Un amor que nunca se cristaliza, pero que tiene en una mañana de sumisión su clímax erótico. El gran amor de mi vida.
Mi amor sácame la piedra. Para hacer el amor en el monte hay que apartar las piedritas.
Luego de tanta risa y morbosidad, Mónica una de mis mas bellas compañeras propuso que nos quitáramos la ropa, e incluso ella fue la primera en empezar a hacerlo.