Pasadas unas semanas decidí llamar a Luis a ver si había llegado su amigo y podíamos pasar un rato los tres juntos.

Quedamos para las 6 de la tarde en su apartamento, me dio la dirección y me dirigí al mismo.

Al llegar les encontré a él y a su amigo esperándome, estaban solo pantalón corto visionando un video porno, para estar en forma para mí, según me comentaron, me invitaron a que me pusiese cómodo, mientras me servían una copa, sin terminar de quitarme la ropa ya tenía a Luis a mi espalda ayudándome a despojarme del slip, mientras restregaba su enorme pollón en mis nalgas.

Su amigo, Toni, se puso de rodillas ante mí y comenzó a chuparme la polla, Luis se bajó a mis nalgas y comenzó a chuparme las nalgas, el culo y el ojete, mientras sus manos me acariciaban las nalgas, los huevos, la espalda. Menuda entrada, pensé.

Mientras Toni, se puso en pie y quitándose el pantalón corto me mostró su polla, que polla, aquello sí que no entraba en mi culo, era muy gorda, mucho más que la de Luis y grande como no había visto otra en mi vida, ni siquiera en las películas porno. Me ha dicho Luis que tenías deseos de catar mi polla, aquí la tienes. Mis manos se fueron a ella comencé a masturbarle a dos manos, era tan grande y gorda que no me cabía en las manos. Me puso la mano en los hombros y presiono mi cuello para que me agachase, en esto Luis ya estaba llenando mi culo de saliva y metiendo su lengua dentro de él, me encanta que me coman el culo, sentir una lengua dentro de él. Al agacharme a comerme la polla de Toni, me quedé a cuatro patas, con mi culo apuntando a la cara de Luis, éste aprovecho para lubricarlo bien, comenzó a meter la lengua, saliva, los dedos, lengua, saliva, dedos,….

Comencé a darle lengüetazos a aquel trozo de carne, era inmensa y estaba durísima, me metía su capullo en la boca, lo chupeteaba, le pasaba la lengua por los lados del capullo, me lo lengüeteaba como si fuese un helado, mientras apretaba sus huevos, los tenía enormes a juego con su polla. Era lo que se dice un auténtico súper, pero súper, súper, no súper light como algunos que con 20 cm se creen que son los dueños de la mayor polla del mundo, aquello era enorme no encontraba forma de poderlo coger en su conjunto, ni con la boca y las manos lograba abarcar todo el cipotón aquel.

Mientras disfrutaba con la chupada noté que Luis había, sustituido su lengua y sus dedos por algo más gordo y duro, era la cabeza de su pollón que buscaba abrirse paso en mis nalgas, me taladró el ojete y comenzó a penetrar en mi interior, primero suavemente, muy suavemente, para evitar hacerme daño, luego con más intensidad, con más firmeza, al final con más fuerza.

Pero siempre pendiente de sacarla y lubricar el ojete y la punta del capullo, para que no me molestase la penetración. Yo seguía dando la lengua a aquel tremendo palo, lo mordisqueaba, lo besaba, lo chupaba, le pasaba la lengua por toda su extensión que era mucha, había mucho que chupar, mucha polla.

Estaba disfrutando de la polla de Luis en mi culo y de la de Toni en mi boca, Luis desde atrás comenzó a pajearme, mientras me bombeaba, podía sentir su polla como penetraba en mi interior, como una auténtico pistón, que penetra en el cilindro con rapidez y precisión, ya sabía cómo se las gastaba Luis y la firmeza con que penetraba con su polla, era sensacional, sentir aquel trozo de carne caliente y dura como me llenaba el culo, mientras otra polla aún mayor, me llenaba la boca. Luis comenzó a darme cada vez más rápido mientras me decía que me iba a llenar el culo de leche, al momento comenzó a llenarme el culo de leche, sentía como sus chorros llegaban a mis entrañas, lubricando el ojete y llenando mi interior, me regalo con cinco o seis chorros de leche que llenaron mi culo, notaba como al sacarla y meterla de nuevo, la leche resbalaba por el ojete y llegaba a mis huevos, terminó de correrse y siguiendo metiendo y sacando la polla durante unos minutos, abriendo el camino y lubricando para que su amigo ocupase su lugar.

Cuando Toni se puso tras de mí y sentí su enorme capullo presionando en mi ojete, intenté levantarme y no dejarme follar por aquella bestialidad de polla, pero me sujeto por el vientre mientras presionaba para que entrase el capullo. Cuando entró, vi las estrellas, sentí bastante dolor y me contraje para expulsarle de mi interior, no lo conseguí, me tenía sujeto con bastante firmeza.

Comenzó a moverse lentamente, mientras me acariciaba el pecho, el vientre, Luis para colaborar se había puesto de rodillas ante mí y me comenzó a chupar la polla, esto me hizo olvidarme un poco del dolor, de lo que me abría la tremenda polla que tenía metida en el culo, bueno, no tenía la polla metida, solo tenía la cabeza de la polla, pero que cabeza, más que una cabeza era un cabezón, algo impresionante, nunca pensé que mi culo fuese capaz de tragar aquello. Pero por momentos noté como iba penetrando cada vez más, ya no era solo la cabeza, ya tenía por lo menos la mitad dentro, me abría en canal, notaba como mi cuerpo se partía en dos, una nalga se iba a un lado y la otra a no se cuanta distancia, aquella perforadora seguía penetrando cada vez más adentro, por el recorrido que llevaba pensé que ya la había metido toda, pues la sentía revolviéndome cerca del estómago, pase mi mano atrás y me asuste un poco al notar que todavía le quedaba un palmo que entrar, le cogí la base para evitar que siguiera metiendo, pero me dijo, no te preocupes que lo peor es que pase la cabeza, después ya no hace daño, por mucho que penetre y siguió embistiendo cada vez con más ganas, con más firmeza quité la mano y me la metió toda, me presionaba el estómago, menos mal que no estaba haciendo la digestión que si no me hace vomitar. Era escalofriante sentir aquel trozo de carne dentro de mí, aguantar aquella perforadora que ahora comenzaba a moverse, abriendo mi culo como nunca lo había abierto nadie, me partía por la mitad, podía sentir como penetraba, como salía y volvía a penetrar, cada vez con más fuerza, con más intensidad, más rápido, más fuerte.

Las chupadas de Luis a mi polla y el gusto que me hacía sentir aquél trozo de carne que me tenía partido en dos hicieron que me corriese a borbotones, un chorro, dos, tres, cuatro, cinco, seis, ….., notaba como mi esfínter presionaba la polla, esperando su leche, la cual estaba a punto de llegar, pues sus movimientos le delataban estaba a punto de correrse, le cogí los huevos y se los acaricié mientras esperaba sentir su leche en mi interior, no tardó en llegar, una embestida y un chorro de leche que me inundo por completo, otra embestida, otro chorro de leche, podía sentir como su polla vibraba en mi interior, como descargaba la leche, me llenaba de leche el interior, cuando terminó saco su enorme pollón y sentí un ruido, como un vacío, al sacar un corcho de una botella, era tanta la presión que hacía en mi esfínter que el sonido fue como el de un tapón de una botella.

Dejo salir un poco de leche y luego me la volvió a meter, me pensé que solo era para darme placer con el culo bien lleno de leche, pero me equivoqué me estuvo follando hasta que se corrió de nuevo y ahora lo hacía con ganas, con fuerza, con intensidad, sabiendo que ya mi culo estaba adaptado a su polla y que no me producía dolor, solo molestia por lo abierto que estaba, pero no me dolía, me metió dos polvos en uno, no sin sacarla, pues, la saco para dejar salir la leche y que se lubricase mejor, pero es lo que se suele decir, dos y sin sacarla.

Cuando se retiró nos metimos en la ducha mi culo estaba ardiendo y agradeció que le refrescase con agua fría, tras una buena ducha nos fuimos a la cama y mientras hacía un 69 con Luis pude observar desde un lugar privilegiado, a escasos centímetros, como el tremendo pollón de Toni le abría el culo, estuvo un rato dándole caña en el culo mientras nos chupábamos las pollas. Yo no dejé que me volviesen a follar, pues, tenía el culo ardiendo y no lo consideré oportuno, no sé si lo podría resistir que me la volviese a meter de nuevo.

Bueno, hasta aquí llego la historia lo que paso luego tiene menos interés, no los he vuelto a ver, ni creo que me decida, pues la herramienta de Toni es demasiado grande para mi gusto, te deja demasiado dolorido y sin ganas de volver a repetir. Prefiero las grandes, pero dentro de lo normal, sin pasarse.