Yo no dejaba de jadear y gemir desde hacía eones, y cuando la boca mamaba entusiasmada, sentí un estremecimiento fantástico que mi mente ausente pudo interpretar como un enorme orgasmo, orgasmo que se acompañó de la expulsión de líquidos abundantes desde mi virginal vagina.
Vivo con mi madre de 70 años que además esta un poco imposibilitada, por esto todos los sábados recibimos la visita de una limpiadora que nos arregla la casa, ella tendrá unos cuarenta años como yo pero he de admitir que es un poco gordita pero también es verdad que esas son las mujeres que me ponen a cien y siempre que tengo dinero fresco busco en el periódico algún contacto sexual con este tipo de mujeres.
Estás más cachondo que un perro en celo. Venga, lame todo, perrito." Y se rió sonoramente a la vez que me propinaba una buena patada en el culo. Cuando le pareció oportuno me retiró cogiéndome de los pelos de nuevo y me condujo hasta el lateral de la cama y me dijo que me quedara ahí abajo a cuatro patas.
Así estuve meneando y refregando mi pene hasta que exploté y mi semen cayó manchando el espejo, había salpicado todo el espejo del baño con mi corrida. Ya me estaba relajando de tremenda jalada cuando para mi sorpresa oigo abrir la puerta del cuarto. Yo asustado que trato de vestirme pero ya era demasiado tarde, mi prima Soco entra y pega un grito.
Entonces me dijo que hiciéramos abdominales, que empezaba él. Se estiró en el suelo y yo me agaché para sujetarle los pies. Al tener las piernas dobladas y mover su cuerpo el pantalón se le fue deslizando poco a poco hacia abajo y pude ver que no llevaba calzoncillos.
Grito y gimoteo como loca poseída, también mi hijo gime y me aprieta contra su cuerpo, las olas de esperma rocían mis paredes vaginales, nuestras respiraciones se hacen frenéticas, nuestros espasmos también, extasiada me levanto y veo su polla lustrosa ...
Me giré a la vez que me erguía, contestándole que sí, que solo era que había devuelto. Al vernos a la cara, reconocí a aquel hombre, era Jaime, el maduro que me había citado en su casa, después de sodomizarme en los aseos públicos de la calle Fernández Latorre, hacía ya unos meses.
Hola soy Nekitha, le traigo mi primera vez. Un relato de amor filial gay. Les aviso por si no es de su tipo. Si se quedaron bienvenido a mis aventuras.
Las ocupaciones me han alejado de mi mayor placer, el sexo. Pero hoy es mi última reunión con mi asesor de tesis y tendré tiempo para vivir lo que mi vagina me pide y mi mente ha maquinado.
Llevábamos tres años de casados mi marido (Eduardo) y yo (Emma), nuestra vida sexual funcionaba de maravillas, tanto él como yo éramos creativos al momento de encontrarnos carnalmente, él quería hacerme de todo y yo no rehusaba nada, todo lo que se le ocurría me hacía gozar como poseída, quizás era una pervertida innata tanto como él, en pocas palabras éramos una pareja perfecta y estábamos siempre juntos, siempre calientes.
Era Mercedita que pellizcaba los pezones de la Juani y se alternaba a acariciar su clítoris, la tía se puso detrás de ella y poco a poco la empujo sobre mi verga, la Juani no ofreció ninguna resistencia, ella después de haber chillado cuando mi glande atravesó su himen, se puso a gemir y a sollozar, la Mercedes le restregaba su clítoris con todos sus deditos como si fuera una guitarra, la tía había encontrado uno de sus juguetes
No se veía un alma en la plaza, por lo que seguí el camino hacia los aseos públicos. Nada más girar para seguir la acera que llevaba a los aseos, vi bajar a un chaval joven hacia ellos. El corazón se me aceleró al verlo bajar. Sabía que, en ocasiones, iban jovencitos después de salir de los Pub que hay en la zona del Orzán, buscando un polvo rápido. Como solía hacer yo en múltiples ocasiones.
Lo forzaba a andar más adentro de mí, hasta que lo sentí que toco el fondo de mi concha, entonces comencé a moverme atrás y adelante, rítmicamente, me mecía en esa verga virtuosa que no me dejaba paz, era un orgasmo detrás de otro ...
Pero Juan tenía una opción mejor, me dijo que poseía una cabaña en las montañas a menos de una hora de viaje, nosotros llegaríamos en nuestro carro sin que nadie nos viera y él llegaría en el suyo, no habría sirvientes ni nadie que pudiera maliciar.
El otro día al llegar a casa me encontré a Sandra, la amiga de mi hermana, en el comedor. Esta tiene 18 añitos recién cumplidos, es un bomboncito listo para comer. Un culito respingón, cuerpo estilizado, unos pechos redonditos y puntiagudos. La verdad es que cuando venía a nuestra piscina a bañarse y la veía en bikini me ponía a cien.
Bueno una vez dentro se me acerco, me toco la pija, y me dijo, que paso, (yo la tenia muerta en ese momento) le dije, y como querés que este, me hiciste esperar como 30 minutos allá afuera, se me paso la calentura, y ella me dijo, bueno vamos a ver que podemos hacer, y me empezó a desabrochar el pantalón, saco mi pija afuera, y la empezó a sacudir, le dio un par de besos, y se me empezó a parar, a medida que se me paraba me dijo, en serio la tenés grande, no se si decia la verdad, pero no le creí, pero no es que me importara tampoco que me diga eso obvio.
Me dio unas cuantas embestidas hasta que yo me corrí, luego se echo el en la cama y yo me puse a cabalgar encima de él, volví a correrme, entonces él me puso de rodillas en el suelo y él de pie, y poniendo su polla cerca de mi cara se corrió en ella.
Se subió a la moto y todos los trayectos que hicimos durante esa mañana eran con ella desabrochándome la camisa y sobándome pecho y pezones y desabrochándome la bragueta sobándome mi erguida polla que con pérdidas de semen ella me los enseñaba como trofeo antes de tragárselos, yo, aún con las dificultades propias de ir en la parte delantera de la moto, le sobaba las tetas y le metía los dedos en la boca que ella succionaba lascivamente.
Normalmente me gusta correrme en su boca, pero le dije que prefería probar algo nuevo. La puse a cuatro patas y le dije que quería metérsela por el culo. Ella dijo que no quería, pero la convencí. Me puse vaselina de un tarro que guardo en mi mesita (para cuando me apetece pajearme bien) en el rabo y se la comencé a meter lentamente.
Como era de esperar cuando le toco el turno a mis calzoncillos apareció un pene erecto y con su cabeza que parecía que iba a estallar de lo roja y brillante que estaba además se podía ver asomando unas gotas de liquido transparente y viscoso, dando una idea bien precisa de mi estado de excitación.
Me quitó el vaso de la mano y lo puso en una mesita donde ya había puesto el de él y me volvió a abrazar y nuevamente me empezó a besar, yo me dejé llevar, me entregué totalmente y deje que todo siguiera su curso, me desabrochó la camisa y me la quitó, luego sin dejar de mirarme me volvió besar, y luego se desabrochó el pantalón y dijo que le lastimaba la panza por la posición en que estábamos, me empezó a acariciar el pecho, jugueteando con mis tetillas y pasando su mano por mi vientre.
Prontamente y lo mas cercano eran mi hermano Felipe por lo que trate de acercarme mas acomedía ayudarle hacer su tarea o a jugar con el en esos juegos de escondidas nos toco escondernos en el closet de la recamara de mis papas ya que mi hermana Gloria nos buscaba, al tenerlo cerca quise provocarlo diciéndole que tenia miedo ya que estaba oscuro a lo que el me dijo que no hiciera ruido por que si no nos descubrirían.
Elsa estaba muy feliz. Había podido ofrecer su virginidad a su amor, le había encantado y deseaba poder repetir la experiencia para disfrutarla en pleno. Eran las doce. Puso el despertador para las 13:45. Se abrazaron, Juan le dio suaves y tiernos besitos hasta que ella se quedó dormida.
La velada era de lo mas excitante, estábamos en pleno faje; yo le abrí su blusa y bajando un poco el sostén empecé a chupar su erectos pezones; ella me empezó a acariciar mi polla por sobre el pantalón, vaya que los polvos ya habían hecho efecto, porque mi polla estaba tan dura que me dolía y ella estaba tan mojada, que su aroma impregnaba toda la habitación; ya no había marcha atrás, ella saco como pudo del pantalón y del bóxer mi polla y la tomo con ambas manos iniciando una paja riquísima
Fui bajando con mi boca, deteniéndome en sus pezones, que en cuento notaron mi lengua se pusieron duros como su polla. Seguí bajando y llegué a mi manjar favorito. Empecé a respirarle y morderle con ternura por encima del calzoncillo para acabar bajándoselo.
La primera mujer que me follé tenía 20 años, 3 más que yo. Lo hicimos detrás de la puerta trasera de una discoteca de pueblo, en el suelo, en el campo.
Javi estaba anonadado por la situación, su mejor amigo haciéndole un beso negro a su novia a la vez que la suya le daba por el culo, era una cosa paranoica, su cara de sorprendido se quedo perpleja durante unos segundos, luego fue pasando a furiosa, los tres que le miraban estaban congelados a la espera de la reacción de Javi
Creo que Julieta es ninfómana por que después de que nos casamos me confeso que tenia un consolador y que lo usaba antes de que nos casáramos, en varias ocasiones me pide que le meta su consolador en la vagina o por su culo mientras la acaricio y la beso, bueno a mi no me desagrada por el contrario ver la cara de excitación que pone me calienta muchísimo.
Mi madre era maestra en un cuarto grado de una escuela, y muy querida. Volviendo una tarde de la universidad donde yo estudiaba, la encontré llorando, pese a que trató de disimularlo. Acortando, me dijo que un profesor, al cual yo no conocía, trataba infructuosamente de seducirla, alentado por algunas concesiones de ella, pero que no había querido proseguir por no amarlo.
No se cansaba de gritarle puta. No aguante más y me quite el pantalón de mi pijama y los panties. Empecé a masturbarme rápidamente con desesperación. De repente mi hermano se volteó y me quede fría. Pero solo se acomodaba en sueños. Su mano quedó muy cerca de mis tetas.
Su manera de hablar era pausada pero siempre con un dejo de humor y una sensualidad que hacia que yo contestara a sus preguntas pero que mi mente no procesaba realmente, pues lo único que quería era besarlo y cogerlo.