Demasiada cabeza
Fuimos a la recámara, nos desnudamos totalmente, me puso en cuatro empezó a acariciar el agujero de mi culo deseoso con una lengua cálida, muy lubricada por su saliva. Jugueteó ricamente, luego introdujo un dedo, y fue avanzando hasta meter tres.... nunca había sentido eso y fue delicioso.