Compartiendo a mi esposa
Crecí prácticamente sin supervisión adulta por lo tanto mi acceso a revistas de contenido erótico y más tarde, de sexo explícito, pero abundaban las revistas con relatos de intercambios y tríos, lo que asimilé de manera natural, pero cuando lo quise llevar a la práctica, fui bateado de manera tajante, la espinita seguía clavada en mi interior y gracias a una borrachera, pude por fin, cumplir en parte mi fantasía, esa tarde noche, entre cervezas, vino y uno que otro porro, mi esposa estaba bastante pasada de copas, en la casa solo quedábamos tres personas, mi hermano, mi esposa y yo, cabe decir que ellos llevan una relación cercana, en el tiempo que llevo casado con ella caché cientos de veces a mi hermano con la mirada clavada en el escote o entre las piernas de la zorra, que lejos de taparse, se queda tan campante.
Disculpen las vueltas y detalles, pero no soy escritor, parte de la tarde, mi mujer yi hermano bailaron bastante y distintos ritmos, la bebida, por supuesto, hacia su trabajo y hacían ciertas cosas que sobrios no, por ejemplo en canciones lentas, los dedos de mi hermano rozaban las nalgas levemente, rato después en las vueltas de cumbia pasaba la mano abierta sobre las tetas y seguía como si nada, para el momento en que las cosas subieron de tono, fue entradas las 4 de la mañana, teníamos o eso creía, una borrachera impresionante, pero la primera en caer fue ella, quedó sentada en la posición más incómoda del mundo, la cabeza casi recargada en sus tetas , los brazos laxos al costado y las piernas semi abiertas, dormía tan profundo que un holi de baba colgaba de su labio y mojaba su escote, la verdad, me daba más morbo dejarla así, mi hermano buscaba ángulos increíbles para ver más piel, así que decidí fingir que estaba más ebrio de lo que estaba, en una de tantas idas al baño, aproveche los minutos y acomode a mi vieja como si ella sola lo hubiese hecho, la dejé recostada, con un pie tocando el suelo, un brazo sobre su cabeza y el otro bajo sus tetas, limpie un poco la saliva y abrí su blusa, lo justo para que asomara el pezón, la falda, corta de por si, la dejé subida por un costado, enseñando muslo y parte de la pequeña tanga, acaricie sus pezones sobre la tela para que se pusieran duros y llamar la atención de mi hermano, cuando él regreso, me pare de inmediato simulando unas ganas de orinar que estaba lejos de sentir, más bien puse la mano para ocultar la obscena erección que tenía, salí tambaleando de la sala , apagando la luz del pasillo con el único propósito de observar si mi estrategia funcionaba, los nervios me obligaron a tardar en asomarme discretamente, mi hermano estaba parado frente a ella, con la verga de fuera, una mano subía y bajaba por el tronco y la otra se paseaba por el contorno de la ropa, tocando apenas con las yemas de dos dedos la piel expuesta, lo deje seguir más tiempo del que debía pero eso poco importaba, el tampoco parecía darse cuenta de mi tardanza, a veces volteaba al pasillo, se quedaba quieto, contenía la respiración para escuchar algún ruido y continuaba, los dedos fueron avanzando y dejando más piel, ahora un pezón asomaba completo, duro y desafiante, él, lo tomo entre dos dedos y apretó, jugó un momento más y fue bajando, los dedos se colaron entre la fina tela y la piel desnuda, supongo que le entró prisa y fue directo a colar esos dedos en la concha de mi mujer, los hizo girar y entrar varias veces, los llevo a su naríz, aspiro profundo y luego los metio en su boca, mmmmm alcance a escuchar por lo bajo, de inmediato metió de nuevo los dedos en la concha y los llevo a la boca de ella, los paso por el contorno de los labios y después los metió un poco, los giraba como había hecho antes en la vagina, luego, cambio los dedos por el glande , al contacto con la piel de mi esposa, dejaba un rato de preseminal que colgaba desafiando la gravedad, lo paso varias veces, cada vez hacia el contacto más intenso, luego metió el glande en la cavidad y soltó el primer chorro dentro, se apretó la verga, que palpitaba queriendo soltar toda la leche, con movimientos precisos levantó un poco la blusa y metió la verga presionando contra el pezón, aflojó la mano y los chorros llenaron toda esa teta, su verga semi flácida goteaba esperma pegajoso, el cuál mi degenerado hermano recogió con los dedos y los llevo a la concha de mi querida mujer, después, esparció con ambas manos toda la leche en las tetas y la cara de la zorrita ebria.
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