Yo historias reales la que publico espero les guste como desvirgué a mi oveja.
Con el extremo de la lengua rocé casi imperceptiblemente el clítoris húmedo e hinchado. La abuela volvió a estremecerse. Insistí con la lengüeteadas, para arriba y para abajo, sobre el clítoris y sobre la entrada de la vagina.