Subasta

Somos una pareja de 25 y 27 años de una localidad costera cerca de Barcelona.

Hasta ahora no habíamos escrito nunca un relato aunque si leído alguno.

El relato ha surgido como una apuesta entre los dos.

Llevamos una vida sexual muy activa, ella es muy pasional. Mide 1,65, morena, ojos miel y lo mejor son sus tetas, son el paraíso.

No hay hombre por la calle que resista a mirárselas. Esto al principio creo en mi una sensación extraña entre celos y morbo pero al final me he ido acostumbrando e incluso he empezado a sacar partido de las situaciones.

Su forma de vestir acentúa su figura, solo tiene ropa apretada, supongo que cada mujer explota su atractivo.

Cada vez le he regalado ropa mas sexy.

Durante este verano en la playa solo vestía con un tanga y por supuesto levantaba mas que una y dos miradas.

Pues bien, fue aquí en la playa donde surgió toda esta idea.

Un día a principios de Julio estábamos en la playa, yo salí a correr por la orilla durante un rato y al volver me la encontré hablando con un tío que debía tener unos 35-40 años.

Me acerque por la orilla sin que me vieran para intentar ver de que hablan y el porque de la presencia de ese tío.

Vi como estaban charlando amistosamente, me extraño que ella no se hubiera puesto la parte de arriba ya que ante la presencia de alguien tan cercano siempre se tapaba.

Todo lo contrario, ella riendo u encendiéndose un cigarrillo y el dándole fuego.

Al final me acerque, ella me presentó y el tío se marcho con un bulto enorme en los pantalones supongo que maldiciéndome por haber aparecido.

Le pedí explicaciones y ella me dijo que al irme yo le entraron un par de italianos muy moscones y que cuando ella ya se estaba hartando apareció el tío y la «salvó».

No le di demasiada importancia, yo me estire y noté como ella me venia buscando acariciándome y besándome, fuimos al agua y allí pude comprobar lo cachonda que estaba. No hay que ser muy listo para relacionar y entender el porque.

De regreso a casa estuvimos hablando y le pregunté a ella el porque de ese encendimiento y si le hubiera gustado hacérselo con ese.

Ella me contestó que no, que era mujer de un solo hombre y que aunque la situación la había puesto muy cachonda el amor estaba por encima de todo…

Días después por la calle estábamos paseando y comprando por Paseo de Gracia cuando un grupo de obreros le empezó a soltar burradas.

Esto trajo de nuevo a la palestra la conversación.

Ella a parte de mi tiene bastantes experiencias sexuales con lo que le dije que si era una situación muy morbosa y yo estuviera presente no me importaría que llevara a cabo tal situación.

De esto salió la apuesta, que en realidad es una subasta.

Deseamos recibir propuestas y la mas morbosa y caliente ganará el derecho de acostarse con mi novia que ha empezado a dejar ir toda su pasión y sexualidad.