Capítulo 2

Capítulos de la serie:

Ante mi pregunta, ella se quedo confusa, diciendo: -¿Que quieres decir?, no te entiendo.

Es muy fácil  -conteste yo- Gracias a que yo miento a tus padres, tu sacas un gran beneficio, imagínate, les has mentido deliberadamente y te han echado de la facultad (se lo recalque, para que la entrase bien en la mente y se volviese dócil, porque aún estaba demasiado aturdida).

Si tu padre se entera, tu vida se volverá una pesadilla y solo yo puedo evitarlo, así que es justo que yo también gane algo.

¿Pero que quieres que yo tenga? -pregunto, aun sin comprenderlo – Sabes que no tengo dinero ni nada valioso. ¿vas a cobrarme por guardarme un secreto? -preguntó indignada – ¡¡ Pero si soy tu prima !!

Lo pensare – le dije, porque aunque sabía de sobra lo que quería, jamás aceptaría acostarse conmigo, por mucho que tuviese contra ella.

Para su mentalidad, follar con un familiar sería el mayor pecado, así que añadí- Vamos a hacer lo siguiente: Vas a dedicar estos días a buscar un buen trabajo y dentro de un par de semanas o así, cuando ya lo tengas, te llamare y quedaremos, quizás entonces tengas algo que ofrecerme.

Conchi asintió dudando, yo note que estaba realmente enfadada conmigo, pero la tenia en mis manos y no podía protestar.

Los días pasaron, yo informándome por sus compañeras de piso, espere a llamarla hasta que consiguió un trabajo, pues sabia que una vez que empezase a ganar dinero y tuviese un trabajo que le gustase, el hacer que lo perdiese sería otra arma contra ella.

Me pasaba todo el día excitado y cada vez que pensaba en mi plan tenía que hacerme una paja, pero de todos modos no quise apresurarme, pues un solo fallo podría estropearlo todo.

Así, cuando ya lleva unos diez días en su trabajo (yo ya sabía que estaba contenta) la llamé, Diciéndole: – he mantenido silencio, pero ahora debes hacer algo por mi-

Ella protesto un poco e intento convencerme de que siendo familia no estaba bien que la chantajease ( uso esa palabra para ablandarme, porque no tenia ni remota idea de lo que le esperaba).

Pero me mantuve firme y le di una dirección de una casa en la sierra, Diciéndole: -debes venir arreglada, con falda y una blusa blanca.

Si no vienes así vestida, no te molestes en venir, porque llamaré inmediatamente a tus padres y lo mismo hare si no vienes. – le dije tan serio que me creyó de inmediato y me aseguro muchas veces que allí estaría.

Ese mismo viernes, a las tres de la tarde en punto, la hora que le dije, estaba en la puerta de la casa, una de esas casas en el monte, con una amplia parcela que hacía que la casa estuviese muy separada de la del vecino mas próximo.

Me había costado mucho dinero alquilarla todo el fin de semana, pero si mi prima Conchi gritaba (e iba a gritar, eso seguro) no quería que interviniese nadie.

Abrí la cancela exterior con el portero automático y estuve observándola desde una ventana mientras se acercaba a la casa por el camino de acceso.

Estaba buenísima.

Con esas grandes tetas, la camisa le quedaba muy justa y al ser blanca, no podía evitar que se le transparentase el encaje del sujetador y la falda hasta la rodilla, era lo suficientemente ajustada como para marcarle el culo. Me empalme solo de verla.

La hice pasar y le ofrecí algo de beber, pero ella lo rechazó nerviosa diciendo atropelladamente:- he conseguido un trabajo. . , aunque todavía no me han pagado, dentro de unas semanas tendré dinero y podré hacerte un regalo o algo. . . –

No quiero tu dinero -le dije – que además de todas formas ya me pertenece, pues basta con que yo abra la boca para que lo pierdas, y con el todo lo que te importa. -le dije cruelmente  y añadí – ¿Qué te parecería pasarte el resto de tu vida encerrada en tu casa con papaito ? – y sonreí.

Ella al oírme hablar palideció, volviéndose blanca como la cera, y tartamudeando dijo: -no, no. . por favor, te daré lo que quieras. . –

-¿lo que yo quiera ?, ¿lo juras por la Virgen?- ella asintió rápidamente aliviada  y yo añadí: -Lo que quiero es verte los pechos y acariciarlos un rato, solo eso, y podrás marcharte y seguir con tu vida, no volverás a verme. –

¡¡¡Que!!- Gritó ella indignada – ¡¡Eres mi primo!!. Eso es una guarrada, no lo haré jamás!!. ¡¡Cabrón!!. y se volvió para irse, pero le dije tranquilamente: – Como quieras, tira toda tu vida por la borda, cuando por una hora podrías salvarte. Si cierras los ojos puedes imaginarte que soy el noviete aquel, y así no será tan malo.

Al oír eso, se paro dudando, aunque estaba de espaldas a mí, podía sentir como luchaba consigo misma, sus creencias contra su vida. al final, sin volverse, susurro: – ¿solo una hora? ¿de verdad?, ¿después podré irme?. Aún dudaba, así que le dije de nuevo: -Haz lo que quieras, yo voy a subir a la habitación a ponerme algo más cómodo, puedes subir o irte, tú misma, pero si decides subir harás exactamente lo que te diga y te dejaras acariciar sin una protesta o no hay trato-Y sin dejarla replicar subí a la habitación de matrimonio.

Allí estaba todo preparado. había escondido una cámara de video que enfocaba la habitación dentro del armario principal, que cerré lo suficiente como para que no se viese pero pudiendo grabar toda la escena. Le di a grabar, me desnude completamente y me puse un albornoz.

Unos minutos después mi prima Conchi subió a la habitación. Estaba toda avergonzada y no era capaz de levantar la vista del suelo, pero me di cuenta que estaba dispuesta a pagar el precio, así que le dije:- acércate!-

Ella, sin abrir la boca, es movió hasta acercarse a la cama, justo el centro del encuadre de la cámara.

Yo me moví un poco, para que su cara saliese bien en el video, y añadí -quítate la blusa !. ella empezó torpemente a desabrocharse los botones y note que empezaba a sollozar muy bajito, así que le susurre ferozmente en el oído – ¡¡Silencio!!, pues era muy importante para mis planes que en el video pareciese que lo hacía voluntariamente.

Ella trago saliva de repente y asintió, asustada y pasiva, lo que excitó aún más, así que le puse las manos en los pechos, tan grandes que no los abarcaba. ella empezó a temblar, pero me dejo hacer.

Yo amasaba sus tetas por encima del sujetador, apretando sus grandes pezones.

Después le dije que se quitase el sujetador y lo hizo. una lágrima surcaba su mejilla y tenía los ojos cerrados, pero no hizo ningún otro movimiento, yo mire sus tetas a placer y luego acaricie la izquierda lentamente por primera vez sin ninguna ropa que me estorbase, deponiéndome en el pezón.

Estaban más duras de lo que pensaba y eran tan grandes.

Le pellizqué levemente el pezón y dio un pequeño respingo.

Seguía llorando con los ojos cerrados sin emitir un sonido, lo que me excitaba aun mas. tenia los puños cerrados en los costados, así que le dije que entrelazase las manos en la nuca, para que se le levantasen las tetas y cuando lo hizo, me puse detrás de ella y la sobe a placer durante un rato, con ella de cara al objetivo de la cámara.

Ya no podía aguantar más, había llegado el momento de poner en práctica la última parte de mi plan.

Continúa la serie