adela, por cojones tiene que estar excitada porque estas cosas, lo se bien, ponen a mil a cualquiera.

Enculo a Conchi con un plus de dramatismo, exagerando mis movimientos, en homenaje a mi espectadora y siento mi polla poderosa entrando y saliendo en el elástico esfínter de la frutera que con su frotamiento ya se ha corrido como una perra y mojado una barbaridad, inundando la habitación con la fuerte fragancia de sus jugos.

Me contengo lo que puedo y cuando ya no aguanto mas me corro dándole fuertes empellones en el culo y tomando sus pezones como si fueran el manillar de una moto. Estirándolos lo que da de si porque se que eso a Conchi le excita un montón.

Ella gime y me suelta su habitual perorata:

-Venga córrete cabrón, ay ay¡ venga dame la leche, rómpeme el culo. Ay ay¡

Me corro.

Espero un tiempo que Conchi deje de retorcerse de gusto y apriete sus nalgas desalojando mi polla de su culo, ella se retira al baño, se lava, después de dejarme ver su culo abierto rebozado leche y sale del aseo con una esponja mojada y una pequeña toalla para limpiar los restos de leche.

Hay que reconocer que Conchi se las sabe todas, para gozar bien de la follada de su culo y no ensuciar mi polla de mierda se hace una lavativa cuando sale de su casa, dejando su tripita bien vacía.

Me tumbo en la cama para que Conchi me limpie, ofreciéndole una buena panorámica a la espectadora de la ventana, termina de asearme, nunca lo hace con jabón, solo agua, creo que le gusta probar el sabor de su culo en mi polla, y comienza a mamarme de nuevo la polla, le pido que invierta la posición y con un esfuerzo, que leches tampoco es para tanto, me gusta el sabor a coño aunque el de Conchi sea un poco fuerte, comenzamos un 69, abro bien los labios del coño de Conchi y le paso la lengua, se que Adela tiene una buena visión de la jugada, lamo su clítoris, le follo el coño con la lengua y sigo lamiendo con velocidad mientras mis dedos entran en su coño y su culo de dos en dos.

El orgasmo de Conchi se precipita y su abundante flujo inunda mis labios, parece que se esta meando de la corrida que suelta. Sin darle tiempo a que piense porque si no, no me deja, la pongo en cuatro otra vez y se la clavo en el coño, bombeo mientras ella entre gemidos me suplica:

-No te vayas a correr dentro cabrón.

No me corro dentro, se la saco, se la paso por las tetas (no hablo de ellas porque además de pequeñas son flácidas y poco atractivas) y se la meto en la boca, cuando me voy a correr se la saco, me masturbo y ella con la boca abierta, se tiene la lección bien aprendida, se prepara para recibir la corrida, le baño la cara y se traga un montón de leche, me hace incorporarme y acompañarla al espejo del armario, le gusta mirarse la cara y el pelo lleno de leche, la pone muy cachonda.

Repite la ceremonia del aseo y limpia mi polla. Se viste y se larga. Nada mas salir de la habitación me asomo a la ventana pero Adela ya no esta.

Al otro día bromeo, ella intenta convencerme de que no estaba mirando pero al final lo reconoce, me dice que vaya guarrada y que no se puede creer que la Conchi sea tan cerda, tragándose la leche de un hombre y poniendo el culo como un marica, tan señorita que se le ve en la frutería pero me lo dice con morbo y con cierta borderia.

Me acostumbro a follar a Conchi con Adela mirando por la ventana cada vez que lo hacemos y un polvo de supervivencia se convierte en una excitante situación por la sensación de ser observado, espiado.

Conchi reconoce que me esmero mas.

Adela ha pillado confianza y ya hablamos abiertamente de nuestros polvos, los hace suyos, me da indicaciones sobre las posiciones que mas le excitan, con como me tengo que poner para que ella tenga una mejor visión de la jugada, es tremenda nuestra complicidad.

Ahora, en la cena se muestra zalamera, cuando me sirve los platos me roza con sus tetas, como diciendo esto si que es un buen par de tetas y no las de la frutera, y tiene razón.

Charlamos y le pregunto si no le pica el gusanillo de participar además de mirar y ella me dice que le gustaría probar pero que de ninguna manera con Conchi delante, veo que me ha interpretado mal y le digo que me gustaría probar el sabor de sus tetas y de su coño y que seguro que esta guapísima con mi corrida en la cara, también le insinúo que me encantaría ser el primero en follarle el culo.

Ella coqueta se resiste pero después reconoce que si que le gustaría y quedamos para el lunes después de comer.

El sábado Adela desaparece y se va a la capital, a la hora de la cena me la encuentro totalmente cambiada, ha ido a la peluquería y se ha hecho un peinado sexy, entre bromas me dice que también se ha arreglado abajo, esta divertida y muy morbosa, me deja besarla y mamarle las tetas, que por cierto son maravillosas, muy grandes y pesadas, no tan caídas como cabria esperar y con un pequeño pezón sobresaliente y moreno que me deleito chupando.

Con la excusa que el lunes tendré ración extra y que su marido se puede despertar nos despedimos a dormir. Le he dicho a Conchi que me encuentro mal, quiero reservarme para el lunes.

La comida del mediodía, que pocas veces suelo hacer en la casa es deliciosa, una langosta, gambas blancas de Huelva y una ensaladilla de marisco que regamos con dos botellas de blanco del Condado.

Tomamos un café y después de irme a darme una ducha a casa dejando la puerta abierta para Adela la siento llegar a la habitación, salgo de la ducha con la toalla enrollada a la cintura y me quedo de piedra, Adela esta tumbada en la cama con un increíble y sexi juego de lencería, medias cortas, ligueros, tanguita y sujetador, todo blanco y el pelo arreglado sobre la cara, en plan putón, muy linda, nunca me pude esperar que esta mujer me llegara a parecer sexy pero lo es y mucho.

Me quito la toalla y me lanzo a la cama, nos abrazamos, besamos, le quito el sujetador y comienzo a mamarle las tetas, se ponen increíbles de duras con los pezones que parecen que le van a reventar, mamo bien rico y acerco mis manos a su coño, esta empapado con la parte de delante del tanguita húmeda y traspasada, bajo el tanguita meto mis dedos, localizo su clítoris y la masturbo mientras mamo sus exquisitas tetas, comienza a agitarse y siento como se corre, superrapido.

Ella toma mi polla y comienza a pajearla mirándome picara en plan putón, se sienta en el borde de la cama y yo de pie delante de ella, toma mi polla y mis pelotas con las manos y comienza a mamar, su primera mamada, pero parece que lleva miles, mirando se aprende.

La dejo que mame rico casi quince minutos y me tumbo en la cama con ella, los dos de lado en posición de tijera, la penetro desde atrás por el coño mientras la amaso las tetonas que cada vez me parecen mas duras y excitantes, además cada vez que le aprieto el pezón gime como loca de gusto.

Bombeo polla en su coño y noto su corrida inundar mi polla y mis huevos, dejándome todo el pubis pegajoso, cuando ya no puedo mas se la saco y vuelve a mamar, se sienta al borde de la cama y me deja que me masturbe con la boca abierta, le suelto la corrida en la boca y la cara y ella se relame, tragando semen. Me lleva al baño y juntos miramos su cara en el espejo.

-Estas muy guapa.

-Nunca pude imaginar que ser una guarra diera tanto gusto Jaja¡¡

Se lava la boca y se quita el semen de la cara pero reservo algunas gotas para untársela en los pezones y chupárselos, ella abre la boca, le ha gustado, sabe que eso no lo hago con Conchi. Aprieta mi cabeza contra sus tetas.

-Están muy sabrosas tus tetas Adela.

La pongo en la cama, le abro bien las piernas y observo su coño, la peluquera ha hecho un buen trabajo, recortadito, sus labios exteriores son grandes y también los menores, parece una flor y su clítoris no tiene perdida, es gordito y sobresaliente. Juego con el y Adela gime como loca:

-Diossssssss que gusto, no lo podía imaginar, cómeme todo el coño cabrón- me dice enardecida.

Le hago unas comida monumental, se corre varias veces, no todo el mérito es de mi empeño, ella es de ese tipo de mueres de coño agradecido que nos hace mas fácil el trabajo de complacer a las damas.

Toda mojada y sin que le diga nada se pone en cuatro al borde de la cama y me ofrece su culito:

-Por favor ten cuidadito que el otro día me metí una vela para probar y me dio gusto pero me dejo un poco dolorida.

Tengo un bote de vaselina y mi polla empalmada esta embadurnada, le paso la lengua por el culo y lo aprieta de alegría, eso tampoco se lo hago a Conchi, le meto un dedo y la lubrico, después dos, ella se masturba dándose palmadas en el coño, como en las pelis porno, y aprieta mis dedos con culo, esta lista.

Le meto el capullo, lo saco, lo vuelvo a meter, juego a meter y sacar el capullo dilatándola y preparándola hasta que lo dejo dentro y comienzo a avanzar, cuando se queja retrocedo y comienzo a recuperar el tiempo perdido, poco a poco hasta que se la tengo clavada hasta los cojones, me quedo quieto, es bueno que se acomode a la polla, ella sigue dándose palmadas en el coño, la tengo cogida por las tetas y suavemente comienzo a apretar mi polla dentro responde positivamente, relajando su culo, comienzo a bombear, suavemente primero y mas enérgico cuando noto que se esta corriendo otra vez.

-Follame el culo cabron, siiiiiiiiiii que gusto, dale polla a mi culito virgen.

Comienzo a bombear con fuerza, ella esta fuera de si, le doy duro, noto la presión y el calor de su culo abierto y follado y le suelto una andanada de leche de hombre.

Ella gime se deja caer en la cama, yo caigo sobre ella, poco a poco mi polla se desinfla y sale de su culo, se incorpora y me ofrece una vista del mismo, abiertito y chorreando semen, se va al espejo del armario, se abre las nalgas y volviendo la cabeza se mira.

Me quedo dormido en la cama, rendido de cansancio y placer, despierto con el clásico picor de la polla cuando te la están chupando, debe llevar un buen rato porque de pronto noto que me voy a correr, ella también lo nota y comienza a chupar con mas fuerza, succionando a tope, me corro en su boca y esta vez, salvo alguna gota que se derrama en sus labios se la traga toda.

Se va al baño y se lava.

-Es mentira que la leche de hombre tenga buen sabor por lo menos la tuya tiene un gusto fuerte y saladito pero si que da gusto ser una mama pollas que se traga la leche pero no tiene que ver con el sabor sino con otra cosa que no se te explicar.

Me río mientras se viste coqueta.

-Ya sabes donde estoy- le digo

Se va pero solo es el comienzo.