Le di por culo a Sylvia
Me llamo Fran y llevo cinco años casado.
Mi mujer Sylvia es una zorrita preciosa, delgada, pechitos firmes, culito prieto y respingón, morena, carita ancha modelada por media melena azabache, brazos delgados y elegantes, piernas largas, delgadas y perfectas.
A mi el sexo me va a tope, pero con Sylvia hay poco que hacer.
Ella es una cachonda y me calienta, pero solo quiere follar a la manera tradicional, se excita mucho pensando en que vamos a jugar pero a la hora de la verdad no se atreve a hacer nada distinto, solo follar en plan misionero.
A mi me gustaría que me chupara la polla, me encantaría comerle su chocho o su ojete, cosa que a ella la perece la mayor depravación y por supuesto, darla por el culo y correrme en su cara, pero ya os digo eso es soñar; la vez que le dije que me la mamara me montó un pollo de mucho cuidado y estuvimos un mes entero sin echar un casquete. La puta.
Sin embargo, parece que solo es así de recatada conmigo.
La muy zorra de mi mujer le pone caritas a mi mejor amigo, le sonríe, se le pone mimosa como si fuera una autentica calientapollas, que guarra.
Así que eso no podía ser, porque a la que me descuide el otro se la va a joder a base de bien y seguro que la pendón de Sylvia se va a dejar hacer de todo con el, que tiene una polla mas grande que la mía, seguro que es capaz de chupársela y de dejarse dar por culo, putón.
Así que decidí aprovecharme yo primero.
Fue un fin de semana que le dije que me tenia que ir fuera de la ciudad por temas de negocio.
Pero no lo hice, me quede en la ciudad y estuve haciendo tiempo hasta la noche.
A eso de las doce, vestido con un chándal negro y un pasamontañas, entre en la casa sin hacer ruido.
Me asome desde el pasillo a oscuras y la vi en el salón, la muy puta estaba solo con una camiseta de tirantes vieja y una braguita blanca.
Estaba sentada en el sofá con las piernas subidas al asiento y al estar abiertas le veía los pelos del coño saliendo por los bordes de la braguita de encaje, a lo mejor las putas se depilan el chocho y por eso ella no quiere depilarse pero entonces lo que parece es una guarra.
Es tan guarra y calientapollas que no se depila el coño ni siquiera en verano cuando se pone el biquini tanga en la playa, por lo que al tomar el sol se le ven todos los pelos del potorro y se que los tíos de la playa piensan en lo guarrona que es.
Los tirantes finos y largos dela camiseta se le caían a menudo y hacia que las tetas se le salieran fuera.
De hecho tenia una de ellas fuera, con su pezón pequeño y tieso pidiendo a gritos una chupada.
Estaba bellísima, la muy pendeja.
Estaba viendo el plus y cuando me di cuenta oí los gemidos de la tele, que zorra estaba viendo la película porno y a mi nunca me había dejado, se estaba aprovechando de mi ausencia para sacar la puta que llevaba dentro.
Me plante delante de ella completamente empalmado y ella grito del susto.
La agarré del pelo y le dije modificando la voz: Cállate guarra, eres una puta cachonda y se que no hay nadie mas en la casa así que ahora vas a tener lo que estas deseando desde el primero día.
Se habla mucho de ti en el barrio, te llaman Sylvia la zorra, dicen que basta con mirarte la cara para ver lo puta que eres y tienen razón.
Ven aquí guarrona. La lleve a la cama y rompí su camiseta y le dije: Una puta como tu no debería llevar bragas, deberías ir siempre con el chochazo de guarra sin depilar al aire para que los tíos te puedan sobar a gusto.
Se quito las bragas, estaba asustada pero no gritaba, parecía excitada y le dije: Bien putón, estabas viendo una peli porno, pues ahora se te ha hecho realidad, ¿qué te gustaría que te hiciera?¿qué es lo que estas deseando y tu marido nunca te ha hecho nunca, zorra?, me miro a la cara y desnuda, con su pelo negro alborotado y su carita de niña bien me dijo: Mi marido nunca me ha metido su polla en la boca, ¡será puta! Era ella la que me tenia sin catar una mamada y ahora se volvía puta frente a un desconocido.
Así que le dije muy bien, zorra, abre la boca y a chupar como esta mandado.
Se la metió en la boca, chupo y chupo durante un buen rato y mamaba como una prostituta profesional, me la sobaba la pajeaba, la besaba, se la metía de lado, de frente, chupaba y lamia el capullo, me chupaba y succionaba los huevos, el culo, todo.
Al cabo de un rato de tenerla mamándome la polla y de haberla follado un poquito su boquita de guarrilla, la levante y le dije: Bien puta, y que mas no te hace el cabrón de tu marido? ¿qué es lo que te gustaría que te hiciera un macho autentico? Me dijo: Mi marido nunca me ha comido el coño.
Así que la espatarre y le di una buena comida, chupándole el clítoris, besándolo, dándole lengua por todos sus pliegues, entrando con un dedo en su chocho y metiéndole la lengua hasta dentro de su coñito mojado, ella se corría de gusto, disfrutaba de la comida como una perra salida y volví a levantarla.
¿Qué mas? Le pregunte. Nunca me ha follado nada mas que en la postura del misionero.
Así que la jodí por el coño, ella encima de mi, desde atrás que era nuestra manera habitual, de lado, clavándosela yo encima de ella, la cabalgué en todas las posiciones que se me ocurrieron, se la metí de pie agarrandola por su culito perfecto y culiandola a lo bestia con mi pollona de 14 cm.
La folle en todas las posturas raras, poniéndola con las piernas sobre mis hombros, ella tumbada en el suelo boca arriba con el culo levantado y yo en cuclillas metiéndosela y llamándola puta, una pasada y la guarra de mi mujer tenia el chocho encharcado de gusto.
¿Qué mas no te ha hecho el cabrón de tu marido? Nunca me ha dado por culo, ¡será zorra! Nunca imagine que Sylvia estuviera deseando una buena polla en su culo, nunca pensé que fuera tan zorra como para pedirle a un desconocido que la diera por el culo ¡puta!, ¡zorra! Será pendeja la muy cabrona!, mi mujer Sylvia era una autentica cachonda, era una salidorra y eso me ponía aun mas caliente. La di la vuelta, la escupí en el ojete y le hundí un dedo, la muy perra estaba tan caliente que se retorcía de gusto con mi dedo dentro.
Saque el dedo y apuntando con cuidado, le puse mi capullo gordo y rosado en la entrada del culo ¡por fin iba a darle por culo a mi mujer! Lo que otros amigos ya habían hecho con sus esposas iba a poder realizarlo yo, me daba mas morbo encular a Sylvia que a cualquier otra tía ya que se que nuestros amigos también se ponían cachondos con mi mujer y que mas de uno querría follársela y darle rabo (y pensándolo bien, creo Sylvia no pondría muchos reparos a que alguno de nuestros amigos se la tirara con lo bien que llevaba que un desconocido la estuviera dando rabo a base de bien).
El caso es que iba a meterle la tranca por el culo a Sylvia y me moría de ganas,…, fui entrando con suavidad poco apoco, metía un poco el glande de mi pollaza de 14 cm gorda y llena de venas y se lo sacaba, jugando lentamente con mi polla en su culo; se lo metía todo el capullo entero y lo sacaba despacio hasta que al cerrarse el ojete hacia «plo», volvía a entrar ,…, pero la puta de Sylvia me dijo: Vamos cabrón, méteme ese pedazo de carne en mi culo, rómpeme el ojete que estoy cachonda como una perra salida, méteme esa barra de carne, guarro, hazme sentir como una puta cachonda, fóllame por donde mi marido nunca me la ha metido, estoy caldosa cabrón, me siento puta, ahhhh, como me gusta tu nabo en mi culo, me gusta tomar por culo, métemela hasta los cojones, sácame toda la caca, cerdo, así, así, así, yo flipaba en colores mientras la culeaba sin parar, la puta de mi mujer estaba corriéndose de gusto con mi polla ¡era la primera vez que se corría conmigo!,¡que puta, solo se corría si la daban por el culo!.
Se meneaba y se retorcía moviendo sus caderas mientras yo la llenaba su culito perfecto, la llamaba putón y guarra y ella decia que si, que lo era y le decia que en todas partes hablaban de lo puta que era Sylvia y en una de esas embestidas no pude evitarlo y saque la polla llena de mierda de Sylvia y se la metí en la boca para que me la chupara mientras me corría, la zorra chupaba y tragaba al mismo tiempo, no dejo una gota, las pocas que la salpicaron le resbalaban por la mejilla sonrosada la recogía con los dedos o la lengua y se la metía en la boca y sorbia y tragaba con deleite ¡puta! Le dije ¿te gustan los líquidos blancos eh guarra?
Pues toma y le solté un japo en toda su cara, como ella seguía cachonda la volvía e escupir, esta vez en sus ojazos negros, luego otro japo de los mocosos en su nariz y boca que trago como una guarra luego la llene el pelo y las mejillas de japos asquerosos, la deje completamente llena de salivazos, tumbada en el suelo, abierta de piernas y pajeándose el coño y el culo con ambas manos, era una escena porno total así que sin pensármelo mucho, apunte a su cara de zorrita y la mee encima, ella movía la cabeza pero yo le decia quieta Sylvia, abre bien la boca que ya veras como te gustan los meados, lo hico y estuvo bebiendo mis meados que salen en chorritos intermitentes, chorros calientes de meado, salpicándola el pelo, la cara,finalmente cuando se acabo la meada ella se corrió con las pajas que se había echo, y se cayo al suelo, espatarrada, meada y corrida, llena de sudor y con la pinta mas puta que te puedas imaginar. Sali despacio de la casa y me fui a un hotel.
A la vuelta del «viaje» intente follármela y le pedí a Sylvia que me chupara la polla y como me imaginaba Sylvia volvió a ofenderse:¡Quien te crees que soy, yo no soy tu puta Fran! A mi no me gustan esas cosas, eres un guarro y cosas asi, estaba claro, tendría que volver a ponerme el pasamontañas.