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Humillada III

Y la solté. Ella dudo un momento pero se miró a su amiga y al verla de rodillas con el chocho depilado y mojado por el agua, si inclino y arrodillo. Yo no me lo podía creer, la polla me presionaba tanto los pantalones que me dolía y solo con verlas a ellas dos de rodillas, una blanca con el culo al aire y otra negra en braguitas casi me corro. Pensaba que era el tío más afortunado del mundo pero no sabía si podría con las dos, así que pensé que tenía que desgastarlas un poco o quedaría muy mal.

Humillada II

Al llegar a su casa, sin decirle nada la tumbe boca abajo en el sofá y se la metí hasta el fondo, la sensación de su coño caliente y las bolas dentro me provocaba un placer infinito, pero estaba dada y yo quería algo más estrecho así que le saque las bolas chinas y le metí el consolador de un solo golpe, al momento ya tenía mi polla en su culo y ella gemía y se revolvía con rabia. Yo le decía: -Joder guarra como me pones, eres la más puta y viciosa que conozco y tu coño sucio me proporciona gran placer.

Su amiga Ana estaba deseosa de placer y sexo y él estaba dispuesto a satisfacerla por completo

Bueno en eso ella empezó a mamar y a mamar me daba besos me besaba y me chupaba las bolas pero yo estaba tenso no estaba relajado cien por cien imagínense ustedes en la casa de un guardia nacional con la mujer de un guardia nacional coño nada más con lo bruto que son y de paso con una 9 milímetros en la cintura verga me podía matar y decir que estaba robando y ya muerto quedaba pero bueno como muchacho al fin de 18 años no pensaba ya en eso.

Humillada I

No sé si se lo esperaba o que pero la cuestión es que se sacó la bata, se quedó desnuda, saco un pote de aceite de un cajón y empezó a ponérselo por todo el cuerpo, no solo por los pechos o la barriga sino por todo el cuerpo, pude observar con claridad cómo se restregaba por las piernas, el culo, el coño, la barriga, los pechos, la espalda y los brazos y todo ello lo hizo sin dejar de mirarme nunca a la cara, yo empecé a sudar así que decidí ponerme la ropa de deporte para que luego mi mujer no se diera cuenta.

El huesped

Pedro vivía en una casita en Tresanti que apenas bastaba para él, su mujer y su asno. Cuando Juani iba a Tresanti, lo alojaba en su casa y lo atendía como mejor podía. Pero como la casa solo era un pequeño cuarto, Juani se tenía que acostar en la cuadra, sobre un montón de paja, junto a la yegua y el asno.

Presentación de Susana I

Al despertarme, así desnudita como estoy voy al baño, y luego de hacer pis, parada en puntas de pie frente al espejo miro mis tetas, las levanto aún más con mis manitas y viéndolas así, turgentes, infladas, pienso: cuántos hombres darían lo que no tienen por chuparlas; parece que fueran de una chica mayor, muy duras y firmes, con unas oscuras aureolas y en su centro dos protuberantes y rojos pezones. Luego observo mi cola paradita, aún más por estar en puntitas de pie, mis nalgas se contraen haciéndolas más redonditas.

Prestando a mi novia: Mi novia follada por otros

Ella me dijo déjamelo una tarde, yo me hice el dormido y me puse a observar como lo haría ella, ella se puso a tomar el sol pegando la toalla de Jorge, era así como se llamaba este chico, a la de ella de manera que si giraba su cabeza quedaría enfrente de su coño, se puso a tomar el sol boca abajo y se ladeo la parte de abajo del bikini como si una ola lo hubiese movido...

Pesadilla en Semen Street

Luego de dormirse ella comenzó a tener una pesadilla. Esta trataba de una muchacha y no su novio los han comenzado a caminar entre el bosque hasta encontrar un caserón. Entraron allí para tener un poco de aventura y luego de pasar por las tenebrosas habitaciones, su novio comenzó a besarle el coño con mucha pasión hasta follársela.