Esta se puso cómoda, se tumbó en el sofá apoyando su cabeza en el reposa brazos, mientras subía su pierna derecha al respaldo del sofá y reposaba la otra sobre la mesilla situada a su izquierda dejando así vía libre a todo su flanco central.
Pero ese recuerdo no se acomoda a su imagen actual. Carlos ha crecido de tal forma que su apariencia asemeja la de un fornido vikingo. Muy alto, de espaldas anchas, rostro juvenil, largo pelo rubio atado que cae sobre su espalda y profundos ojos celestes.
Mientras me la follaba le decía que imaginara que lo hacíamos en la playa delante de todo el mundo, esto hacia que se excitara bastante y se corriera, y de que manera, cuando esta disfrutando de verdad suele tener orgasmos múltiples.
Alrededor de dos años que vengo fantaseando con la idea de ver a mi novia (Brenda) ser cogida por otro hombre y que otro hombre tenga la oportunidad de sentir la profundidad de esa vagina.
Puse mi mano en su sexo, y comprobé que estaba muy mojada. Me tumbé encima de ella, y la penetré de golpe, de una vez, metiéndola con fuerza hasta el fondo de su vagina. Me pareció sensacional ese calor húmedo, ese placer intenso..., me puse un poco nervioso, pero en cuanto empecé a apretar, me di cuenta de que aquello iba a acabar muy bien...
Así lo hicimos cogimos nuestros objetos de ducha y nos dirigimos a la misma. Me choco que mi esposa no se pusiera el traje de baño solo una camiseta. Le regañe un poco porque tenia el pubis peludo y me dijo que no le importaba y que con tan poca gente nadie la vería en la ducha.
Estábamos vientre con vientre y mi pene descansaba en su estómago, mamá apretaba mi miembro con su pancita − ¡ay! hijo … pero tu pene jamás descansa … está siempre durito ¿verdad? … como le gusta a mami ¿verdad? … − mamá me besaba y hablaba, mi juventud hacía que mi pene conservara casi en toda su plenitud su erección y ella se regocijaba de esta particularidad mía
Soy un chico de 22 años que vive en España, y bueno, la que antes era mi novia (ahora exnovia) que se llamaba Laura, tenia una perrita llamada Nora que me pegó la mejor chupada de mi vida, que ahora les voy a contar.
Esta es la gran historia de una gran noche de romance, en la que nunca antes la he pasado tan bien y sentirme tan satisfecho como esa noche, en la que con gran placer y ternura entregue, aunque ya había sucedido en ocasión atrás una vez, mi apretado trasero al chico de quien estoy super agradecido por tanto placer.
No sé si grité ni cuanto grité, pero esa sensación de dolor desapareció y esa esfera tocó mi punto G y me hizo colapsar en un orgasmo bestial, no sabía si moriría o me volvería totalmente loca, jamás en mi vida me había corrido así de fuerte, aún ahora tengo escalofríos al escribir sobre ello.
Anda, se bueno y ve sacándome la polla, ya verás cómo me tienes. Me has puesto como un toro moviendo este culito cuando jugabas en la máquina, eres una nenita muy mala, ¿eh? Me decía sin dejar de meterme mano.
Comenzó a besar mi cuello. Buscó mis pezones con leves mordiscos, recorrió con su lengua todo mi cuerpo, mientras yo intentaba con el desorden propio del desenfreno, guiar su boca hasta mi cáliz de pasión. Bebió de él y luego me enseño su propio rumbo.
Bueno pues sácamela para que veas, claro que yo no era tan confianzudo y pues le dije que el se la sacara, pero el insistía en que yo lo hiciera, y aunque me moría de ganas de hacerlo, pues no lo hice total de que pasaron los días y una noche llega de un partido de basket todo sudado y con una película en la mano
¿Aquel día si que fue fuerte verdad? Fuimos por la mañana al mercado de La Piedra, nos tomamos unas ostras por probarlas y eso nos levantó el ánimo. Después fuimos a casa de mis tios pero no estaban. Me preguntaste si ya había besado a Juli, el noviete que me había echado allí ese verano y te dije que no, que ese chico era muy parado y que a mí me apetecía un montón un muerdo.
Me gusta como mueves el culito cuando juegas, me decía mientras me sobaba el culo. Yo no sabía que hacer, me quedé paralizado, lleno de vergüenza y enrojeciendo por la situación en que me encontraba. El hijo de perra me estaba metiendo mano, sobándome el culo sin ningún reparo y delante del otro cliente que allí se encontraba.
Ella se bajo a abrir la tranquera de alambres , con un candado con cerradura de seguridad dando una imagen de un esnobismo propio de citadinos, la naturalidad que desde su infancia adquirió en años de hacerlo aún a caballo en las tranqueras de madera más ensalzaba su figura
Sentada en su oficina recordaba de manera más clara, como aquellos hombres de negocios parecían no prestarle mucha atención a sus palabras, mientras que todos y cada uno de ellos parecían querer arrancar la ajustada blusa de aquella suculenta y deliciosa criatura de la que se había hecho acompañar.
Mis tetas son de ese tamaño que entra bien en una mano más o menos grande, les encanta a los hombres, en años pasados eran muy erguidas, hoy, a pesar del uso intensivo, se sostienen vanidosas frente a la vida y son mi mejores conquistadoras.
Así que me afané en chuparle la cuquita como todo un experto, le pasaba la lengua a lo largo de la rajita y al llegar al clítoris lo presionaba entre mis labios haciendo con esto que ella se retorciera mas y mas, cuando tenia como ½ hora en eso cuando ella grita convulsionando y llorando... había tenido su primer orgasmo...
Cuando dejó encima de la mesa la botella la llevé para la casa, la destapé y olí, era un olor acre, ácido estaba templado y exhalaba un aroma intenso, la guardé en la nevera, pensé si me atrevería a beberla (para analizar bastaba con unas gotas y la razón de pedírsela es que la orina me excitaba desde muy joven debido a un incidente que algunos de mis lectores conocen a través del correo electrónico).